Capitulo 14

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No es como si luego de ese beso fuesen algo, o como si aun fuesen un nada.

Estaban en la muy incómoda y despreciable mitad.

Estaban justo en el limbo de las relaciones afectivas.

Marcy: No quiero pintarte aun -Murmuro mientras caminaban hacía el corredor tomadas de las manos, el destino siendo la puerta del fondo.

Anne: ¿Sabes que eso significa que no me veras desnudas?

Marcy: Sí -Afirmo-, y realmente no me importa -Agrego con cierta indiferencia.

Anne: No puedo creer que hayas dicho eso, Marcy...

Marcy: Yo tampoco -Dijo con una dulce sonrisa, su mirada avergonzada fijándose unos segundos en el suelo-. Tal vez me estoy volviendo loca -Se burlo.

Anne: Ya lo estabas...

Marcy se detuvo ante esta afirmación y se giró repentinamente para ver a Anne directamente a los ojos.

Una sonrisa nació en los labios de la pintora en cuánto sus miradas se encontraron, y en el momento en que una de sus manos acaricio la mejilla de la tatuadora antes de alejarse lentamente este pareció haber sido un acto inconsciente.

Marcy: Tienes razón -Confirmo-. Tendré que buscar otra explicación coherente, supongo.

Y sin más sujeto aun con más fuerza la mano y la arrastro al interior de la habitación que ya la tatuadora sin tatuajes conocía.

Anne: ¿Qué haremos ahora, Marcy? -Quiso saber con cierto nerviosismo-. Si quieres ir directamente al próximo paso debe saber que no estoy lista y...

Marcy: ¡Anne Banana! -La reprendió-. Solo quiero hablar... No quiero tener sexo contigo... Ni siquiera yo me siento preparada para eso, y créeme que era de las que se desvestían ante el primer idiota que representase un buen modelo para una grandiosa obra de arte.

Anne: ¿Acaso jamás has estado con mujeres? -Pregunto mientras se sentaba en la cama, adoptando la seductora pose típica que usaba para sus sesiones con Marcy casi de inmediato. Y no lo hacía para provocar a la pintora sino porque ya estaba acostumbrada a esto-. Siempre te refieres a ellos... Jamás a ellas.

Marcy: Hubo varias. La mayoría eran prostitutas... Pero con ellas era distinto, pues me acostaba con esas mujeres porque me atraían... Me arrepiento de haber estado con ellos, Anne Banana, pero no con ellas.

Anne: Lo comprendo... -Murmuro, y era cierto.

Y dolía, aunque aquellas viejas relaciones hubiesen sido pasajeras.

Dolía porque alguien más había besado a Marcy, y alguien más la había abrazado, y alguien más la había tocado, y a Marcy le había gustado.

Marcy: La primera fue una prostituta por la cual mi tío pago para subirme el ánimo. Luego, al empezar a pintar, iba al prostíbulo y seleccionaba a mis modelos. Si me gustaban lo suficiente les pagaba el doble para que me concedieran sus favores al terminar...

Anne: ¿Eso quiere decir que jamás has tenido novia?

Marcy: No realmente... Al principio iba al prostíbulo todos los días y siempre pagaba por el servicio de Mary. Le contaba cosas, y ella escuchaba e intentaba hacerme sentir mejor. Pensé que teníamos algo, pero una noche la vi bailándole a un chico y abrazándolo como lo hacía conmigo, y me di cuenta de que ella realmente no me escuchaba ni me consolaba. Ella estaba allí por el dinero, y yo estaba allí por ella, porque necesitaba sentirme querida de alguna forma... Luego salí con una universitaria que trabajaba todos los sábados en un club de striptease. Duramos una semana... Finalmente salí con quien también trabajaba en un prostíbulo. No me importaba con quienes se acostará, pues yo solo necesitaba sentir que tenía a alguien... Me dejo por un tal Peter que tenía dinero y la follaba en un callejón... Termino embarazada según escuche.

Anne: ¿Las amaste?

La pintora negó de inmediato, y no parecía tener vergüenza alguna.

Marcy: Solo he amado a una chica en toda mi vida, y esa soy yo misma -Contesto con un suspiro antes de sentarse a su lado y deslizar su mano sobre la pierna de la tatuadora para que sus dedos terminaran rozándose con los de la menor.

La pintora parecía nerviosa, y Anne pudo percibir los ligeros temblores que parecían estar acompañándola mientras pensaba si era lo correcto tomarle la mano.

Para despejar sus dudas fue Anne quien la sujeto fuertemente, y la pintora admiro el gesto como si no existiera nada más hermoso en el mundo.

Marcy: Son solo dos manos -Pensó en voz alta, perdida en la forma en la que sus propios pulgares acariciaban los bordes de la mano de Anne-. Diez dedos entrelazados... ¿Que tiene eso de especial? No crearan electricidad ni salvaran el mundo... Un solo tirón las separaría... Aun así, cuándo tomo tu mano siento que somos indestructibles... Cuándo tomo tu mano siento que somos eternas.

Anne: Tal vez lo seamos -Murmuro dulcemente.

Marcy: Tal vez -Coincidió con una nerviosa sonrisa.

Anne: ¿Esta es la parte en la que nos besamos? -Pregunto mientras sentía un leve sonrojo recubrir sus mejillas .

Marcy: Sí, pero si no quieres que sea en los labios está bien. Puedes elegir el lugar... Aunque si tu prefieres besar mis labios, pero no precisamente los de mi boca, no me...

Anne: ¡Marcy Wu!

Marcy: Esta bien, está bien, lo siento. Solo bromeaba. Pero sí, este es el momento donde me besas...1

Y Anne lo hizo con una sonrisa que cualquiera habría pensado iba a ser eterna.

Anne: ¿Qué somos, Marcy? -Pregunto luego de separarse de aquel beso, una mirada oscura encontrándose con un par de universos verdes.

Marcy: En el ámbito biológico somos individuos. Según el registro civil somos Anne y Marcy. Para la sociedad somos lesbianas. En el área laboral soy una pintora y tu una tatuadora...

Anne: Marcy, detente -Dijo mientras colocaba una mano sobre su boca-. Sabes a lo que me refiero -Agrego con cierta severidad.

Marcy simplemente asintió con algo de tristeza y bajo la mirada antes de que Anne pudiese alejar su mano.

Marcy: No me considero romántica, Anne... En realidad, lo único que se de romance lo aprendí de Howe... "Si quieres una chica buena ofrece dos cabras a su padre. Si quieres al amor de tu vida ofrécele tu corazón..."... Por supuesto, Howe termino esta oración con algo incoherente que tenía que ver con murciélagos, así que no se si debo ofrecerle mi corazón a la chica o a su padre, pero...

Anne: Ve al grano, Marcy.

Marcy: No comenzare con eso de "No debes quererme. No soy lo suficientemente buena para ti. Aléjate" ... Realmente quiero estar contigo, Anne. Quiero poder llamarte novia algún día, presentarte a mis padres y todas esas cosas que hacen en las películas... Es solo que aún no me siento lo suficientemente buena como para que seamos algo más que compañeras con derecho a roce. Lamento si no es lo que quieres... Pero supongo que es lo único que puedo ofrecerte justo ahora.

Anne no necesito pensar en las palabras de Marcy para contestar

Anne: Quiero todo lo que puedas ofrecerme, Marcy Wu.

Y mientras volvía a besar a la pintora supo que no habría podido dar una mejor respuesta.

***

Marcy finalmente se había decidido a pintarla y se veía completamente hermosa mientras lo hacía, casi como un ángel plasmando en una nube las imágenes de sus viajes.

De vez en cuándo Marcy la miraba más de la cuenta, pero no a sus pechos o a su entrepierna como antes, sino a sus ojos, y Anne casi podía apostar que si la vida se lo permitiera ambas se habrían mirado para siempre.

Fue durante una de estas sesiones de miradas eternas cuándo el celular de la tatuadora comenzó a sonar.

Contesto rápidamente, habiendo reconocido con una veloz mirada la foto de Ivy en la pantalla.

Anne: Ivy -Saludo con una sonrisa-. ¿Sucede algo?

Ivy: Voy... Vamos a decírselo– Sonaba casi aterrada, y la tatuadora escucho la voz de Sprig un tanto lejana intentando calmarla-. Te necesito... A ti, a Luz y Amity... Las necesito más que nunca... Ustedes me hacen fuerte -Sollozo.

Anne: Iré ahora mismo -Acepto sin titubeos.

Ivy era su hermana, y si bien no era completamente inocente por lo sucedido, no quería abandonarla en un momento como aquel.

Ivy de inmediato finalizo la llamada.

Marcy: ¿Sucede algo? -No parecía curiosa, solo preocupada.

Anne: ¿Crees que puedas llevarme a casa?

***

Lo curioso de las casas es que puede llegar el momento en el que la consideres hermosa, pero en cuánto otra persona la mire junto a ti comenzaras a encontrar todos los defectos en su exterior.

Aquella mancha de pintura... Esa grieta en el cristal... Esa tabla podrida en el techo...

Anne vivía en una casa humilde y pequeña, pero esto no quiere decir que fuese fea, sucia o que estuviese cayéndose a pedazos.

Había cinco habitaciones para trece personas, además de un pequeño sótano. Tenían dos baños, una cocina estrecha, un comedor en el que apenas cabían, un salón repleto de sofás y sillones comprados en ventas de jardín sin relación de color y estilo entre si...

Aun así, Anne se había sentido agradecida desde su llegada solo por tener una cama, comida y un techo, lo cual reemplazo el escondite de sus padres biológicos en el basurero y las mantas de papel periódico.

Ese día, sin embargo, no se sintió tan afortunada por tener aquellas paredes desgastadas y ese techo mal pintado.

Anne: Esta es... es mi casa -Murmuro con cierta vergüenza mientras la pintora estacionaba su auto frente a la acera.

De repente Anne deseaba que hubiese césped, un bonito buzón, un segundo piso, ventanas corredizas...

Anne: Se que no es grande y bonita, pero supongo que...

Marcy la hizo callar con un beso.

Marcy: Es una bonita casa, Anne Banana -Dijo con una sonrisa antes de acariciar su mejilla y plantar un dulce beso allí- ¡Woooh! -Exclamo-. Jamás había hecho eso con ninguna chica... Tienes un punto Sundew.

Anne: Boonchuy.

Marcy: Tu pasaporte no dice lo mismo.

Anne: Cállate.

Marcy: Cállame -La reto cruzándose de brazos.

Y, aunque la tatuadora sin tatuajes deseaba besar los labios de la joven nuevamente, prefirió dejarlo pasar, pues no iba a complacerla fácilmente.

Lentamente comenzó a bajarse del auto.

Marcy: ¡Anne Banana! -La llamo desde el exterior-. Pensé que me desearías suerte -Murmuro con un adorable puchero.

Anne tuvo que sujetarse fuertemente a los laterales de la puerta del copiloto para no darle a la chica lo que pedía.

Anne: ¿Suerte? -Pregunto confusa, intentando alejar los inmensos deseos de besarla- ¿Para que la necesitas?

Marcy: Voy al funeral de mi tío -Admitió-. Alguien tiene que recordarles a los asistentes lo muy idiota que fue.

***

Decir que Ivy estaba temblando es poco.

Anne veía a su pequeña hermana mayor sentada incómodamente en el sofá verde junto a Sprig mientras jugaba con los enormes dedos de este, Felicia y Wally ocupando sus puestos en un sillón gris y uno violeta.

