EPÍLOGO

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—Para tu carro ahí —interrumpió Jackson, llevándose las manos al cabello, y mirando a Jungkook con sorpresa—. ¿Cómo es eso de "tomarnos un tiempo"? ¿¡Taehyung y tú no están juntos!?

Jungkook abrió la boca, dispuesto a responder, pero el escandaloso llanto de Sana se incrementó. —¡No pueden terminar! ¡Por ustedes creo en el amor!

—Dios... ya no estás con Taehyung y nosotros obligándote a hablar de eso —Bambam lucía totalmente arrepentido—. Kook, lo siento tanto, no lo sabía.

Jihyo consolaba a Sana, pero con la mirada perdida, también afectada por toda la historia que había escuchado. Quería llorar, estaba a nada de hacerlo, pero su amiga parecía no calmarse dentro de poco.

Jungkook miró a sus amigos, e hizo una mueca con los labios. El alcohol se había acabado ya hace un rato, el sol comenzaba a aparecer, y justo en aquel momento se estaba arrepintiendo de relatar aquel suceso a sus amigos. No se lo estaban tomando tan bien como pensó.

—Chicos, cálmense...

—¿Calmarnos? —habló Jihyo con incredulidad—. Acabamos de escuchar una trágica historia de un romance que no debía terminar, ¡Estaban hasta hablando de boda!

—¿¡Por qué!? —exclamó Sana, con la cara llena de lágrimas—. ¡Ustedes se aman! ¡Deben estar juntos!

—Yo creo que Jungkook hizo bien —intervino Bambam—. Es decir, ambos se lastimaron y ambos necesitaban tiempo para sanar.

—¿Ambos? ¡Jungkook fue quien tuvo que ir a terapias!

—Jackson tiene razón —dijo Jihyo—. Taehyung sufrió, sí, pero Jungkook fue quien se llevó la peor parte.

—Pero si Jungkook hubiese hablado desde un principio nada de esto pasaría —agregó Sana, sorbiendo su nariz—. Traicionó la confianza de la relación.

—¡Tenía miedo! —defendió el chino.

—¡Taehyung nunca le dio motivos!

Una discusión empezó, con los cuatro chicos diciendo su opinión, y Jungkook simplemente rodó los ojos al verlos. Revisó por el lugar, sonriendo complacido cuando encontró una lata de cerveza, la última. Ya comenzaba a sentirse algo mareado, pero ya hace mucho no bebía. La destapó, y dio un gran trago de ella, mirando a sus amigos decir sus opiniones del tema.

—¡Jungkook! —el nombrado saltó en su lugar por el grito de Sana—. ¿Por qué nunca nos dijiste que terminaste con Taehyung? Lo cual me parece muy raro porque he visto las fotos que han subido a Instagram. ¿Son amigos ahora?

La mirada de todos estaban en Jungkook, y él simplemente se encogió de hombros. —Yo nunca dije que terminamos.

—Pero, tú... —Jackson lo miró con curiosidad, y se molestó cuando Jungkook se dedicó a beber. Le arrebató la cerveza de la mano—. ¡Estamos hablando de algo serio! Deja de beber.

—¡Ahg! ¡Dame la cerveza! —se quejó y le quitó su bebida a Jackson—. Yo nunca dije que terminé con Taehyung, y tampoco me dejaron terminar la historia. Él y yo estamos bien, todo está perfecto ahora.

Un sollozo bajo se escuchó, y miró a Sana, quien tenía sus ojos brillosos nuevamente a causa de las lágrimas. —¿De verdad están juntos? ¿No terminaron?

—No, Sana —chasqueó la lengua, y señaló los asientos, haciendo que todos volvieran a sentarse. Dio un trago a su cerveza y relamió sus labios—. Nos separamos durante unos meses, pero ya estamos de vuelta, y más fuertes que nunca.

Todos suspiraron aliviados, y Jungkook no pudo evitar reír por eso.

—Por favor, termina la historia —pidió Jihyo. Estaba a nada de tener un ataque si no sabía el final de todo.

