¿Bailas Conmigo?

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¡Hola de nuevo!

Siento que no he actualizado este fic en años. Solo fueron 3 semanas, creo que no ha sido un hiatus tan largo...

En fin, el día para actualizar ha llegado y antes que nada me gustaría recalcar mi agradecimiento con todas y todos ustedes. Al momento de escribir esto el fic ya ha alcanzado 23 mil vistas en Wattpad y 63 mil en Fanfiction. Así que no podría estar más complacido. Bien, es momento de dejarlos con el capítulo. Espero que les guste y perdonen de antemano si encuentran errorcillos ortográficos.

Por cierto, en este capítulo encontrarán la mención a una canción que va de la mano con una de las escenas descritas. El nombre lo encontrarán llegado el momento. Sí tienen la posibilidad, sería idóneo que la pudieran escuchar mientras leen dicha escena. Si no pueden, no se preocupen. Advierto que la canción está en inglés, pero si quieren ver la letra traducida, les recomendaría que buscaran la traducción en un video en Youtube. He visto traducciones en los sitios que te aparecen haciendo una búsqueda en Google y todas son ¡PÉSIMAS!

Así que si tienen la posibilidad sería bueno que lo intentaran. Ahora sí, vámonos con el capítulo. Lo veo hasta abajo por si quieren leer más palabrerías mías.

Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!

Gravity Falls Fanfic: La Novia de Dipper

Capítulo 19: "¿Bailas Conmigo?"

—Parece que esto es todo. —Dijo Wendy, mirando las provisiones encontradas y puestas sobre la mesa de la cocina—. Creo que lo único que resta es guardar todo en un par de mochilas.

—Enseguida iré por ellas. —Dijo Soos—. Además, aún nos queda buscar en la habitación de Stan. No permitiré que las chicas se adentren en un lugar tan lúgubre.

Soos salió de la habitación y subió por las escaleras tarareando una canción, dejando a Wendy y a Dipper completamente solos, pero al no tener otra cosa mejor de que conversar; Wendy decidió darle un último vistazo a la alacena. Sin embargo, el pecho de Dipper ardía, sintiendo la necesidad de hacer un comentario con respecto a lo que había sucedido hace unos momentos.

—Ehh... Wendy... ¿Puedo hablar contigo?

—¡Claro amigo! ¿Qué sucede? —Preguntó animada, continuando con la búsqueda.

—Verás... No sé cómo decir esto... —Se sentó en una de las sillas—. Es que... Me siento extraño... Es solo que... Como sabrás, durante los primeros días del verano sentí una fuerte atracción hacia ti y aunque ambos dejamos en claro que lo nuestro jamás podría ser; el hecho de que me hayas encontrado besándome con otra chica... No lo sé... Me hace sentir incómodo... Siento miedo, ansiedad y la comezón ha aumentado esta vez. No sé si me he explicado bien...

En ese momento, Wendy se acercó hacia Dipper y le colocó su dedo índice sobre sus labios para enseguida sentarse a su lado.

—¡Hey! Dipper... ¡Descuida! Sé exactamente a lo qué te refieres. —Le sonrió—. Puedes estar tranquilo, amigo. Mira, te diré algo acerca del amor que nunca aprenderás en sitios como Facebook. El amor es algo que a veces creemos que es fácil de entender cuando realmente no lo es. Muchas veces confundimos el amor con la atracción. Un día puedes sentirte atraído por una persona y al otro día de otra diferente. Yo por ejemplo. He salido con tantos chicos desde que cumplí los trece años, que ya hasta perdí la cuenta. Lo mismo ocurrió contigo. Tú te sentiste atraído hacia mí. ¿Puedo preguntar por qué?

—Bueno... Desde que te conocí siempre te consideré como a una chica cool. Eres valiente, fuerte, decidida... Bonita... —Se sonrojó.

—Bien, ahora dime... ¿Por qué te sentiste atraído por una chica como Pacifica?

