22. Planes crueles

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"Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo"

Efesios 6:11

— ¡Hola, Haza! — Dafne se enderezó, se puso de pie y saltó junto a Haza — ¿Cómo te sientes? Ya casi no se nota el moretón.

Estaba mintiendo, Haza sabía que Dafne estaba mintiendo.

Instintivamente se llevó la mano a la mejilla derecha, allí se extendía un enorme moretón morado y rojizo, que se volvía transparente en los bordes y el centro, por lo tanto ya estaba sanando, aún así se notaba bastante, era una pesadilla salir con semejante marca en el rostro, incluso varias chicas le habían dicho que podían acompañarla a denunciar a su "novio" por maltrato, cuando Haza rechazó e intento explicarles la situación ellas le dieron un folleto para mujeres maltratadas y cómo salir de dicha situación, eso la conmovió, que un grupo de desconocidas se preocuparán de tal manera por ella.
Pero sin duda la más afectada era su madre, cuando le vio el moretón estuvo a punto de demandar a la escuela, pero debido a que fue todo un accidente poco pudo hacer al respecto, aún así eso no había evitado que fuera y les gritará por 30 minutos a el equipo de fútbol por su error, también había llevado un postre de calabaza que hizo Owen para el universitario que ayudo a Haza, pero toda su buena voluntad hacía él desapareció cuando se enteró de que era el mismo que la había golpeado con el balón, Kevin no estaba allí, pero de haber estado allí habría sido regañado por Evangeline, en su lugar fue el entrenador del equipo quien termino con el postre de calabaza aplastado en su brillante calva.

— Mejor, me siento mejor, aún me duele un poco al masticar pero nada insoportable — Haza rápidamente desvío el tema, pues no se sentía cómoda hablando de ello, más que todavía no había encontrado a Kevin, que gentilmente la había llevado a la enfermería, sin importar lo mucho que lo había buscado para agradecerle y disculparse por vomitarle encima parecía ser que la tierra se lo había tragado, muchos lo conocían, pero parecía ser que evitaba a Haza a toda costa — ¿Y ahora?

— ¿Ahora qué? — a lo mejor Dafne esperaba alguna clase de propuesta con tal de sobrellevar la hora libre que tenían, cortesía de un profesor que se enfermo.

Blue se puso de pie y sacudió su cabello azul, mismo que brilló gracias al sol.

— Yo iré por algo de comer, ¿Quieren algo? — al instante los ojos de Dafne se iluminaron. 

— ¡Sí! ¡Un batido de chocolate, please! — rogó Dafne dando un par de saltos como una niña pequeña.

— ¿Y tú Haza? — Blue sacó del bolsillo de su falda su billetera roja de felpa y empezó a contar su contenido, a veces Haza olvidaba que esa era escuela de ricos.

— Estoy bien, gracias Blue.

— Vale — Blue le extendió el dinero a Dafne y ella lo tomó —. Ve y cómprame algo extremadamente frito y cubierto de chocolate, confió en tu juicio para no intoxicarme. Iría yo misma pero se me bajó el azúcar  — Blue guiño un ojo, dando a entender que simplemente no quería caminar los quince metros desde el coliseo hasta la tienda.

— Okay — Dafne se fue dejando a Haza con la duda, no quería sonar grosera pero realmente deseaba saberlo.

La chica espero a que Blue se sentara a su lado para hablar.

— ¿Cómo te llamo? No me gusta utilizar apodos, así que quiero saber cuál es tú nombre real —Blue la miró extrañada.

— Pues Blue, mí nombre, claro está.

— Espera...¿Blue es tú nombre real? Creí que era un apodo.

Blue alzó sus brazos estirándose y dejando caer su cabeza en los muslos de Haza, mirando al cielo, Haza se erizó ante aquel acto pero no dijo nada, ni siquiera respiro, solo suplico que el olor a sangre no llegará a Blue, después de todo Haza estaba en su periodo.

