56. Pensamientos desaparecidos

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"¿Por qué te abates, alma mía, y {por qué} te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez {por} la salvación de su presencia."

Salmos 42:5

Cuando Joshua era pequeño solía pensar erróneamente que su familia era perfecta, porque cuando eres feliz crees que todo está bien.

Su madre, Adelaida era una ama de casa del montón, buena madre, sí, buena esposa, también, buena cristiana, obvio ¿Buena salud? Ahí estaba el problema. Adelaida siempre fue una mujer con una salud muy frágil, tanto que a veces Joshua pensaba que estaba fingiendo, él a veces fingía sentirse mal para no ir al colegio, pero luego el cabello largo y rojo de su madre empezó a caerse, su piel era más pálida, tanto que el jugo de uva ya no la ayudaba y cada vez estaba cansada, en todo ese tiempo Patrick había hecho todo lo posible por estar con sus hijos y hacerlos sentir bien, ajenos a la situación, pasaban horas jugando en el parque o yendo a comprar juguetes, dulces y visitando a la tía Genevieve. A veces Patrick desaparecía por varios días para ir al hospital a acompañar a Adelaida, pero siempre compensaba a sus hijos por su ausencia, pero un día Adelaida no volvió del hospital.

¿Alguna vez hiciste algo que no sabías hacer? Usualmente cuando no se sabe cómo hacer alguna cosa se busca ayuda de una persona que si sepa al respecto, Joshua intento hacer aquello, pero por más que perseguía a su padre por toda la casa él simplemente no le prestaba atención,estaba demasiado concentrado en ir a ayudar a reunir dinero para algunos colportores que iban a ir a hacer trabajo misionero en el extranjero, tan ocupado que ni siquiera recordaba que sus dos hijos no habían cenado, mucho menos desayunado. Joshua lo perseguía impacientemente intentando saber cómo preparar unos huevos revueltos, la comida favorita de Dafne, pero por más que el niño le perseguía o lo llamaba él simplemente lo ignoraba.

— Papá...— dijo el niño jalando del saco del traje de su padre — ¿Sabes cómo hacer huevos revueltos? De esos que mamá hacía, Dafne los quiere.

Al no ver ninguna respuesta por parte de su padre, Joshua pensó que quizás la vecina podría ayudarle, por eso espero a que su papá se fuera al trabajo e intento ir a la casa de su vecina, pero al intentar salir se dio cuenta que la puerta estaba cerrada con llave. Joshua ya estaba acostumbrado a ello, pasaba los días jugando y mirando televisión, aunque debía admitir que extrañaba ir a la escuela y a clases de futbol, pero su padre le decía que solo debía esperar un tiempo, mientras la situación económica se volvía más estable, esa respuesta le parecía logica, para su pequeña mente de cinco años solo debía esperar, pero entre más pasaban los días sentía que su padre se alejaba más de ellos, ya ni siquiera les leía la Biblia con dibujos para ir a dormir, como solía hacerlo antes, ahora dedicaba todos sus días al trabajo como pastor de la iglesia, pasando días enteros sin ir a casa.
Las horas pasaban y Dafne empezaba a tener más hambre, además de que la niña no dejaba de llorar con su pañal sucio. Joshua no sabía qué hacer, también tenía hambre, los ositos de goma eran ricos, pero no calmaban su apetito, tampoco sabía cómo calmar a su hermana, ella solo lloraba y lloraba.

Finalmente, Joshua cansado del llanto de su hermana supo lo que debía hacer: cocinar unos huevos revueltos para ella; su madre tan solo tardaba cinco minutos en hacerlos, ¿Qué tan difícil podría ser? Para un niño que apenas empezaba a acostumbrarse a la ausencia de su madre...muy dificil. Romper los huevos era fácil, lo difícil era hacer que cayeran en el plato, después de algunos pequeños accidentes Joshua fue mejorando, entonces pensó que su padre de seguro tendría hambre al llegar del trabajo, por eso decidió hacer más, la pequeña Dafne parecía haber dejado de llorar y mostrarse interesada en lo que hacía su hermano, por eso poco a poco se acerco, Joshua no entendía porqué los huevos no se veían cómo los de su madre, ya llevaba mucho tiempo revolviéndolos con una cuchara, pero todavía estaban muy líquidos y no sabían nada rico, entonces recordó que su madre usaba una sartén para ello y un líquido especial, busco por toda la cocina el sartén y el aceite, y cuando los encontró los colocó en la estufa, dudo mucho en hacerlo, sus padres siempre le decía que se alejara de allí, pero Dafne tenía hambre, debía hacerlo, debía cuidar de su pequeña hermana. Joshua se sorprendió de que al girar una rueda fuego empezara a salir de unos pequeños agujeros en la estufa, pensaba que tenía que encender una fogata como en los campamentos o algo así, al colocarlo todo junto empezó a notar como poco a poco se parecían más a los que hacía su mamá, estaba orgulloso.

Al terminar Joshua se sentó con Dafne en la sala, usualmente no tenían permitido comer frente a la televisión, pero como su padre no estaba y él no le decía nada pensó que estaría bien, los huevos no sabían tan deliciosos como los de su madre, pero estaban ricos, Dafne por fin dejó de llorar y Joshua espero pacientemente a su padre, para sorprenderlo con la cena, pero al llegar fue recibido por gritos, su padre no dejaba de gritarle por el gran desastre que había hecho, además de que había dejado la estufa encendida. Más tarde ese día su padre llamó a su hermana, la tía Genevieve, para que se los llevará porque <<No puedo soportarlo más, no los quiero, sin ella no los quiero>>, Joshua no comprendió lo que pasaba, pero sabía que era algo malo, porque casi al instante que su tía cruzó la puerta empezó a gritarle a su padre, su tía estaba demasiado enfadada, tanto que inevitablemente hizo llorar a su hermano, Joshua se asustó al ver a su padre llorar, pero se asustó aún más cuando su tía Genevieve dijo que tenían que llevar a Dafne al hospital, ya que tenía la piel muy maltratada por un pañal que no se había cambiado en días.

Una mañana su tía Genevieve les informo que no volverían con su padre por un tiempo, estaba muy deprimido por la muerte de su esposa como para cuidarlos, además de que servicios sociales prácticamente los habían regalado.

Dafne se adaptó extremadamente rápido a su nueva vida, a veces Joshua incluso dudaba que Dafne recordará su anterior vida, pero sentía que así era mejor, ¿Cómo podría explicarle lo que hizo su padre? ¿La forma en la que los abandono y descuido por culpa de la depresión? Pero eso era algo que a Joshua le gustaba de Dafne, su facilidad para adaptarse a cambios drásticos, por ello esperaba que se adaptará rápido a una vida sin él, porque ciertamente Joshua no creía sobrevivir a dicho secuestro o al menos esperaba morir con tal de que Haza pudiera vivir.

Joshua sentía que con la muerte de su madre también perdió a su padre, ese hombre cariñoso y amoroso ya no existía. 

Joshua sentía que no podría soportar perder a alguien más, prefería morir antes de perder a Haza.

Joshua no podía ver nada, una venda cubría sus ojos y boca, muchísimo más cómodo que la mordaza improvisada que hizo Nathaly con la sábana, pero aún demasiado ajustado en la mandíbula, le dolía mucho, su mandíbula estaba entumecida al igual que sus muñecas, ambos dolores producto de las ataduras en ambas zonas del cuerpo, pero sin duda lo que más le dolía era la mente...y el corazón, no dejaba de pensar en Haza, de vez en cuando también pensaba en Aidan, pero sobretodo en Haza.

¿Estará bien?

¿La habrán golpeado?

¿Estará herida?

¿Habrá comido?

¿Dónde está?

¿Está viva...?

Se preguntaba Joshua intranquilo, las posibles respuestas le carcomían la mente, pero las preguntas...lo destruían, Joshua no sabía que sería peor: obtener una respuesta que no quería o no obtener respuestas.

Con el tiempo llegó a la conclusión que no obtener respuestas sería peor.

Seguir alimentando la esperanza lo destruiría, la intriga de no saber cómo estaba su amada lo mataba.

Joshua sabía que ya no estaba en la habitación, lo sabía por los movimientos que había sentido un par de horas antes, también porque la luz era diferente, no tan naranja como la otra habitación, además de las pequeñas sombras y figuras amorfas que apenas si podía distinguir.
Un sonido en la puerta lo puso en alerta, alguien más estaba allí con él.

Aterrado Joshua clavó sus uñas en los brazos de madera de la silla, pensando, solo pensando, cada pensamiento era peor que el anterior.

Escucho un sollozo amortiguado y pensó lo peor.

¿Será Aidan?

¿Lo habrán violado o esclavizado?

¿Estará vivo?

¿Estará muerto?

¿O acaso su abusador terminó lo que inició?

