Capitulo XXXIII: Reunión vampírica

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


La larga mesa de brillante ébano era ocupada por todos los señores vampiros, cada uno escuchaba con atención lo que Ryu les exponía. De los excesos de la noche anterior no quedaba más que el recuerdo.

El fuerte olor a salitre traído por la brisa fresca nocturna penetraba las ventanas abiertas de par en par; el rumor de las olas llegaba perfectamente a los agudos oídos vampíricos como suave arrullo. Habría sido una escena idílica de no ser por las aciagas noticias que Ryu les contaba. Vlad, en un extremo de la mesa, lo miraba con sus ojos azules de expresión indescifrable; Zahyr en cambio, a su lado, mantenía su sonrisa inquietante en el rostro, parecía disfrutar con lo que Ryu decía.

Mientras Amaya se recuperaba de sus heridas, Ryu se dedicó a leer todos los archivos que contenía la memoria, en especial uno titulado "Proyecto principio y fin". Este describía cómo el jefe de la división médica logró alterar a un grupo de niños huérfanos para convertirlos en súper humanos basado en el código genético híbrido de Amaya, así consiguió crear a los actuales cazadores de La Orden. Otro proyecto se mantenía en marcha, mucho más ambicioso que el anterior, también se basaba en el código genético de un híbrido a partir del cual en La Orden crearon una raza nueva de seres: Los supravampiros. Afortunadamente, al parecer estos no estaban listos, todavía les faltaba "madurar".

—¿Todo eso que cuentas lo sabes porque lo ha dicho la cazadora que tienes en casa? — preguntó Vlad, inclinándose un poco hacia adelante en la larga mesa. Ryu, lo miró antes de contestar.

—Ella extrajo esa información de la división médica de La Orden y no dudo de nada de lo que hay allí, si eso es lo que quieres insinuar. Es evidente que la organización de cazadores ha encontrado la forma de acabarnos, si no, no se habrían atrevido a matar a mi hermano.

—¿Queréis decir que los humanos se preparan para atacarnos con esos "supravampiros" que mencionasteis? —habló la condesa con su voz aterciopelada, acariciando su pecho en una actitud consternada— ¿Acaso se han vuelto locos?

—Estaba seguro de que esto en algún momento pasaría. Te lo dije muchas veces, Ryu, y no me escuchaste en tu manía de mantenernos en la sombra y conservar la "paz" —dijo Zahyr, en un tono serio, extraño en él—. ¿De qué ha valido esta paz?, fue una trampa mientras ellos se preparaban para podernos enfrentar. Siempre han deseado acabarnos, solo tú te engañas creyendo que puedes llevar una vida en su sociedad.

Ryu ya sabía que tendría que enfrentarse a la oposición de Zahyr y Vlad para conseguir lo que quería, evitar una guerra entre humanos y vampiros.

—No es solo su sociedad, Zahyr, es también nuestra, vivimos en el mismo mundo y siempre he creído que debemos encontrar una manera de compartirlo.

—Pues veo muy difícil encontrar una forma de vivir en armonía como usted quiere príncipe, ellos jamás aceptaran ser nuestra comida —Después de las últimas palabras de Katherina Lynch, todos rompieron a reír. Zahyr, sin embargo, se mantuvo serio.

—Su sociedad no es la nuestra, Ryu y no tenemos por qué seguir sus normas. ¿Quién dice que no podemos alimentarnos de quien queramos? ¡Ellos! ¡Somos los más fuertes!, el último paso en la evolución y lo sabes. Entonces, ¿por qué no podemos hacer uso de nuestro innegable derecho de gobernar y hacer lo que nos venga en gana?

—¡Nadie te ha dado ese derecho, Zahyr! —dijo Ryu, usando el mismo tono fuerte del otro.

—¡Ese derecho nos lo da la naturaleza mi querido amigo! —intervino Vlad para apoyar a Zahyr—. La que nos hizo más poderosos, la que nos hizo inmortales. Los humanos nos tienen miedo porque saben que somos superiores, yo digo que aprovechemos ese miedo.

Cuando Vlad terminó de hablar, él y Zahyr cruzaron sus miradas, era evidente que pensaban igual.

