Parte única

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Las nubes no dejaban de llorar, y el cielo era de un tono grisáceo oscuro, la brisa se sentía cada vez más violenta, y el chirrido que salía de las llantas pasar sobre el pavimento mojado eran unas cuantas cosas que mantenían entretenido al hombre acostado en la fría acera.

Su chaqueta estaba sucia y sus pantalones rasgados y llenos de lodo, su trasero estaba mojado, pero a pesar de ello no se levantó, siguió observando con total tranquilidad el suelo en el cual caían una a una cada gota de lluvia, cerraba los ojos de vez en cuando para intentar concentrarse en el suave sonido de estas estrellándose.

Dio un diminuto salto en su lugar cuando sintió algo de calor sobre sus hombros, era una frazada de lana. Giró su rostro para poder observar al joven –de alrededor unos 18 o 19 años aproximadamente– sentado a su lado mirando a la nada, empapado al igual que aquél hombre que no tenía nada más que su ropa puesta y viejos recuerdos.

Vio que los ojos del muchacho escocían y comenzaban a liberar pequeñas gotas de agua de sus ojos mientras que sus manos trataban de detenerlas quitando de brusca manera del rostro propio. Sin poder retener la curiosidad que dentro de sí crecía se atrevió a preguntarle al joven "llorón" que le sucedía:

-¿Por qué lloras?

El joven se tensó pero no respondió a la cuestión que ejercía en aquel hombre.

Después de unos minutos el muchacho detuvo su llanto y lo miró:

-¿Por qué la sociedad es así? ¿Acaso no existe una sociedad perfecta?

El hombre solo rió y le contesto diciendo "Bien, ¿Quieres saber cuándo existirá una sociedad perfecta? Te diré lo que todos debemos hacer para que eso ocurra, pero para que me entiendas te contaré una historia":

En un lugar ni tan enorme ni tan pequeño, lleno de seres coloridos, un montón de plantas, cientos de especies de animales existentes, el cielo soleado, las calles iluminadas, sin mucho ruido, sin poca música; abundaba la armonía, la paz, y la tranquilidad.

La justicia que ejercía la gente era la clave de esto, no había gobiernos que los gobernaran, no había reinos, no había monarquías, solo seres llamados "aeygos" los cuales se mantenían siempre al margen de lo justo.

Los "aeygos" eran seres pequeños, marrones, negros, azules, rosados, amarillos, verdes, y un sinfín de colores más, tenían dos brazos con cuatro dedos en cada mano, en su pies tenían pezuñas enormes parecidas a las de una cabra y de sus caderas para abajo eran peludos, con el mismo color de su piel pero un poco más intenso; las hebras de su cabello eran onduladas y revoltosas de un color negro, pero una cuantas –las cuales eran contadas– eran blancas dándoles un pequeño contraste, no tenían cola pero si unas orejas enormes como las de un elefante pero de un color grisáceo; su rostro era conformado por un par de ojos grandes y felinos, una nariz pequeña y café como la de un conejo, labios un poco abultados y ligeramente rosas, y unos cuantos bigotes como los de los roedores.

Los "aeygos" siempre estaban siendo amables, cordiales, no habían disputas, si alguno tenía problemas se ayudaban entre sí, no existía la moneda, ni el famoso Internet, cada quien tenía una propiedad pero que muchas veces terminaban compartiendo con las demás criaturas; hablaban muchas lenguas, y dominaban casi todas, para así hablar con facilidad con las criaturas de lugares más lejanos.

No había religiones, ni tampoco dioses; no quiero decir que no había científicos, enfermedades, escuelas, hospitales, etc.

A lo que quiero llegar muchacho, es que en este tipo de sociedad no habían discusiones de grados mayores, la sociedad era perfecta, porque todos los defectos y problemáticas de ella no se resolvían de forma monótona ni individual para cada ser, ya que ahí no existía la avaricia, la locura, los estereotipos, no habían razones para que las criaturas criticaran a otras a pesar de las imperfecciones que se encontraban en aquel lugar y que tenía su vivienda o su físico.

"Porque ahí lo imperfecto era perfecto".

Los seres eran "normales", algunos tenían autismo, otros tenían síndromes, otros trastornos, cánceres, entre muchas problemáticas y deficiencias de cada ser existente, incluyendo la inseguridad. Pero ellos no se daban cuenta, ellos creían que era otra especie de personalidad, no le encontraban lo malo, solo lo veían diferente y era hermoso.

La sexualidad tampoco era un problema, ellos tenían órganos que los diferenciaban de género sexual, pero sólo eran para reproducirse bajo el consentimiento de cada uno. Algunos que eran del mismo sexo y aun así se amaban, se podían estar juntos, e incluso casarse, no importaba, al igual que las parejas de distintos sexos lo eran. ¿Cómo tenían hijos? Las parejas de sexos distintos se les denominaban "Hetos" mientras que a los del mismo sexo se les conocía como "Panos".

Los "Hetos" tenían descendencia de forma natural, ellos consumían sus cuerpos durante la noche bajo la oscuridad y la leve luz blanquecina formando pequeños individuos en el vientre de la "hembra".

En cambio, los "Panos" iban a los lugares con pequeños individuos de edad menor e infantes, los cuales terminaban en esos centros debido a la pérdida de sus padres biológicos", entonces terminaban en adopción.

Las familias formadas por los dos tipos de pareja eran bastante parecidas, consistían en enseñanza, felicidad, armonía, apoyo moral y físico, amor, entre otros sentimientos positivos que fomentaban en el crecimiento de los más jóvenes.

La ropa que ellos utilizaban era la misma para cualquier sexo y edad, si un macho quería usar un vestido lo usaba, si la hembra quería usar pantalones holgados y simples, lo usaban, no habían críticas ni problemas por ser quienes quieren ser.

¿Cómo llegaron a ser así de felices y justos? Eliminando de su vida todas las problemáticas que precedían en el lugar, y todos seguían las mismas reglas sin un "líder" que intentara guiarlos o dominarlos, permitiéndoles ser libres pero con una buena moral de parte de cada uno, a pesar de sus diferencia de la tonalidad de piel, razas, estatura, físico, entre muchas diferencias triviales, pero principalmente porque todos, y absolutamente todos decidieron poner de su parte.

Así fue como el vagabundo anciano terminó de hablarle al joven a su lado.

-Creo que tienes razón Garrik, la utopía no existirá hasta que todos decidamos ser buenos y justos, comenzando por uno mismo, cuidando de si, del planeta y de los demás sin ver cara.

-Espero que te haya ayudado a entender porque seguimos en este tipo de sociedad joven Rhibboun, ojalá en algún futuro no muy lejano podamos hacer conciencia todos y entender que a pesar de las imperfecciones y diferencias de cada persona somos iguales y perfectos.

Después de un par de horas más, el empapado joven se retiró del lugar, y soltando una lágrima solitaria el anciano cerró los ojos se retiró del mundo cruel y carnal con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro y con el pensamiento de que un joven muchacho intente cambiar el mundo para bien.

Se separó su cuerpo carnal de su alma con un sonido sordo pero desgarrador, abandonado el físico sólido empapado bajo la lluvia como despedida de la vida contraria a una dulce "Utopía".

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