Joshua recordaba muy bien la cicatriz en el cuello de Aidan, una cicatriz de mordedura, una marca que su abusador le dejó para siempre, si había sido capaz de violar a un niño y marcarlo de esa forma, como si fuera un simple objeto ¿Quién sabe de qué otra cosa sería capaz? Joshua sintió unas manos en su espalda, las cuales subieron hasta su cabeza y le quitaron la venda de los ojos. Joshua tardó unos segundos en acostumbrarse a la luz cegadora, pero al hacerlo se encontró con que estaba atado en una silla, en una larga mesa con asientos en cada extremo, quizás cabrían quince personas en aquella mesa, Joshua inspeccionó el lugar y se dio cuenta de que era una especie de comedor elegante, pero no pudo seguir mirando porque un sollozo captó su atención, al lado de él estaba el cuerpo atado de una mujer, con un costal cubriéndole la cabeza, Joshua reconoció ese cabello negro que sobresalía del costal al instante.

— Hola mi amor — Nathaly se colocó entre la joven y él, sonriendo y besando a Joshua sobre de la mordaza, como si de esa forma pudiera tocar sus labios —. Debes estar incomodó, ¿Verdad? No te preocupes, ya te sentirás mejor — Nathaly empujó la silla de Joshua hacía atrás y se arrodillo frente a él, con una sonrisa picara —. Recuerdo lo mucho que te gusta que te hiciera esto, ¿Lo hago de nuevo? — Nathaly introdujo sus manos alrededor de la cintura de Joshua, empezando a desabrochar su pantalón, Joshua se sacudió violentamente, negando desesperado, logrando  apartar a Nathaly de su pantalón. La chica se puso de pie y miró a Joshua con dolor — ¿Ahora ni siquiera puedo tocarte? — Joshua se asustó cuando Nathaly sacó una pistola de una funda debajo de su falda, atada en sus muslos — ¿Por qué cambiaste tanto, Josh? ¿Por ella? — Nathaly apuntó hacía la cabeza de Haza, que aún seguía siendo cubierta por el costal de tela, Joshua quiso gritar, pero la mordaza no lo permitía. Nathaly se acerco a Haza y le quito el costal de tela de la cabeza, para apuntarle nuevamente — ¿Por sus estúpidas creencias? ¿Por sus estúpidas leyes morales? ¡Vamos, Josh! Eres mejor que eso — Nathaly miró con odio a la asustada muchacha, una mueca de desprecio lleno su rostro, la pobre chica temblaba asustada y un enorme moretón en su ojo indicaba que Nathaly ya había hecho de las suyas con ella —, eres mucho mejor que esta cerda, mereces algo mejor — Joshua se removio violentamente cuando Nathaly sujeto de la cabeza a Haza y la azotó con fuerza contra la mesa, haciendo su nariz sangrar — ¡No eres más que una puta malagradecida! ¡Günther estuvo dispuesto a todo por ti! Incluso colocó explosivos en la escuela esa a la que ibas para poder estar más cerca de ti, ¡Él hizo todo por ti! Para poder tenerte —  Haza sollozo dándose cuenta de lo loco que estaba Günther, al no poder encontrar a Aidan hizo de todo para poder tenerla a ella, como un reemplazo, incluso destruir una escuela pública y complicar la vida de millones de niños, claro que...si Günther fue capaz de crear una masacre de seguro era capaz de todo — ¿Y así le pagas, zorra? ¡Enamorandote de MI hombre! — Nathaly parecía estar a punto de golpear nuevamente a Haza, pero unas manos la detuvieron.

— Es suficiente — Haza se estremeció al escuchar la voz de Günther detrás de ella.

Günther se sentó al lado de Haza y sacó un pañuelo, limpiando la sangre de su nariz, con delicadeza, con cuidado, Günther parecía feliz, muy feliz, tanto que Haza y Joshua quisieron vomitar.

— Estará inflamada un poco, pero no esta rota, estarás bien — Günther le lanzó una mirada de reproche a Nathaly —. Te dije que no la lastimarás.

Nathaly rodó los ojos encogiéndose de hombros.

— No me pude resistir, sorry, la cerda casi me lo pedía a gritos — se excuso Nathaly.

Günther se quedó en silencio por unos segundos, mirando a Haza y a Joshua de vez en cuando, finalmente suspiró y se puso de pie, saliendo de la habitación. Nathaly se sentó encima de la mesa y jugueteo con su pistola un par de veces, apuntando a distintas partes del cuerpo de Haza, cada vez que le apuntaba la joven sollozaba y Joshua intentaba gritar.

— ¡Ay, ya! ¡No sean tan dramáticos! — se quejó Nathaly — ni siquiera está cargada, ¿Ven? — Nathaly disparo al aire sin que ninguna bala saliera, Haza y Joshua respiraron tranquilos un segundo, al menos hasta que Nathaly introdujo sus manos en debajo de su camisa y de su brasier saco el cartucho de balas que colocó en la pistola —, Ahora si lo está — Nathaly apunto y disparo entre los pies de Haza, dejando un enorme agujero en la madera, Haza y Joshua dieron un grito amortiguado, sollozando.

Nathaly empezó a reír a carcajadas y de un salto bajó de la mesa, quitándole la mordaza a Haza, dándole un golpe en la cabeza con la pistola cuando la desato.

— Uy — Nathaly hizo un gesto de asco, mirando a Haza a la cara —, ahora si pareces una cerda, con esa nariz roja...¿Sabes qué? — Nathaly apretó y retorció con sus dedos la nariz de Haza, haciéndola gritar.

— ¡Para, por favor! — suplico Haza, sintiendo a la sangre volver a bajar por su nariz.

Joshua intentó interceder, pero por más que se movía no lograba liberarse.

— ¡Ahora si! ¡Pareces un payaso! — se burló Nathaly soltando a Haza de la nariz, dejándola enrojecida y con sangre saliendo de ella.

Joshua se sintió inútil, tenía a Haza tan cerca de él y ni así podía protegerla.

Nathaly dio unos saltitos alejándose de Haza y al quedar frente a Joshua le sonrió con malicia, con cuidado se agachó sobre él, prácticamente colocando su enorme escote en el rostro del muchacho, Nathaly miró a Joshua con picardía e inclinándose un poco le dio un beso en la mordaza, antes de quitársela y apartarse de él.

— ¡No vuelvas a tocar a Haza! — Nathaly ladeó la cabeza, mirando como la rabia en Joshua aumentaba.

— ¿Y quién lo va a impedir? ¿Tú? Apenas jugué un poco con ella, no seas malo, Joshi, sólo me divierto un poco.

— ¡Si vuelves a tocarla te voy a...! — pero Joshua no pudo terminar su amenaza, porque Nathaly ya había apuntado nuevamente su arma hacía la frente de Haza.

Haza chilló del miedo y cerró los ojos temblando.

— ¿O qué? — Nathaly miró desafiante a Joshua —. Te recuerdo que soy yo la que tiene el arma, así que...— Nathaly dejó de apuntarle a Haza con el arma, para sujetar a Joshua del rostro, clavando sus largas uñas en las mejillas de él — será mejor que te comportes como un caballero conmigo — Nathaly giró el rostro de Joshua lamiendo la mejilla del chico de forma juguetona.

Nathaly observó con deseo a Joshua, parecía estar a punto de besarlo, está vez sin la mordaza de por medio, pero Günther lo evitó al llegar por la puerta, luciendo tranquilo.

— Nathaly, sal un momento — ordenó Günther.

Nathaly negó.

— No, quiero quedarme aquí cuando la malparida de la cerda está se muera  — la voz de Nathaly estaba cargada de odió, odió hacía Haza, por haber sido escogida por Joshua en vez de ella.

Günther miró en silencio a Nathaly, aquella mirada fue más que suficiente como para hacerle saber a Nathaly que aquello no estaba en discusión, Joshua observó con asombro cómo Nathaly le obedecía a Günther. La psicótica chica refunfuño un poco y se fue, dejándolos solos con ese monstruo.

Günther se sentó en la mesa, Haza lloraba en silencio y Joshua intentaba zafarse de sus ataduras.

— Los voy a dejar ir — aquellas palabras hicieron que tanto Haza como Joshua dejarán de llorar e intentar liberarse.

— ¿Q... qué? — preguntó Haza confundida.

Günther asintió.

— Como escucharon, los voy a dejar ir.

Joshua se rió con amargura.

— ¿Ósea que nos vas a matar? — Joshua sabía que si Günther era capaz de asumir que una violación era un "acto de amor", sabía que "dejarlos ir" no sería nada bueno.

— No, los voy a dejar ir.

Repitió Günther, empezando a impacientarse.

— ¿Por qué harías eso? — Haza se estremeció de miedo, intentando imaginar qué querría hacer alguien tan despiadado como él.

— Le hice una promesa al amor de mi vida — al instante Haza volvió a tensarse —, mi niño y yo llegamos a un acuerdo.

— ¿¡QUÉ LE HICISTE!? — gritó Haza alterada.

Las imágenes de la violación de Aidan llegaron a su mente, ¿Le habría hecho lo mismo de nuevo?

— No le hice nada, nada que él no quisiera.

— ¡Eres un enfermo, un violador enfermo! — gritó Haza, intentando liberarse.

Günther espero a que Haza dejará de gritar y llorar, cuando ella lo hizo el hombre se sentó frente a ella, mirándola fijamente a los ojos.

 — Mi plan original contigo era muy distinto a este, pensé en convertirte en él, te haría sentir cómoda y luego te haría perder muchísimo peso, hasta que pesaras lo mismo que él, te haría cortarte el cabello, para que te vieras igual a él, hacerte una mordida en el cuello, para que tuvieras mi marca, igual que él — Günther movió la cabeza a ambos lados, como si estuviera confundido —, tenía planeado hacerte una cirugía de cambio de género, tengo un amigo doctor que lo haría, pero...— Günther hizo aquella sonrisa que podría hacer creer a cualquiera que era la mejor persona sobre la tierra, pero en realidad, Günther no era más que un miserable monstruo — me dí cuenta de que yo merecía algo mejor, yo merecía tener al amor de mi vida conmigo, no a la copia, yo merezco al original — Günther se estremeció de alegría de poder decir eso en voz alta, tenía a Aidan consigo, Aidan era suyo —. Con el tiempo, tendremos una hermosa vida juntos, llena de amor y felicidad, yo lo amo y él me amará — de repente Günther se puso muy serio — ¿Sabes, Haza? La razón por la cual te secuestre a ti fue porque sabía que mi niño no sería feliz conmigo después de lo que le hice. Pensé..."¿Que ama más Aidan que a su propia hermana?" y "¿Qué podría amar más que a ella?", fue entonces cuando lo supe — Günther alzó las cejas en señal de burla —, fue casi como una "revelación divina", quizás tu dios quiere que mi niño y yo estemos juntos Haza.

— ¡DIOS JAMÁS QUERRÍA ALGO ASÍ! ¡AIDAN ES UN NIÑO Y LOS NIÑOS SON LO MÁS IMPORTANTE PARA DIOS! ¡Y TU DAÑASTE A UNO DE SUS NIÑOS! — grito Haza alterada.

Günther solo miro con aburrimiento a la chica.

— Pobre perra ignorante, por un momento pensé que mis dioses serían piadosos de ti y te mostrarían la verdad, pero veo que no es posible para una pecadora ingrata como tú. Ahora, continuando con mi relato antes de que alguien me interrumpa de nuevo — Günther le mandó una mirada severa a Haza, la misma mirada que le lanzaba cuando jugaban a las cartas y la chica le ganaba, pero por alguna razón ya no le parecía una mirada divertida —. Me dí cuenta de que SÍ había algo que Aidan podría amar más que a su hermana: el bebé de su hermana — Haza ahogó un grito y Joshua se movió violentamente gritando, pero rápidamente se detuvo, el dolor en sus heridas era insoportable, cualquier movimiento era similar a una descarga eléctrica muy dolorosa y potente —. Solo quería hacerte sentir cómoda, no que te enamorarás de mí, lo que realmente quería es que me vieras como lo hacías antes del accidente.

— ¡No fue un accidente! ¡Tú mataste a Katherina y a los demás!

— ¿Acaso fui yo quien la convenció de terminar conmigo? Si mal no recuerdo fuiste tú quien se fue de chismosa con mamá y papá, si alguien mató a Katherina fuiste tu Haza — Günther miro con asco a la chica —. Te recuerdo que fuiste tú quien la convenció de darme su número y empezar a salir, yo estaba perfectamente bien con ser solo un amigo, pero tú me diste la oportunidad de adquirir un lugar permanente en la familia y la tome, todo es tu culpa — Haza bajo la cabeza y rompió a llorar —. Pensé en usar a Katherina para ese propósito, pero quería que él bebé se pareciera a Aidan y a mí, no a ella, no me malinterpretes, Katherina es muy bonita, bueno ERA muy bonita, pero nada en comparación a mi niño, pero tú, aunque distinta si se parecen un poco, por algo son gemelos: necesitaba que confiarás lo suficiente como para aceptar llevar a mi bebé en tu vientre, ustedes dos son mellizos, casi gemelos, eres su versión menos agraciada y con pechos, cualquier bebé que viniera de ti sería como si fuera hijo de él, no planeaba violarte, ya que ese bebé sería el hijo de mi amor por Aidan quería que fuera producto de eso, del amor, planeaba embarazarte, esperar el tiempo del parto, cuidarte y a penas nuestro bebé hubiera nacido, te daría un té con suficientes pastillas como para provocarte una sobredosis, luego tomaría a nuestro bebé y lo llevaría con mi amor, cuando lo encontrará jamás lo dejaría ir, de todas formas Aidan no querría irse, no querría dejarme, porque dejarme significaba dejar a nuestro bebé, a nuestro pequeño fruto de amor — los ojos de Günther brillaban mientras hablaba de un niño inexistente, aquella acción fue otra prueba más de que el hombre sí que estaba loco, demasiado loco —. Mi hijo con Aidan sería hermosísimo, la criatura más perfecta de la tierra. Mi mitad perfecta y la mitad perfecta de Aidan. Pensé; ¡Claro! ¡Un bebé será la solución de nuestros problemas! Además de que amo mucho a Aidan y realmente quiero formar una familia con él, ¿Y que mejor que empezar con un bebé?

