Oceans ate Alaska - Hansha

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Detached from everything that lives and breathes
Emotion's just words on a screen
So fabricated is the life we lead
So fabricated is the life we lead

El Wacken había sido todo un éxito, los chicos cómo siempre habían mostrado por que eran considerados los mejores dentro del género que tocaban, el deathcore, habiendo sido ovacionados por los críticos y todos los fans que habían asistido a verlos.

Por obviedad su mercancía había volado de los anaqueles del concierto, más aparte las ganancias por el mismo, fácil rosaban el millón y medio de dólares cómo ingreso a la disquera de la cual a cada uno de los miembros de la banda se le había dado ciento cincuenta mil para dejar lo demás cómo ganancia para la empresa.

Se habían divertido saliendo de paseo por el pueblo donde se habían quedado y disfrutado el resto del festival, dejándolos si bien cansados físicamente, pero a la vez muy reposados de sus tareas diarias en su vida cotidiana, ya sea con sus familias, la disquera o sus trabajos fuera de la música, de vez en cuando poder salir de la rutina le sentaba bien a cualquier persona, sobre todo a los músicos.

Por su parte al regresar a Estados Unidos, Ishtar y Ashton eran más unidos que nunca, haber viajado juntos y el bajista mostado su apoyo incondicional a la guitarrista durante el concierto hizo que la asiática se sintiera muy feliz y más amada que nunca, ese chico se ganó su corazón desde el primer momento en que acepto a Kiba más aparte en que procuro que ellos estuvieran bien y buscar formar una familia a su lado, sin duda era mal juzgado siempre, ya que mostraba cada día más que era un hombre digno y de familia cuidando mucho aquel lograr que estaba formando a lado de Sayumi.

El joven estaba en su casa, era su día libre de la disquera y Maggie había salido con Ishtar y Kiba a comprar unas cuantas cosas que necesitaban para ella, el no había ido debido a que tenía que recibir un nuevo vaporizador para la pequeña, algo que les había recomendado el doctor que la veía, y sin titubear ni esperar nada, los dos chicos habían puesto manos a la obra para conseguirlo, sin escatimar en los gastos, más sabiendo que esa nueva tecnología usada en aquel aparato podría ayudar a la chiquilla a tener una vida sana y normal.

También estaba un poco intranquilo desde lo que sucedió con su madre hace unas semanas, sabía que ella seguía en América, no estaba seguro el chico si era en Canadá donde residía o en España, jamás había entablado una relación cercana con ella, no después de haberlo dejado con su moribundo padre, y al cuidado de su tío Roland.

Él no podía quejarse del hermano de su padre porque siempre lo apoyo y lo cuido a pesar de todo, siendo que era alcohólico, pero a pesar de ello jamás fallo en su responsabilidad de tutor del azabache o de cuidar a su moribundo consanguíneo,

El bajista estaba viendo unos mensajes en Instagram, muchos de sus admiradores a los cuales les contestaba de manera jovial, siendo el quien más se acercaba a los fans, le gustaba interactuar con ellos y mostrarse accesible a lo que le decían, tenía mucho carisma en ese aspecto y por ende los chicos de Sk8 habían optado por hacer que el fuera el que se encargara de todas las redes sociales junto con Becca, quien era mucho más formal en el trato con los fanáticos de la banda.

Estaba leyendo un mensaje cuando su timbre sonaba, rodando sus ojos se levantaba un poco a molesto a ver quién osaba molestar su tranquilidad en esos momentos.

Caminando de manera lenta llegaba a la puerta para abrirla y al ver quien estaba del otro lado fruncia su ceño, ya estaba de peor humor ahora.

—Hola Ashton, te dijie que estaría en contacto —decía Kristine, su madre.

—Estaba esperando a que fuera mentira y no me molestaras más, pero creo que dí mucho por sentado.

El chico rodaba los ojos mostrando su claro agobio de verla ahí, no pensaba ocultar su disgusto.

—Veo que el borracho de tu tío y el inútil de tu padre jamás te mostraron modales ¡No me sorprende! Más viendo cómo acabaste —la señora sin esperar invitación entraba al hogar del chico, él no la detenía no quería más problemas.

«Entre más rápido la atienda más rápido se va», pensó Ashton.

—¿En qué te puedo ayudar el día de hoy madre? —cuestionaba el azabache sin quitarle la vista de encima a su progenitora.

—¿No me vas a invitar ni siquiera un vaso de agua? —alzaba la ceja la señora.

—¿Qué parte de que no eres Bienvenida aquí no entiendes Kristine?

Se notaba el enojo, pero a la vez el dolor en la voz de Ashton, si bien no le gustaba mostrarlo jamás, no era inmune a sentirse triste o enojado por la situación que estaba aconteciendo, aún se lo ponía un poco mal la mención de su difunto padre o entender que jamás fue importante para su madre, eso lo jodía mucho, no sabía que había hecho mal para haber sido rechazado por ella de tal manera de dejarlo atrás con su progenitor y tío.

—¡No lo sabía! —el sarcasmo se notaba en su voz —, prefieres tener una cualquiera vividora y trepadora a tu lado que buscar una mujer digna de ti.

Esto había colmado la paciencia de Ashton, no iba a permitir que su madre hablará de esa manera del amor de su vida, Ishtar era una mujer digna de cualquier cosa a la cual amaba y respetaba cómo lo más sagrado de su vida junto con Kiba y Maggie.

—¡No voy a permitir que insultes a mi novia de esa manera!

Si las miradas mataran, Kristine ya estaría convertida en un obituario, la furia externada por el chico en su visaje no tenía comparación.

—Pues se cosas de las que te harían dejar a tu noviecita asquerosa esa —comentaba su madre con toda la saña del mundo.

—¿Tú qué vas a saber vieja bruja?

El chico ya no mostraba ningún tipo de recato o respeto hacia ella, la detestaba y se notaba en cada ademan que emitía al dirigirse hacia su progenitora.

—Se más de lo que puedes saber tú, y ni siquiera alguien tan patético cómo lo eres Ashton merece tener a una prostituta de pareja y mucho menos a lado de una hija a la cual esta ayudando a criar —el veneno se espacia en la duda de Ashton.

El e Isthar habían hablado un poco del pasado de la nipona antes de Beyond the Light, y no había sido una de las pláticas favoritas del azabache, si bien el no juzgaba de ninguna manera a su amada novia, si se sentía un poco intranquilo por todo lo que había ocurrido con anterioridad en su vida.

Entendía que mucho de lo que había hecho, trabajar en un burdel y en un table, fue más que nada para poder sacar adelante a su amado hijo, no por que fuera algo que disfrutará.

Eso lo había incomodado un poco pero no se dejaba disuadir de amarla, desde que tenía memoria musical, esa chica había sido su crush, y ahora estaba saliendo con ella incluso estaban a nada de formar una familia., los dos merecían una oportunidad.

—No me importa nada de lo que tengas que decir madre, se muchas de Sayumi y confió ciegamente en ella —decía de manera firme el bajista mientras se le quedaba viendo a su madre, quería saber que tenía planeado esa vieja bruja.

Ella sin inmutarse ni titubear, sacaba de su bolsa un folder, en donde venían un bonche de papeles, pero al verlos más de cerca el eran unas fotos que había impreso.

Las dejaba esparcidas en la mesa, haciendo que Ashton viera que eran imágenes de ujna Sayumi más joven, de no más de veinte años, estando encima de un hombre desnuda, o bailando muy pegada de otro el cual parecía un cliente en un table, bailándole de manera sensual restregando su trasero sobre el bulto del mismo.

Había más de imágenes de esa índole, las cuales intentaba ignorar el bajista, pero no podía dejar de observarlas mientras su corazón se aceleraba y de cierta manera le causaba asco ver en ese predicamento a la nipona.

—Ella no vale la pena como mujer y me sorprende que no te hayas dado cuenta de ello —inyectaba más veneno Kristine.

—Se de todo eso y no me molesta —intentaba mostrarse calmado el chico mientras dejaba salir un ligero suspiro.

—¿Y aun así la aceptas? No tienes amor propio ¿verdad? —cuestionaba su madre.

Sin previo aviso, Ashton tomaba de manera ruda el brazo de su madre para dirigirla a la salida de su departamento,

—No quiero que nos vuelvas a contactar, te odio más de lo que te odiaba antes —con ello cerraba la puerta e iba a donde estaban las imágenes.

Intentando no verlas mientras las quemaba, pero aquellas fotos seguían en su mente, haciendo que se recargara en el refrigerador y se dejara deslizar por él, intentaba no llorar.

—La primera parte del plan fue implantada —decía Kristine, mientras iba caminando con su celular a su oído.

Unas palabras qué no se podían entender.

—Ahí estará para que podamos destruir de una vez por todas esa relación tan horrible y nefasta.

Nuevamente la voz hablaba y se notaba un enojo en el ceño de Kristine.

—Saldrá bien no te preocupes.

Con ello colgaba 

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