— Lo sé, un nombre horrible, pero mis padres me parieron a sus 18 y 30 años, ¿Qué se podría esperar? No lo pensaron muy bien antes de llamarme "Blue Suri Rose Lomelí Sevygnie", descuida, cuando cumpla 18 los demandare por semejante blasfemia de nombre. 

 — ¡Vaya! No tenía idea, lo siento.

— Descuida — Haza pensó que Blue se levantaría de sus muslos, pero en vez de eso se estiró como si Haza fuera su cama y se acomodo mejor en las piernas de la chica, los ojos de Blue se posaron directamente en los pechos de Haza — ¡Que envidia! Solo 15 años y tienes más busto que yo, además de que tienes muslos gruesos — Haza se estremeció cuando Blue le dio una palmada en sus muslos —, a los chicos les gustan las chicas con muslos de mona china, te ganaste la lotería genética, niña — Haza se sentía avergonzada por aquel comentario, Blue le dio la espalda a Haza aun recostada en sus piernas —. Aunque Hazael si es un nombre muy bonito, ¿Qué es? ¿Hebreo?

— No, es Sirio, Hazael fue un rey de Aram-Damasco, pero mis padres lo eligieron porque significa "Dios ve, Bajo la mirada del Altísimo y alegría" — Blue contuvo una carcajada.

— ¡Vaya! Tus padres si lo pensaron bien, los míos solo colocaron un montón de nombres en trozos de papel y fueron sacando, y los nombres de los papeles que sacaban me los pusieron.

Haza pudo notar un índice de amargura en la voz de Blue, rápidamente supuso que estaba incómoda porque Haza asumiera que su nombre no era Blue.

— Realmente no pensé que Blue fuera tu nombre, lo siento.

— ¿Qué cosa? — Dafne le extendió una dona de chocolate mientras ella tomaba el batido.

— Haza creyó que Blue era un apodo por mi cabello.

Por fin Blue se levantó de los muslos de Haza y tomó la dona, el alma de la chica salió de su cuerpo y se cubrió la boca al notar que el cabello de Blue tenía una pequeña mancha roja, la muchacha bajó la cabeza y descubrió que estaba totalmente manchada de sangre menstrual. La joven se quedó completamente petrificada, ¿Qué debía hacer?

A) No decir nada y esperar que las personas asumieran que solo era uno de los tantos tintes locos de Blue.
B) Fingir demencia.
C) Esperar a que Dafne se dé cuenta y evitarlas por el resto de su existencia. 
D) Decirle y abstenerse al posible rechazo por parte de Blue, y al ser marginada socialmente por el resto de la escuela, ganándose así el apodo de "MenstruHaza".

— No la culpo — continuo Dafne bebiendo el batido —, sinceramente no sé que tenían tus padres en su cabeza cuando te pusieron un color como nombre.

— Cállate — Blue le jaló amigablemente el cabello a Dafne, haciéndola caer encima de sus piernas, Haza rápidamente intervino pues sabía lo errática e impredecible que era Blue, además quería terminar esa conversación rápido para ir y rogar ayuda a su madre, si así dolía el periodo menstrual ¿Cómo sería un embarazo? Y desde ese día la pequeña Haza se propuso a jamás parir a una criatura.

— ¿Tan joven era tú madre? Debió ser difícil — Blue casi escupió el batido que le había arrebatado a Dafne.

— No, jajaja, ¿Por qué todo el mundo asume que es mí madre la joven de la relación? Mí mamá tiene 47 y mí papá 35. Y sí, papá recién cumplió su mayoría de edad y nací yo. Lo creas o no están felizmente casados hasta hoy — Haza apretó sus manos, los cólicos la estaban matando, pero intento apartar esos pensamientos enfocándose en la información que recibía, parecía ser que sus padres le habían dado tanto libertinaje a Blue. Blue era una buena chica, pero parecía que no le importaba nada, por eso Haza rápidamente se sorprendió de lo que dijo, pero se sintió orgullosa de sí misma.

— ¿Quieres venir a la iglesia conmigo?

