29. Pensamientos errados

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"Y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes."

Lucas 15: 12

Las ventanas vibraban al ritmo de la musicá, también el suelo y las paredes, Bri dudaba que fuera culpa de la música del todo, a lo mejor tanto movimiento se debía a los cientos de hombres y mujeres semi borrachos que bailaban, nadaban, tenían sexo o agitaban billetes a las bailarinas y a los bailarines, eso era lo que hacían todos allí, dejar salir sus deseos más salvajes y crueles, más perversos y aberrantes. Todos excepto Kevin, que permanecía sentado tranquilamente en una de las mesas del jardín, bebiendo un vaso de jugo de fresa, de vez en cuando se dedicaba a mirar las estrellas, contando las constelaciones que veía.

Algunas bailarinas se le habían acercado, ofreciendo sus servicios, Kevin solo las ignoraba hasta que ellas se cansaran, no lo hacía porque Nathaly estuviera en el tercer piso de la mansión observándolo, de hecho, poco o nada le importaba lo que ella dijera o hiciera, le gustaba ver cuando ella se enojaba y peleaba con las otras mujeres por ofrecerse a él, le parecía excitante, pero ese día en particular estaba aburrido, bastante aburrido, no tenia ni ganas o tiempo para buscar a alguna mujer que cumpliera sus deseos, mucho menos a un hombre.

Aún asi le gustaba estar en aquella situación, le parecía irónico como una ciudad tan tranquila y aparentemente perfecta podía ocultar un prostíbulo tan bestial a las afueras de la ciudad, en una serie de ocho mansiones que según los lugareños eran los "hogares de personas importantes", cuando en realidad no era más que varios prostíbulos donde personas ricas y famosas venían a liberar sus más bajos instintos, incluso su propio padre, un político extranjero que profesaba "la paz, honestidad y respeto" solía frecuentar dichos lugares en secreto. A Kevin le parecía bastante gracioso que muchos residentes de la ciudad pensaran que debido a sus impuestos podían mantener a la ciudad en tan buen estado, si tan solo supieran las cantidades excesivas que solían pagar algunas personas al alcalde con tal de hacer todas sus bestialidades, el alcalde usaba ese dinero para mantener bien a la ciudad y asi ser reelecto en cada futura reelección, asegurándose de no perder a sus clientes ricos y poderosos. 

Kevin se preguntaba qué estaría pensando la tía Genevieve de verlo en aquel lugar.

Aunque lo cierto es que no eran parientes sanguíneos, a penas sí la conocía, su padre, Wallace Vodja, había tenido una buena amistad con Patrick padre y Laura Bellefleur en vida, siempre les tuvo un gran aprecio a los Bellefleur, incluso ahora cuando Patrick padre y Laura habían muerto Wallace seguían sintiendo cariño por los Bellefleur, por ese incitaba a Kevin a pasar algunas vacaciones con ellos, con Patrick hijo, el padre biológico de Joshua y Dafne fue un rotundo fracaso, siempre estaba demasiado ocupado como para prestarle atención, con Genevieve las cosas fueron peor, ella directamente le dijo que no lo quería en su vida o en la de sus hijos, ni siquiera Dafne o Joshua sabía de la relación que tuvieron sus antepasados, Kevin no planeaba contárselos, nunca lo haría, sólo le gustaba pasar tiempo con ellos como una forma indirecta de joder a Genevieve, porque así le demostraba que no siempre ella tenía el control, a veces Kevin podía tener el control, aunque no era que Kevin fuera un acosador o algo similar, no se la pasaba persiguiendo a los O'Riley por todo el país, solo se divertía con la ingenua de su hija y el traumado de su hijo cuando regresaban a la ciudad, para Dafne y para Joshua Kevin solo sería el típico matón de turno que se colaba a su escuela cuando las clases de la universidad eran muy aburridas. Cualquiera pensaría que Genevieve fue muy cruel al decirle eso, pero...lo cierto es que Genevieve tenía sus motivos, ella conocía muy bien a las personas como Kevin, demasiado bien.

Kevin jamás le dijo a su padre lo que Genevieve le había dicho, ¿Por qué hacerlo? El hombre no quería perder la oportunidad de escaparse de su hogar por varios meses al año y divertirse con quienes lo rodearan, astutamente Kevin se inventaba historias fantásticas cada vez que llegaba a su casa, sobre lo "amable" que era Genevieve y lo "cariñoso" que era Finley con él, como lo consideraban "parte de la familia", lo cierto es que Kevin solía pasar las tardes en la piscina tras la casa que su padre le compró exclusivamente para ese viaje, solía hacer eso, hasta que una tarde se cruzó con un par de ojos azules que lo enamoraron y decidió seguirlo, incluso mudarse solo para ver ese par de ojos azules que tanto amaba. 

Aunque muy en el fondo Kevin sabía que lo suyo era imposible, ilegal incluso, pero eso no evitaba que el hombre aprovechará cada oportunidad para escaparse e ir tras el causante de sus sentimientos, pero ahora debía ser paciente y calcular todo con cuidado o esta vez podría perderlo para siempre.

