—Si fueses un chico que tiene un método con su mejor amiga para saber si la personas que les gusta son compatibles o no con ellos y este método tiene varios meses diciéndote que la chica que te gusta no es compatible contigo pero a ti no importa y de igual forma sales con ella y ésta chica empieza a tener curiosidad y crees que puede llegar a descubrir tu método, ¿tú se lo dirías antes o esperas a que lo haga y le das una buena razón? —le preguntó Theo a Duncan.

Normalmente Duncan se la pasaba en su casa y su relación con él era casi tan cercana como la de su hermano mayor. Él siempre lo apoyaba y cuidaba de él, hasta salían juntos a veces, le tenía bastante confianza.

Duncan lo miró con inquietud.

— ¿Qué? —comentó, se acercó a la nevera y sacó un cartón de jugo de manzana—. ¿En qué lío te metiste?

— ¿Por qué crees que me metí en un lío? Es un caso hipotético, es para un libro que estoy escribiendo.

—Ahora eres escritor, pensé que querías ser ingeniero.

Theo se encogió de hombros y buscó cómo podía ingeniárselas para crear una respuesta considerablemente aceptable y que no lograra crear sospechas en él.

—Uno debe empezar de poco a poco—respondió—. Soy muy joven todavía, tengo que explorar cosas nuevas y ver si me llaman la atención.

Duncan lo miró divertido y luego negó para servirse un poco de jugo en su vaso.

—Si yo fuese ese chico, le diría a la chica que me gusta sobre el método antes de que lo descubra, porque si no las cosas se pueden poner feas.

— ¿Y cómo se lo dirías?

—No sé, tú eres el escritor. Ingéniatelas—respondió—. O pregúntale a Charlie, él siempre sabe qué hacer.

—Me va a matar si lo hago.

—Pensé que era un caso hipotético—lo miró con una media sonrisa—. Escritor.

—Lo es, claro que lo es—respondió rápido, Duncan rió.

—No sé lo que tú y Minerva tengan pero debes decirle a la chica—se tomó todo el jugo de un tirón y lo llevó al lavaplatos—. Hazlo ahora porque luego puede ser peor y no sabrás como manejar tu mentira.

—No le mentí, sólo oculté la verdad.

—Eso es mentir,

—En psicología se le dice uso mínimo del engaño—respondió—. Estás haciendo un test pero no sabes para qué uso la información; es algo así como un consentimiento informado.

—Ahora eres psicólogo. Maravilloso—habló con sarcasmo—. Mira, soy pésimo para dar consejos y más sobre relaciones, pero si te gusta esa chica, haz las cosas bien. No inicies una relación con mentiras.

—Es que no sé cómo hacerlo—mencionó—. No sé cómo decirle sin quedar como un tonto.

Theo sabía que el método era brillante, pero decírselo a alguien que no fuesen sus amigos le parecía una idea poco probable, lo hacía quedar a él y a Minerva como dos chicos desesperados por encontrar el amor y no quería que Sol creyese eso. Quería que ella lo viera como un chico seguro y confiado, no como el niño miedo que solía ser antes.

Desde que creó esa prueba de compatibilidad con Minerva, su vida cambió a una mejora increíble; por fin se sentía capaz de conseguir lo que quisiera. Se volvió seguro de él mismo y confió en que podía salir con chicas sin mucho problema; comenzó a volverse el Theo coqueto que todos en el colegio conocían.

—De todas formas tendrás que hacerlo—habló Duncan—. Pero tú eliges si hacerlo sin que ella lo sepa o con la idea que ella tenga de todo que posiblemente sea errónea.

—Pero...

—Tú decides, Theo—le dijo—. Me tengo que ir, quedé en una partida de vida o muerte con tu hermano—comentó, le dio una palmada en el hombro y se marchó de la cocina.

Theo suspiró, le dio una vuelta al mesón un poco tenso y se sentó en uno de los bancos del mismo. Sacó su teléfono y abrió la conversación que tenía con Sol.

Theo_5:13pm:

¿Estás ocupada? Debo hablar contigo.

Leyó nuevamente el mensaje y lo borró.

Debía pensar qué le diría primero.

Todavía tenía tiempo.