— ¡Espera! —Mencionó Nayeon, se veía alarmada— ¿Qué quieres decir con ayudarte a cocinar algo?

— Solo —las mejillas de la princesa Tzuyu comenzaron a ponerse de un rojo muy intenso—, quiero tu ayuda para darle algo de comer, solo eso.

Nayeon quería gritar de la emoción, y más por la adorable expresión de la princesa al ponerse tan tímida frente a ella, Tzuyu no se había comportado de esa manera de nuevo, antes se avergonzaba mucho con algunas otras cosas, y más cuando tenía que dar algún discurso frente a su padre, pero ahora el sonrojo era inclusive más notorio que antes.

— ¿Así qué... —Tzuyu miró de nuevo a Nayeon—... quieres prepararle algo a tu alfa?

— ¿Podrías dejar de preguntar lo mismo? — Nayeon soltó una risa al ver de nuevo las mejillas de la princesa sonrojadas y su ceño fruncido.

—No debes de estar así, princesa—sonrió dándole ánimos—, esto es una gran noticia, debes admitirlo, mostrar interés por tu alfa, es bueno.

Era increíble que Tzuyu no hubiera negado en ningún momento que Minatozaki Sana es su alfa, eso le daba esperanzas a Nayeon de que por fin la princesa haya aceptado a su pareja predestinada, pero el problema era que Sana la aceptase de nuevo.

— ¡Tengo una idea! —Exclamó Nayeon con una enorme sonrisa en su rostro—. ¡Dale esto!

Tzuyu miró como Nayeon colocaba algunos pequeños panes de avena sobre un pequeño plato, formando con ellos una pequeña montaña.

—Será un buen comienzo, tómalo como un acercamiento hacia ella, y veamos lo que sucede.

Cuando por fin Tzuyu tenía el plato en sus manos, el agradable aroma de aquel pan llegó a sus fosas nasales, no cabía duda que eran deliciosos aquellos panes, Nayeon de inmediato se acercó hacia la entrada de la cocina, y le indicó a Tzuyu que la siguiera.

No era una novedad, las alfas que se encargaban de la guardia, usualmente les gustaba entrenar un poco más, querían siempre medir sus habilidades contra la alfa líder, y eso es lo que estaban haciendo, mientras que Mina y Jeongyeon se encargaban de vigilar, Momo le había pedido un desafío a Sana, quien gustosa había aceptado.

La princesa junto a Nayeon caminaron hacia el área del jardín trasero y escucharon como si alguien estuviera teniendo una pelea.

— ¡Vamos, Sana! —y allí estaba un grito de ánimo de parte de Dahyun, quien estaba muy emocionada mirando la pelea.

— ¿Cómo entraste? —Preguntó Nayeon cuando por fin lograron acercarse tanto ella como la princesa.

— Fue fácil, aunque Sana logró atraparme, me dijo que debía utilizar la puerta principal sino quería que fuera arrestada — Tzuyu apretó la mandíbula levemente.

Sabía del interés que Dahyun tenía con Sana, y de cierto modo le fastidiaba que así fuera, no era para nada agradable escuchar cómo le hablaba, pero debía de mantenerse tranquila, Sana es su predestinada, no de Dahyun.

— ¿Es lo mejor que tienes, Momo? A este paso terminaran matándote —eso hizo que la vista de las tres fuera dirigida hacia los jardines.

Momo estaba en el suelo, respirando agitadamente, sus manos estaban temblorosas, no entendía como Sana podía seguir de pie, no parecía nada cansada, se incorporó un poco más, pero sentía que su cuerpo ya no podría aguantar con otro ataque de parte de la alfa líder.

—Descansa — Tzuyu bajó la mirada al instante al escuchar la voz de mando de Sana, era potente, y había hecho a Momo caer de rodillas y soltando el palo que estaba utilizando como arma, la alfa líder se acercó hacia ella y la ayudó a incorporarse para que fueran adentro y tomaran un descanso.

Ciertamente Sana merecía el puesto en el que había quedado, no había alguna duda, Momo se sentía un poco decepcionada por haber fallado en su pequeña misión de impresionar a la omega de nombre Dahyun.