Capítulo 10- florecimiento

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng



—¿Por qué ya no me hablas como antes?— Le pregunté molesta colocandome frente a él. Patrick mirándome,  apartó  su mirada incómodo pasándose  las manos por el cabello frustrado...— Yo...-¿te doy asco ?— aquella pregunta la solté  con las lágrimas luchandi para asomarse por mis ojos, esperando su respuesta simplemente  él  solo negó  inmediatamente.-

—¿Estás... molesto conmigo?

Patrick  lo negó nuevamente. 

— ¿Qué era?— pregunté nerviosa —¡¡dime!! Por favor, este juego de tira y encoge me tiene estresada,¡ estoy cansada! — Chille golpeando su pecho con mis puños angustiada.

Tomandome de las muñecas y mordiéndose el labio buscaba las palabras para responder, esperando que me calmará,  trato de esperar que mi respiración se normalizará, éste  respondió  nervioso. 

— Yo estoy molesto conmigo mismo, tú me ayudaste, tú eres una niña inocente, solo eres una muchachita en un lugar equivocado, la primera vez que te vi herida luego... de... 

Patrick  aparto su mirada incómodo. 

— Yo  sabía que había pasado contigo la otra vez. No soy estúpido  Daphne; la segunda vez, Sentí que era mi culpa. Vi a mi hermana reflejada en tí, ella esta pasando lo mismo y no estoy para ella. Me siento culpable por dejarla sola. Me siento molesto por rechazarte, yo te juzgué mal, Daphne...

¿Se estaba disculpando? A lo que Patrick  continuó  explicándose. 

— Yo te  hice sentir mal y te lastimé. Yo soy un asco de persona, no tú. Yo ni siquiera  merezco eso amor que dices sentir por mi.—apartándome  con las mejillas enrojecidas—... Qué no lo es.. Yo tengo las manos manchadas por mi casta, tú en cambio no, — me miró enrojecido de la vergüenza.

Aquellos sentimientos que poco a poco  salían a la luz, lo tomé  de las muñecas y este trato de alejarme. 

—Daphne estuve celoso del japonés, él te podía dar a tí seguridad; en cambió, yo no.. Regalos caros  y todo lo demás, yo en cambio  no te puedo dar esa vida...— . Reclamó lleno de frustración en cada una de sus palabras.

 Yo lo mire sonriendo sorprendida. ¿ Me quería acaso? 

¿Este era su confesión de sus sentimientos?  Era mi momento, no estaba equivocada  entonces, decidida sonreí  con las lagrimas sobre mis ojos.

- Yo solo quiero tu amor, no dinero —respondi mientras me acercaba para besarlo,   acercándome  a sus labios cerre mis  ojos y  nuestros labios se encontraron con delicadeza, era el momento en el cual por primera  vez besaba a alguien que yo quería, un momento que mi cuerpo latía por las emociones. Rodeandome él me tomó de la cintura mientras me correspondía el beso y rodeandome con fuerzas, sus labios mordisqueaban los míos, succionandolos y jugando con mi lengua, sosteniendo mi cintura me llevo retrocediendo hacía  la pared de fondo.

 Me miro apartándome  de su cuerpo, a pesar de que me alejaba sus ojos me observaban  con pasión y deseo, su cuerpo era como un polo opuesto que con fuerza trababa de separarse de mi. 

—No deberíamos.. - titubeo nervioso. 

-dime.. ¿qué sientes por mi?— 

Tomandome de la cintura, sus dedos se amoldaban a la curvatura de mi silueta, empujándome  hacía su pecho, sus dedos me sostenían  con fuerza como si no quisiera dejarme ir.

Creo que esta era mi respuesta. 

 -te amo, creó que me enamore de tí cuando te vi como me ayudabas—respondió y tragó en seco— desde el primer momento, con esos grandes ojos color miel, jamás pensé que los extranjeros fueran buenos, pero tú...te arriesgaste, como cuando agarraste la escopeta con cara de mala... Eso me dio mucha risa , cada faceta de tí por dentro.. tanto como por fuera...—sus brazos temblaban y aquella sonrisa pícara salio dibujada en su rostro — ver Como te vestías..y...


- un momento... Cómo me estabas... ¿estabas espiandome?— extrañada me encogi ante lo último  de su confesión,  arrugando la nariz y este sonrió estruendosamente.

- lo siento no lo pude evitar. —respondió  hundiéndose entre hombros—, soy un hombre y... Eras demasiado hermosa, —- dijo riéndose, con las mejillas sonrojadas.


Yo lo mire un poco molesta y esté  me sonrió  para intentar calmarme. 