Al instante Blue se puso seria, era como si Haza hubiera escupido en su batido o algo así, eso asustó mucho a la chica.

— ¿Qué? ¿Piensas que tengo el diablo adentro?

— No, claro que no, solo... — los ojos de Haza viajaron al bolso multicolor de Blue, que claramente estaba hecho de retazos de ropa y tenía algunos dibujos hechos a mano — dentro de poco es la semana infantil y necesitamos voluntarios que ayuden a los niños con dibujos, canciones y cosas así, pareces ser alguien muy creativa por eso creí que...te gustaría.

Rápidamente la expresión de Blue cambió por completo, a una dulce y llena de entusiasmo.

— ¡Claro! Soy muy buena con artesanías — Blue acabo de beber lo poco que quedaba del batido, provocando el enfado de Dafne.

— ¡Hey! ¡Era mío! 

— Luego te compro otro, no llores — Blue se puso de pie y nuevamente sacudió su cabello, era increíble lo notoria que era la macha roja en medio de tanto azul, Haza solo quería que la tierra la tragara —. Pero tendrás que hacer algo por mí.

— Háganse el bien unos a otros sin esperar nada a cambio — respondió Haza tapando con sus manos la mancha de su falda intentando que Blue no la notara. 

— Déjame adivinar, ¿Proverbios qué..?

— Jajaja, no Blue, solo lo decía por jugar. ¿Qué necesitas?

— Que vengas a mí casa para escoger los materiales para las artesanías, mí mamá vendrá a recogernos, espérame a la salida, ¿Okay? Y no te preocupes por tú madre, yo hablaré con ella.

— Eh...¿Vale? Entonces te veré a la salida, ya tengo clases, se acabó mí hora libre.

Blue asintió y empezó a alejarse, Dafne miró sorprendida la mancha roja en la cabeza de Blue y luego miró a Haza, rápidamente uniendo los puntos, Haza suspiro y se tragó su orgullo, esperando que Blue no se enojara. 
En ese momento Haza supo que la respuesta era la D, la D de Diosito. 

— ¡Blue! — la chica de cabello azul se detuvo en medio de su caminar y se giró sonriendo, su sonrisa rápidamente desapareció al ver la mancha roja en la falda de Haza —. Perdóname, pero creo que debes ir a lavarte el cabello. 

Blue se llevó la mano a la cabeza, justo a la mancha roja, ella se noto asqueada pero rápidamente lo ignoró y corrió hacia a Haza.

— ¿Te sientes bien? Te ves pálida — Blue tomo de la mano a Haza, como si tuviera miedo que se desmayara —. Vamos a la enfermería, allí tienen toallas higiénicas.

— Iré por jugo de uva — anuncio Dafne corriendo hacia la tienda —, asi quizás se reponga un poco la sangre que has perdido. 

— Vamos — Blue tomo de la mano a Haza y empezó a caminar con ella hacia la enfermería.

Haza estaba confundida, esperaba que Blue estuviera enojada o por lo menos asqueada, pero actuaba como si nada, al contrario, Blue la sujetaba con cuidado, como si tuviera miedo de que se desmayara. 

— ¿No estas enojada? — pregunto Haza al llegar a la enfermería, Blue entro y rápidamente se dirigió a un gabinete lleno de toallas higiénicas, la chica azul negó. 

— ¿Por qué lo estaría? Somos mujeres, es natural mancharse de vez en cuando, entre nosotras debemos apoyarnos — Blue tomó tres toallas higiénicas y se las extendió a Haza —. Lo que no es natural es que sangres tanto, parece que estuvieras teniendo un aborto, ¿Te sientes bien? — Haza asintió, tomando las toallitas.

— Casi siempre sangro así, es normal.

— Guau, yo no sería capaz de soportar tanta pérdida de sangre. Iré a buscar a la enfermera para que te dé algo para los cólicos, ya vuelvo. 

Haza negó. 

— Gracias, Blue, has sido muy buena conmigo, pero no es necesario.

— ¿Segura? Pareces Carrie, la de Stephen King — Haza sonrió y se dirigió al baño de la enfermería. 