—Fíjate en esta hermosa isla, ¿Por qué esta no podría ser un proyecto piloto? Tendríamos miles de humanos, miles de granjas para alimentarnos. Salir de las sombras y demostrarles que existimos y que no pueden evitar lo que la evolución ya ha dictaminado. ¡Pero no!, en lugar de eso, Vlad y yo hemos tenido que inventar la absurda historia de "el triángulo de las Bermudas" —Ante esto, Zahyr soltó una risita—, para que no sospechen que sus barcos y aviones se pierden en este castillo y van a formar parte de nuestra deliciosa granja. El mundo nuevo que podemos crear no tendrá reglas, viviremos a la luz y todos sabrán quienes son los reyes. Por supuesto, seremos buenos con los humanos. ¡Son tan frágiles y algunos hasta inocentes! No podemos bebérnoslos de una sola vez, tendremos que controlarnos para que no se repita "la peste negra".

Todos rieron de buena gana, todos menos Ryu. Cuando la risa colectiva cesó, volvieron a la discusión:

—Me cuesta creer que ellos rompan todos nuestros acuerdos, muchos de los cuales son más lucrativos para ellos que para nosotros. Mantenemos limpias sus ciudades cazando a los que no quieren, a los vagabundos, a los delincuentes y nos traicionan de esta manera —Miguel Blanco, habló demostrando todo el rencor que sentía en su voz—. Yo estoy de acuerdo con Vlad y Zahyr, demostrémosles quienes son los verdaderos amos del mundo. Muchos de ellos ni siquiera saben cómo gobernar, solo miren el caos en el que están algunos países por su incompetencia, donde sus gentes viven en la miseria, acechados por delincuentes que sus gobiernos corruptos no les da la gana de hacer frente. Dios, nos dio este don por una razón, tal vez nosotros podamos traer algo de orden en su desorden e injusticia, no lo sé, crear un sistema que nos permita a todos ser feliz y cuidar de esos inocentes humanos.

Zahyr torció el gesto, en su mente no entendía como un vampiro podía querer ayudar a los humanos en su desordenada sociedad. Para él los humanos no eran más que comida. Ryu, en cambio, vio en Miguel un posible aliado.

—Tal como tú dices Miguel, yo creo que estamos llamados a usar nuestro poder para proteger este mundo, no para destruirle. Pienso que es posible buscar una manera de evitar la confrontación y llegar a un acuerdo que nos permita a todos continuar viviendo en paz. Dicen que no le deben nada a esta sociedad, que no tienen por qué seguir sus reglas y sin embargo todos se han beneficiado de ella y de los humanos. Usamos y disfrutamos su tecnología, tenemos acuerdos económicos y políticos, como bien dijiste, Miguel, con ellos, ¿por qué arruinarlos con una guerra? Hemos presenciado numerosas de ellas y a todas les sigue una gran devastación, el mundo que conocemos cambiará y...

—Justamente es lo que quiero, ¡que esta sociedad y sus normas se vayan a la mierda! —lo interrumpió Vlad levantando la voz—. Te recuerdo que no somos nosotros los que estamos buscando pelea. Son ellos los que han construido todo un ejército de seres capaces de cazarnos y destruirnos. Los humanos no van a mostrar con nosotros la misma piedad que hemos tenido con ellos durante siglos. Ya teníamos un acuerdo de paz y lo han violado. Tenemos que defendernos, vencerlos y fundar una nueva sociedad, una donde los vampiros verdaderamente reinemos.

Un murmullo colectivo de aprobación inundó la mesa oscura. Ryu perdía el apoyo de sus congéneres.

—Vlad, la historia tiene suficientes ejemplos, siempre que surge un tirano habrá una rebelión para derrocarlo. Si nosotros nos convertimos en los tiranos, tarde o temprano nos enfrentarán.

—Pero es que ya nos consideran tiranos, ya nos enfrentan mi querido señor —dijo Katherina, con sus hermosos ojos ámbar abiertos de par en par. No tenemos más opción que defendernos.

—Entonces, príncipe ¿qué proponéis? ¿Qué seamos los esclavizados?

De inmediato un rumor de disgusto se extendió por la mesa cuando la condesa lanzó su pregunta. Zahyr, con expresión inescrutable, se mantenía en silencio.

