Hermosa... así era la vida.

Hermosa... así era esa semana.

Hermosa... así él la veía.

Hermosa... así ella se sentía.

"Buenos días, mundo", susurró ella con una sonrisa dibujada en su máximo esplendor en su rostro. Si se tomara en cuenta lo bella que se veía aquella mañana antes de enterarse sobre lo que ocurrió en la correccional, esa hermosura, sin duda alguna quedaría fácilmente opacada a comparación de la que poseía actualmente.

"Solo ha pasado un día", suspiró Luan mientras cerraba los ojos. "Solo un día... desde que Lincoln regresó".

No pudo evitar hacer un pequeño grito de emoción ante aquel pensamiento.

Decidió levantarse más temprano de lo usual, nadie más en la casa estaba despierto más que ella, a pesar de ser un domingo por la mañana y más aún, ser vacaciones, esto no le impedía hacer todo aquello de una manera tan... alegre.

Procuró darse un baño de manera tranquila y larga, lavó cada parte de su cuerpo con delicadeza. No pudo evitar cantar de felicidad; si alguien más en la casa hubiera estado despierto, aquel comportamiento les hubiera extrañado por parte de ella, o al menos hacía unas semanas atrás así sería.

Al salir de su ducha, Luan se vistió, recogió con su toalla para que se secara y con una sonrisa tan reluciente que pondría en envidia al mismo sol, se dirigió a su habitación esperando que Luna siguiera dormida.

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Lincoln empezó a abrir sus ojos de manera lenta. Los cerró y abrió varias veces, siempre temiendo lo mismo:

-esperaba no estar soñando-

En más de una ocasión, cuando estuvo en la correccional de Royal Woods, había soñado con su casa, su habitación y su familia, solo para despertar y darse cuenta que no era real. Ahora, él se encontraba todavía temeroso de ello, esperaba no escuchar aquella molesta alarma que despertaba a todos por igual y que su sueño se desvaneciera como polvo en sus pensamientos.

Pero nada de eso pasó, se había quedado inmóvil durante unos minutos y todo parecía tranquilo. Recordó entonces lo que pasó, había regresado a su hogar. Lo habían recibido sus hermanas, pero sobre todo...

"Tengo que arreglarme", se dijo con mientras sonreía.

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Luan entró a su habitación, desprendía una vibra realmente encantadora, había cierta belleza que era difícil pasar por alto.

Luna estaba despierta, sentada en su cama, al parecer pensando en algo cuando el abrir de la puerta la distrajo por completo, se trataba de su hermana.

- Buenos días mi querida Luna, espera, espera... ¿Que no se supone que tú sales por las noches? - dijo la comediante mientras se aguantaba una risa.

- Buenos días sis... ¿Qué? No he salido por las noches últimamente...

- Pero se supone que la Luna sale a brillar en la noche, ¿Entiendes? -concluyó Luan mientras dejaba salir un mar de divertidas carcajadas.

- Ah...- dijo Luna con incredulidad.

- Venga, no seas aguafiestas- comentó Luan.

- No, que va. Es bueno ver que tu comedia regresara.

- Desde luego, quizás nunca se fue...

- Eso es cierto hermana, nunca se fue, oh bueno, de la casa si, pero... pero si se hubiera ido por completo... ¿Quién hubiera ido a alegrar a Linc todo este tiempo, verdad?

- Eh... eh...,- Luan sintió nerviosismo.

- ¿Hay algo que quieras decirme?

- Yo... ah...

- Risitas...

- Bueno, bueno. Si en efecto nunca se fue mi parte comediante, si así gustas llamarle, pues, los días que iba a visitar a Lincky, yo hacia de todo para hacerlo reir o simplemente pasar un buen rato, ya sea con nuevos chistes o...

- Disfraces o juegos de mesa, lo sé.

- ¿Cómo lo sabes? -preguntó Luan.

- Porque Lincoln me lo dijo mientras regresábamos de la correccional.

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Lincoln se encontraba ya en la ducha, se consideraba afortunado por varias razones.

Ya casi no recordaba el agua caliente deslizarse por su cuerpo, esa sensación había sido casi olvidada después de haber estado preso. El agua heladas era si bien, una de las peores cosas que le había tocado experimentar en los meses pasados.

La segunda era que ya no tendría que preocuparse por algún intento de ataque contra su persona. Resumidamente, ya no tenía que estar en constante alerta, ahora estaba a salvo.

No pudo evitar empezar a tararear mientras que el jabón hacía su trabajo. Debía estar limpio, estar impecable para la mujer más hermosa de todas.

Poco tiempo después, el peliblanco salió del baño, buscó las mejores ropas que tenía (misma ropa de siempre) y procuró eliminar cualquier pequeño detalle que lo hiciera lucir mal.

"Es bueno usar mi propia ropa otra vez..., es bueno volver a ser yo."

Estuvo un breve momento disfrutando cada momento, cada cosa que ahora pasara en su casa, para el sería un tesoro a comparación de ser prisionero, ¿O no?

Entonces Lincoln se dirigió a la habitación de Luna y... Luan para ver si podía estar tiempo con ella antes de la hora del desayuno. Aun era temprano por lo que podría seguir dormida.

"Tendré que arriesgarme".

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- Luan...

- ¿Luna?

- ¿Por qué simplemente no me contaste lo que hacías, lo que te ocurría?

- ¿Con respecto a Lincoln? Te lo conté todo aquella noche, ¿Lo olvidas?

- Pues parece que no todo.

- Vamos, ¿Te molesta tanto que no te haya dicho sobre mis actividades con Lincoln en la correccional? ¿Es eso?

- No se trata simplemente de eso, parece que has estado ocultando algo.

- Soy una chica que ama la comedia y sin embargo estuve triste y sentí culpa porque su hermanito estuvo preso, para tratar de compensarlo fui a animarlo, fui a hacerlo sentir mejor y de paso sentir algo de bienestar y sentir tranquilidad, ¿Bien?, esta plática siento que ya la habíamos tenido, es innecesario tenerla de nuevo. - dijo Luan mientras empezaba a arreglarse el cabello. Su corazón palpitaba rápidamente, su mente tuvo que ser demasiado ágil para no trabarse y no levantar sospecha acerca de sus sentimientos.

- Está bien Luan, lo siento- se disculpo Luna mientras agarraba sus cosas para dirigirse al baño.

- No te preocupes, hermana. A propósito, ¿Cómo me veo?

Luna dio un vistazo a su querida comediante, se veía radiante, se podía ver un brillo en sus ojos más resplandeciente que el mayor de los tesoros.

- Para estar vestida de la misma forma que siempre, te ves más "viva" de lo normal. Luces muy bien, hermanita, darías envidia a muchas chicas.

- Gracias Luni- contestó Luan con una pequeña risa llena de emoción.

- ¿"Luni"? Hmm...

- Ajaja, es solo un apodo, Luna.

- Por cierto, llevas más tiempo de lo normal con tu cabello.

- Oh..., ejeje, ¿Qué puedo decir? Creo que debería cuidarlo más para que se vea más lindo.

- Aja... ¿Quieres verte bien? - preguntó Luna.

- Si- contestó Luan sonriendo mientras cepillaba su cabello.

- ¿Quieres verte bonita?

- Si- contestó la comediante con pena. "Quiero sentirme hermosa, quiero ser hermosa..., quiero ser hermosa para el", pensó.

- ¿Es que acaso tú...?

TOC, TOC, TOC, alguien llamó a la puerta, interrumpiendo la pregunta de la rockera