Taehyung se encontraba enfrente de aquella gran casa a decir verdad, estaba un poco nervioso, pero sabía que a partir de ahora iba a ser un nuevo comienzo. 

Donde él podía sanar y olvidar toda cosa mala que le ha pasado estos meses. 

Se acercó a tocar la puerta la cual fue abierta por una mujer de unos 46 años, el omega calculaba. 

─ Buenas tardes ─ Taehyung hizo una reverencia. 

─ Buenas tardes ─ lo saludó de vuelta aquella linda señora beta ─ ¿Tú debes de ser el nuevo chico que trabajara acá, no? ─ le preguntó con una linda sonrisa. 

─ Claro, soy Kim Taehyung ─ se presentó ─ Mucho gusto ─ le dijo. 

─ Ven joven ─ le dijo haciéndose un lado ─ El señor Jeon te espera. 

Taehyung pasó a la casa y siguió a la mujer quien lo guió por un largo pasillo, unos segundos después llegaron a una de las tantas puertas que había en el lugar. 

─ Toca la puerta y cuando el señor Jeon, te permita pasar lo haces ─ le indico la señora para después retirarse del lugar. 

Taehyung tocó la puerta segundos después que la señora desapareció de su vista. 

Y detrás de la puerta se escuchó un "pase" y abrió la puerta después de escucharlo. 

─ Buenas tardes ─ saludó tímidamente Taehyung. 

─ Kim Taehyung ─ fue lo primero que dijo aquel hombre que le causaba escalofríos al omega. 

─ Dígame, señor Jeon. 

─ No vuelvas a decirme señor Jeon ─ le pidió de una manera para nada amable. 

─ Entendido. 

─ Bueno, la verdad no hay mucho para lo que seas útil ─ murmuró ─ Puedes sentarte en el sillón de ahí ─ apuntó hacia unos sillones que había en aquella oficina. 

─ Claro ─ hizo lo pedido ─ ¿Desea que le ayude a algo? 

El delta se quedó quieto, para después mirar a Taehyung ─ Por el momento puedes ir presentándote más a fondo o si gustas puedes ir arreglar tus cosas a la que ahora será tu habitación ─ le dijo con una mirada serie. 

─ Uh... voy a acomodar mis cosas si a usted no le molesta ─ tímidamente dijo. 

─ Claro, puedes ir a la cocina y ahí estará la señora Choi ─ dicho eso, Taehyung salió de aquella oficina. 

El omega hizo una mueca una vez estuvo afuera de aquella oficina. Las palabras de Seokjin pasaron por su cabeza. 

"Jungkook es alguien complicado de tratar" 

Él estaba averiguando eso en estos momentos. 

"De antemano, te pido perdón por lo grosero que llegue hacer" 

Jungkook no ha sido grosero con él, lo que sí ha sido fue muy serio. Taehyung era todo lo contrario a Jungkook. 

Aunque eso al delta no le importaba y Taehyung lo sabía. 

Como pudo el omega llegó a la cocina y sonrió cuando la vio. 

─¿Necesita algo, Joven? ─ le pregunto. 

Taehyung sonrió algo apenado de molestar a la señora en sus labores ─ Si me podría enseñar donde está la habitación que voy a ocupar en mi estancia aquí ─ le pidió. 

La señora asintió ─ Ven, sígueme ─ Taehyung hizo lo pedido. 

El omega iba viendo cada parte de aquella casa, sonrió cuando vio que su habitación era linda. 

─ Ahí es ─ le dijo la señora Choi ─ Si necesitas algo, no dudes ir a buscarme ─ le comentó para después retirarse y dejar solo a Taehyung. 

Una vez el castaño solo se acercó a la cama y se sentó en ella. Sonrió y de su bolsa sacó el cuadro donde estaba una foto de él y su madre. 

Una sonrisa cálida se formó en sus labios. 

─ De ahora en adelante voy a vivir un nuevo comienzo. En este lugar vamos a empezar nuestra nueva  vida, te prometo que no te voy a decepcionar ─ abrazo aquel cuadro ─ Te amo con todo mi corazón, mami ─ se acostó en aquella cama y suspiró una vez su espalda tocó algo suave. 

"Mami" llamó aquel pequeño de siete años "¿Siempre vamos a estar juntos, verdad?"  Le preguntó con aquella inocencia de un niño de su edad. 

"No te puedo prometer eso" le dijo mientras sentaba a su pequeño taetae en sus piernas " Pero hasta donde yo pueda estar contigo, lo estaré y recuerda que siempre te amaré" le dijo dejando un beso en la frente de su hijo. 

"¡Yo también te amaré, mami!" Murmuró, mientras se acurrucaba en el pecho de su mamá. 

Taehyung despertó en golpe ante aquel recuerdo, un sollozo salió de sus labios. El extrañaba a su madre, quien era su mejor amiga. 

Con su mano eliminó aquella pequeña lágrima que estaba en su mejilla, soltó un suspiro y se paró de la cama. Para después empezar arreglar su ropa que estaba todavía en aquella maleta que él trajo consigo mismo. 

De ahora en adelante empezaría su nuevo comienzo de algo nuevo, de algo que siempre había estado evitando.