—No sabría decirlo con certeza... Desde lo que ocurrió aquella noche en la mansión he sentido que es mi deber protegerla. De sus malvados padres y de Bill... De algún modo desarrollé cierto afecto por ella y ahora no puedo sacarla de mi cabeza.

—¿Lo ves? Tienes tus propios motivos y todos son validos. A lo que quiero llegar es que la atracción que sentimos hacia otra persona puede variar con el tiempo. Nuestros sentimientos cambian. Eso es lo que nos hace seres humanos. Caso contrario al amor. Yo nunca he sentido algo semejante en mi vida por nadie. Al menos no de esa forma. Pienso que podemos sentirnos atraídos por decenas de personas, pero cuando llegamos a sentir amor de verdad por alguien... Las cosas cambian.

—No lo entiendo...

—No soy una experta en el tema, así que tampoco está del todo claro para mí... El punto es que no tienes por qué estar así, Dipper. Tú sigues siendo mi mejor amigo y el hecho de verte besándote con decenas de chicas diferentes nunca afectará el fuerte lazo de amistad que tú y yo hemos forjado durante este verano. De hecho, creo que esa chica Northwest y tú hacen una linda pareja. Parece que lograste quitarle esa actitud de rica presumida que me tentaba muchas veces a darle un puñetazo en la cara y tumbarle los dientes.

—Entonces... ¿Todo estará bien?

—¡Claro, amigo! —Wendy estiró su brazo derecho para rodear el cuello del chico y darle un abrazo—. Es más. Si quieres consejos acerca de lo que jamás debes hacer en una cita puedes recurrir a mí siempre que quieras. Créeme, nadie en esta ciudad que no sea yo puede darte mejores consejos acerca de lo que los chicos jamás deben de hacer en una cita.

—Gracias Wendy. —Le agradeció, correspondiendo el abrazo—. Gracias por todo. Me alegra contar con el apoyo de una segunda hermana. De hecho, si hay un consejo que me gustaría pedirte.

El abrazo se extendió por varios minutos, tiempo suficiente para que Mabel y Pacifica concluyeran su búsqueda y se dirigieran hacia el piso inferior, encontrándose irremediablemente con la pareja aun abrazada. Escena que quebró en dos el corazón de Pacifica.

—¡Oigan ustedes dos! —Mabel les llamó la atención—. ¿Qué se supone que están haciendo?

—¡Oh Mabel! —Wendy habló, separándose de Dipper—. Ya terminamos de inspeccionar todo lo que había en la planta baja y lo único que encontramos fue comida enlatada y la dentadura postiza que Stan perdió hace un par de semanas. —Sintió escalofríos al terminar la frase.

—No me refiero a eso... —Mabel se molestó.

—¿De qué hablas? —Wendy se mostró confusa.

—Lo siento mucho, pero tengo que hablar a solas con Dipper. —Se cruzó de brazos.

—De acuerdo, amiga. Es todo tuyo.

Wendy salió de la cocina y se dirigió con las provisiones hacia la estancia para ahorrarle trabajo a Soos. Entretanto, Mabel le hizo una seña a Pacifica para que abandonara el lugar, encaminándose hacia la sala, permaneciendo sentada sobre el sofá del tío Stan, en silencio.

—¿Puedo saber qué es lo que estás haciendo, pedazo de torpe? —Mabel le preguntó, enfadada.

—¿Qué? ¿De qué estás hablando?

—No te hagas el inocente conmigo. —Le apuntó amenazante con su dedo índice—. ¿En verdad estás coqueteando con Wendy luego de haberte besado con Pacifica?

—¿Coqueteando? Mabel... ¿Te has vuelto loca o qué? —Se levantó de la silla.

—No creas que no me di cuenta de lo que sucedía aquí, pequeño traidor... Tus absurdos sentimientos por Wendy continúan delatándote. No puedo creer que le hayas hecho esto a Pacifica. Esa niña está loca por ti... ¿Y tú le pagas de esta forma?

—Escucha, Mabel. No sé qué crees que viste, pero te aseguro que lo que yo una vez sentí por Wendy ha quedado por fin en el pasado. Ella ahora es mi mejor amiga, mi segunda hermana. Lo único que buscaba era pedirle un simple consejo.

—¿Un consejo?

—Sí... Lo que oíste. —Se cruzó de brazos—. Un consejo el cual ya no tuve oportunidad de pedirle gracias a que llegaste como una maniática con tus teorías dementes.

—¿Y cuál era ese supuesto consejo que planeabas pedirle?

—Quería un consejo acerca de... —Suspiró, sonrojándose a la vez—. Quería saber la manera más adecuada de cómo pedirle a Pacifica que fuera mi novia sin quedar como un verdadero idiota frente a ella.

—Espera... —Los ojos de Mabel brillaron como dos soles—. Repite lo que dijiste.

—Dije que quería saber la manera más adecuada de cómo pedirle a Pacifica que sea mi novia sin quedar como un idiota frente a ella... —Se sobó el codo derecho, mostrándose apenado e incómodo—. Y no me hagas repetirlo... Se siente raro tener este tipo de charlas contigo.

—¡Oh por dios! —Mabel le mostró una sonrisa de oreja a oreja—. ¡Oh por dios! Finalmente está sucediendo tal y como lo imaginé en mi Fanfic.

—¿Fanfic? —Preguntó—. ¿Qué es un fanfic?

—Ya todo está arreglado. —Mabel lo ignoró—. Los dos se gustan. Lo único que hace falta es hacerlo oficial. ¡Ven conmigo! —Tomó a su hermano del brazo—. Te ayudaré a revelarle tus sentimientos.

—Mabel... ¡Espera por favor! —Ejerció un poco de fuerza, evitando ser arrastrado por ella—. No creo que este sea el mejor momento para hacer esto. Recordemos que tenemos una gran crisis por aquí. Hay personas muriendo allá afuera mientras estamos escondidos aquí sin hacer nada.

—¿Estás seguro, Dipper? Te recuerdo que estamos a punto de embarcarnos en una misión suicida. Nada nos garantiza que saldremos vivos de esta. Si vas a arriesgar tú vida, al menos date la oportunidad de tener a tu lado a alguien a quién amar mientras le damos su merecido a ese triángulo malvado.

Dipper suspiró; luego de tratar de poner en orden sus ideas.

—A veces no sé por qué te hago caso... Pero de acuerdo, lo haré... Aunque pienso que lo mejor será que lo haga por mí cuenta. No me siento cómodo cuando alguien más está vigilándome.

—¡Vamos Dipper! No seas aguafiestas. ¿No sabes lo mucho que he esperado este momento?

—Por favor, Mabel... Si no hago esto por mi cuenta nunca podré tener confianza en mí mismo. No es por ofenderte, pero siempre que tratas de ayudarme a acercarme a una chica todo termina en desastre. ¿Acaso ya te olvidaste de Alice?

—¿Alice? ¿La chica que te tiró encima un vaso de ponche durante el baile de fin de curso en cuarto grado?

—Exactamente... —Suspiró—. Y no olvidemos lo que sucedió en el bunker del bosque.

—Está bien. —La niña se cruzó de brazos y refunfuñó—. Lo haremos a tu modo. Pero más te vale haber conseguido novia a más tardar mañana por la mañana. ¿Entendido?

—Es una promesa... —Se llevó la mano derecha para posarla sobre el corazón—. Esta es una oportunidad que no se presenta muchas veces en la vida. Al menos no para un nerd sin remedio como yo...

—Dipper... Sé que lo harás bien... Solo no lo arruines. —Mabel abrazó a su hermano y sin decir otra palabra más abandonó la habitación para dirigirse hacia dónde Wendy y Soos ya se encontraban empacando las provisiones que necesitaban dentro de dos enormes mochilas. Entretanto, Dipper sentía como si él mismo hubiera abierto la caja de Pandora. El niño sabía que ya no había vuelta atrás. Este era el momento decisivo para confesarle a la joven de cabellos rubios lo que sentía por ella, o de lo contrario; probablemente no volvería a tener una oportunidad semejante en caso de que algo saliera mal.

—¡Oh no! —Dejo salir en otro suspiro—. ¿Qué he hecho?

Una vez que el equipaje estuvo listo, el grupo entero fue a dormir, dejando a uno solo de ellos despierto para intercalarse con el siguiente en lapsos de dos horas cada uno, y así tener a alguien vigilando el entorno en caso de que algún impuro encontrara la cabaña. Luego de discutir el orden de quién debería ir primero, se llegó al acuerdo de que Pacifica debía ser la primera, siendo seguida por Dipper, Wendy, Soos y por último, Mabel. Dicho esto, Pacifica comenzó con su turno, teniendo cerca de sí un palo de golf para usarlo como defensa. Mientras tanto, el resto se dirigió hacia la habitación que servía como el cuarto de descanso para Soos y así conciliar el sueño, pero al mismo tiempo, para mantenerse unidos por si surgía la necesidad de luchar. Wendy y Mabel ocuparon la longitud el sofá de tres piezas. Entretanto, Dipper y Soos se tendieron sobre el piso en compañía de una almohada y una pequeña cobija. Los minutos pasaron y todos cayeron rendidos ante los brazos de Morfeo con la excepción de Dipper, cuya mente se encontraba tan confusa debido al apocalipsis, que terminó por levantarse y salir del cuarto para tomar aire e ir por un vaso de agua. Tras bajar las escaleras y dirigirse hacia la cocina; el joven pines se topó con Pacifica, la cual se encontraba sumida en el sofá de Stan, mirando un relicario dentro del cual se encontraba una pequeña fotografía que la hacía sonreír cada vez que la miraba.

—¿Pacifica? —Dipper la llamó.

Pacifica dio un salto debido a la impresión, debido a que no esperaba que Dipper se apersonara tan pronto.

—¿Te acabas de dar cuenta del susto de muerte que me acabas de dar? —Protestó, molesta—. ¿Qué hora es? ¿Ya es hora de cambiar de puesto?

—No... Tranquila. Solo bajé por un vaso de agua. No he podido dormir.

—Pues más te vale que duermas un poco. —Miró el reloj sobre la pared—. En una hora y diez minutos será tu turno para vigilar.

—Sí, eso lo sé... Lo siento. —Suspiró—. Será mejor que me apresure y vuelva con los demás.

Dipper dio un paso al frente. Sin embargo, al hacer presión sobre el piso; el niño notó como bajo la suela de su zapato se encontraba el relicario que Pacifica miraba tan atenta y que probablemente había soltado a causa del susto.

—¿Qué es esto? —Dipper lo miró—. Dándose cuenta de que dentro se encontraba una fotografía de Pacifica y él. Sonriendo y posando alegremente durante los momentos finales de la fiesta en casa de la chica.

—Esta foto es...

—¡Dame eso! —Pacifica le arrebató el objeto para guardarlo en uno de los bolsillos de su chaqueta morada—. No es algo que te importe, cabeza hueca.

—Pacifica... ¿Podría preguntarte por qué estás tan a la defensiva?

—¿Yo? —Se manifestó con molestia—. ¿A la defensiva? ¿Y qué me dices de ti?

—Espera... —Hizo una pausa—. ¿Estás diciendo que yo soy el del problema?

—Así es... —Reafirmó, girando la cabeza para evitar mirarlo.

—Pacifica... —Se cruzó de brazos—. Te aseguro que no tengo la menor idea de qué rayos estás hablando.

—Estoy segura de que sí lo sabes... —Se levantó del asiento—. Pero si eres tan tonto como para no darte cuenta de lo que ocurre aquí... ¿Entonces por qué no mejor vas y se lo preguntas a esa chica leñadora?

—¿A Wendy? ¿Qué tiene que ver Wendy en todo esto?

