Capitulo 02

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Rachell

La presentación salió como debía haber salido ¡Excelente! Todos estábamos abordando el avión directo a Liverpool, al fin hogar dulce hogar, aunque soy de origen de nueva Zelanda o eso creó, odio ese país y la ciudad en que crecí, tuve mucho malos sinsabores en aquel lugar

A mis padres los transfirieron a su país favorito Londres y desde hace varios años vivimos acá; nos ha ido mucho mejor, me siento en paz conmigo misma, aunque al principio fue duro... Iniciar nuevamente

En Liverpool, conocí a Frances, y desde mis 8 años somos amigos, no es que sea vieja. Pero es mi único amigo, no podía tener más amigos ya que, el que se acercaba a mi le absorbía su alma de la nada, no entendía por que caían al piso muertos y fríos, la primera vez que me pasó eso fue de lo peor, muy traumático para mi, una niña que a sus plenos 4 años comenzó a vivir tal experiencia fue bastante difícil, cuando a esa edad solo se juega y para jugar, corres, tocas, abrazas y demás... Pero yo no podía hacer eso, todos se alejaron de mí y me tachaban de bruja.

Me tiraban rocas a tal punto de sacarme sangre, pero nadie se acerca a mi

Mi infancia fue de lo peor, hasta que supieron que tenía buena fama por mi carrera artística, y ahora si, nadie se acordaba de lo que le hacían a la pequeña Rachell Jones

Y mis padres... Me hablaron mucho y me protegieron, ellos no creían en nada de esas cosas que me decían, sentía su amor sincero y me abrazaban mucho, así que me mentalicé y me dije siempre, que soy buena chica y que yo no le hago daño a nadie, que soy especial.

Las mismas palabras que me decían mis padres, me las repetía para mí misma, crecí feliz aunque, triste a la vez por que jamás les conté a mis padres, algunos malos momentos que viví en mi primaria, pero no preste atención a ello, solo por evitar malos entendidos o problemas de ese tipo, mis papás mantienen ocupados y no quería preocuparlos por pequeñeces, mejor no hablarle a nadie me sumergí en un silencio ante mis compañeros, querían entablar conversación conmigo pero yo los evitaba, deportes, natación, y otros eventos del colegio los evitaba, hasta que... Apareció entre esas puertas aquel chico de cabellos entre negro y azulado, bastante alocado. Al principio no le presté atención, aunque había algo en el que me daba cierta paz, de la que siempre necesité, él me sonrió y yo le bufé, así fue nuestro primer encuentro hasta que nos volvimos inseparables.

Fue la primera persona en Londres a la que le hablé, todos estaban impactados de nuestra cercanía. Francés me enseñó todo lo que sé, hasta ahora he podido aprender, con este raro poder que me brindó la vida, aquel poder que todavía no comprendo del todo.

Frances, aquel loco afeminado e inmaduro y muy mujeriego, indaga en mi pasado tanto que le conté toda mi historia. Hasta que él me abrazó, fue el primer amigo en sentir su abrazo.

—¿Y no tienes hambre? —me susurro al oído. Yo simplemente asentí, si tenía hambre, mucha hambre y por más que comiera ternera, sushi, o pollo frito, no saciaba mi apetito. Seguía pidiendo más y cada vez más.

Me abrazó con más fuerza, abrí mis ojos y solamente le dije —Cómo es posible que tu...

—Shhh... Somos amigos, y los amigos están para apoyarnos, trata de no tocar a nadie, te llevaré a un lugar donde si podrás comer.

No comprendía lo que me decía. No entendía por qué sus palabra o el motivo de estas, simplemente me deje llevar, yo una niña de 8 años comencé a experimentar nuevas sensaciones, nuevas experiencias, pero éstas no eran feas. Al contrario, me sentía viva más que nunca.

Después de la escuela, Frances me llevó a visitar a unos viejitos muy adorables. En aquella casa, se veía de toda clase de abuelos, hasta que llegamos a la sala de los ancianos que estaban por morir, sus miradas de caídas me pedían a gritos un abrazo.

Simplemente no lo pensé dos veces y corrí a ellos. Lo abrace con fuerza y por inercia sólo salió de mi, les dije que descansarán y que muchas gracias, y así comencé a alimentarme verdaderamente, mi cuerpo comenzó a cambiar, comencé a crecer y ya parecía a una niña normal

Me faltaba alimento para crecer, tanto en físico como en poder. Frances me dijo que soy una niña especial y que no prestará atención a lo que me dijeran cosas malas, que él está para mí y que jamás se va a separar de mi persona.

Me contó que tuvo amigos así similares a mi, y que no me preocupara, lo único que me pidió fue que, no dejara que me tocarán o viceversa. Ya que apenas estoy comenzó a aprender a controlar esta parte de mi. Está nueva y extraña faceta de mi.

Él me tomó de las manos y me sonrió, y aquellas palabras que me dijo en ese entonces, jamás se me borraron de mi mente

"Al fin te encontré, mi princesa"

Todavía no comprendo por qué me dijo eso, y hasta ahora me acuerdo. Levante una ceja y lo miró, estaba sentado al lado mío en la sala de espera, para abordar el avión.