— Estás enfermo...— murmuró Haza entre sollozos.

— Quizás, pero enfermo de amor.

Haza emitió un grito desgarrador, Joshua se estremeció de desesperación al ver como Günther disfrutaba del sufrimiento de su amada.

— ¿Qué harás cuando él no te ame? Si mal no recuerdo Aidan no te ama, te teme — Joshua intentaba razonar con Günther, quizás aún quedará un rastro humanidad en aquel monstruo.

— Aidan aprenderá a amarme.

— Incluso si Aidan fuera gay ninguna persona cuerda y con Dios en su corazón se enamoraría de su abusador, y secuestrador.

— Aidan lo hará — insistió Günther, pero era más como si intentara convencerse asi mismo que a Joshua.

— Vas a destruirlo, Günther, él no soportará estar a tu lado, inevitablemente terminará por quitarse la vida con tal de escapar de un monstruo, ¡De un monstruo como tú!

La respuesta de Günther fue un puñetazo que hizo la mandíbula de Joshua casi desencajarse y hacer que un proyectil de sangre saliera disparado de su boca.

— ¡CÁLLATE! — gritó Günther, sujetando a Joshua del cabello, tirándolo con fuerza — ¿Qué vas a saber tú sobre el amor? Tú, que no sabes hacer más que engañar y manipular a tus parejas, ¡No sabes nada, Joshua! ¡NADA!  — Günther empezó a reír al ver el rostro de sorpresa de Joshua —. Sí, querido primo, sé lo que hiciste, la tía Genevieve me lo dijo todo.

— ¿"Tía"? ¿"Primo"? — preguntó Joshua confundido.

Günther empezó a reír con más fuerza.

— Digamos que sí, es una historia larga, pero el resumen es que biológicamente no somos nada, pero... políticamente sí.

Joshua rápidamente ignoro el asunto, Günther era un maníaco, no se podía creer que nada de lo que él dijera.

— No importa lo que hagas, Günther, sabes que Aidan nunca te querrá, jamás olvidará lo que le hiciste, vas a matarlo, él va a terminar muerto...

El segundo puñetazo fue tan fuerte que los dientes de Joshua se encajaron en la parte baja de sus labios, perforando su labio de abajo, Joshua gritó y lloró de dolor, con ríos de sangre saliendo de su boca, un tercer puñetazo desencajó los dientes del labio, aun así el dolor era insoportable.

— Tienes suerte de ser heterosexual, Joshua, porque de haberme enterado que siquiera pensaste que mi niño de forma inapropiada — Günther volvió a darle un puñetazo a Joshua —  ¡TE MATÓ, INFELIZ! ¡Aidan es mío! ¡Sólo mío!

Günther salió furioso de la sala, dejando a un Joshua muy maltratado jadeando de dolor, con su rostro latiendo y preguntándose cómo podría superar aquella prueba, cómo podría salvar a Haza. Joshua cerró los ojos, meditando un poco, "Dios, ayúdame, aunque sea permite que Haza salga con vida, permite que Aidan no quedé atrapado con ese enfermo" imploro Joshua a Dios, en ese momento su mente se iluminó y una idea se instaló en su mente.

— ¿Joshua? — Haza se asustó al no ver a Joshua moverse, ¿Acaso...acaso el golpe lo habría matado?

Pero su temor desapareció cuando Joshua se enderezó, su temor pronto fue reemplazado por angustia, cuando Joshua sin decir ni una palabra comenzó a azotar su propio rostro contra la mesa, asegurándose de hacerse sangrar.

— ¿¡JOSHUA, QUÉ ESTÁS HACIENDO!?

Gritó Haza alterada, viendo como el rostro de Joshua se desfiguraba, convirtiéndose en un bulto de carne amorfa y roja.

Joshua hizo una mueca similar a una sonrisa, intentando calmarla.

— Sígueme el juego, Haza.

Con una fuerza que ni siquiera el propio Joshua sabía que tenía empezó a gritar, gritaba como si lo estuvieran desollando vivo, pocos segundos después entró Nathaly corriendo, quedando atónita al ver el estado del chico que amaba.

— ¿Pero qué te pasó, amor?

— Él...— murmuró Joshua, apenas pudiendo hablar— , Günther va a matarnos.

— ¿Qué? — los ojos de Nathaly se llenaron de lágrimas al ver el estado de Joshua, ¿Cómo...cómo Günther pudo hacerle eso?

— Sabes lo celoso y posesivo que es, dijo que mataría a cualquiera que hubiera estado cerca de Aidan, incluyéndome.

Nathaly se quedó en silencio, observando a Joshua llorar, se sentía traicionada, se suponía que Joshua no saldría herido.

— Ayúdanos...— murmuró Joshua con su voz ronca de tanto gritar —, no quiero morir...por favor, Nathaly, no quiero...no quiero morir...

Nathaly tomó una gran bocanada de aire, se limpió las lágrimas y desató a Joshua.

— No vas a morir, Josh, no vas a morir — Nathaly sujeto a Joshua, intentando ayudarlo a ponerse de pie, pero pesaba demasiado para ella sola y Joshua no tenía las fuerzas suficientes como para mantenerse de pie.

— No puedo...

— ¡Si puedes, mi amor, si puedes! — lo alentó Nathaly, pero era cierto, no podía mantenerse de pie.

Con cuidado Nathaly dejó a Joshua nuevamente en la silla y miró a Haza con enojo, Nathaly bufó y resoplo desesperada, intentando pensar en alguna solución, sin ninguna posible solución aparente se puso de pie a apunto a Haza en la cabeza.

— Escúchame bien, golfa, vas a ayudarme a poner a Joshua a salvo, si intentas hacer cualquier cosa, te mato, ¿Entendido?

Haza asintió, Nathaly resoplo rendida y la libero, entre las dos sujetaron a Joshua y salieron de la sala.

— Debemos ir por Aidan — rogó Haza.

— No, imposible — dijo Nathaly asegurándose de que Joshua no se cayera al bajar las escaleras —. Günther está con él, sería un suicidio intentar quitarselo.

— Por favor, Nathaly...— Joshua se sentó al final de las escaleras, sin poder respirar con normalidad, Nathaly lo observó destrozada, ver al amor de su vida en un estado tan lamentable era doloroso en el mejor de los casos e insoportable en el peor —, hazlo por mí, no podría vivir sabiendo que...dejé a un niño inocente atrás, en manos de ese monstruo.

Nathaly apretó sus manos temblando, meditando qué hacer.

— ¡No podemos, Josh! Es muy peligroso, ¡Nos matará a penas nos acerquemos a Aidan!

Joshua sonrió con dificultad.

— No podría vivir, Nathaly...no podría vivir sabiendo que dejé a un inocente morir — Nathaly se mordió los labios desesperada.

— Aidan morirá si se queda al lado de Günther, ¿Verdad? — Haza y Joshua asintieron. Nathaly tomó su arma y se aseguró de que estuviera bien cargada, con cuidado tomó a Joshua de las mejillas ensangrentadas y lo besó con delicadeza, asegurándose de no lastimarlo, al separarse de él sus labios estaban rojos, rojos por la sangre del hombre que amaba —. Está bien, mí amor, no te preocupes, iré por él — Nathaly miró enojada y Haza —. Ve a la parte de atrás de la mansión, pasa por la cocina, sigue el pasillo y ve a la derecha, allí hay una puerta, ¿Puedes cargar a Josh hasta allí? — Haza asintió, había estado levantando pesas y haciendo ejercicio de alto impacto desde que tenía once años, cargar a Joshua sería fácil —, bien, iré por Aidan y por las llaves.

Nathaly se puso de pie,, la chica parecía preocupada, en sus ojos se podía leer el miedo que sentía al desobedecer a Günther, pero su amor por Joshua era incluso más grande que su miedo. Nathaly le sonrío a Joshua, de sus ojos salieron cristalinas lágrimas, sabía que si tan solo fallaba por un segundo Günther la mataría, de cierta forma Nathaly sentía que no iba a sobrevivir la noche, pero también sentía que no quería terminar como Günther: obligando a su amor a amarla; Nathaly tenía la esperanza que al luchar por traer a Aidan junto a Haza él pudiera perdonarla y quizás...amarla, entender que ella daría todo por él, incluso la vida.

— Gracias — susurró Haza, sonriendo hacía Nathaly.

Nathaly se sorprendió por ello, pero no dijo nada, solo observo a Haza sujetar del hombro a Joshua, alzando la mitad del cuerpo en su espalda, Joshua hizo un esfuerzo casi sobrehumano en ponerse de pie, aliviando un poco el peso sobre los hombros de la muchacha, Nathaly se sorprendió al ver a la chica arrastrar a Joshua por los pasillos hacía la cocina, parecía un animal de carga.
Nathaly sonrió, limpiándose las lágrimas.

— Günther tenía razón...Hazael es fuerte. 

