Capítulo 29

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Capítulo final.

En estos momentos nos encontramos pagando el precio de nuestros errores.

Tú por ocultar este secreto.
Yo por no rescatarte del peligro.

Jamás tuve que preocuparme por otra persona que no fuera yo, hasta que tú apareciste a interponerte en esa regla. Derribaste mis muros, atacaste mis defensas, te adueñaste de aquella faceta que nadie, ni siquiera mi familia, conocía de mi. Sacaste esa parte protectora, frágil, débil e inútil que ni yo pensé que tenia.

Y aquí me tienes, batallando en el fin del mundo por el simple sueño de tenerte entre mis brazos una vez mas. No se que provocaste en mí, pero aquello me hace querer destruir a todos los demonios que me impidan estar contigo.

- ¡Raph, cuidado!

Y créeme que lo haré.

Con rapidez esquivo el ataque de un hombre sombra, y girando mis sais, llevo mi mirada de izquierda a derecha. Un grupo de seres oscuros me tiene rodeado, y me duele admitir, tambien atrapado.

Ellos ríen levemente, burlándose de mi vulnerabilidad, pero aquello me permitió a notar un indicio que hasta el momento no había visto: sonrisas blancas. Pero no cualquier tipo de sonrisa, sino un estímulo que demostraba la energía en su interior.

Sin pensarlo dos veces empuño mis armas en lo profundo del pecho del primer demonio que atacó. Él al principio se petrifica ante mi accion, pero al no ver consecuencia alguna, retira el sai y se prepara para su siguiente ataque. Hasta que, de la zona afectada, comienzan a emerger pequeñas grietas que poco a poco se expanden por su anatomía. Y sin poder creerlo, todo su ser toma un color blanco brillante y explota ante mi. Ante sus compañeros, ante todos.

Sin siquiera darme el privilegio a sonreir, la imagen de una joven aparece frente a mis ojos. Sonriendo, su cabello rubio cayendo sobre sus hombros.

Parecía un espejismo, un recuerdo.

- Vuelve pronto Orion.

Y se desvaneció.

Un poco atónito sigo observando el mismo lugar donde hasta hace unos segundos se encontraba ella.

¿Quien era esa chica?

(***)


La situación se complicaba a cada minuto.


Todos, a excepción de mis hermanos y Abril, nos encontrábamos refugiados en una casa abandonada.
Rockwell asiste las heridas de Slash y Leatherhead, mientras que Pete cuida a Casey (el cual esta inconsciente) y yo hago guardia cerca de la ventana.

- Debemos hacer algo- susurro molesto- ¡No podemos permanecer aqui!

- Shhh, nos escucharan...- me recuerda temeroso la paloma, haciendo que inmediatamente lleve mi mirada fuera de la ventana.

Esos seres están buscandonos. Revisan casas, autos volvados, todo lugar al que pudiera considerarselo como un escondite.

Un grito llama la atención de todos. Abril es tomada y lanzada por una sombra lejos de su puesto del Tortu Mecha, provocando que el robot deje de funcionar.

Al instante Rockwell me observa, prediciendo mis acciones, y ordena a Pete sostenerme antes de que haga una locura. Pero, sin pensarlo dos veces, corro hacia el gran artefacto con los gritos de "no lo hagas, regresa" de Pete a mis espaldas.

Escalo y tomo el lugar de la pelirroja, sorprendiendo a mis hermanos con mi presencia.

- ¡No dejaré que esa mierda nos mate!- exclamo observando hacia el frente.

El Tortu Mecha y las sombras quedan enfrentados como si fueran viejos rivales. Ellos, junto con Orion, nos observan victoriosos, presumiendonos su derrota.

Mis manos aprietan firmemente las palanca de arranque. La mirada de Leo es seria e intensa, la respiración de Donnie es clara y audible al igual que el latir apresurado del corazón de Mikey.

Ellos estan tan nerviosos como yo. Su impotencia esta comenzando a colmar sus vasos de serenidad.
Jamas habíamos enfrentado a un enemigo tan poderoso como este, en cualquier otra circunstancia hubiéramos arrojado nuestras bombas de humo y escapado de aqui, aceptando nuestra derrota.

Pero ese día no es hoy.

Los cuatro damos un gran grito de guerra, y en sincronía empujamos las palancas de arranque hacia adelante. El Tortu Mecha avanza hacia el gran ejército de personas oscuras, y estos nos invaden como si fueran hormigas hacia algo dulce, deseoso de adentrarse y atacar desde el interior.

Rápidamente comienzan a desmantelar al gran robot, deshaciendose de todo lo que pudieran quitar con sus manos. Este emite sonidos de alerta, a la vez que luces rojas iluminan el rostro de Donnie. Él trata de detener o disminuir los daños, pero esos planes quedan en el olvido al ver los ojos granate de mi hermano abrirse de par en par.

- ¡Abandonen la nave!- grita Mikey, antes de que mi hermano pudiera decir una advertencia similar.

En el preciso instante en que nuestros pies tocan el suelo, la colosal máquina explota llevándose a las sombras consigo, no sin antes cegarnos por su gran brillo.
Y al igual que paso conmigo, otros espejismos aparecen frente a nosotros. Pero a diferencia del anterior, estos revelan otros diálogos y situaciones.

- No tienes que tener miedo, nada malo pasará.

- Tienes el poder de la oscuridad ¿Qué tiene de malo eso? Seguirás siendo el mismo Orion para mi.

- Orion.

- Orion...

- ¡Orion!

A medida que aparecen mas de ellas, nosotros retrocedemos hasta tal punto de chocar nuestras espaldas. Aquellos espejismos comienzan a hacerse mas repetitivos, como si... Orion jamás pudiera olvidarlos.

- No lo hagas.

- ¡Por favor no me abandones!

Gritan con dolor antes de desvanecerse. Todo queda en silencio, a excepción de nuestras respiraciones agitadas.

- ¿Qué... que fue eso?- pregunta Mikey en un susurro.

- Son recuerdos- respondo- las sombras provienen de Orion, lo que significa que están creados por él, y aquello que vimos hace segundos forma parte de él. Si queremos impedir que más sombras aparezcan tenemos que destruir su "impresora", la cual es Orion.

- ¿Pero cómo haremos eso?- pregunta Leo- él es gigantesco y nos aplastaria en un segundo antes que pudieramos siquiera dar un paso.

- Podríamos usar la tortumoto- propone Donnie, luciendo pensativo- utilizariamos los autos volcados como rampa para que así Raph conduza sobre ellos e ingrese dentro de Orion.

- ¿Funcionara?- pregunto dudoso.

- Claro- sonríe- su cuerpo esta hecho de sombras, no te quedaras estampado a él o algo parecido.

(***)

Estando sobre la tortumoto observo la rampa a unos cuantos metros de mi.

Los chicos distraen a Orion para que este quede frente a la rampa. Inhalo y exhalo para calmar mis nervios y la adrenalina en mi sistema.

"Todo saldrá bien" me repito una y otra vez.

- ¡Ahora!

El motor del vehículo ruge estruendosamente a medida que avanzo sobre la rampa. Subo por ella, como si se tratara de una montaña rusa, y al llegar a la punta la moto se separa de ella y queda suspendida en el aire.
Me paro y salto, adentrandome en el cuerpo del demonio.

¿Plan suicida? No lo hubiera dicho mejor.

*****************************

¡Solamente falta el epílogo!

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