—¿Por qué me dijiste que soy tu princesa? —él me mira.

—¿Y acaso no lo eres?.

—¡Frances! —le doy un golpe, él ríe.

—Roro, es la verdad, eres mi princesa, además, no hago todo lo que me pides y te vivo corriendo, hasta cuando nos acostamos, te hago lo que me pides, me sometes, eres sádica conmigo. Me vas acabar

—Y bien que te gusta —me cruzó de brazos.

—Pero tu no dices lo mismo, jamás quedas satisfecha, me vas a desgastar Roro, pobre de mí —se hace el sufrido y seca sus falsas lágrimas.

—Cállate, tú fuiste el que empezó con esto

—Lo necesitabas y cualquiera que no le des confianza lo vas matando, tu no puedes tener una relación con un humano normal, no hasta que termines de aprender a manejar esos impulsos

—Histi qui titmini di minijir isis impilsis —algunas veces me comportó como una niña pequeña.

—Qué inmadura saliste —ambos reímos y abordamos el avión.

Esperamos a que se llenará el avión completamente la parte de atrás, nosotros nos encontrábamos en el área ejecutiva, es de la única manera que podía viajar, si lo hago en el otro lado, capaz que en el avión no baja ni un cuerpo con signos vitales, y pues los únicos vivos, Francés y yo sería algo muy extraño.

Sería una masacre y nadie sabría quién fue, bueno si, nos miraría a nosotros y no nos dejarían en paz.

Suspiro con pesadez, Frances ha dejado sola, se fue al baño y no a orinar o su horrible número dos específicamente, no hemos arrancado y ya le esta coqueteando a la azafata.

Tomó mis audios y comenzó a escuchar música, hasta que...

Un hombre bastante lindo se sostiene de una de las sillas y me mira con una sonrisa malvada, de esas que te hacen estremecer porque literal ese tipo es de temer, me estremeció todo mi cuerpo, pero no se lo haré notar. Me hago la que no lo he visto.

—Así que... Nos volvemos a encontrar delicia —escuchó que su lengua pasaba por sus labios, es asqueroso.

—Mm.. Perdón ¡No sé de qué hablas! — sigo mirando la pantalla de mi smartphone, ahí lo veía perfectamente, y claro que si se quien es él, pero a quien carajos le importa, un clic en mi cabeza me hizo recordar algo. —Oye tú... —cierro mis ojos con fuerza, mierda hable en voz alta.

—Sí, yo, pero. ¿Por qué lo dices así? —, ¿será que se dio cuenta?

—¡Vete!.

—¡Qué descarada me saliste, así me gustan!. —se fue sentando al lado mío.

—¡Oye! ¡¿Quién carajos te dijo que te podías sentar aquí?! —me comienzo a alterar y eso a él le gusta, repito, es un asqueroso.

—¿Y por qué debería pedir permiso?, me gusta esta silla.

—Entonces yo me voy —me levanto pero este granuja me tomó de la mano con mucha fuerza y me hace sentar, gruñó de dolor —¡Me estas lastimando! —rechinan mis dientes.

—Siéntate, ¡debemos hablar!. —me enerva tener este tipo cerca.

—¡Qué te crees para que yo te haga caso!, ¡maldito imbécil! — trato de soltarme pero él no afloja ni un poco, es más, me está sonriendo el muy desgraciado.

_Dermes, ¡ya basta, déjala en paz! —otra vez esa voz; cómo es que esa voz ronca hace que mi cuerpo se paralice, pero es mejor que no les dé importancia a estos idiotas.

—No te metas Alek, ella y yo solo vamos hablar, no me la voy a comer. —escondo mis ojos en mi flequillo, quiero llorar, quienes son estos tipos, ¿me iba a comer?.

—Dejaras tus sucios juegos para otro día, los demás nos esperan en nuestras sillas —me mira de reojo y bufa, maldito ególatra, como si me importara ese maldito feo, bueno, no es tan feo, pero no está tan bello, y por qué debiera de importarme, doy un tirón para safarme de su agarre, él se para y me tomó de la mandíbula con fuerza sus ojos se pone ¿Rojos?

—Para la próxima no te me escapas, y cuando digo eso, es porque no verás la luz del día, nos vemos... —me guiña un ojo

Mi corazón se acelera, ojala jamas en mi vida se me tope esa estúpida gente.

—¡Llegué! —estába agitado y bastante sudado, pongo mis ojos en blanco.

—Por lo menos te hubieras acomodado. —lo miró mal.

—No te pongas celosa, Ro —gruñó e ignoró sus palabras, mejor, miro concentrada por la ventana del avión, por fin se comienza a mover este avión.

Pronto estaré en mi hermosa Liverpool, ojalá no me los vuelva a topar, detesto ese par de hombres. No se que es lo que en verdad quieren de mi.

.......

Por fin el avión aterrizó en el aeropuerto de Liverpool, esperaba con ansias poder estirar mi cuerpo.

A lo lejos veo llegar mi auto, creo que Frances llamó antes de llegararamos a  este punto, me lo tenían preparado, ambos subimos a este y nos dispusimos a ir a la mansión Jones

Al llegar a esta, nos encontramos con..

—Una casa muy desalojada, creo que tus papás no están en casa. —Frances encoge sus hombros.

—Tan raro sería que estuvieran en casa, pero no deben demorar, ¡ya estoy en casa!

—Señorita Rachell —llega una de mis mucamas junto con...

—Hija —se acerca mi nana, Mine, le sonrió, también a su ayudante Loure, ellas saben que tienen prohibido tocarme, y así se acostumbraron.

—Voy a mi habitación, preparenle una a Frances, y tu.. —señaló a mi amigo —No me jodas, te quiero lejos de mi, hoy descanso.

—Cómo órdenes, princesa.

Le saco el dedo de en medio, odio cuando me dice princesa
Abro mi habitación y me acuesto en mi cama, me quitó mis shorts y me quedo en mis bragas y la blusa rosa con la que vine.
Cierro mis ojos, y aquella mirada azul se atraviesa por mi mente, maldición, hasta acá llega ese estúpido pervertido.

......

—A despertar dormilona.. —abren las cortinas de par en par, aquella luz solar quema mis ojos, me tapó con una almohada y con la otra se la tiró encima pero con mala puntería. —Jaja, Ro, ya basta cariño —se sienta en la cama y me abraza, aquellas caricias me reconfortan, él me da ese cariño que me hace falta algunas veces de mis papas —¿Ya estás más tranquila? —asiento en afirmación.

—Vamos de compras, Francés —lo miró con estrellas en mis ojos, él con terror y asienta

Ambos nos paramos y nos bañamos juntos, eso se volvió muy normal en nosotros. El mejor que nadie conoce todo de mi, menos mi corazón. No ha podido desnudarme completamente.

—Ro ¿Estás más delgada, ¿estás comiendo? —asiento.

—Claro Frances, como no voy a comer, me muero.

—Supongo —levanta sus manos, sin creer mucho en lo que le dije, pero esta vez hablo con la verdad, solo que ya no me llena ese tipo de personas, pero tampoco se lo quiero decir.

Ambos salimos de la mansión, esta vez, Frances conduce uno de mis autos. Al rato me entró una llamada.

Hija hermosa, ¿como estas?, ¡ya vamos camino a casa!! —me saluda mi madre.

—Madre bien y ¿Cómo está mi padre? ¿A qué horas llegan? Acabo de salir con Frances — coloco el altavoz.

Hola Frances ¿Como estas pequeño pervertido? —la frente de Frances se pone morada, ríe nervioso

—Señora Moli, ¡usted y su hija me tienen en una mala imagen!, eso no se vale. —hace un puchero, me rei a carcajadas.

Tienes fama, así que no puedes decir nada... Hija, ve y diviértete, recuerda que debes sacar ropa para regalar, compra la suficiente que puedas —miró a Frances quien ya estaba al borde de la muerte, ya sabe a lo que le va a tocar someterse.

—Ok, te amo mamá, saluda a papá, los amo —ambas colgamos —¡A divertirnos!, quiero beber un poco, compremos ropa y vamos en la noche a bailar ¿Qué dices Frances?.

—Esa idea si me gusta, ahora si, con gusto te espero y hago tus compras —ambos reímos

—Frances, ¿no vas a llamar a tus padres? —él levanta sus hombros sin importancia.

—A noche hable con ellos, saben que estoy contigo, no pasa nada.

Lo quede observando con mucha duda, algo me ocultas Francés.

.........

Llevamos dos horas comprando ropa, descansamos un rato, Frances deja las bolsas en el auto, mientras yo descanso al lado de una hermosa fuente de agua, habían varios peces de colores, les doy un poco de migajas de pan.

—Hola hermosa, ¿estas perdida? —levanto mi mirada hacia la persona que me acaba de hablar, la miró con una ceja arriba, frunzo mi ceño.

—¿Quién eres? —pregunto.

—Mmmm.. Tu salvadora. —coloca sus manos en la cintura en señal de victoria.

Me levanto de mi lugar, me sacudo la mugre y la evitó.

—Oye, espera... Tú.. Tú no eres... Yo te vi... Tú eres la bailarina sexy y famosa —junto sus manos y comienza a brillar como si fuera una estrella —¡Ya te recordé!, amo la sensualidad que manejas en el ballet —me giro sobre mis talones, ella me sonríe abiertamente —Me llamo..

—¡Meredy, vamos! —otra señorita la llama, aquella mujer me mira bastante mal, con mucho enfado, como si quisiera matarme.

—Luego nos vemos, Rachell Jones. —me guiña un ojo.

Abro mis ojos, no se por que me habla con tanta familiaridad, se que mi nombre sale en todos esos posters pero... Lo dijo como si me conociera de años.

—Meredy... — susurro.

................... .................. ................
Continuará.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro