Capítulo Dieciséis

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—Uno, dos y ¡Tres!

Evan lanzó a Rowan contra una pila de cajas. Ya llevaban tres semanas allí y durante ese tiempo los cuatro habían estado teniando entrenamientos algo intensos.

—¿Qué te he dicho sobre taparte la cara con las manos? Eso no hará que el ataque se evite.—Corrigió Evan, mientras caminaba hacia ella, le tendió la mano y le ayudó a Rowan incorporarse.

Rowan se sentía avergonzada ya que los demás hacían las cosas sin esfuerzo alguno, todo lo hacia bien, unas que otras caidas pero bien, en cuanto a ella se le complicaba las cosas cuando Evan estaba cerca, los nervios siempre le ganaban, quería impresionarlo pero siempre terminaba en el suelo, nada le salía bien.

Los que se ganaban la impresión de Evan eran Crew y Waggoner, en cuanto a Persephone, ella hacia lo que podía pero lo hacia mucho mejor que Rowan.

—Voy por agua.—Informó Rowan, saliendo de la sala.

Mientras caminaba por el pasillo podía escuchar el tremendo ruido que hacían mientras se lanzaban en el aire.

"¿Qué pasa conmigo?" Se cuestionó. Se sentía enojada consigo misma, dejaba que los nervios se apoderaban de su cuerpo dejándola quedar en ridículo frente a Evan, o bueno, eso era lo que pensaba ella. Se detuvo frente a la la puerta de los sanitarios, colocó la palma de su mano sobre la puerta y la empujó, entró y caminó hasta quedar frente al espejo. Todo su rostro estaba tan rojo como la misma sangre, estaba tan sudaba que hasta en las pestañas habían pequeñas gotas de sudor, su cabello estaba tan alborotado que apenas de lograba ver su cara.

—¿Necesita algo para amarrar tú cabello?

Rowan se giró rápidamente para toparse con Persephone, ella estaba igual o incluso peor que Rowan, su cuerpo brillaba de sudor, pequeños mechones se pegaban sobre su rostro y llevaba el cabello atado a una coleta.

—Si.—Replicó Rowan, con un leve movimiento de cabeza.

Persephone sonrió y levantó la mano, en su muñeca había una liga, se la sacó y se la ofreció a Rowan.

—Evan me regaló dos. Él es muy amable.

Una ola caliente inundo a Rowan. Frunció el entrecejo hasta más no poder. Miró la liga que Persephone le ofrecía, la tomó de mala gana sin decirle gracias y dio la vuelta para quedar frente al espejo.

—Oye...—Murmuró Persephone, colocándose en el lado derecho de Rowan—Sé que muy pronto seremos libres y hay algo que quiero hacer pero no creo poder sola.

—¿Qué cosa?

—Quiero buscar a mis padres.

—¿Y crees que después de todo el tiempo que ha pasado ellos se acuerden aún de ti?—Rowan giró la cabeza en dirección a Persephone—A ellos no les debes interesar en estos momentos.

Persephone tensó su mandíbula y apretó sus manos en un puño. Lo que Rowan había dicho le había estrujado el corazón. "Quizá podría tener razón, pero quiero hacerlo." Razonó Persephone.

—¿Eso es un no?—Persephone se cruzó de brazos y se quedó esperando la respuesta de Rowan.

—Exacto, es un no.—Contestó con seriedad.

Amarró su cabello y observó a Persephone por unos segundos para luego salir de los sanitarios. Cuando iba a la mitad del caminó sintió una sensación oprimente en el pecho, efectivamente se sentía mal por como había tratado a Persephone, así que el lado bueno de Rowan razonó y decidió regresar.

Entró nuevamente a los sanitarios, cuando escuchó el llanto de Persephone se sintió aún peor. A pasos lentos se acercó a ella. Persephone se encontraba sentada sobre el piso, abrazaba sus rodillas y escondia su rostro. Rowan se colocó de cuclillas frente a ella, colocó su mano sobre una de las rodillas de Persephone, ella levantó rápidamente la mirada para toparse con el sudoroso rostro de Rowan.

—Los vamos a buscar y no nos vamos a detener hasta encontrarlos.

○

Evan caminaba por el pasillo del edificio secreto de la OIP. Daba pasos pasos perezosos, en su rostro se veía el agotamiento, llevaba la máscara en la mano derecha y en la otra llevaba una bolsa de plástico negra. Se detuvo frente a una puerta de metal color café, se trasladó la máscara a la mano dónde sostenia la bolsa, metió su mano desocupada en el bolsillo de su pantalón y sacó unas llaves, la introdujo en la cerradura y abrió la puerta.

—Por fin, un descanso.—Dijo mientras cerraba la puerta.

Caminó hacia una pequeña mesa, colocó la bolsa y la máscara encima de esta, estiró la mano para tomar una silla, la acercó a la mesa y se sentó.

Se sentía muy agotado, mental y físicamente. El estómago le empezó a rugir, sin más, acercó la bolsa hacia él, la abrió y sonrió, era hora de saciarse.

Sacó el pedazo de carne cruda de la bolsa, la deleitó con ansias y sin chistear la llevó hacia su boca, dándole un gran mordisco, después de el segundo mordisco su hambre le ganó y empezó a devorar la carne cruda con un poco de desesperación.

—¡Evan! ¡Evan! ¿Estás?—Alguien hablo detrás de la puerta seguido de unos cuantos toques.

Evan se puso de pie y caminó hacía la puerta, no le importo que la persona que lo estaba esperando lo viera con el pedazo de carne cruda en la mano y un poco de sangre en las comisuras de su sonrisa.

Abrió la puerta.

—¿Qué estás comiendo?—Soltó Rowan, con asombro, observando atónita el rostro de Evan, luego miró el pedazo de carne que sostenía entre sus dedos—¿Comes carne? ¿Es carne cruda?

—Vete.—Evan empujó a Rowan fuera del cuarto, pero ella se rehusó y lo empujó para entrar nuevamente.

—Evan.

—Es molesto cuando interrumpen mi cena.—Aclaró Evan con cierto enojo en su voz.

—¿Porqué comes eso? ¿Acaso tú...?

Evan relamio sus labios y se acercó a Rowan, tiró el pedazo de carne al piso y tomó el brazo de Rowan de manera brusca, jalo de ella hasta sacarla del cuarto, ella quiso entrar nuevamente pero esta vez Evan la empujó con tanta fuerza que cayó de trasero sobre le suelo, le dedicó una mirada desafiante y le cerró la puerta.  Se acercó hasta la mesa, agarró otro pedazo de carne y lo empezó a comer a grandes mordiscos.

Evan no era el mismo cuando saciaba su hambre.

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¡Ey!
¡2K vistas!

Que felicidad me dio ver que Rowan ya llegó a las 2K vistas.

Gracias, en serio no saben lo feliz que soy, estoy tan ¡Alegre que me comería un burro de la felicidad!
Gracias por el apoyo que me brindan, por sus comentarios y sus hermosos votos.

No me queda más que agradecer por darle la oportunidad a esta historia. Les envio un gran abrazo lleno de cariño y nutella.

No tenia pensado actualizar, ya que se me habia bloqueado el coco pero me dije: "Vamos chica, ve a Instagram, acosa a los gemelos Sprouse luego vuelve a Wattpad y actualizaras" Y aquí estoy, inmensamente feliz.
Gracias.

Vaya vaya...Pero que belleza, nos salió caníbal él muchacho.

¿Qué crees tú que sucede?

Keil Pravia