 -te amo, amo cada parte de tí, amo tu voz, tu forma de pronunciar mal las palabras, incluso amo tus ronquidos..

—¡Yo no ronco !—refunfuñando éste  me llevo a su pecho mientras sus dedos jugaban con mis rizos. 

 - en verdad no quiero perderte pero tengo que hacerlo—.. susurro a mi oído con su voz ronca, levanté  la mirada y sus ojos brillantes  color azabache  y  éste  acarició  mi mejilla con calidez. 

.- yo jamás te dejare.. te lo juro—- respondi  mientras él se acercaba y me besaba con delicadeza. Sus labios eran suaves y carnosos, poco a poco nós fuimos enlazando, acariciandome mi rostro y  luego deslizandose hacia  mi cuello y sostendiendolo con delicadeza. 

Ambos nos observamos sabiendo lo que ocurriría  a continuación. 

Nuestra primera vez  iba a ser un día antes de nuestra  partida a España. En  nuestro hogar, ambos temblorosos  y solos,  en mi habitación que tanto sufrimiento había visto, en aquella casona sin nadie que nos interrumpiera debido a que mi padre se había  ido a buscar los boletos para nuestro viaje. 

 Poco a poco, despojandome  de mis vestimentas  yo me sentía débil ante él,  debido a la figura imponente ante mi, era mucho más alto que yo, pero a esa diferencia lo que me hacia sentir débil me gustaba;  me gustaba esos hombros anchos y esos brazos grandes,  todo su ser me enloquecía y lo que mas hacia latir mi corazón era que me entregaba por amor, algo que jamás había sucedido, en este momento, era como mi primera vez en realidad se cumplía. 

  Patrick era mi primer hombre. Con su piel era suave, pálida que parecía blanda pero era un poco gruesa, no incomodaba ya que eran sus músculos estaban endurecidos, yo estaba sorprendida y sonrojada ante la situación, expuesto ante mi y observarlo sudado encima de mí, siendo un poco brusco y rústico  en su forma de sostenerme pero de una rara forma era tierno, tratando de dar lo mejor debido a su torpeza, examinando mi cuerpo y con cada movimiento lo hacía  de la forma como si me fuera a lastimar con tanta delicadeza que camuflabeaba aquel muchacho torpe y rústico en su forma de verme. 

Yo conocía mi cuerpo, y él  quería conocerlo también,  guiandolo hacia mis zonas erógenas queriendo también estimurlalo. Presos del deseo, esa pasión que desbordabamos en nuestros caricias y besos era como  si fuera la ultima vez que nos besariamos.

Quién  iba a pensar que ese día seria ese mi regalo de cumpleaños.... pensé en un momento al recordarlo en llena acción, riendome por las cosquillas que sentía al contacto  de la barba que tenía  al  acariciar mi vientre.

simplemente me dejaba guiar. 

          -------°°°•••°°°


Patrick  se enteró que fue mi cumpleaños tiempo después, estaba tan apenado por no haberme dado un obsequio que me daba risa, no se imaginaba que el mejor regalo me lo dio él, nadie había dicho   esas palabras con sinceridad,  ese "te amo" no era vacío, era un recuerdo que llevaría marcado en mi pecho siempre. 

Lo que marcaría en nosotros un nuevo escalón, viajando en tren y nosotros apenas eramos  dos jovenes llenos de deseo sexual al haber experimentado un sexo desenfrenado el día  anterior que nos marcaba el rumbo en nuestro camerino. 

Pasando varios días de camino, que casi no disfrutábamos esa diversión de  ver los paisajes, ya que   teníamos otros interéses.   Sólo estábamos disfrutando de nuestro tiempo juntos o sea... Teníamos sexo, aunque la gente nós veía raro ya que era extraño ver a una pareja tan dispareja por su raza,  pero todos al escucharlo hablar de sorprendían ante su dominio de los idiomas, incluso cruzo algunas palabras con un alemán que venia de Japón de firmar unos documentos, nadie sabía bien nuestra historia, solo nós reíamos cuando preguntaban, cómo nos conocimos, teniamos una nueva historia en ese tren y luego la gente no veía  nuestras diferencias. 

Una noche él me invito a una de las partidas de pocker que se orgnizaba con los viajeros,  con motivo de distraerme un rato de aquel deseo que sentía  de estar encima de él pensando que no  aceptaría estar en un  salon lleno  de hombres  jugando  se llevo una sorpresa  al verme tomar mi abrigo y salir a divertirme. 

 En el comedor era el sitió  del tren  donde se reunían  varios caballeros a apostar y a jugar- al llegar a la mesa uno de ellos nos dirigió la palabra pero con prepotencia. 


- ¿por que traes a la muchacha? ¿La vas a apostar?—Pregunto un holandés. 

Los hombres de la mesa se rieron por aquel comentario y mi mirada se desvió a un Patrick incómodo  y avergonzado.

- ella quería venir, no quería quedarse sola en el camarote, y como verán ella me ha ganado más veces de lo que se imaginan.. Quería comprobar si era solo conmigo o en verdad era una tramposa.— confeso con una sonrisa con aquel alemán tan fluido que era igual al del viejo Holandés.
-amor, yo no hago trampa —le respondi haciendo pucheros ya que sabia lo que decía, reconocía el pronombre ella y la palabra trampa. 
- bueno si la apostamos a ella me la llevare a casa, mi esposa necesita una niñera y una bonita no me caeria mal.— Agrego  un soldado ingles que estaba en la mesa por su acento parecia ser galés aunque no se veía  mal por su porte aseado y elegante yo solamente le sonrie sarcástica. 

— ya veremos— dije mientras tomaba las cartas y las barajeaba con agilidad— Si me ganan yo me voy con el ganador— propuse  orgullosa y  una amplia sonrisa pícara. Observé  a Patrick levantando la ceja h escuchaba  en la mesa los comentarios  de mis compañeros con  todos se miraron orgullosos y triunfantes, varios comentaban  lo que iban a hacerme aunque no me importaba.

Mi padre lo primero que hizo fue llevarme a aprender póker con sus amigos, antes de enseñarme a tomar licor,  mi hermana y yo aprendimos como ocultar cartas, contar hasta que nos volvimos mejores que mi padre eso y a aprender a tomar licor escondida de mi madre.

 Al cabo de 3 partidas ya había ganado lo suficiente como para vacacionar un tiempo, entre unos reloj y unas tierras que devolví porque Patrick me obligó al ver el rostro de terror de un hombre al saber que había perdido sus terrenos.. Todos en la mesa estaban sorprendidas por mi habilidad. Mi padre me había enseñado varios trucos y con el comandante Akita  los había perfeccionado,él era muy bueno  en el pocker y muchas veces me enseñaba hasta que lograra superarlo. Podia  decir que eran los pocos momentos en que el bastardo de Akita era amable conmigo y  siempre era un desafío jugar y averiguar cual seria su jugada. Con mi padre y él  yo había aprendido a contar las cartas que estaban en la mesa  y ver los rostros cosa que me ayudaba para ganar. 

(...) 
- No suelte a esa muchacha ni por todo el oro del mundo, de paso de hermosa. Es una maestra— dijo el holandés quitándose el sombrero.
- gracias — respondi sonrojada y le sonreí guiñando el ojo.

. - me la tengo que llevar— dijo Patrick tomandome del brazo  y ellos suspiraron aliviados por salvar su dinero de mis manos. 

- por favor, nós dejara sin nada, "la invitaremos de nuevo, pero da terror "— se burlaron entre ellos y Patrick se sonrojo. 

" una jugadora asi... jamas habia conocido en mi vida-"-  eran los cometarios  de los hombres en la mesa. 

Aquellos elogios por mis jugadas, hacían sentirme orgullosa de todo lo aprendido, era un punto positivo para todo esta guerra, despidiéndome de cada uno Patrick me acompaño hasta nuestro  camarote, tomados del brazo cruzando el pasillo llegar cerro la puerta y me sonrió. 

—eres malvada-  se burlo mientras se aflojaba la camisa y yo lo mire con picardia mientras me desabotonaba el vestido y lo dejaba caer al piso. Este era un vestido simple de botones rosados y yo sonrei agitando los rizos para que cayeran a mi lado.

- asi me amas... malvada y tramposa— le confesé  sacando un as de mi bolsillo y otro de mi calcetin y   él me miro sorprendido riéndose...  tomando las cartas en su mano arrojandolos s un lado éste  empezó a besarme mientras sus brazos me rodeaban. Mi cuerpo reaccionaba ante sus estímulos, , sabia que era una noche de pasión. 

(...) 

El viaje se había retrasado por motivos de la guerra en el centro de Europa, pero llegamos  como esperábamos a  España, Madrid. La casa de mi padre se ubicaba en el sur de Madrid y era un vecindario bastante silencioso ya que con la guerra los jóvenes se habían ido a luchar al frente y otros a América huyendo de ser enlistados,  por lo que casi no quedaba chicos de nuestra edad o de edad de ser enlistados, en las casas solo quedaban  algunos niños y adultos ya mayores.

Mire el hermoso lugar y sentí un sentimiento melancólico- en la casa estaba la señora Dolores y su esposo Pedro, toque la puerta emocionada y al verme el señor Pedro llamo a su esposa y  ellos no podían reconocerme.

-  Pero si estáis hermosa- dijo abrazándome y besandome las mejillas- ella miro y mi compañía y se sonrio con picardía por vernos tomados de la mano.

Al entrar nós ubicaron en habitaciones separadas ya que no estabamos casados, pero aun así nosotros buscábamos los momentos de escabullirnos juntos y hacerlo hasta cansarnos.

 Inmediatamente Le avise de mi llegada a mi padre por una llamada ya que él estaba Bastante preocupado por la situación en toda Europa respecto a la guerra y la persecución  a mos Judíos,  mire  a mi compañía  en el escritorio,  Patrick le escribía al Señor Park durante todo el trayecto esperaba que llegaran las cartas. 

2 meses después llego su carta, él se habían ido a Shangai  a continuar la busqueda de la hermana menor de patrick además  en parte buscaba  huir de los soldados Japoneses  que habían  forrado todas las paredes con sus rostro.

En Shangai se enteraron que la hermana de Patrick estaba en Japón, se la habían llevado esa misma semana de donde estaba, Patrick al enterarse se volvió como loco, rompio todo a su paso, lloraba de impotencia yo lo mire desconsolada viendo como   empezó a meter ropa en la maleta molesto.


- Patrick.—.  lo llame entrando a su habitación y acercándome, él  me miro con aquellos ojos llenos de tristeza y enrojecidos.

-¡ Tengo que buscarla.!— confesó  lleno de ira. 

 -— no puedes irte así... Sin un plan. —Conteste  con rapidez tratando de calmarlo. 
- Tengo uno: llego, mato a la gente y escapamos. ya.- dijo de forma lineal como si hubiera memorizado esos pasos en su mente.


- Pensé que eras más inteligente—, le reclamé sentándome  a su lado mientras doblaba su ropa para colocarlo en la maleta. 

Patrick  levantó  la mirada y apretó los labios. 

—-¿ Qué esperas que haga? Es mi hermanita —respondió, llevándose  la mano a su bolsillo buscando algo, y luego lo sacó.   Aquella fotografía amarillenta que siempre llevaba consigo. 

Él siempre la miraba, era una fotografía de ellos juntos antes de partir a estados Unidos. La última fotografía con toda su familia,  allí  estaba su madre y su padre a su lado, tenía aproximadamente unos 15 en la foto, ella tenía unos 10 años.

 - ¿la reconoceras?— Pregunte curiosa y Patrick  asintió.

. -Si.. Yo la vi un año antes que ocurriera todo... hace 4 años. Después.. Me imagino que sigue igual- respondio estresado y yo le sujete  la mano. 
- yo te acompaño, Patrick — dije con firmeza.


- No, es peligroso, quédate aquí..— ordeno preocupado.
-Conmigo vas a llegar lejos, vamos a Japón juntos, me hospedó en un hotel... nos hospedamos— me rectifique — Tú y yo a Lo grande.. Casados nadie sospechara nada... yo tengo mis técnicas y tu las tuyas. De ese lugar la sacamos como sea posible—-respondi con seguridad,  su mirada preocupada me seguía golpeando el corazon.

- entiendo. Pero..—  titubeó  y rápidamente yo lo interrumpí.

—Estamos juntos en esto. No voy a perderte. Cuando recuperemos a tu hermana ¿seremos felices no? ¿ quieres recuperarla o quedarte en ese lugar? 

Su silenció  fue abrumador y lo mire molesta...

— Pattick...

— Yo vendré por tí, después.—respondio  sin mirarme cerrando el bolso. Molesta lo tomé  del brazo para detenerlo.

- no, yo voy contigo.. Sin mi ese pasaporte no tiene peso. Alli estas casado conmigo, conmigo no pasaras como un coreano.. Serás tratado como un occidental... eres Patrick walker , no es  apellido Kim. 

Él suspiro y paso su manos una y otra vez por su cabello despeinandolo. 

-Tu  vienes con una condición—señalando con su dedo me apuntó —No traeras todo ese equipaje  otra vez.—ordeno agotado y se sentó  en la cama frustrado por haber cedido  ante mi.

Yo asentí arrugando la nariz por eso con una sonrisa en el rostro corrí a abrazarlo.

— Lo lograremos, te amo.  Tengo que darte  mucho amor para que seas feliz, te amo— le aseguraba orgullosa, me acerqué y lo bese con delicadeza su cuello, patrick nervioso me apartó y me dejo a un lado.


Sentia su frustración,  y tenia  que entenderlo, no era momento para eso; pero si para apoyarlo.

~~~~~~~~~~~~♡~~~~~~~~~~~~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro