04.1

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–Guilty as Sin?, Taylor Swift

Zuko estaba en llamas, su barco estaba lleno de nieve y sus soldados congelados.

El príncipe soltó un grito de frustración, para luego caminar con enojo a su cuarto.

¿Por que soy tan idiota? ¿Por qué diablos tenía que traer a la Maestra Agua?

Entró a su cuarto y dio un portazo, las llamas de las velas eran desprolijas, tal como su respiración.

–¿Y con qué excusa, genio? ¿"Te llevaré conmigo por ser Maestra agua"? –se citó a él mismo, pasando una mano por su rostro frustrado.

Sintió alguien tocando la puerta.

–¡Fuera! –grito enfurecido–. No quiero ser molestado.

La puerta se abrió igualmente, dando cero crédito a las palabras del joven. Zuko se dio cuenta de que era su tío, él muy pocas veces aceptaba las "órdenes" de su sobrino.

–¿Cómo se encuentra príncipe? –le preguntó Iroh mientras cerraba la puerta.

–¿Qué te parece tio? –respondió mientras lo miraba de costado, Iroh vio como las velas estaban erráticas, pero conforme cada segundo se relajaban.

–No te castigues sobrino, no fue tu culpa –dijo el mayor–. Nadie nos podría haber ayudado al tener al Avatar en su estado más poderoso.

–No es sobre lo que pienso tío –Zuko se llevó una mano a la cabeza, ¿Cuál había sido su necesidad? –. La Maestra Agua es la que me está molestando.

En ese momento el barco se sacudió, los soldados los estaban liberando del hielo donde los había dejado Zie.

–Oh, la niña.

-Sí, ¿Por qué tuvo esa reacción? –el príncipe se estaba rompiendo la cabeza mientras pensaba la situación, mejor dicho, la persona–. He estudiado a los Maestros Agua, se como pelean sus capacidades pero esto... –se giró al mayor–, el aura de la chica parecía brillar en azul y su poder, ¡Ella nos congeló! Algo que el Avatar podría haber hecho, pero él simplemente se defendió y luego cayó.

–Zie lo hizo igualmente –interrumpió su tío, el cual se arrepintió rápidamente al decir el nombre de la Maestra–. Tal vez solo está muy entrenada.

Su sobrino soltó un sonido jocoso.

–Fue más que eso tío –afirmó Zuko–. Es una amenaza, no la subestimaré más.

Su tío asintió, no le contaría a su sobrino la razón del poder de la Maestra, no cuando ni ella tenía alguna idea de su capacidad. Sin embargo, había una pregunta que tenía en su cabeza desde que vio la cicatriz de la chica en su barco.

–¿Cuál fue tu idea al traerla prisionera? –era una inquisición cuya respuesta lo tenía confundido, Iroh sabía que su sobrino no toleraba ser desafiado, pero no encontraba la razón de traer a Zie al barco.

Girando su mirada a la izquierda para observar las velas, Zuko suspiro frustrado.

–No lo sé.

Su tío asintió y dejó la habitación del príncipe, pensando en las posibles razones detrás de esa respuesta.

Zuko de todas maneras, tenía una respuesta ya formulada, aunque su ego no la había dejado salir. El príncipe había sentido una necesidad de llevarla con el.

...

Tomo conciencia cuando escucho la voz de su hermana pequeña y el viento en sus oídos.

–¿Por qué no nos dijiste que eras el Avatar? –preguntó Katara.

Zie estaba con la cabeza recostada junto a su hermano, el cual al ver que abrió los ojos le sonrió y ayudó a sentarse junto a él.

–Porque nunca quise serlo –respondió el niño, abrazado a sus piernas.

Una nube pasó por encima de ellos haciendo sombra. Zie tuvo un pequeño escalofrío, tal vez por el cansancio que sentía, o por ese latido ajeno a su corazón dentro de ella uno que recorría todo su cuerpo.

–Pero Aang, todo el mundo está esperando el regreso del Avatar –le dijo Katara.

–Lo se pero... Como se supone que regrese, si nisiquiera se como ser el Avatar –respondió el niño.

Katara se giró a Zie en busca de su apoyo. Es gracioso como algunas cosas nunca cambian.

Según la leyenda, primero debes dominar el Agua, luego la Tierra y el Fuego –habló por primera vez la mayor de todos.

Ahora el foco de atención era ella. Sokka la había dejado recostada para poder verla de frente.

–Zie, ¿Cómo hiciste eso con el agua? –le pregunto Aang–. En mis pocos años de estudio, los únicos capaces de hacer movimientos tan fuerte de Agua Control son los Maestros más experimentados, y por lo que me dijo Katara tu solo tienes trece años de experiencia.

–Ni siquiera eso –continuó Katara–. Zizi, moviste agua alrededor de un enorme barco en movimiento ¡Y luego la congelaste!

Zie estaba incómoda, ¿Cómo explicaría su Control cuando ni ella sabía cómo hacerlo?, tomó aire pensando en que decir, e inconscientemente llevó la mano a la marca nacimiento en su frente.

–Yo... No lo sé –suspiro desanimada–. Lo poco que sé es tedioso, y las posibles conexiones entre todo es abrumador.

Katara se acercó hasta ella y tomó su mano. Levantó su mirada para ver a alguien muy parecida a su difunta madre sonriéndole.

–Creería que hay suficiente tiempo para que nos cuentes –apoyo su hermana pequeña. Aang sonrió y con su aire control se puso en la montura de Appa, quedando a un lado de Sokka y al frente de las chicas, ahora todas las miradas estaban en ella, impacientes.

Zie tomó aire, comenzando a formular sus palabras.

–Mamá y papá superion que yo era maestra agua desde el comienzo, Gran Gran solía contarnos a mi y a Sokka como el mar parecía ascender y descender con mi sueño, y enloquecer con mi llanto –ambos mellizos se miraron y sonrieron, recordando los momentos lindos de su infancia–, mi conexión con el mar fue algo instantáneo y mutuo, pero con el mundo espiritual... Fue algo más obligatorio.

La muchacha tomó más aire, había guardado todas sus historias para ella siempre, pero ahora tenía una pequeña familia que necesitaba saber todo.

Cuando tenía seis años, recuerdo estar en un lugar desconocido, era lejos de casa. Tenía césped, flores, pequeños animales cantando y otros enormes que parecían hablar. Fue por poco tiempo, y no llegué tan lejos, pero recuerdo tener una sensación de paz y plenitud.

La segunda vez que estuve allí es más memorable, tenía doce y pude hablar con alguien... O algo, aun no lo tengo muy claro.

Pero creo que la última vez fue la que más me marcó.

–Espera un segundo –dijo Sokka con una mano en su mandíbula–. ¿Tuviste viajes psicóticos más de dos veces y nunca le contaste a tu mellizo?

Zie paso una mano por su cara frustrada, y acercándose un poco a él le dio un golpe en su cabeza.

–Si tan solo me dejaras hablar, zopenco–le reprendió con un rencor falso.

–Eso Sokka, deja que tu melliza continúe –apoyo Katara.

–Como decía –Zie tomó aire para retomar su relato.

Fue unas semanas antes de la invasión, me desperté en el mismo lugar solo que está vez era diferente, estaba nublado, los pájaros no cantaban y, no lo sé, había algo diferente en el aire.

Una figura oscura surgió de las sombras del bosque, no transmitía oscuridad, creo. Pero me hizo sentir una conexión muy poderosa.

Sus palabras exactas fueron;

–El océano será tu mayor arma o mayor perdición, debes aprender a controlarlo antes de que te controle a ti joven portadora.

Traté de hablar, pero ninguna palabra lograba dejar mi garganta.

–Debes buscar al Avatar, el puente entre los dos mundos te ayudará a comprenderte mejor, no debes dejar que el mundo espiritual te consuma Maestra, sin La aquí el acceso a tu mente y alma será fácilmente corrompido.

Diferentes sonidos de asombro salieron de sus hermanos, pero Aang se mantenía en silencio.

–Genial, otra hermana chiflada con la que convivir.

Zie y Katara lo reprendieron con la mirada, él solo levantó sus manos.

–Entonces... ¿Estás conectada a Aang? –preguntó Katara.

La mayor pensó su respuesta.

–No estoy segura, creo que tiene que ver con los espíritus que portamos dentro nuestro, pero aun no entiendo porque dijeron que sería su guía.

–Porque debo tener uno –llamó la atención Aang–. Los monjes me habían hablado de esto, un Avatar siempre debe tener un guía espiritual.

–¿Como un gurú? –consultó Sokka, cada vez más perdido, Zie nego.

–Un gurú es algo más de la fe, meditación y chi –le explicó ella.

–Pero el guía espiritual del Avatar debe encargarse de protegerlo de los espíritus –completo el monje.

Zie pasó una mano por su cabello, estaba comenzando a oscurecer.

–¿Cómo se supone que descubriremos la manera de ser lo que debemos ser? –preguntó al grupo, hablando de Aang y ella.

–Bueno, supongo que podríamos ir al norte –respondió Katara con tono optimista–. Aang y yo conseguiremos un Maestro Agua control, Zizi tú podrías aprender más sobre los espíritus y tus poderes –tomó la mano de su hermana y miró a Sokka–, y creo que tu Sokka podrás golpear algunos Maestros Fuego en el camino.

El chico se recostó feliz.

–Sí, eso me gustaría.

–Está decidido entonces, iremos al norte –sentenció Zie con alegría.

El humor pesado que estaba antes ya había pasado, ahora se sentía más liviano.

–¡Genial! –dijo Aang–. Pero antes tenemos cosas que hacer –corrió con livianez hasta el frente de Appa y sacó un mapa, el cual abrió en el centro de su amigos–, aqui, aqui y aqui –el niño había señalado lugares de las Naciones Tierra y Agua, cada uno de los lugares más lejos que el otro.

Los hermanos se miraron divertidos, sería un largo viaje hasta el Polo Norte.

...

Cuando el sol había descendido completamente, el grupo decidió acampar en una pequeña isla y establecerse cerca de la costa.

–¡Aang no! –llamó la atención al niño de tatuajes cuando vio cómo usaba la grasa de foca para encender el fuego. El niño se puso colorado mientras continuaba con su tarea.

–Lo siento, ¿Era comida? –pregunto inocente, aunque Zie sabía que Aang lo hizo por su propia dieta.

–No juegues la carta de inocencia conmigo niño, Katara ya me ha dado la misma mirada muchas otras veces en el pasado.

Aang sonrió y se sentó junto a la fogata, palmeó su mano en la arena para que Zie se sentara junto a él.

–¿Qué pasa? –habló Zie al ver al niño con una sonrisa nostálgica.

–Es solo... Ahora no me siento tan solo –replicó mirando a las llamas–, cuando descubrí que yo era el Avatar, mis amigos no me dejaban jugar con ellos, ni siquiera querían practicar conmigo por el hecho de que "Sería injusto"

El corazón de Zie dio un vuelco, él es solo un niño, ¿Cual era la necesidad de dejarlo de lado?

–Pero ahora estás tú –continuo algo más sonriente, sus pequeños cambios de humor en la necesidad de siempre estar bien eran algo preocupantes para la muchacha–. Que por lo que contaste estamos conectados ¡Lo que nos hace casi hermanos!

Zie sonrió y pasó un brazo por los hombros del niño.

–¿Quién hubiera dicho que tendría tantos hermanos? –respondió con gracia–. Aang –lo llamó y él la miró atenta, su mirada le recordaba a Katara–, mira a las olas golpear contra la costa.

Ambos miraron hacia allí, y de repente solo se escuchaba el oleaje.

