Capítulo 10

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Frances

Frances, dime qué ha pasado con Rachell, ¡ya sé un poco de lo que me pediste! —suspiro con desespero.

—Cuéntame, ¡después te digo que está pasando! —me siento en el sofá, todos me siguen, pongo mis ojos en blanco.

No han muerto, tus padres y los de Rachell, no han muerto, todos están vivos Frances, pero los tienen...

—¿Secuestrados?, pero debemos saber dónde están exactamente.

Es lo que continuó buscando Frances, está difícil, pero se que van tras Rachell, no saben si ella está viva, pero se dieron cuenta que los reyes tuvieron una hija, y no sólo eso... También te buscan, saben que Lucy y Walter tuvieron un hijo, y que era de tan solo seis años, Frances, los van a comenzar a localizar.

—Mierda, y justo Rachell se pierde.

—¿Cómo así?. —Morticia estaba preocupada.

—Rachell, al parecer se la han llevado, y no sólo eso, cambió por completo, despertó el 70 por ciento de sus poderes, no me imagino si despierta el resto, que será de ella. —miro a la nada con preocupación.

Sabes que se oscurecerá más de lo normal y ya no sabrá quiénes somos o para dónde vamos. Acabará con todo lo que se venga en su contra.

—Lo sé, y eso es lo que me preocupa, aunque también la buscan para asesinarla, ya sabes..

La portadora de la maldición, pero... Son dos, aunque ella es la mayor parte.

—Aunque, no es así.. —murmuró, pero no creo que me haya entendido, suspiro —, tengo aquí al frente mío, al otro portador,  no te preocupes.

Bueno si llego a saber más, te comunico todo. Bye

—Bye

.........

Rachell está desaparecida, y quien sabe donde se encontrará ella, todo rastro o pista de ella, está bien oculto, ella es perfecta en ese sentido.

—La última vez estuvo en el parque, y de allí me fui para el hospital, no supe más de ella, solo acordamos vernos después de mi salida, y vaya el que me recibe, si no es más, me voy.

—No, ¿quién dijo que te vas? Esto también es tu culpa y de tu estúpida familia. —se levanta con fuerza.

—¡Oye! —iba ingresando Meredy

—Lo siento Mere, pero es la verdad, desde que tomaron a Rachell, nada bueno sigue pasando, nada cambia, antes es peor que lo anterior, ahora quien sabe lo que estaba pasando, soy su maldito guardian

—Calma Frances, pueda que ella regrese, sabes como es Rachell, demos le tiempo, sino... —me consuela Meredy, pero...

—Mientras damos tiempo —la interrumpo —Ella muere y nosotros también

—Espera, espera, seguimos vivos, demos la espera. —finalizo.

.........

Rachell

¿Cuánto tiempo llevó encerrada?, ya ni sé, solo sé que el tipo que está frente de mí está loco. Tenía que ser familia de Dermes, el primer maldito que me secuestro y vea como le salió de caro todo su teatro.

—¿Qué es lo que usted realmente quiere?, llevamos varios días en esta dimensión.

—Es lo de menos los días, además en mi dimensión han pasado años, hasta tu cuerpo ha cambiado. No te preocupes —suspira con paciencia y se relaja un poco —Sí afecta tu edad pero, no tu físico, solo te vuelve más adulta y tus poderes se fortalecen

Esto es interesante...

—¿A qué se debe tanta amabilidad?, te recuerdo que mate a tu hermano, después del discurso que me diste sobre la sangre. Ahora ayudas a la asesina de tu hermano.

—Aagg, da igual mujer, de todas maneras se lo merecía por ejercer a tu  voluntad, muchas veces le dije que se controlará y ya vez, se enamoró como un loco de ti y todo se le salió de control. —coloco sus manos en la parte de atrás de su cabeza.

—No me hagas reír, ustedes no tienen sentimientos, solo dime que quieres, y si está a mi alcance te lo dar... —tenia mis labios contra los suyos, se aferra más a mi, me tomó desprevenida, no sentí cuando él se me acercó, a decir verdad, estamos en sus dominios es natural que yo aquí tenga la desventaja, o tal vez me falta más preparación, soy la más fuerte entre todos ellos, y todos lo saben.

—Si eres adictiva, y creo que mi querido rey y primo quedó impregnado a ti, a leguas hueles a él, además de él estaba pasado a ti y no sólo eso... Lo dejaste mal, debe estar buscándote como loco. —se burla

—Cállate —lo alejo con los manos —¡Ustedes no tienen sentimientos!, ¡no saben que es eso!, ¡así que cállate!.

—¿Qué sabes tú? —suspira y se acuesta a mi lado —Déjame saciar eso que tanto quieres tu corazón, eso que no se controla y pide mas. Solo dejate llevar. —me mira con deseo, hago una mueca de asco.

—No seas ridículo —acomodo mi cabello hacia atrás —Sólo me produces pena, suplicando unos cuantos besos o un acostón de mi cuerpo, sabes, a eso le digo caer bajo pero en fin, si eso es lo que deseas de mi parte para dejarme ir, te lo haré —me paro de la cama y me quito las tiras de mi vestido dejando caer este al piso.

Sus ojos cambian de color, pasaron de ser un gris a un dorado más fuerte que los de Alek, niego rápidamente, no me interesa ninguno de los dos.

—Qué sea rápido.—le ordenó.

—Te quedará gustando, mi amor —frunzo mi ceño. Dudo que sacie mi ser. Además, quién se cree para tener tanta confianza.

Aquel hombre me tomó con brusquedad, reí divertida, empezó bien, me gusta que me tomen con fuerza, que me encullen. Le sonrió de medio lado pasando mi lengua por mis labios. Su temperatura cada vez sube con más fuerza, es como... Si estuviera a punto de explotar.

—¿Llevas rato sin acostarte con una de tus chicas?.

—Llevo décadas sin acostarme con alguien. Ninguna me llena.

—Y ¿Piensas que yo lo haré?.—lo miro con picardía.

—No lo pienso, ¡estoy seguro! —toma mis labios con brusquedad, los muerde una y otra vez, pero no me saca sangre, no es capaz y yo de él tampoco, y si fuera él, no lo haría si quiere seguir viviendo.

Después de varios minutos pasando sus manos por mi cuerpo, se escucho un fuerte estruendo, como si algo se rompiera en mil pedazo, segundos después estaba embuelta en un círculo negro, comenzó a golpear este con desespero, es una magia muy fuerte, ¿que mierda me quiere hacer?.

No salgo de locos a mi alrededor.
Maldición.

.........

Por otro lado...

En otra dimensión; una pareja veía con cierta curiosidad lo que pasaba en aquel campo de flores, esperando que iba a hacer aquel sacerdote, lo que no esperaban era de que, él quería apoderarse del corazón de aquella chica.

Sin pensarlo dos veces, salen de su mundo al campo de flores, para así tomar a la chica de cabellos claros; ellos sabían que sí no hacían algo, iban a perder contra quien sea y no sólo eso, la poca paz que quedaba iba a cavar y sus sacrificios serían envano, perderían todo lo que hasta ahora habían alcanzado.

Aunque su único deseo era que ella, esa castaña fuera feliz lejos de todo ese caos.

La envidia, el rencor, la codicia, fue lo que terminó retumbando la paz que ellos habían formado, lo bueno de todo eso es que, sus amigos Lucy y Walter estaban con ellos, debían darse por secuestrados, por desaparecidos, y esconder todo tipo de magia que alberga dentro de sus cuerpos, debían encontrar la causa de sus desgracias, aunque ellos están casi seguros de quién fue el que protagonizó aquel revuelo.

—Vamos, allí esta ella, tomemos la y larguémonos de este lugar antes de que ellos se den cuenta. —le dice una joven mujer de cabello negro largo

—Si. —le respde su joven esposo con una voz suave y profunda, debían ser rápidos para no alertar a los demás, hace un suave movimiento con sus manos creando un globo negro, encerrando ha Rachell en este, veían el miedo en sus ojos, por más que ella  demostrará lo contrario, lo estaba viviendo, duermen aquel sacerdote, borrando todo recuerdo que haya creado su mente por el último momento, confundiendo su memoria, tratando de disolver lo que quería hacer, aunque, pueda que alguien se dé cuenta de ello, pero poco le importaba a esa pareja, debían rescatar aquella chica.

—¡Listo, vámonos!

—¿Ella cómo se encuentra? —pregunta con preocupación.

—Está inconsciente, vámonos, no tenemos más tiempo.

—Si.

Una luz blanca los envuelve, haciéndolos desaparecer por completo del lugar.

........

Rachell

Este mundo de oscuridad, se siente tan vacío, no siento calor, ni frío, ¿será que ya me he muerto?.

Comienzo a levantarme suavemente, pasó mi mano por mi cabeza, muevo mis piernas, trató de estirarme, se siente suave, paso mi mano por aquella cosa suave, pestañeó varias veces.

¿Una cama?.

Trato de pararme de la cama pero no puedo, me lo impiden unas cadenas, ¿por que estoy atada?.

Me tratan bien para tenerme como mascota o ¿Qué carajos?.

¿Ahora quien me secuestró?, como que debo acostumbrarme a esta vida de viajera secuestrada, de casa en casa, me van a inestabilizar un día de estos y ahí ya no respondo.

Me siento en forma mariposa esperando que aparezca alguien, tengo demasiada hambre, mi cuerpo pide sangre, mucha sangre.

Tocan la puerta y abren están. —¿Para que tocas si vas a ingresar?.

—Solo sigo una orden, además me importa poco tocar e ingresar.—ignoro su explicación, poco me importaba.

—¿Dónde estoy? —cambio el tema, no quiero hablar con él.

—¡En tu nuevo hogar¡ —su voz ronca retumba mis odios.

—No me jodas, ¿donde carajos estoy?.—vuelvo a preguntar con enfado.

—Estás lejos de tu dimensión. Niña.

Frunzo mi ceño y miró hacia otro lado, mientras él acerca a mi y me tomó del mentón para mirarme fijamente y sonreír.

—Bienvenida a casa, Rachell

Abro mis ojos, ¿porque siento que quiero llorar?, ¿por que su voz me da mucha nostalgia?, ¿quien es él?.

—¿Por qué ... ?—susurro, pero siento que mis párpados pesan, y poco a poco me voy rindiendo a la oscuridad que estoy comenzando a vivir.

........

Alek

Ha pasado un año desde que Rachell ha desaparecido, no hay rastro alguno de ella, tampoco un índisio de encontrarla en algún lado.

Es como si la tierra se la hubiera tragado por completo, y lo más extraño es que, pensé que Efrain la tenía pero no, él cabrón llegó muy contento a la mansión, disque de visita y no se ha largado, se ve que es el gemelo de Dermes

—En que piensas tanto Alek, ¡te veo más ocupado de lo normal!.

Me sonríe, se va sentando en mi cama como si le hubiera dado el permiso, gruñó fastidiado por este tipo.

—Te ves tenso, ¿no has sacado ese animal que te tiene así verdad?. —se burla.

—¡Será que te puedes callar de una vez!.

Frunce su ceño —No la he vuelto a ver, siento que algo pasó, pero... No lo puedo recordar, es como si mi mente estuviera... —lo interrumpo colocando mi mano derecha en su frente, la luz dorada comienza a iluminar la habitación, mi cabello comienza a elevarse, aquel hechizo es muy potente. Incremento el poder.

—Aaahhh —grito, Efrain cierra sus ojos, siento su miedo, creo que no desea que sepa más, pero... Solo pude ver que él sí se llevó ha Rachell pero... Sus recuerdos se tornan borrosos.

Un estruendo fuerte se escucha a la entrada de mi habitación, mi padre ingresa a esta con un aura muy maligna, me empuja a un lado con rabia, llevamos un año sin vernos, me evitó por todos lados.

Suspiró con desgano, miró de reojo lo que hace, se para enfrente de Efrain, la misma posición que la mía, pero esta vez él tomo entre sus dos manos la cabeza de Efrain entierra sus uñas, su cuerpo comienza a brillar un rojo carmesí, hasta soltarse como si eso lo quemase.

—Maldición.. —susurro —¿Dónde carajos estabas? ¿Con quién estabas? ¿Por que carajos tienes huellas de...? Aagh —nos da la espalda para mirarnos de reojo —CONTESTA DE UNA MALDITA VEZ EFRAIN

Jamás había visto así a mi padre y más de ese modo, es como si tuviera... Miedo.

—No recuerdo nada tio, solo se que estaba con alguien y... No puedo recordar nada tío. Por más que me trabaje, no logro entender nada.

Mi padre comienza a salir de la habitación, él no está bien, se ve extraño, puedo jurar que está nervioso, pero el problema es saber el por qué o quien lo tiene así.

.............   .............. .............
Continuará.

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