Kevin alzó la mirada y se encontró con que Nathaly ya no lo estaba observando, a lo mejor habría ido a acostarse con algún cliente rico y poderoso, eso a Kevin no le importaba, siempre y cuando no lo contagiara de alguna ETS todo estaría bien. Kevin señalo a una mesera y le indico que trajera a Bri con él. Como vender alcohol era parte de las exigencias que Nathaly les imponía a sus "trabajadoras" ninguna podía negarse a ir con quien le ofreciera un trago, cuidándose de no tomar demasiado, seria muy difícil bailar en tacones de 15cm estando borracha. La mesera le indicó a Bri que alguien deseaba su compañía, la muchacha frunció el ceño asqueada, se notaba que no disfrutaba mucho de acostarse con cualquiera a cambio de unas pocas monedas, Bri no había recibido ni un solo centavo por parte de Nathaly hasta el momento, según le dijo la chica ella le estaba guardado el dinero para dárselo al final del mes e ingenuamente Bri le creyó, pero la mueca de asco desapareció del rostro de Bri al ver que a quien le señalaban era a Kevin, la muchacha observó al tercer piso, asegurándose que Nathaly no la estuviera siguiendo o mirando, no quería meterse en problemas con su "jefa" y perder el dinero que según Nathaly ya había ganado. Hasta el momento Bri se había acostado con cuanto hombre se le había puesto entre las piernas, pero ninguno resultaba ser realmente atractivo, no se sentía mal por hacerlo, el propio Kevin le había dicho que era la única opción que tenía si deseaba alcanzar su sueño de ser actriz sin ninguna clase de apoyo, pero sobre todo a Bri no le importaba porque su primera vez había sido con el amor de su vida, con su querido y guapo Kevin.

Al asegurarse que Nathaly no la miraba, Bri dio unos cuantos saltitos en sus tacones de 15 centímetros, casi tropezándose en tres ocasiones, la escena era casi lamentable, era como ver a un ciervo bebé empezado a caminar, Bri salió corriendo hasta la mesa de Kevin, la muchacha recostó su cuerpo semidesnudo en las piernas de Kevin y le dio un beso en la mejilla.

— Rayos, por poco y no te reconozco — Kevin acarició el cabello rubio de Bri, la muchacha solo sonreía de forma coqueta.

— ¿Y porqué? ¿Me veo tan diferente? 

Kevin se relamió los labios.

— No lo sé, ponte de pie — al instante la muchacha obedeció y empezó a hacer poses frente a Kevin, moviendo su cuerpo en traje de baño, haciendo varias poses como si fuera una modelo — ¡Vaya! Se nota que estás preparada para la alfombra roja — Kevin extendió sus brazos sujetando la cintura de Bri, haciéndola sentar nuevamente en sus piernas.

— ¿Eso crees?  — preguntó Bri ilusionada. 

— Claro, ¡Pareces una modelo! Cuando seas famosa no te olvides de mí, ¿Vale, preciosa?— la sonrisa de Bri desapareció al ver una mueca de disgusto en el rostro de Kevin. 

— ¿Sucede algo? — preguntó Bri confundida al ver como la reacción de Kevin cambiaba tan rápido, paso de estar feliz a estar disgustado en un instante.

— No, solo que... — Kevin señaló el cuerpo de Bri, la muchacha rápidamente reviso su cuerpo, en busca de alguna mancha de alcohol o algo que no debería estar en su escaso traje de baño — no pareces tú — ahora era Bri quien tenía una mueca de disgusto.

— ¿A qué te refieres?

— Me refiero a que pasaste de tener 16 años a tener 25, el maquillaje te hace ver muy mayor, demasiado para mí gusto — Kevin enterró su rostro en el cuello de la chica, su respiración hizo a Bri temblar de risa, la joven sacudió su busto para que Kevin lo notara. 

— ¿Me estas diciendo que te gusto más al natural? — Kevin se enderezo y rápidamente asintió. 

— Sí, asi es.  

Bri abrazo a Kevin del cuello y se inclinó para darle un beso.

Bri no podía creer lo afortunada que era de tener a alguien tan maravilloso como Kevin en su vida, era apuesto y gentil, protector y...simplemente perfecto. La pequeña mano de Bri acarició la mejilla de Kevin, el muchacho era sin duda muy grácil: su mandíbula era marcada, haciendo ver su rostro más fino de lo que era, su cabello era castaño claro, casi rozando lo rubio y bastante desordenado, sus cejas eran curvas y pobladas, sus ojos eran azules, un azul oscuro y muy intenso, su cuerpo era musculoso, su piel estaba besada por el sol; sin duda alguna el hombre perfecto. Bri dejo de admirar a Kevin y se dispuso a seguir con el beso, pero justo cuando sus labios se rozaban la muchacha sintió un fuerte jalón en la parte trasera de su cabeza, haciéndola caer al suelo.  

Bri intentó ponerse de pie aturdida, pero sus tobillos terminaron doblándose con fuerza, haciendo que cayera de nuevo al suelo. Al mirar hacia arriba vio a Kevin mirando hacia el otro lado, ignorándola. 

— Levántate — ordenó una camarera —. Nathaly necesita que atiendas a un cliente.

Bri se puso de pie confundida por la forma tan brusca en que la trataba la camarera, pero en especial por la forma en la que Kevin la ignoraba.

— Acabo de salvarte la vida — susurro la camarera mientras Bri la seguía  —. Puede que Nathaly te haya dicho que esta es la forma de acabar con tus problemas o Kevin te haya prometido el cielo, tierra o mar. Lo cierto es que a estos dos no les tiembla la mano a la hora de matar, mantente alejado de ellos, Brianna, sino lo haces por tí hazlo por tu familia, de seguro no querrán encontrar tu cadáver en una fosa común en el bosque.

Bri la observo confundida.

— ¿Por qué me dices todo esto?

La camarera detuvo el paso y se giró hacia Brianna, la joven notó que el nombre de la camarera era Ailén.  

— Porque conozco a Kevin, lo conozco bien, muy bien, más de lo que debería, además — la camarera miró disimuladamente hacia arriba —, ella está completamente desquiciada.

Bri imito la acción de la camarera y noto que allí, arriba, en el tercer piso estaba Nathaly observándola con el ceño fruncido.

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