— Gracias, pero estoy bien.

— ¡Aquí estoy! — Dafne llegó a la enfermería agitada, claramente había estado corriendo, con un frasco de jugo en las manos —. No había de uva, pero si de arándanos, creo que servirá. 

Haza las miro sonriendo, no podía creer que Dios pusiera a personas tan buenas en su vida, a veces Haza pensaba que no merecía ser tan bendecida, puede que para muchos fuera normal, pero para las mujeres esto era solidaridad femenina en todo su esplendor.

— Bien, iré al baño de mujeres a lavarme la cabeza, tu cambiate las toallas y bebe el jugo, a ver si asi no te desmayas.

Haza feliz obedeció. 

Al salir Haza se sentía nerviosa, no sabía cómo era la familia de Blue y sumado al evento de ese día sentía que no podría mirarla a la cara sin sentir vergüenza, Haza esperaba que toda la familia de Blue fuera tan buena como ella, aunque fácilmente podrían ser unos secuestradores o narcotraficantes y Haza estaba yendo directamente hacía ellos. De todas formas Haza le había escrito a su madre, padre y Cory en donde estaba, por si las cosas se ponían mal la policía supiera dónde buscar primero. Haza terminó de beber el jugo de arándanos, la muchacha movía sus piernas de un lado a otro, aliviada de haber llevado una falda de repuesto ese día, Blue apareció poco después, en un auto negro que a juzgar por lo enorme y equipado que era debía ser carísimo.

— ¡Vámonos, Haza!

Haza miró al cielo y elevó una pequeña oración: "Señor, ahora estoy a punto de ir a la casa de una familia que no conozco, solo tú sabes lo que pasa en sus corazones, por favor, cuídame y protégeme, ayúdame a dar ejemplo de tú palabra. Amén".
Haza se subió al auto, Blue rápidamente la abrazo y pateó juguetonamente el asiento del conductor, el cabello de Blue aún estaba húmedo.

— Haza te presento a mamá, Claudia, alías "Claupanga", mamá, Hazael, Hazael, mamá.

 ¡Oh! Hola Haza, escuché algunas cosas sobre ti, no te preocupes, nuestra casa no está tan lejos — saludo Claudia, dejando a Haza impactada.

Claudia parecía una mujer de no más de 40 años,  tenía el cabello marrón oscuro semi platinado, con algunas canas empezando a formarse en los lados y coronilla de su cabeza, y ya una que otra arruga de la risa se asomaba en su corriente rostro, rápidamente Haza al principio no comprendió de dónde Blue tomó semejante actitud tan libre y relajada, su madre no era nada parecida a ella: Claudia llevaba una camisa azul de manga larga ceñida al cuerpo, una falda negra que se pegaba de forma dolorosa a sus piernas, haciendo que caminara como un pato, tacones de aguja, maquillaje perfecto y un par de joyas que Haza no pudo discernir si eran caras o no, pero lo que sí pudo apreciar era que eran muy hermosas, el cabello le llegaba hasta el mitad del cuello, además de que tenía un millón de pañuelos de seda acomodados en su cintura simulando un cinturón multicolor. Pero al llegar a la casa Haza supo de donde Blue había heredado tal actitud y creatividad. Su padre era todo lo contrario a su madre, era un joven castaño que parecía excesivamente joven a comparación de su esposa, de unos 25 a 30 años, el hombre estaba plácidamente en el sofá gigante de la mansión, con nada más que unas sandalias, unos vaqueros y una camisa a cuadros, su cabello era largo, le llegaba hasta la mitad de la espalda y tenía trenzas colocadas de forma aparentemente aleatoria, el hombre tenía plumas entretejidas en las trenzas, un piercing de toro en la nariz, unos cuantos tatuajes en el cuello y brazos, unas pulseras de madera y un largo arete en forma de pluma en su oreja derecha.
Al entrar a la enorme casa Blue corrió directamente hacía el hombre saltando encima de él.

— ¡Papá!

— ¡Oh! ¡Princesa! ¿Por qué llegaste tan rápido? — el hombre besó el cabello multicolor se su hija, antes de percatarse de la presencia de Haza —. Hola, ¿Quién es tu amiga? 

— Tuvimos dos horas libres, una la pasamos haciendo nada y la otra la adelantaron y por eso salimos temprano — Blue tomó a Haza de los hombros y la sacudió amigablemente —. Ella es Haza, mí amiga.

— Un gusto, soy Pavel, el padre de Blue.

Pavel se puso de pie, Haza pensó que le extendería la mano, en vez de eso el hombre la abrazó y volvió a sentarse en el sofá. Al recuperarse de la sorpresa Haza intentó sonreír de forma cortés. 

— El gusto es mío señor, debo decirle que su casa es gigantesca y muy hermosa.

Pavel miró orgulloso alrededor del sofá, observando orgulloso su casa.

— Gracias, fue difícil comprarla, pero con esfuerzo todo se puede.

Blue se colocó al lado de sus padres y los abrazó por los hombros, Haza pensó en lo mucho que Blue manifestaba amor por sus padres, parecía orgullosa de ellos. La madre de Blue caminó elegantemente y se sentó al lado de su marido, dándole un breve beso fugaz en los labios.

— Mis padres trabajan de forma independiente, pero les va súper duper bien, mamá es una de las mejores diseñadoras de sistemas de seguridad y papá es el diseñador de interiores más cotizado de todos —  rápidamente Blue corrió hacía Haza y la tomó de la mano — ¡Vamos a mí habitación para que veamos los materiales y podamos decidir qué artesanías hacer! — Blue jaló a Haza por las escaleras, sin dejarle tiempo de despedirse de los padres de la chica azul, el padre de Blue volvió a centrarse en sus videojuegos mientras que su mujer tomo un libro y empezó a leerlo, quedándose junto a su esposo. Haza se sintió incomoda al recordar que entre ambos había una diferencia de edad de 12 años y para que el padre de Blue la haya tenido a sus 18 significaba que Claudia había tenido una relación con el cuando aún era menor de edad. El mero pensamiento le revolvió el estómago —. Este es el cuarto de invitados, este es el cuarto de servicio, el cuarto del perro.

— ¡Hey! — gritó Christian indignado ante el comentario de su hermana.

— ¡Cierra la boca, idiota! — Blue se movía temblorosamente como si una descarga de adrenalina la estuviera dejando, Haza apenas si podía seguirle el paso, pues Blue corría como en un maratón —.Y ya conoces a la molestia de allá, es Christian, mí  hermanito, como veras en casa parece tranquilo pero molesta como un loco — Christian la saludo sin apartar la vista de su Playstation.

Blue finalmente abrió una puerta decorada con un sin fin de caracoles, brillantina, calaveras, trozos de tela y pesados de felpa, parecía ser un collage espontáneo que juntos creaban la frase "¿Quién es ese unicornio azul? ¡Es Blue! Un pitufo por montón" esa frase hizo a Haza sonreír, las ocurrencias de su amiga eran impredecibles. Blue se sentó en su cama sonriente, Haza entro con cuidado de no tropezarse con los múltiples zapatos y prendas que estaban esparcidos por el suelo, la habitación de Blue era gigantesca: llena de colores y objetos a azar, como; cuadros, dibujos, papeles, estatuas, dos lámparas con la forma de la torre Eiffel y del reloj de Londres, libros, mangas, un teclado, una guitarra eléctrica y un sin fin de materiales de arte.

— ¡Vaya! Si que tienes muchas cosas.

— Gracias, digamos que mamá y papá no saben decirme no, bueno, en realidad papá no sabe decirme que no, pero mi madre no sabe decirle que no a papá, papá siempre me compra todo lo que quiero — Blue tomó varios papeles de colores y una libreta —. A ver, ¿Hay algún tema en específico para esta artesanía?

— Ummm...el tema principal de la semana infantil es: "Todos los niños son especiales".

— ¿En tú religión hay personas multiculturales o de raza mixta? Lo digo porque muchos idiotas creen que Jesús era blanco de ojos azules.

— Claro, todos somos iguales a los ojos de Dios, por eso no importa la raza.

— Me gusta esa forma de pensar —  Blue se levantó y tomó uno de los cuadros de la pared — ¿Qué tal si hacemos algo como esto? — el cuadro era bastante bonito: un grupo de niños de diferentes razas tomados de la mano con un arcoíris tras de ellos.

— Perfecto.

— Está bien, haré un boceto de esto y cuando ya lo pasé en limpio a digital lo voy a imprimir, ¿Cuántos niños son?

— Unos 44.

— ¿Tantos niños? ¿De qué edad son?

— Van desde los 2 a los 6 años.

— Okay, ¿Qué tal si también hacemos algunas figuras de plastilina? Un corazón que represente el amor o un símbolo de la igual...

— Blue, Joshua te dejó las latas de pintura en...— un chico de ojos azules oscuros apareció por la puerta, Haza lo reconoció al instante, era Kevin, su salvador fugitivo —. ¡Oh! Lo siento, no sabía que tenías visitas.

Kevin llevaba una especie de uniforme, Haza supuso que quizás tenía algo que ver con la universidad, por ello supuso de inmediato qué tal vez Kevin si sería el chico que la llevó a la enfermería la otra vez, en especial por esos ojos, esos condenados ojos que le ponían la piel de gallina.

— Haza, él es Kevin, un amigo, creo que ya lo conoces, según tengo entendido se conocieron en la tienda cuando el tarado de mi hermano te regalo la mercancía de todo un día — se apresuró a decir Blue, subiendo las mangas de su camisa escolar —, tal vez lo conozcas por los O'Riley, según tengo entendido son...

— Somos parientes lejanos, vine a vivir aquí para convivir mejor con la familia, así sea lejana o cercana, familia es familia, ¿Verdad? — Kevin las miró con una pequeña sonrisa —. Bien, será mejor que me vaya, allí te dejo las latas de pintura, ¿Vale?

— Vale.

— Ehh...¿Cómo dijiste que se llamaba tú amiga? — Haza se cruzó de brazos ante la mirada y gestos burlones de Kevin, que claramente solo la estaba molestando.

— Hazael — respondió Blue alegré.

— Hazael...— susurró Kevin antes de irse.

— ¡Bien! ¿Cómo cuantas actividades artísticas deberían ser? — Haza la miró más desanimada, Kevin le había puesto la piel de gallina, la asustaba.

— Con tres estaría bien.

A el chico de ojos azules no le sorprendió encontrar a esa chica en su cama, con las manos a los lados de su cuerpo, parecía enojada, parecía que no tendría paz esa noche. Ella no dijo nada, lo siguió con la mirada fija en él, pero por más que él quiso ignorarla nada pudo hacer.

— ¿Qué quieres?

La chica lo miró de forma suplicante.

—  No tiene que ser ella.

—  ¿A qué te refieres?

—  Nunca te he pedido nada, pero yo siempre te he ayudado, por favor, puedes usar a alguien más.

Él se acercó a ella, con una sonrisa torcida, si ella había sentido la necesidad de rogarle por alguien, ese alguien debía ser muy especial.

—  Dame una buena razón.

Ella dudo.

Se mantuvo en silencio mirando al suelo, por un momento el chico de ojos azules creyó que se debían a sus ideales, pero hace mucho que ella ya no era parte de aquél hermoso paraíso terrenal que era esa iglesia.

—  Es una niña — dijo finalmente.

—  ¿Es una broma verdad? ¿Desde cuándo importa la edad?

La chica lo miró de forma suplicante.

— Por favor, nunca te he pedido nada, sabes que ellos son prácticamente mí familia, me ayudaron en tiempos difíciles, Genevieve casi se volvió mí madre, ¡Me dieron una beca en esa escuela de ricos para estudiar! Intentaron llevarme por el buen camino a su iglesia, por ello la consideró a ella como una hermana, puedes usar a cualquiera, pero a ella no.

— Ya he decidido a quien usar para alcanzar mí objetivo, no pretendo cambiar mis planes por mucho que me ruegues, debiste saber que esto iba a pasar desde que te comenté mí plan y mí objetivo, tú decidiste ayudarme.

Ella se acerco y lo sujeto de la mano.

—  Lo hice porque te quiero.

Él ladeó la cabeza.

— Por eso mismo no cambiaré mis planes. Además — el chico la miro engreído — ambos sabemos que tu no me amas, haces esto por el, no por mi. 

—  Bien — ella se levantó y caminó hacia la puerta, parecía tranquila pero antes de llegar se detuvo y lo miró con rabia —.  Tal vez por error diga algunas cosas — ella se sujetó contra el marco de la puerta — y tal vez, solo tal vez, se lo diga a ella.

Rápidamente él la siguió, sujetándola del cabello para golpearla con fuerza la cara de su prima contra la pared, sin dejar de sujetarla del cabello.

—  Que sea la primera y última vez que me amenazas.

—  Suéltame.

— No me provoques, pequeña, tú no me importas, ya sabes quien es mí objetivo, fácilmente te puedo remplazar, todos aquí son reemplazables en mí plan.

—  Todos incluidos él, ¿No? Pasaste años soñando con tenerlo y haciendo tus cosas a escondidas, pero ahora simplemente sabes que nunca te amara, por eso lo reemplazas con ella ¿Verdad? — el chico apretó el agarre en el cuello de ella, la chica jadeó de dolor pero continuó hablando —. Tus pecados contra él son muchos, tantos que sabes que sin importar que pase jamás será tuyo, ¿O es que acaso lo reemplazas con ella porque puede darte hijos? ¡Ah! ¡Tu y tus creencias retorcidas! No piensas cometer los mismos errores que con él, lo rompiste, ¿Sabes? Lo destruiste por completo y usaste a sus hermanas para dañarlo más, suerte que ahí tenían a su papito para que las consolara, pero él nunca se perdonó, sabes que hasta el día de hoy se culpa, ¿Verdad? — la chica sonrió al notar que había tocado el punto débil de su cómplice, porque eso eran ambos, cómplices — . Pobrecillo, le rompiste el corazón, jugaste con ella y cuando te diste cuenta ya no la tenías, la mataste era tan hermosa y fuerte, habías perdido al amor más grande de tú vida, pero luego notaste que había alguien mucho mejor que ella, su hermanita, ¿Verdad? Siempre te gustaron las pelinegras...o los pelinegros.

Se burló ella, él le dio una bofetada con fuerza antes de apretar su cuello.

—  Cierra la boca.

—  No te tengo miedo.

—  Eso díselo a Josh, a mí no me engañas, "primita" linda, no puedes engañarme, no a mí.

Ella se tensó al escuchar el nombre de Joshua, eso le provocó a él una carcajada.

—  A él manipúlalo cuanto quieras, no me importa, de algo te sirve ser tan cercana a él pero no te atrevas a intentarlo conmigo, primita, no lo hagas si sabes que es lo mejor para tí.

— No la uses a ella, simplemente no la uses, es muy pequeña y no lo entendería.

—  ¿Así que la otra no te importa?

—  Claro que me importa, pero sus padres la educaron de forma en que no sentiría miedo en tal situación, ella es fuerte, ella es...

—  Una niña, sí ya entendí, pero no puedes proteger a tú hermana pequeña por siempre — él la soltó —. Sólo por esta vez lo dejaré pasar, pero eso no significa que no la use en mí plan — el chico de ojos azules se encogió de hombros, de solo imaginarse a Joshua llorar sentía una punzada en pecho, porque sabía lo que eso podía significar y no le gustaba lo que significaba —. Suerte que no quiero provocar más dolor del necesario — admitió, recordando los hermosos ojos del amor de su vida y como pronto esa persona sería suya. 

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