—Propongo que seamos más inteligentes que ellos. Sí, nos temen, pero también nos aman. A lo largo de la historia nos hemos convertido en un mito que en los últimos tiempos han romantizado, ¿no es cierto, Lord Byron? —el aludido inclinó la cabeza en señal afirmativa —. O tú mismo, Vlad: ¿Cuantos libros, películas, canciones, te han nombrado a través de los años? ¿Cuántos han sido cautivados por tu leyenda? Pues bien, utilicemos esa fascinación a nuestro favor. Materialicemos el mito, hagamos realidad la fantasía y el romance que ellos han gestado en su imaginación colectiva. Quitémosle la máscara a los verdaderos culpables, los que solamente quieren acabarnos porque desean ocupar nuestro lugar. Porque eso es lo que buscan, riqueza, poder, lo que nosotros tenemos y estoy seguro de que solo unos cuantos conforman este complot. Debemos aparecer, ante los que no están enterados de esta maquinación, como confiables. Demostrarles que no somos una amenaza. No nos convirtamos en los monstruos desalmados que unos cuantos quieren hacer creer que somos. Mejoremos nuestra imagen y para eso pongo a nuestra disposición mis empresas de telecomunicaciones.

—¿Acaso queréis que nos revelemos al mundo? —preguntó Nina Rosewood, tan incrédula como horrorizada.

Ryu sonrió:

—Pues sí y no solo eso, quiero que seamos a sus ojos héroes, no villanos. Tenemos que ganar su confianza, evitar esa maldita guerra y nada mejor que mostrar una imagen impecable. Debemos afianzar nuestros lazos económicos y políticos con los humanos, demostrarles que pueden confiar en nosotros. No deben ser muchos los que conspiran, así que hay que estrechar la unión y gestar alianzas con la mayor cantidad de gobiernos del mundo.

—Yo creo que lo que propone Ryu, es posible —dijo Lía—. Lo más importante es averiguar quiénes están detrás de esta conspiración, si tal como dice mi hermano, no son todos los gobiernos del mundo, tenemos una oportunidad de evitar una guerra y mientras tanto darnos a conocer demostrándoles que somos confiables.

— ¡Ja!, estás loca Lía, ambos lo están —se mofó Vlad.

—Quizá —contestó Ryu sin hacer mucho caso a su comentario despectivo—. Al mismo tiempo usemos nuestros contactos y espías y averigüemos quienes son los que realmente están fraguando este complot y, pues, también obviamente tendremos que enfrentarnos a estos "supravampiros". Encontrar la manera de contrarrestarlos y para eso te pido a ti, mi querida Katherina, que tienes toda una industria farmacéutica y de investigación, que la pongas al servicio de encontrar como enfrentarlos. Ellos fueron creados en un laboratorio, también en un laboratorio hallaremos la forma de vencerlos.

Vlad lo miraba con una expresión entre incredulidad y desprecio. Para él, Ryu no era más que un cobarde que escatimaba el enfrentarse a los humanos e intentaba por todos los medios congeniarse con ellos.

—Es absurdo todo lo que propones, Ryu. Tenemos que arrasarlos ¿Por qué hemos de ganar su confianza en lugar de enfrentarlos?

—Si hacemos eso perderemos porque somos menos y si ganamos solo allanaremos el camino para una sublevación peor.

—Pues yo estoy de acuerdo contigo —dijo Zahyr, levantándose y sorprendiéndolos a todos, incluso al mismo Ryu—. Tus palabras están llenas de la sabiduría de la historia. Creo que tenemos que aprovechar los medios de comunicación, las redes sociales y toda esa majadería que les gusta a los humanos y hacer lo que dices, moldear nuestra imagen en la de un benefactor heroico, romántico y hermoso.

Vlad miraba a Zahyr como si le acabaran de salir dos cabezas. No acababa de entender que su compañero de pronto se pusiera de parte de Ryu. Él siempre había sido el más reacio a aceptar doblegarse a la sociedad humana y ansiaba crear una nueva, sin reglas o al menos sin reglas humanas, donde el vampiro gobernara, por eso no entendía qué pretendía apoyando a Ryu.

—Ahora solo falta determinar quién será la imagen de este vampiro heroico y romántico, dispuesto a ayudar a los necesitados y a sacrificarse para evitar la guerra. ¿Qué te parece si ese vampiro eres tú, mi querido Ryu?

Ryu miró con desconfianza como Zahyr se acercaba para abrazarlo, pero pudo ver también en los ojos de sus congéneres una incipiente aceptación de la idea. Parecía que ganaba su apoyo, el de todos menos el de Vlad, que lo miraba con el ceño fruncido. Ahora solo faltaba darle forma a la idea, afinar el plan.





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro