Mikey paseaba percibiendo todos los olores del lugar, estaba tranquilo pasando por una calle, cuando olió a metal y un hombre pero con olor a perro mojado, lodo, nerviosismo, también huele a dulces para dejar el tabaco, maldad y sobretodo a perfume de mujer, Mikey fue empujado por el hombre y este dobló en una esquina, el se cayo de espaldas, se giró sobre si mismo y se levantó lentamente.

– Ay...Eso dolió ...

Ni terminar de levantarse(Mikey) pudo cuando olió a más hombres, ellos llegaron rápido y lo tomaron de los hombros,lo inmovilizaron y llamaron por una radio, se llevaron al pequeño Mikey a una sala donde lo interrogaron, pero él no sabía nada...

Policía:¡Ya dinos donde escondiste la pizza de oro!¿¡Quién es tu cómplice?!
Mikey:¿¡Robaron la maravillosa pizza de oro?!¡Si atrapó a ese maldito va a sufrir!

Golpeó la mesa con ira, rompiendo la

Mikey: Ups...Lo siento,no soy bueno midiendo mi fuerza cuendo me enojo...¿Por qué siempre rompo todo?

Susurró lo último,el oficial y los que estaban del otro lado del vidrio especial que solo es ventana de un lado y del otro no se ve,que el pecosito estaba ahí porque...“El que nada hizo nada teme”...Ya que con esa fuerza,si era culpable, fácilmente podría haber noqueado a los oficiales y haberse ido...