Luz, Amity y la tatuadora estaban tras Ivy, sujetándole los hombros e intentando darle fuerzas con esta simple acción.

Felicia: Te escuchamos, Ivy -Dijo con un suspiro.

Ivy: Mamá, papá, yo no... no se si... no se cómo -Anne veía la pierna de la pequeña rebotar de un lado a otro, y sus manos se movían nerviosamente.

Wally: Solo respira, hija...

Ivy lo hizo.

Ivy: Yo...Yo quiero... Yo tengo que... ¡Sprig tiene que decirles algo!

Anne se cubrió la boca de inmediato para ocultar su risa mientras Sprig miraba con los ojos bien abiertos a su novia.

Wally: Te escuchamos -Dijo fríamente mientras se cruzaba de brazos, Felicia imitándolo.

Sprig: Yo... em... Ivy y yo -Tartamudeo.

Si Ivy había estado nerviosa el estaba mil veces peor.

Al lado de Anne, Amity se exaspero.

Amity: ¡Por Dios, Sprig!¡¿Qué tan difícil es decirles a tus suegros que embarazaste a su hija?!

Por supuesto, Sprig no tuvo la oportunidad de responderle a Amity.

***

Las cosas no habían sido tan malas, o al menos eso pensaba Anne.

Al menos Wally no había golpeado demasiado a Sprig y Felicia no lo había dejado completamente inconsciente con los golpes de aquel sartén.

Habían decidido que Ivy y Sprig vivirían en el pequeño sótano hasta que encontraran un lugar donde mudarse, lo cual ambos aceptaron sin protestar.

Esa noche fue la última de Ivy en la habitación que las chicas habían compartido desde pequeñas.

Ivy: Voy a extrañarlas -Murmuro la pequeña mientras se recostaba en su cama de la litera inferior por última vez.

Amity: Yo también, enana -Admitió la más alta con sinceridad mientras terminaba de colocarse el uniforme de trabajo.

Luz: ¡Vamos, chicas! ¡No sean depresivas! ¡Solo se ira al sótano!

Anne: Pero se ira -Fingió lloriquear.

Ivy: ¡Vamos! ¡Luz tiene razón! No voy a morirme ni nada por el estilo... O eso creo.

Anne rió bajo.

Anne: Sera extraño solo ver tres camas ocupadas -Murmuro.

Ivy: No creo que eso dure mucho tiempo... Estoy segura de que mamá terminara adoptando a un chico más o algo así... ¿Recuerdas que había dicho que Molly y tu serían las últimas?... Bueno, supongo que también debes recordar que luego adopto a Luz.

Luz: Fue una decisión increíble, por supuesto -Presumió.

Amity: Cállate idiota.

Silencio.

Ivy: ¿Pueden contarme lo que hicieron hoy? No quiero seguir pensando el hecho de que ya no escuchare los ronquidos de Amity, ni el inconfundible silencio de Luz o las incoherencias de Anne.

Amity: No te burles, babosa -Contraataco, recordando de esta forma las constantes manchas húmedas en las almohadas de la pequeña-... Yo yo... bueno... pelee con Lucia. Nada importante. Ya estamos bien.

Ivy: Si tu estas bien yo estoy bien -Dijo dulcemente.

Luz: Viney volvió a invitarme a salir -Confeso ruborizada.

Viney era la prima biológica de Amity, por lo cual el romance entre ella y Luz estaba permitido para Felicia y Wally, pues no compartían parentesco sanguíneo.

Ivy: ¿Qué hay de ti?

¿Sería lo correcto hablar de algo que apenas empezaba?

¿Sería lo correcto hablar sobre su beso con Marcy Wu?

¿Sería lo correcto hablar?

Anne: Nada que deban saber -Afirmo con una sonrisa mientras cerraba los ojos.

***

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