Meredy

Me cruzó de brazos, Rachell se acerca a nosotros con curiosidad, ella también esperaba una explicación.

—Años de amistad querida Rachell. ¡No me mires así!

—Tu haz lo que se te pegue la regalada gana Frances, pero deja de estarme ocultando las cosas, no quiero problemas futuros por tus malas decisiones —ella bufa y vuelve a su baño, la sigo con la mirada, su personalidad es asombrosa, no deja que nada le afecte o eso es lo que creo yo. Me giro para quedar frente a ellos y...

—¿Recordando viejos tiempos? — los miró con incredulidad y me cruzó de brazo, jugaban con sus lenguas sin importar las personas de su alrededor ¿Cómo Rachell aguanto esto de él? — Dan asco.

¯Vamos cariño, no te pongas celosa. — habla Morticia divertida, pongo mis ojos en blanco

—Ni hablar. —gruñó.

—No sabía que la gran Meredy Shepard, le dieran celos, si ya me disfrutaste con tu hermana y no de la manera en que yo quisiera — maldito degenerado, ¡quien se cree!. Taconeo y salgo de la sala, no quería ser mal tercio para ese par de pervertidos.

.........

Frances

Subimos al auto que sería de Morticia, estos son sus gustos, carros antiguos, Alfa Romeo 8C, me gustan estos gustos de ella. Además de ser una mujer extremadamente hermosa.

—¿Y cómo ha estado, Frances? —volteo a mirarla, iba a su lado, mientras ella conducía, Ro esta a en silencio junto con Meredy, pues la señorita trataba de hablar con ella, pero era muy nulo, Ro no los quiere ni un poco, aunque ella es diferente, Meredy se ve que no le gusta hacer daño, lo comprobé aquel día.

—Bien, cuidando — Morticia mira por el espejo la parte de atrás y me vuelve a mirar — ¿Qué has sabido de ellos?

Ella me mira —Nada, es como si la tierra se los tragara

—¿De qué hablan? —hablan al mismo tiempo Rachell y Meredy, ambos reímos en carcajadas y negamos.

—De mis padres —habla rápidamente Morticia, suspiro, me ha salvado de una.

—¿Y qué pasó con ellos?, pensé que estaban bien. —le habla Meredy, como que las dos hablan bastante.

—Si, lo están, pero cuando viajan se van por años y uno agonizando de la angustia.

—Comprendo —finaliza Meredy

Por fin habíamos llegado a la mansión Shepard, en la que una vez vivimos "felices" por tres días.

Todos ingresamos a esta, el silencio reina en esta casa, Meredy nos mira para que la sigamos, caminamos detrás de ella hasta que cruza la puerta directo al jardín.

Al llegar Ro se recogió el cabello, la miró de reojo y frunzo mi ceño, preciento que nada bueno saldrá de esta casa o al menos de este jardín.

Ro camina a la par con Meredy, todos se paran en forma de alerta, la de ojos miel se para de su lugar y con mirada matadora se acerca a ellas dos, pero Meredy la detiene y la empuja nuevamente a su lugar, Ro le sonríe de medio lado.

—¿Qué quieren ahora?

Ro se para al frente de ellos con sus manos en la cadera, aquel hombre de ojos avellanas y su hijo la miran con una sonrisa, Alek frunció el ceño y se para de la silla.

—Has comido tanto que por fin te desarrollaste por completo.—habla aquel hombre.

—Era necesario, me canse de verme como una adolescente estúpida —se burla Rachell, para después estar encuellada por Shepard

Aquel hombre la encuella con una sola mano, Ro lo sigue mirando sería.

—¿Para eso pides que viniera? Pará recibirme de este modo, mejor me hubiera ido para mi casa, total... —se acerca a su oreja.

......

Alek

-Ni me encontrarás, tu poder es muy bajo para hacerlo, eres poca cosa comparado a mi poder —se ríe en mi oreja. Aprieta mi agarre en su cuello, haciendo que tosa

—¡Has cambiado!, debo admitir que sigo sin sentir tu poder y que no se quien eres, tu físico cambió, no está nada mal, pero sigues siendo insignificante para mi.

—Y quien necesita tu aprobación, me vale una mierda quien sea usted, doctor Shepard — vuelve a susurrar en mi oreja.

Se estaba burlando de mí. Está jugando conmigo, no se lo voy a...

En esas llega mi primo, hasta que por fin, pero.. Un gran poder emana del cuerpo de esta chica, sin pensarlo la tomó con más fuerza, pero poco le importo, de un solo golpe me manda lejos de ella.

Me levanto con dificultad del césped para mirar la posición de combate, su cabello se levanta, sus brazos están hacia atrás, toma aire para salir disparada hacia donde está mi primo.

Con una mirada tenebrosa, porque su aura ahora se siente terrorífica.

Medio retrocede sin éxito, ya que ella ya estaba trepada en él, su mirada es muy aterradora, todos estaban asombrados, nadie se podía moverse de su lugar, ni yo, ella puede manejar tal poder, por que sigo sin sentir su inmenso poder, no cualquiera puede dominar tanto.

Y tan rápido.

—Ésto es, por lo que me hiciste —le saca el hígado —Por tratar de abusar de mi —le arranca sin piedad sus testículo, tomó los míos y hago una mueca —Ésto es por lo que le hiciste a mis padres, maldito desgraciado

—No, no esper....—le saca sin piedad su corazón, abro y cierro mi boca, frunzo mi ceño, quiero pararme, tengo rabia, mi calor corporal incrementa, Meredy me mira con los ojos llorosos, y mueve sus labios pidiendo que la disculpe, aquella mujer tira a los pies de mi padre el corazón de Dermes y le quita la cabeza de su lugar, no había vida alguna en aquel cuerpo

—NOOOOO —el grito desgarrador de Susan capta mi atención.

Esa mujer se para del cuerpo sin vida de Dermes, se limpia la sangre de su cara, pasa la lengua por sus labios y se gira para mirarme, se ríe la descarada.

—Qué tu no permites este tipo de cosas, ahí quedó saldada las vidas de mis padres, pero sabes algo, ese estúpido sin cerebro no actuó solo, alguien le dio la orden, y creo saber quien fue... —se acerca a mí a toda velocidad, Meredy se hace en medio de los dos

—Él no fue Rachell, ¡vamos! —abro mis ojos con asombro, ¡cuánta familiaridad!.

—Meredy...— susurro

—Lo siento Alek, renunció a ustedes —ya veo, Meredy fue la única que se podía mover y no hizo nada, nos traicionó, la miró con odio.

Por eso su "Lo siento"

—¡Meredy!... —grito con rabia; la tal Rachell, me mira con odio y me sonríe de medio lado, ella piensa que ha ganado pero no es así, esto apenas comienza. No se lo permitiré.

Esto apenas es el inicio...

......

Meredy

La verdad, no me arrepiento de haber escogido este camino; en el momento que vi ha Rachell sacarle las entrañas a Dermes, me imagine que lo iba a matar, tomé mi móvil y le escribí a Morticia que se fuera de la mansión lo más rápido posible.

Después de haberle enviado ese mensaje, veo que Rachell iba a terminar el trabajo de su masacre y loca venganza, pero al que iba a matar era mi hermano, eso no lo iba a permitir, mi hermano, no tenía nada que ver allí, Alek no se podía mover, lo podía haber matado.

Ella hace un solo movimiento y nos transporta, ya habíamos desaparecido

—Tu familia te va a odiar. —me habla sería, aceptó por fin mi decisión, pero ella no me mira.

—Lo sé... ¿Rachell?.

—Ya se encerró, no te preocupes, últimamente ella es así, me toca estar  vigilandola, ella seguirá molestando a tu hermano, y ya sabemos como. —exclama con fastidio Frances

—Si... Dermes no hubiera hecho esto, y ella hubiera escapado, así como estaba, nada de esto estaría pasando ¿Verdad?, Rachell pensaba escapar con su familia.

—Ése era el pensar, pero ya ves, los tuyos no se contuvieron. —lo miró con tristeza, jamás pensé que se ensañaran así con ella.

—Dime, francés —me genera una duda, escuché una vez algo referente a ella, así que, decidí preguntarle a él —¿Rachell es de la realeza?. Tu dijiste una vez que sirves a la realeza, ¿Rachell quién es en verdad?.

—¡La portadora de la maldición! — me asombro ante su confianza.

—¿Por qué me...?

—Me generas confianza —me interrumpe. Gruñó, odio cuando hace eso —, con lo que acabas de hacer, me dice que quieres cambiar esta vida de los malditos, pero sabes que eso no va ha suceder, hasta que muera la portadora o los portadores.

—¡Es nuestra verdadera reina!, ¿pero los de la realeza?

—"Fueron asesinados" — levantó una ceja —Sólo se los llevaron, pero ya ellos sabían que esto iba a suceder, Rachell se los mostró siendo tan solo un bebé, ella tiene inmensos poderes que no te puedes imaginar, despertar esa parte de ella, es como despertar el fin del mundo, la raza humana y la demoníaca, morirán para siempre.

