Antes de iniciar, presento a los primos Rinaldi.

GianCarlo Rinaldi
Hijo de Fobos

Lina Rinaldi
Hija de Némesis

Ahora sí, continuemos :3.

Problemas

Narradora

En algún lugar de un bosque, se encontraba el Rey del inframundo, caminando de un lado a otro. Aunque no lo pareciera, mostraba cierta preocupación.
En ese momento llegaron Nix y Poseidón.

—Muy bien Hades, qué sucede —pregunta la diosa de la noche.

—Una noticia no muy grata —responde.

—Contigo siempre son noticias no tan gratas —se queja el dios de los mares, recibiendo un codazo en las costillas por parte de la diosa de la noche.

—¿Y cuál es esa noticia? —la diosa ya temía lo peor.

—Ellos no se libraron de esto —Poseidón y Nix se miraron entre si.

—Y eso no es lo peor —se acercó Hera.

—¿Tú? —pregunta incrédula Nix.

—Ya sé que no soy de tu agrado, pero hay que dejar las rivalidades —mira a la diosa.

—¿Y cuál es el otro problema? —se acerca Poseidón.

—Cronos —responde—. Cómo saben, él desapareció y los semidioses no lo han encontrado.

—Eso significa que...

—Se mezclan los dos problemas, existen pocas probabilidades de que ellos sobrevivan —completa Hades la oración de Nix.

Bianca

—Mamá, ¿sabes en dónde están Nico y Gina?

—Estaban practicando sus poderes de agua con tu tío Percy y tu tía Sidney —responde mientras su vista seguía en un libro.

—Ok, gracias mamá —le doy un beso y me voy.

Al llegar a la playa, vi que mi tío Percy y Nico trataban de controlar a Gina —¿Ahora que le hicieron? —me acerco a ellos.

—Vas a ver maldito —grita mientras trata de zafarse del agarre de mi tío y de nuestro hermano.

Se ve que quiere matar a GianCarlo, aquí la pregunta es ¿Por qué? ¿Qué le hizo?

—Vamos linda, no te puedes enojar por eso, es la verdad —tenía una sonrisa ladina burlona, pero hasta daba escalofríos.

—Te creerás guapo y todo, pero me vale madres si lo eres, te voy a romper tu linda cara —creo que debe de dejar de juntarse con Val.

—Uy, valiente la niña. Me gusta —no mentiré, sí sentí celos cuando dijo eso.

—Calla tu puta boca Rinaldi —suelta ella como daga, jamás la había visto así de enojada.

—¡Gina! Tranquila. Dime qué te hizo o qué te dijo —la miro.

—Nada, solo le dije sus verdades —se ríe GianCarlo.

—Ahora sí —ella se zafa y lo empieza a atacar.

Él esquivaba los ataques de mi hermana. Solo esperaba que nadie saliera herido, pues cuando mi hermana se enoja y horrible, es imposible hacerla entrar en razón y que se tranquilice.

—¡Gina, basta! —grito, pero fue en vano. Mi hermano se fue en viaje sombra quién sabe a dónde. Dejándonos a mi tío Percy y a mí viendo la pelea.

—¿Eso es todo lo que tienes? Debilucha —se burla Rinaldi.

—¡Cállate! —jamás la había visto tan enojada como ahorita. De pronto, de ella empezó a salir como humo negro.

—Sombras —susurra mi tío.

Las sombras que salían, empezaron a rodear a GianCarlo, él, por más que intentaba, no podía atravesar las sombras.

Aparecieron todos los campistas, y segundos después mis padres y los chicos. Papá se fue acercando a Gina, y la abrazó, poco a poco se fue desvaneciendo las sombras. Todos estábamos asombrados por el gran poder que tiene ella, jamas habíamos visto algo así.
Entre la multitud aparece Quirón.

—Vuelvan a sus actividades —ordena.

Gina se separa de papá y vio con odio a GianCarlo. Se acerca a susurrarle algo a papá para luego transformarse en lobo e irse corriendo directo al bosque.

—Gina —grita Sebastián y se fue corriendo detrás de ella.

—Tiene mis poderes —nos dimos vuelta y era la abuela.

—Mamá —habla mi madre.

—Ayla, Nico —ve a mis padres—. Jackson —luego ve a mi tío y por último a nosotros—, niños.

Gina

—Me las va a pagar ese Rinaldi —estaba sentada en una roca para luego soltar un grito de molestia—. Vas a ver Señorita O'Leary, un día lo voy a mandar al Tártaro yo misma —la acaricio.

Una hortensia aparece frente a mi vista y veo después a Sebastián. —Las que te gustan —me dedica una sonrisa.

—Si me pones atención a lo que digo, yo pensé que no —tomo la flor y le dedico una sonrisa.

—Cuando pongo atención me lo propongo —después susurra algo que no alcanzo a escuchar.

—¿Qué dijiste? —lo miro.

—Nada, ocurrencias mías —responde rápidamente—. No sabía que eras tan poderosa.

—Ni yo lo sabía. Siempre pensé que los más poderosos serían mis hermanos. Ya sabes, son los más hábiles y eso. Pero también porque dominan más los poderes del abuelo Poseidón y Hades —comento.

—No digas eso, tú también eres hábil. Eres la única que ama arreglar y reparar cosas, siendo que no eres hija de Hefesto. Amas leer y estudiar, y no eres hija de Atenea. Si, hay varios que les gusta estudiar, pero no tanto para pasar sus ratos libres leyendo —ambos nos reímos—. ¿Y qué piensas estudiar cuando vayas a la universidad?

—Mmmm, últimamente me llama la atención ser detective o ciencia forense.

—Uuuh, interesante. Con razón, por eso esas ojeras últimamente —pone su dedo en mi frente y lo empuja levemente—. Te quedas viendo series policiacas, ¿cierto?

Me empiezo a reír levemente. —Eso es correcto querido Watson.

Percy

—¿Me estás diciendo que ella puede estar en peligro?

—Así... —se veía muy preocupada.

—No solo eso —aparece Hades interrumpiendo a Nix.

—Sueltalo —dice Nico. Ok, se ve que sigue siendo la misma relación entre padre e hijo con él y Hades.

—Los tres lo están.

—¿A qué se refiere? —ahora si estaba confundido.

—A... —se escucha un grito cerca del bosque.

Todos fuimos a ver y encontramos a una pareja y a un ciervo muerto. En ese momento no le pusimos atención, hasta que el chico señaló al ciervo. La chica estaba muy asustada y en shock, cuando vimos al animal, éste estaba seco, como si alguien le hubiera succionado su sangre y su energía por lo que comentaron Ayla y Nico.

—¿Y Gina? ¿Dónde está ella? —mi hermana se estaba alterando un poco.

—¿No fue al bosque junto con Sebas? —miramos a Evangeline.

—¿Nosotros qué? —salieron de repente del bosque.

—Ay linda, estás bien, ambos lo están —mi hermana abraza a los chicos. Ella ha querido a Sebastián como si fuera también su hijo.

—¿Dinos que esto no tiene que ver con la mala noticia? —habla Alice mientras ve a Hades.

—Estamos temiendo que sí —responde Nix.