Nathaly subió corriendo las escaleras, llegando al pasillo principal, con puertas a cada lado, Nathaly corrió hasta el final del pasillo, al llegar allí el camino se dividía en dos pasillos más: izquiera o derecha; a la izquierda estaba la vieja habitación de Haza y la nueva habitación que Günther le había ordenado preparar para Aidan; y a la derecha...estaba la habitación de Günther.
Nathaly titubeó un rato, ¿En dónde estaría Aidan? ¿En su habitación o...con Günther? Nathaly recordo que Günther le había dicho que deseaba que Aidan se entregará por su propia voluntad, asi que...

— ¡A su habitación! 

Nathaly tomó el pasillo de la derecha.

El suelo estaba frío...o eran las paredes, ¡No! Sin duda alguna eran las paredes...o era la propia Nathaly quien sentía ese frío, Nathaly se palmeó las paredes, tratando de guiarse por el pasillo oscuro, notando sombras de vez en cuando en la escasa luz que se filtraba por pequeños espacios de las ventanas selladas, al tocar la pared Nathaly se dio cuenta de que en realidad eran sus manos las que estaban frías, ni siquiera se atrevía a respirar, solo apretaba con fuerza su arma frente a su pecho, lista para disparar. Nathaly observó una línea de luz saliendo de debajo de una puerta, Nathaly respiro profundo al darse cuenta de que tenía razón, conociendo como conocía a su hermano sabía que él le daría la habitación más grande de la mansión a Aidan. Nathaly cerró los ojos un segundo, luego miró por el rabillo del ojo, intentando ver alguna sombra fuera de lo normal, con la otra mano toco la perilla y la giró, como era de esperarse nada saltó desde la oscuridad para matarla, pero tampoco se abrió la puerta, eso la desconcertó, si mal no recordaba Günther había dicho que quería que Aidan se sintiera cómodo en aquella mansión, ¿Por qué encerrarlo entonces?
Nathaly suspiro cansada, guardo en el cinturón negro de su falda su arma, la guardaría en su funda que tenía atada a su muslo, pero necesitaba tenerla a mano, en caso de que Günther quisiera dispararle. Su plan no era matarlo, al final del día amaba a ese pedófilo con su vida, pero amaba muchísimo más a Joshua, tanto que no podía perdonarle a Günther haberlo golpeado de esa forma, con cuidado pensó en retroceder e ir a la habitación de Günther, pero en ese momento una luz iluminó el pasillo, Nathaly observó los bombillos encenderse y la gran e imponente figura de Günther acercarse hacía ella, con miedo y rapidez Nathaly corrió adentro del pasillo de la derecha, con cuidado y con cierta desesperación intentó abrir varias puertas, pero ninguna cedía, cuando la sombra de Günther ya era visible una de las puertas cedió a su peso y se abrió, Nathaly la sujeto con las manos evitando que hiciera ruido y con cuidado se adentro en la habitación, cerrando la puerta, pero dejando un pequeño espacio para ver lo que pasaba, Günther sacó un manojo de llaves de su cinturón de cuero, tomo una de las llaves y con cuidado la introdujo en la cerradura, escuchandose un <<Click>> después de tres giros a la derecha.

— Hola, mi niño, ¿Descansaste? — pregunto Günther abriendo la puerta y entrando en la habitación.

Nathaly se llenó de valor y salió de su escondite, pasar de ser percibida no iba a ser posible si no podía entrar e ir en busca de Aidan. Nathaly intento sonreír y tocó juguetonamente la puerta, captando la atención de Günther, que estaba sentado en la cama con Aidan sobre sus piernas.

— ¿Su propia habitación? ¿Enserio, Günther? Lo siento pero no suena muy matrimonial que digamos  — se burló Nathaly apoyándose contra la puerta.

La expresión del rostro de Günther se endureció, Nathaly temió lo peor, pero la expresión de Günther se suavizó cuando observo a Aidan sobre sus piernas.

— Mi niño lo quiso así  — Aidan bajo la mirada, notándose muy nervioso y avergonzado —, quería sentirse cómodo antes de que...— Günther miró con una sonrisa amorosa a Aidan, para después inclinarse y darle un breve y fugaz beso en el cuello, Aidan se estremeció y muy alterado retrocedió, dejándose caer en la cama, apartándose lo más que podía de Günther, lejos de enojarse o de siquiera entristecerse Günther siguió sonriendo, esta vez colocandose sobre Aidan en la cama, quien lo seguía observando aterrado — nos unamos como pareja.

Aidan sollozó cubriendo su rostro contra la almohada, lamentablemente a Nathaly esa imagen no le pareció extraña.

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