Despedida Precipitada

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Después de ese día, Yoongi no volvió a escuchar la voz de Jimin detrás de aquella puerta sólida, todos los días hacia el intento de susurrar sobre aquel agujero en la pared, sin embargo no conseguía nada, el silencio tan perpetuo no le dejaba dormir, obligando de ese modo a Yoongi a hacer un ritual tedioso y amplio antes de conciliar el sueño; solía caminar de un lado a otro dentro de su pequeña habitación, después se acercaba a la esquina de su habitación, la más oscura de ellas y ahí permanecía por amplios minutos observando el hueco, esperaba a todas luces que Jimin sacara su dedo de entre la pared, sin embargo al no ver movimiento, solo podía continuar caminando de un lado a otro cual oso negro encerrado en jaula, sentía que la impaciencia le quemaba la carne por dentro, finalmente, cuando terminaba cansado de ese constante debate se recostaba en la cama, y aun en ella, miraba hacia aquella esquina tan oscura en la espera de ver el dedo pequeño de Jimin o en su lugar, en la espera de caer dormido.

Sin embargo, aquel día despertó con un extraño sentimiento encerrado en su pecho, se levantó de la cama sobresaltado, su pecho subía y bajaba con velocidad ante aquella terrible pesadilla; y es que su sueño, no complejo, consistía en él dentro de su habitación, una penumbra le envolvía el cuerpo y un escalofrió le abrazaba el cuerpo haciéndole sentir como su piel se achinaba, fue entonces cuando una enorme mano se coló entre los barrotes de la pequeña ventana que se ubicaba en la superioridad de aquella pared, aquella mano con garras luchaba por cazar su cuerpo presa del miedo, sin embargo Yoongi, acobardado corrió fuera de su alcance encontrando refugio en una de las esquinas de aquella pequeña alcoba, por instinto llevó sus manos para cubrir de alguna forma su cabeza, sus ojos se cerraron con fuerza y su mandíbula ejerció fuerza intentando contener el grito que su garganta soltaría en cualquier momento, aquel joven asustado esperaba lo peor, pero nada sucedió, la extraña sombra se había ido justo por donde había entrado, fue entonces que un sinfín de sonidos martirizantes se escucharon susurrar sobre sus oídos.

"Fueron ellos... son ellos... ellos... ellos... van a matarte también... fueron ellos... ellos lo hicieron... Yoongi, Yoongi, Yoongi... ellos, ellos fueron, fueron, fueron, fueron, acaba primero tú con ellos... termina con ellos, ellos van a matarte porque solo eres una basura, basura, basura, basura... van a matarte... Hazlo, hazlo de nuevo, no será la primera vez, confía en mi... ¡hazlo, vamos!"

Aquellas palabras infernales legadas a aquellas carcajadas sonoras solo doblegaron las piernas debiluchas de Yoongi, que sin más, cayó al suelo; fue entonces, solo entonces que despertó con una terrible resaca y con una terrible angustia. Para él, el sueño se había vuelto una revelación divina y ante sus ojos se presentaba la verdad y la respuesta de la constante cuestión clavada en su cabeza; "¿Qué sucedió con Jimin?"

—Buenos días Yoongi, veo que ya despertaste — la mujer canosa, entró como todas las mañanas a su habitación sacando de tajo a Yoongi de aquellos pensamientos angustiantes —, el doctor Jang me pidió que te llevara a la sala, hoy inicia la nueva prueba de tu tratamiento.

—No quiero, no la quiero tomar — sin dudarlo, Yoongi se hizo a un lado tomando sus piernas con fuerza.

La mujer tomó del brazo a Yoongi aplicando un poco de fuerza, intentando de alguna manera jalarle hacia ella para dar pie a la caminata que iniciaría en segundos, sin embargo, por un reflejo de sobrevivencia Yoongi impulsó todas sus fuerzas y arrojó lejos a aquella mujer, ocasionando de inmediato que aquella se golpeara en una de las paredes, preso del miedo, Yoongi corrió fuera de aquel sitio. Sus pies descalzos impactaban uno a uno en el suelo.

—¡Jimin! ¿Dónde estás? – su voz jadeante y temblorosa resonó en las paredes del pasillo, donde las habitaciones de los demás internos tomaban lugar.

Al final de aquel pasillo interminable el jardín daba lugar, Yoongi pudo vislumbrar entre los rayos del sol bañando una pequeña figura, la luz impactaba aquella piel de porcelana, después de tanto, Yoongi volvía a ver ante sus ojos a Jimin.

La incesante emoción de verle de nuevo le impidió gritar, las fuerzas que había poseído su cuerpo comenzaban a abandonarle dejándole una cuenta dolorosa en las pantorrillas, en milésimas de segundos, Jimin giró la cabeza sobre su hombro, dirigiendo de ese modo su mirar hacia la mirada suplicante de Yoongi.

—¡Jimin! — Aquel solo pudo tomar la mano tan frágil del menor y jalarle con fuerza directo hacia los arbustos más alejados del jardín, cuando Yoongi notó la lejanía se tiró al pasto abrazando con fuerza el pequeño cuerpo de Jimin — ¿Dónde estás ahora? ¿Qué hicieron contigo?

—Yoongi, ellos me han llevado a probar un nuevo tratamiento, pero aquel solo quema mi piel, mis tobillos están tan helados cada noche cuando ellos vuelven a llevarme a mi habitación, sigo instalado a la habitación contigua a la tuya, pero aquella nueva forma de tratar con mi condición me deja agotado, no tengo ganas de moverme o salir al jardín. Me han dicho que aplicarán este nuevo tratamiento contigo y los demás pacientes, no lo permitas... — el brillar en los ojos de Jimin fue sin duda alguna distinto, una sonrisa le descompuso el rostro y suavemente retiró de su cabello platinado aquellas hojas amarillentas, sin vida, simplemente marchitas.

—Jimin... — desafortunadamente, el cansancio excesivo se había apoderado de su cuerpo, obligándolo a cerrar los ojos, Yoongi se había quedado dormido en los brazos del pequeño Jimin sin ser capaz de replicar o cuestionar, pero el menor no se molestó, solo pudo acunarle; pronto Jimin también cayó rendido a los minutos, abrazando con fuerza aquel cuerpo.

El tiempo se fue como agua, sus sueños se volvieron uno, sin embargo la pesadilla recién iniciaba; una luz tan molesta se posó en sus parpados, Yoongi abrió sus ojos con confusión, en sus brazos se encontraba ya, solo el vacío. Asustado se incorporó de inmediato observando a aquellos hombres de blanco, quiso huir sin embargo, el par de sujetos le tomaron de los brazos con fuerza, impidiendo de ese modo que aquel prosiguiera con el intento de huida. Fue de ese modo que al verse derrotado, Yoongi se dejó arrastrar hacia aquella habitación donde solo una silla de metal le esperaba.

༒ La Habitación de los Susurros༒

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