–El agua está en un constante estado de cambio físico Aang –contó ella, el monje no entendía bien sus razones–, siempre encuentra nuevos caminos, nuevas formas de moverse y purificarse, bueno, te seguiría aburriendo con la teoría, pero es mejor pasar a la lección –terminó Zie con un tono divertido, Aang sonrió–. La cosa es que nunca se queda en un mismo lugar, siempre en movimiento y cambio, y a donde voy con esto es, si sientes que algo te detiene, dejalo ir, deja que fluya, absolutamente todo.

–¿Todo, todo? –preguntó Aang algo inseguro, abrazado a sus piernas.

–Bueno, no todo –respondió la Maestra, y por un momento las llamas de la fogata se volvieron más rojas–. El amor por alguien es algo a lo que te debes aferrar siempre –tomó la mano del monje entre las suyas con cariño–. Y asegúrate de que ese amor te mantenga del lado correcto.

Aang se giró a Zie.

–Hace unos días que nos conocemos y ya me has enseñado muchas cosas, no dudo en que serás una excelente guía. 

Se escuchó algo entre las plantas y ambos voltearon en busca de algo peligroso, pero se relajaron al ver que eran Sokka y Katara.

–¿De que nos perdimos? –preguntó Katara al ver a Aang tan feliz.

–Oh, no mucho, solo que me gustaría haber tenido una hermana –le respondió Aang mientras se apoyaba un poco más en Zie.

El niño claramente no se dio cuenta del peso de sus palabras, pero Zie sintió como una lágrima traicionera escapaba por su ojo izquierdo. Katara al darse cuenta, se sentó él en lado libre al lado de su hermana y la abrazo.

Sokka observaba la imagen con cariño, el sabía que Katara era la que más había sufrido la desaparición de Zie.

Luego de comer unas frutas que Sokka y Katara habían conseguido, el grupo decidió bajar sus cosas y echarse a dormir. Aang y Katara durmieron en sus bolsos arriba de Appa mientras que los mellizos durmieron abajo.

–Psssss –escucho que la llamaban Zie.

Se giró para encontrarse a su hermano a medio sentarse en su bolso, ella aun estaba afuera tratando de hacerse una almohada con pelaje de Appa.

–¿Qué pasa? –le preguntó en voz baja.

–¿Puedo dormir contigo? –su hermano lo había preguntado en una voz tan baja que Zie no lo habia escuchado

–¿Como dices que dijiste? –pregunto de nuevo con los ojos cerrados, como si eso ayudara.

–Pregunte, si-puedo-dormir-con-ti-go –deletreó en el mismo tono de voz que milagrosamente Zie entendió. Hizo una cara confusa.

–Pero... Dormimos en bolsas de uno...

Y ahí estaban ambos mellizos, mirándose con cara confundida entre ellos.

–¿Pero puedo? –dijo Sokka algo sospechoso.

Zie se encogió de hombros.

–Claro, mientras no ronques –le respondió con una sonrisa, Sokka se acercó dando saltitos.

–Pff, deje los ronquidos en mi pasado –replicó rodando los ojos con tono superior.

–Si lo dices.

Zie se metió en su saco y se sacudió por el cambio de temperatura, miro a las estrellas y escucho el agua, se sentía relajada, conforme pasaban los minutos el sueño le iba ganando. Hasta que escuchó la respiración entrecortada de su hermano, seguida de un ronquido.

Mentiroso, pensó con rencor para moverse más cerca de Appa y dormir entre sus peludas patas.











... 

capítulo corto pero necesario, ahre

nada mas había terminado el anterior muy rapido y me quedo tiempo para escribir el relleno JAJJAJAJAJAJAJAAJ

Amo la relación de Aang y Zie, con Sokka y ella vamos a profundizarla también y con Katara... Agarrense de los pantalones... 

JAJAJAJAJ chiste chiste, espero les este gustando la historia tanto como a mi. 

voten y comenten porfisss me motiva mucho, nos leemos mis amoressss 🫶🏻🫶🏻


ps: si este cap tiene buen apoyo subo el otro dentro de poco 🫶🏻

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