—¿Rachell se mostró realmente? —niega

—No.. —suspira —, pero ella... Sólo sé poco por mis padres, me guió más o menos  por una carta que ellos me escribieron, era mejor que en ese tiempo no supiera qué pasaba o quienes eran ellos. — suspira y echa su cabeza para atrás — Mis papas junto con los de Rachell desaparecieron, Roro mostró cómo iban a ser asesinados todos, incluido yo, y donde vivíamos, en el castillo. Solo se sabe que el castillo desapareció de la nada, después de que todo ellos... —cierra sus ojos con fuerza.

—Parece una película de terror, tu vida.—"y lo fue" esos fueron sus pensamientos. suspiro y me siento —Aunque ya conozco la historia, bueno, por pedazo, jamás dejaron que yo supiera todo.

—Lo es... —en esas se escucha una puerta cerrarse, Rachell iba caminando completamente... —Rachell, ponte algo de ropa, tenemos visita —se burla Frances, ella nos mira y encoge sus hombros, esa chica es única.

—¿Qué no tiene ella, que no lo tenga yo? —buena respuesta, pero ambos se tienen demasiada confianza.

—¿Ustedes dos, en verdad son amantes? — ambos se encogen de hombros

—Algo así — los dos responden como si no les importara, solo les importaba protegerse entre ellos dos.

—Si le haces daño a Frances, ¡te mató a ti también! —si, ellos solo se protegen así mismos.

—Ro, calma, ella solo quiere ser tu amiga. No la espantes —le habla Frances con calma, una gota resbala de mi cabeza, están más locos que Susan y yo juntas.

—No le creo, pero creeré en lo que acabas de hacer por mi, bienvenida.

Vemos que ella se retira con una copa de vino y una botella

—No le prestes atención, ahora su estado de ánimo está desbordado, está muy descontrolada.

—Si eso veo,  le vamos ayudar, debemos mantenerla en calma, si queremos seguir viviendo —ambos nos reímos, era algo que en verdad no importaba, pero... La portadora ¡Eh!... Al igual que mi hermano. Aunque todos somos malditos, en ellos dos es muy diferente.

........

Alek

Me levanto del césped, mi padre me ve con recelo; ya se lo que me va a decir. Susan, iba a hablar pero fue interrumpida.

—¡Cómo es posible que esto pase! —pongo mis ojos en blanco, lo que faltaba "la reunión familiar", me giro para ver al recién llegado — Y más de ti Alek, que decepción, nuestro rey tirano, fue pisoteado por un demonio de bajo rango, en serio que has caído muy bajo, dejaste de entrenar, querido primo.

—¡Te puedes callar!

—Jo, jo, calmate, es a mi hermano a quien mataron y piensas que me quedaré callado, ¡¡tu deber es protegernos!!

—¡Tu hermano no se comportó como debía! — se cruza de manos Susan

—Tu no te metas, no te hablo a ti, fea. — ella le saca la lengua, ese tipo mira para todos lados y me mira con burla —¡Dejaste ir a la sacerdotisa de tu familia! —aplaude —, qué hermandad la de ustedes, quedó aterrado —empuño mis manos, estoy harto de su sarcasmo barato.

—¡Ya basta, Efrain! —el hermano de Dermes en ese instante saca su bastón e invoca un conjuro, junto mis manos y convocó mi escapada, sabe que no puede contra mi persona

—¡Cálmate idiota!, va encontrá peliar con los reyes o eso se supone. Solo me llevaré lo que queda de Dermes, le dieron una buena paliza, así de fuerte debe ser esa mujer.

—¿Cómo sabes? —desaparezco mi espada y me cruzó de brazos.

—Dermes se la pasó hablando de ella, estaba arrepentido de lo que le hizo a su familia, en verdad que si se había enamorado el cabron ese —veo que se sienta encima del cuerpo de su hermano —Mi madre me pidió que viera por él, ya no sentimos su presencia, era obvio que iba a suceder eso. El portador de la maldición, se acerca, debes prepararte querido primo.

—Más bien, ponte ropa, siempre andas sin camisa y tus ridículos collares.

—Pero no quedó en ridículo frente a muchos —una luz sale de él y desaparece. Maldito desgraciado.

—Me decepcionas, Alek —la voz ronca de mi padre retumbó mi cuerpo y no sólo el mío, también el de mi hermana. No podía decir nada, baje la guardia y cuando quería atacar no podía, mis poderes fueron bloqueados.

Maldita sea Rachell, te buscaré y te mataré, lo juro.

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Continuará