—No te hagas el tonto conmigo, Dipper Pines. —Le encajó el dedo índice en el pecho—. Vi perfectamente como la mirabas... No hace falta ser un genio para saber que has estado enamorado de ella desde que llegaste a este pueblo.

—¡Un momento! ¿Cómo supiste acerca de mis sentimientos hacia Wendy?

—Por favor... Este es un pueblo pequeño. —Frunció el seño—. Las noticias se expanden mucho más rápido de lo que piensas. Aquí casi todos estamos al tanto de la vida de otros aunque no queramos.

—Mira... Primero que nada quiero que entiendas que lo que yo alguna vez sentí por Wendy se ha terminado. Ella no es la chica adecuada para mí. Ella dejo muy en claro que lo nuestro no podría ser a causa la diferencia entre nuestras edades. Además, tal y cómo se lo dije a Mabel... Wendy es ahora como mi segunda hermana.

—Sí eso es cierto... ¿Entonces por qué te he visto muy encariñado con ella desde que apareció?

—Sí te estás refiriendo al abrazo que nos dimos hace un momento, deberías de saber que es muy normal que dos amigos se demuestren su afecto con un abrazo de vez en cuando. ¡Esto es tan absurdo! Suenas como si estuvieras celosa de Wendy.

—¿De verdad me estás diciendo esa clase de estupideces después de habernos besado? —Enfureció.

—Pacifica... No sé qué mosca te picó, pero esa es la impresión que me das.

—¡Lo estoy! —Gritó, cerrando los ojos tras volverse llorosos.

—¡Espera! ¿Qué?

—Lo que escuchaste... —Dio media vuelta para darle la espalda.

—¿En verdad estás celosa de Wendy? —Dipper arqueó una ceja, impresionado.

—No responderé a la misma pregunta dos veces. —Finiquitó, derramando un par de discretas lágrimas que limpió enseguida.

—Pero... Al menos déjame saber por qué...

—No lo sé, Dipper... No lo sé... Es solo que... —Volvió a girarse, hasta quedar con la vista de frente hacia Dipper—. Es solo que yo jamás había sentido esto por alguien. ¿Lo captas...? No sé qué es lo que tengo que hacer ahora. Tienes que entender que estas son emociones nuevas para mí y que nunca antes había experimentado. Tal vez ambos nos besamos hace unos momentos, pero he aprendido que un beso no significa nada si una de las dos partes no siente lo mismo por el otro... Así que Dipper, seré lo más directa que pueda contigo... Tú... —Arrugó su vestido con sus manos a causa de los nervios—. Tú me gustas... Me gustas mucho... Desde aquél día durante la fiesta no he podido olvidarte. Todas las noches te apareces dentro mis sueños, así que inevitablemente trato de alcanzarte con mis brazos, pero cuando por fin estoy a punto de hacerlo; desapareces y me despierto sobre mi cama con la respiración agitada. Luego, abrazo mi almohada e imagino que se trata de tu enorme y dura cabeza hueca. Permanezco así hasta que me vuelvo a quedar dormida. Ese festival era mí última oportunidad para estar contigo y confesarte lo que siento por ti... Sabes perfectamente lo estrictos que son mis padres con respecto a las personas que no pertenecen a nuestro mismo estatus social. Y aunque ahora sé que no debo dejar que me traten como a un animal de circo, mientras viva bajo sus reglas, tendré que apegarme a ellos y hacer todo lo que me digan sin poder protestar. Dipper... Sé que este no es el mejor momento para empezar con sentimentalismos cuando ambos sabemos que el universo entero pende de un hilo, pero me gustaría que me dijeras algo para salir finalmente de dudas y dejar que mi alma descanse. Dime, Dipper... ¿Yo te gusto?

Pacifica esperaba obtener un sí o un no. Sin embargo, lo que recibió en cambio fue un beso directo en los labios por parte del joven Pines. Un beso que la dejó helada y sorprendida.

—Hablas mucho... —Dijo Dipper, al separarse y mostrarle una dulce sonrisa.

—Lo... Lo siento... —Murmuró, aún petrificada por la acción de Dipper.

—Dices que un beso no significa nada si alguno de los dos no siente lo mismo que el otro... Bueno... —Sus mejillas enrojecieron—. Ahora que sé lo que sientes por mí... Quiero decirte que siempre que recibas un beso mío puedes estar completamente segura de que nuestros sentimientos habrán coincidido.

—Dipper... —Pacifica soltó lágrimas de felicidad, abalanzándose hacia los brazos del joven Pines para besarlo nuevamente—. Me has hecho la chica más feliz del mundo.

—Me alegra escuchar eso... —Le correspondió el gesto tras rodear su cuerpo con sus brazos—. Entonces... Solo para hacerlo oficial... Me gustaría preguntarte... —Se mordió el labio—. ¿Te gustaría ser mi novia?

—¡Que pregunta tan boba! —Respondió, sin separarse y sin dejar de sonreír como nunca antes lo había hecho en su vida—. ¡Claro que sí, tontito...! ¡Claro que sí...!

Dicho esto, Pacifica y Dipper se separaron levemente, con la chica manteniendo sus brazos sobre los de Dipper y este a su vez; tomándola por medio de la cadera. Aunque no sin antes besarse nuevamente de manera eufórica.

—¿Sabes algo? —Lo miró tiernamente a los ojos—. Eres terrible besando.

—¡Hey! Pero no tan terrible como tú. —Dipper trató de defenderse.

—Verlo por el lado amable. Ambos podremos aprender juntos.

Las mejillas de Dipper se tornaron levemente rojas, luego un agradable cosquilleo se extendió desde su abdomen hasta su corazón. Acto seguido, Pacifica lo jaló con ambas manos de su camiseta para estrechar sus labios nuevamente con los de él. Prolongando el sentimiento de cariño mutuo por algunos pocos minutos más. Al terminar, ambos se apartaron, exhalando aire con ciertas dificultades, sudando y con la cara totalmente roja; siendo la joven Northwest la primera en articular palabra alguna.

—Bueno... Creo que es hora de que vayas a dormir un poco... De lo contrario no estarás al cien para mañana.

—Sí... Creo que tienes razón... Aunque... Solo por curiosidad... ¿Me permitirías ver esa foto una vez más?

—¿Cuál? ¿La que tengo en mi relicario?

—Sí...

—Tienes suerte de habérmela pedido después de haberte convertido en mi novio. —Se cruzó de brazos—. De lo contrario ya te hubiera mandado a dormir por la fuerza.

Pacifica extrajo el objeto chapado en oro de su chaqueta y se lo dio a Dipper, el cual lo miró con curiosidad hasta que lo abrió, topándose con la foto antes mencionada.

—Es una gran foto. Por un momento me había olvidado de ella.

—No es como si me importara pero... Sí quieres te puedo mandar una copia. —Se giró, evitando su mirada.

—Gracias... —Le sonrió—. Realmente me gustaría. Tú sabes, para colocarla como fondo en el celular, o como fondo de pantalla en la computadora.

—Por favor, Dipper... No comiences con tantas cursilerías. ¡Me enferman! Si queremos que esta relación funcione tendremos que establecer ciertos parámetros.

—Por mí está bien. —Le volvió a sonreír—. Aunque antes de eso... Quisiera hacerte una petición,

—¿Una petición? —Pacifica levantó una ceja—. ¿De qué se trata?

—¿Bailas conmigo? —Le extendió su mano.

La joven Northwest perdió por unos segundos el sentido del habla, lo cual le permitió a Dipper explicarse sin interrupciones.

—Verás, Pacifica... Después de que nos marcháramos todos de la fiesta, me di cuenta de que no tuve la oportunidad de invitarte a bailar una pieza siendo que estuvimos toda la noche juntos... Así que me gustaría reparar el daño, si me lo permites. ¿Qué dices?

—Dipper... —Murmuró con suavidad.

—Además, creo que así podremos completar mi entrenamiento según la lista que hiciste para convertirme en tu novio perfecto.

El corazón de Pacifica parecía haberse transformado en una bomba a punto de estallar o un volcán a punto de hacer erupción, pero aún con todo el estrés del mundo colocado sobre sus hombros; instintivamente tomó la mano de Dipper con su mano izquierda, llevando la otra hacia su hombro contrario. Por su parte, Dipper; con su mano libre sintonizó la radio que se encontraba ubicada sobre el televisor, hasta llegar a una estación que transmitía únicamente música romántica perfecta para la ocasión.

—¡Hey! Este es un llamado para todos aquellos enamorados en este fin del mundo. Les habla su amigo Javi B. Transmitiendo en directo a todo el país desde la KBBC, lugar dónde podrás encontrar la mejor música romántica de ayer y hoy. ¡Oigan! Les diré algo gracioso. Se suponía que mi turno terminaba a las doce de la noche, pero hay unas criaturas muy feas de ojos amarillos cercando el edificio, así que, ¡Que rayos! Esta fiesta aun no termina y para todas esas parejas celebrando el final de todos los tiempos les tenemos algo muy especial. Una bella canción titulada: "Just a Kiss", compuesta por el trío musical: "Lady Antebellum". Espero que sea de su agrado y ¡Bailen! ¡Bailen que el final está cerca señoras y señores! ¡Bailen y compren galletas Oreo!

Una vez que el loco locutor terminó de parlotear; la canción comenzó finalmente, siendo Dipper el primero que conduciría el ritmo de las acciones tras posar suavemente su mano izquierda sobre la cintura de Pacifica y así comenzar a dar pequeñas y pausadas vueltas sobre sí mismos mientras se dejaban guiar en armonía por medio de las voces de los autores, los cuales recitaban una pieza que parecía haber sido escrita exclusivamente para la joven pareja. Era como sí el universo de alguna manera hubiera confabulado para que este se convirtiera en uno de los mejores y más especiales momentos en la vida de ambos a pesar de encontrarse a punto de partir hacia un probable viaje sin retorno. A continuación, Pacifica se perdió en la mirada de Dipper, el cual a su vez hizo lo propio cuando miró muy adentro de los bellos ojos azules de su ahora particular novia. La realidad pareció dejar de cobrar sentido cuando al llegar al clímax de la canción; ambos se vieron a sí mismos portando los conjuntos que utilizaron durante aquélla noche tan lúgubre y especial, siendo en esta especial ocasión dentro de una mansión completamente vacía sin nadie alrededor para interferir. De tal manera, que Pacifica supo inmediatamente que no podía existir otro momento más perfecto que este. Sin sus padres para decirle lo que debía o lo que no debía hacer; ella ahora podía estar cerca de ese chico, el cuál le había cambiado por completo su perspectiva en cuanto a su manera de ver las cosas y de vivir la vida. Ya cerca del final de la melodía, Pacifica sonrió como nunca en su vida lo había hecho y reposó su cabeza sobre el pecho de Dipper; ocasionando que el noble corazón del joven Pines trabajara en sobre marcha. No obstante, él también se mostraba alegre ante la situación, ya que sabía que había logrado romper con esa maldición que le impedía hablar o expresarse correctamente cada vez que se encontraba cerca de una chica. Aquellas memorias negras de días de San Valentín pasados se habían marchado para siempre. De tal modo que Dipper no volvería a sentirse despreciado emocionalmente hablando.

—Por primera vez en mi vida... Siento que no hay nada me haga falta... —La joven de cabellos rubios dijo entre susurros, aferrándose a los brazos de Dipper sin querer despegarse de él. Dipper hizo lo propio, y a pesar de que la canción ya había finalizado; ninguno de los dos se movió de su posición. El calor corporal que ambos compartían se encontraba cargado de sentimientos que los obligaba a permanecer uno al lado del otro y así hubiera sido de no ser por los frenéticos toquidos que se alcanzaron a percibir y que eran provenientes desde la puerta principal de la cabaña. En consecuencia, el ruido los obligó a salirse de sus casillas y separarse en el acto debido al tremendo susto que recibieron.

—¿Pacifica, escuchaste eso? —Dipper preguntó, tomando el bate de beisbol que Stan ocultaba tras el sofá.

—Sí... ¿Quién podrá ser? —Preguntó, sujetando su palo de golf con firmeza.

—No lo sé...

Ambos se acercaron a la puerta, cuando una tercia de nuevos y fuertes toquidos los hizo dudar.

—Ahí está otra vez... —Dipper tragó saliva.

—Será mejor que vayamos a buscar a los otros... —Sugirió la chica.

Pacifica estaba a punto de comenzar a subir las escaleras para dirigirse hacia dónde los demás estaban durmiendo y despertarlos, cuando los gritos desmesurados de un anciano de voz ronca los hizo replantearse en su estrategia.

—¡Niños! ¡Niños! ¡Déjenme pasar! —Gritaba y golpeaba la puerta—. ¡Dipper! ¡Mabel! ¿Alguien puede escucharme?

—¿Tío Stan? —Se preguntó el niño, abriendo la puerta y dejando entrar al actual y aterrado propietario de la icónica cabaña; en cuya expresión facial se podía percibir el más profundo de los horrores experimentados en carne propia.

Continuará...

¡Hey! Aquí con ustedes de nuevo. ¿Notaron mi pequeño cameo como locutor de radio a punto de morir? ¿Sí? Bueno, espero que les haya gustado el capítulo y que también hayan tenido el chance de escuchar la canción en conjunto con la escena. Les confieso que estuve semanas enteras buscando una canción adecuada, cuya letra pudiera apegarse a la relación de Dipper y Pacifica. Me había resignado hasta que la encontré finalmente. Creo que fue un buen agregado.

Pasando a otras cosas, mi otro fic de Gravity Falls: "El Juguetero Siniestro", está siendo todo un éxito de ventas en... Ok no... Ya hablando enserio... Les decía que finalmente pude subir el capítulo final. Así que a las personas que no habían querido leerlo debido a que no estaba completo, les digo con confianza que ya pueden hacerlo. Es muy diferente a la temática de este fic, ya que está más centrado en los misterios y en la oscura trama, que en el romance. A pesar de que sí tiene sus buenas dosis de romance. Así que sí quieren darle una oportunidad sería genial que lo hicieran.

¡¡PUBLICIDAD TIME!!

Bueno, tal y como lo anuncié en las notas finales de El Juguetero Siniestro, a fin de cuentas sí terminé abriendo una página en Facebook propia para que puedan darle like. En ella básicamente subiré datos acerca de las próximas actualizaciones de este fic y del que estoy próximo a subir, así como imágenes de Gravity Falls y de series que me encuentro viendo, como por ejemplo Miraculous Ladybug. Así que si les nace del corazón, sería genial que pudieran seguirme por allá también. Pueden encontrarme por el que creo ya será mi nombre artístico definitivo: JaviSuzumiya.

¡¡FIN DE LA PUBLICIDAD!!

Bueno, eso ha sido todo por ahora. Les advierto que este fue el último capítulo dónde los personajes pudieron gozar de sus últimos momentos de paz. A partir del siguiente, veremos el inicio de una guerra interestelar por la salvación del universo. Con Dipper y Pacifica como principales protagonistas. Recordemos que este es un fic Dipcifica. Lo que pretendo hacer, es tomar las bases del Weirdmageddon y llevarlas a una escala más grande, sin las limitaciones que Alex Hirsch tuvo que afrontar al momento de trabajar con Disney.

Espero verlas y verlos en el próximo capítulo, el cual estaré subiendo el día 26 de abril. Si les gustó o no pueden dejarme un review o comentario para conocer sus opiniones. ¡Chao! Pasen una excelente semana.

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