Lincoln no supo que decir después de lo que ocurrió, su cuerpo por unos segundos se hizo pesado, no había movimiento alguno y tenía la sensación de que caería al suelo en cualquier momento.

El beso en la mejilla había durado tres segundos, tres cortos y a la vez largos segundos.

Por su parte, ella tampoco dijo nada, simplemente hizo contacto visual con su hermano.

Lincoln vio el par de bellos ojos frente a el, parecía que tenían un brillo más resplandeciente aún que antes, un brillo más hermoso que todas las estrellas juntas.

Luan casi se perdió en la mirada del peliblanco y lo hubiera hecho si no fuera porque de un momento a otro ella reaccionó, el rostro de la comediante se coloró, su respiración se hizo algo forzada y ella estaba casi segura que empezaría a sacar vapor de su nariz y orejas; apartó la vista a un lado, mirando hacía el suelo, el nervio hizo que comenzara a rascarse un poco su brazo derecho con el izquierdo.

— Hm… — Luan dejó salir esta expresión.

Lincoln apartó su vista hacia el lado contrario, no sabía que hacer. Tenía ganas de tocar su mejilla, específicamente el lujar que fue victima del mejor beso que ha tenido. No era de extrañar que se había puesto colorado.

Es curioso como opera a veces el universo, pues ninguno de los dos notó el enrojecimiento del otro.

— Am… — soltó Lincoln para después tragar saliva.

— Um… — Luan volvió a expresarse.

Ninguno concretó ninguna palabra y ambos seguían mirando al suelo en direcciones contrarias.

"¿Qué haces, patético?, reacciona".

“Vamos, has algo…, ¡Di algo!”

Luan buscaba en su mente algún chiste que pudiera salvar la situación, su desesperación a la par con sus nervios le hicieron imposible aquello. “¿Le habrá molestado? ¿Le habrá incomodado? Seguro que si… ¿La regué tan pronto?

“¿Qué hago?” ¿Qué puedo hacer?”, el joven Loud buscaba desesperadamente una respuesta.

El panorama era incómodo y ninguno de los dos parecía saber que paso sería el siguiente.

“¡Oh por el amor de…. Muy bien patético, si no haces nada, yo lo haré…!, no se debe dejar esperando a una dama”

“Vamos, reacciona… por favor…, ¿Qué no ves que ella está esperando?”

“¡Debo de pensar rápido!”, Lincoln comenzaba a desesperarse.

“ Creo que… no fue buena idea… esto…”, Luan empezaba a decaer moralmente.

De manera sorpresiva, Lincoln sintió un pequeño golpecito del tamaño de un grano de palomita, el cual lo impactó en el codo. Seguido de esto y de manera casi automática, sintió como una fuerza lo empujó desde su espalda.

Nadie pudo haber sido, detrás de él se encontraba la puerta de su casa, la cual estaba cerrada.

El empujón fue lo suficientemente fuerte para hacer que Lincoln chocara con su hermana de manera suave.
Sus rostros estuvieron muy cerca el uno del otro, lo que ocasionó en los dos el mismo efecto de antes. Solo que esta vez…

“Di algo… Lincoln…”, el peliblanco juró escuchar en su interior una voz femenina muy familiar… Ahora había entendido.

Lincoln se dejó guiar por sus sentimientos y con una delicadeza solo comparada con la de una pluma, tomó a su hermana de una mano.

Luan regresó la mirada que nuevamente había desviado, topándose frente a ella la sonrisa de su hermano.

Este gesto dejó aún más sin habla a la comediante y si ella pensaba que con esto no podía sentirse mejor, pronto se daría cuenta que estaba equivocada.

“Bien hecho, patético, ya era hora ”.

“Oww, ooow, aww, que lindo e inocente 💗…”

“¿Eh…? ¿Ah…?”, Luan no podía formular ni siquiera un pensamiento concreto, si su habla se había casi perdido, con esto su mente se había desenchufado, haciéndola incapaz de hablar en su propia mente.

Su hermano había realizado el mismo movimiento que ella hacía tan solo unos instantes; había dado con sus labios un cálido beso en la mejilla de la cuarta hermana Loud.

Lincoln por su parte no quiso pensar, había decidido simplemente fluir con lo que sentía, quizás no era lo correcto, y si bien en un principio pensó que su hermana no lo veía como él a ella, un rayo de esperanza llegó a el por ese beso que ella le había proporcionado… sobre todo porque ninguna de sus demás hermanas lo besaba sin motivo alguno y… de la manera en que Luan lo había hecho. Quizás… había posibilidad de que ambos sintieran lo mismo.

Las piernas de Luan temblaron, si hubiera podido hacer algún chiste, seguramente habría dicho algo con respecto a la gelatina.
Cuando los labios de su hermano se separaron de la mejilla de ella, la comediante quedó mirando directamente a los ojos de él.

Ambos hermanos se miraban con sonrisas, no de felicidad como tal (aunque estaban muriendo de ella) sino sonrisas de amor y calma. Esta vez, los dos pudieron notar el gran e intenso sonrojo del otro. Ella admiró la dulce cara de su hermano. Él contemplo el hermoso rostro de su hermana.

Lincoln entonces habló:

— Vamos, Luan, el  parque nos espera — le dijo con una voz calmada y sin borrar la sonrisa que tenía.

— Si, Linc, vamos— le contestó ella.

Lincoln y Luan se soltaron la mano, acto que les dio pesar a los dos, pero no dijeron nada. No era para menos, pues, después de todo ya se sentían realizados; completos.

Ambos comenzaron a caminar en dirección a su destino. Una conversación normal y divertida surgió de la nada, así era como se querían, así es como empezaron a amarse más. Sin forzarse el uno al otro y sobre todo dejando que los dos fueran ellos mismos.

Ella la comediante y él el chico del plan. Siendo ellos mismos es como se amaban. ¿Cómo había iniciado exactamente? A los dos ya no les importaba tanto.

“Puede que haya la posibilidad de que ambos sintamos lo mismo por el otro… puede que él me ame también”, pensó Luan mientras veía como su hermano se soltaba risas por un chiste que ella contó.

Pronto saldrá el prox cap :)