—¿Ahora sí me van a escuchar? —bromeó Jungkook, y todos le reclamaron. Rió, tomando el último trago de la cerveza y dejando la lata cerca—. Nos tomamos nuestro tiempo. Yo iba al psicólogo, a la universidad y al trabajo, y Taehyung una vez al mes me preguntaba cómo estaba. Yo se lo decía, y volvíamos a alejarnos.

—Se preocupaba por él... —sollozó Sana, ganándose un golpe por parte de Jihyo.

—¿Solo hablaban una vez al mes? —preguntó Jackson.

Jungkook asintió. —A palabras de él, era solo para saber cómo estaba, es decir, nunca intentó volver o algo parecido, solo quería saber mi avance en las terapias. Respetó nuestro espacio.

—Quiero un Taehyung en mi vida, pero versión mujer —comentó Bambam—. ¿Cuánto tiempo se separaron?

—Uh, nos separamos en febrero, y volvimos unas semanas después de mi cumpleaños.

—¿¡Qué!? —exclamó Jihyo—. Espera... febrero, marzo, abril, mayo... —contó con sus dedos y abrió los ojos, enseñando sus manos—. ¿¡Siete meses!?

—¿Acabas de contar con los dedos? Estudias contaduría, Park —preguntó Jungkook asombrado, pero le restó importancia—. Sí, tardamos siete meses en volver a estar juntos. Mi psicólogo dijo que ya podía hacerlo. No es como si estaba esperando a que él me lo dijera, pero en una de las sesiones me hizo la observación de que estaba preparado para volver a estar con Taehyung.

—¿Y durante ese tiempo no les gustó alguien más? —intervino Bambam—. Digo, es algo que podía pasar.

—Tanto él como yo teníamos claro que algo así podría ocurrir, pero no se dio el caso. Yo me enfoqué en mis cosas, mis notas, mi trabajo y mis terapias. Salía con mis amigos de la universidad, y disfrutaba del tiempo... me dediqué a cuidarme a mi mismo, a apreciar mi soledad —hizo una pausa, recordando ese tiempo—. Taehyung también hizo lo mismo. Cuando volvimos y hablamos me comentó cómo fueron esos meses, y a ambos nos sentó bien.

»Taehyung se tomó unas vacaciones en el trabajo, algo que nunca hacía, y planificó un viaje con mis hyungs. Se concentró en su trabajo cuando volvió, y también visitó a sus padres... ambos nos concentramos en nosotros mismos, y nos dimos cuenta que cuando estábamos juntos, éramos muy dependientes del otro, y no porque Taehyung me prohibiera salir, o porque él tenía que llevarme a todos sus planes, solo que nosostros mismos volvimos así nuestra relación, y fue en esos meses separados que nos dimos cuenta.

»Ser pareja no significa hacer todos juntos. Yo puedo hacer cosas por separados al igual que él, y eso no está mal, porque yo no puedo descuidarme solo por tener novio, y fue gratificante esos meses donde solo me complacía a mi mismo, y Taehyung opina igual. Incluso quiere hacer otro viaje con mis hyungs pronto, y a mí me parece bien.

Si bien al principio les dolió el estar lejos del otro, e incluso Jungkook quería echarse para atrás, no se dejaron guiar por sus emociones y se tomaron su tiempo, sabiendo que era lo correcto.

No se vieron no una sola vez, y aunque se extrañaron, desviaron su atención en otras cosas, buscando la forma de sanar adecuadamente. Jungkook conoció personas nuevas, al igual que Taehyung, pero ninguno de ellos tuvo la necesidad de estar con alguien más, o incluso sentir atracción por otra persona. Y es que, a pesar de estar separados, sabían que estaban juntos, y tenían la esperanza de volver.

Taehyung amaba a Jungkook, y Jungkook amaba a Taehyung. Si estaban separados no era porque los sentimientos por el otro habían acabado, sino porque estar juntos no estaba yendo por buen camino, y debían arreglar sus emociones para poder volver a una relación sana.

Por eso Taehyung solo le escribía una vez al mes, preguntando solo por su estado y sus terapias, preocupado más por su salud que por volver. Y no lo malentiendan, Taehyung estaba a esperas de que Jungkook volviera a llamarlo, pero su prioridad era el bienestar de Jungkook, incluso si este llegaba a decirle que era mejor terminar.

La vez que volvieron, hablaron de todo sus meses separados, y con satisfacción se dieron cuenta de que habían crecido, teniendo otra oportunidad de seguir con aquella bonita relación que tanto anhelaban tener otra vez.

—Voy a volver a llorar —avisó Sana.

—Ignórenla —dijo jihyo, y miró a Jungkook con algo de preocupación—. ¿Cómo estás tú? Ya sabes a lo que me refiero.

—Estoy bien —sonrió, y todos se sintieron aliviados—. Las terapias me ayudaron mucho, pero aún sigo yendo. Poco a poco he recuperado mi confianza, y ya no sufro ataques de pánico o ansiedad, y si llega a sucederme, sé cómo calmarme. Se sintió bien volver al de antes, pero mucho más renovado.

—Me alegra mucho escucharte decir eso —dijo Jackson—. No fue nada bonito escucharte hablar sobre tus problemas y como sufriste por ellos. Incluso ahora puedo decir que luces muy saludable, tanto física como mentalmente.

—Yo tengo una duda —comentó Bambam, y todos lo miraron—. ¿Terminaste de pagar la pulsera? ¿Taehyung se enteró?

Jungkook rió. —Sí, la pagué antes de cumplir los seis meses... y Taehyung se enteró. No boté la última factura y la encontró.

—Oh, lo imagino regañándote —rió Sana, y todos le siguieron.

—Créeme, lo hizo —negó con la cabeza, y luego levantó su mano derecha, mostrando su muñeca—. Luego me compró una pulsera igual.

Los cuatro chicos comenzaron a chillar, haciendo sonrojar a Jungkook. Taehyung era demasiado romántico, y no solo a él lograba sorprender de ese modo.

—¿Qué hay de Tzuyu?

—Bambam, en este grupo somos católicos y no hablamos de demonios —siseó Jihyo con desdén—. No invoques a esa bruja.

Una nueva discusión comenzó, pero todos contra el pobre tailandés. Jungkook los miraba con gracia, divertido de cómo sus amigos parecía no tolerar el nombre de la chica.

—Hace poco me contactó —dijo, y todos volvieron su vista a él—. Me pidió disculpas.

—¿Y la disculpaste?

—Sí —se encongió de hombros—, pero solo para ya no tener el rencor en mi. Eso no quiere decir que la quiero cerca, o que olvidé lo que nos hizo a Taehyung y a mí, pero mi psicólogo me recomendó que lo mejor era dejar el odio a un lado, porque eso solo me afectaba a mi, es decir, justo ahora no tengo nada en su contra, pero es una persona que no quiero en mi vida nunca más.

—Tiene lógica —habló Jihyo—. Porque odiarla solo provocará que su recuerdo te afecte.

—Exacto. Por eso hablar de ella ya no me provoca malestar. Obvio sí me trae la sensación del mal rato, pero no es nada que me afecte —Jungkook se estiró en su lugar, algo cansado y con sueño—. Me escribió por Instagram, y se disculpó por todo lo que me dijo. Prometió nunca más volver, y que se había ido de Corea.

»Taehyung no sabe de esto, y no tengo intenciones de decirle tampoco.

—Igual me cae mal.

Jungkook rió por el comentario de Bambam.

—Mételo en arroz —le dijo Chaeyoung, mirando divertida como Jackson y Bambam sostenían a Jungkook para ayudarlo a subir al auto de Taehyung—. Tú novio es un alcohólico.

Cuando Jungkook estuvo en el coche, miraron a Taehyung, algo tambaleantes. El alcohol comenzaba a hacerles efecto a los cinco. Sana y Jihyo habían muerto en sus sillas, en un sueño que no parecía acabar.

—¿Por qué ustedes están tan ebrios? Tomamos exactamente lo mismo —cuestionó Eunwoo con curiosidad.

—Nop —negó Jackson—. Compramos cerveza, pero él —señaló a Jungkook dormido en el carro—, se tomó una demás.

—Si me disculpan, me voy a vomitar —avisó Bambam, corriendo dentro de la casa, siendo seguido por una asqueada Chaeyoung, sabiendo que su baño quedaría apestoso. 

Taehyung rió, y miró a Jungkook, negando divertido por el estado del menor. Sintió unos brazos rodearlo, y miró a Jackson con curiosidad.

—Eres el mejor novio del mundo, Taehyung —halagó, suspirando—. Gracias por querer tanto a Jungkook.

—Uh... ¿Gracias?

Jackson se separó de Taehyung, y le regaló una sonrisa. —Sigue así, ¡Eres grande, Kim!

El mayor miró al joven entrar a la vivienda, y no pudo evitar reír. Rodeó el auto, y se adentró en este, abriendo las ventanas para dejar ir el olor a alcohol que había a causa del pequeño pelinegro que estaba dormido en la parte trasera del auto. Encendió el vehículo, y comenzó su viaje hasta el departamento de Jungkook.

Encendió la radio, teniendo una música baja, y manejando con cuidado para no molestar a Jungkook, mirándolo por el espejo retrovisor unas cuantas veces en el camino.

—Mhm... ¿Tae?

—Hola, niño borracho.

Jungkook abultó sus labios, y luego rió. —Ya no aguanto como antes, creo que me estás pegando lo viejo.

—A mi no me culpes por tu mala resistencia, eh —rió, y estiró su mano para golpear al menor—. ¿Qué tomaste exactamente?

—Vodka y cerveza —bostezó—. No me arrepiento de nada.

—Tengo un novio alcohólico, genial.

Jungkook soltó una pequeña risita, y miró por la ventana. Se sentía un poco mareado, pero del resto estaba normal. Volvió su mirada a Taehyung, y su corazón se sintió cálido. —Te amo.

—Yo te amo más, alcohólico.

—¡Yah, deja de molestarme! —se quejó Jungkook entre risas. Se sentó derecho, y con cuidado se pasó al asiento delantero, con Taehyung deteniendo un poco la velocidad para que no sucediera algún accidente—. ¿Sabes? Hoy recordé la vez que casi terminamos. Estábamos jugando, y me hicieron esa pregunta.

—Eso explicaría muchas cosas...  —murmuró Taehyung, recordando el extraño comportamiento del amigo de Jungkook.

—¿Te molesta?

Negó. —Fue algo que vivimos, y no me arrepiento de que haya pasado —miró al chico unos segundos para volver su vista a la carretera—. Nos volvimos más fuerte, y aprendimos de nuestros errores.

—Pienso lo mismo —sonrió, colocando su mano encima de la de Taehyung—. Nuestra relación mejoró muchísimo, y crecimos como personas. Ahora sabemos cómo resolver nuestros problemas.

La conversación llegó hasta ahí, y pronto llegaron al conjunto de departamentos en donde vivía Jungkook. Bajaron del auto, y el menor alzó sus brazos con una sonrisita traviesa en el rostro. Taehyung rodó los ojos, pero no tardó mucho en alzar a Jungkook en brazos, teniéndolo apegado a él como un koala, con sus piernas rodeando sus caderas.

—Ya estás algo grande para esto.

—Calla, esclavo —dijo Jungkook, reposando su cabeza en el hombro de Taehyung—. ¿Me vas a consentir?

—Siempre termino haciéndolo, cariño.

Con Jungkook encima, Taehyung llegó hasta el piso correspondiente, riendo de las incoherencias que soltaba el contrario. No estaba ebrio completamente, pero el alcohol estaba haciendo de las suyas de igual modo.

Con mucho cuidado y cariño bañó a Jungkook, ganándose algunas salpicadas de agua y jabón, y luego lo vistió, para después cambiarse él e irse a prepararle algo ligero de comida. Una vez listo todo, entró a la habitación del menor, dejando la bandeja de comida sobre las piernas de Jungkook.

—Siempre quise un novio mayor para que me terminara de criar —comentó Jungkook, tomando del café que le había preparado Taehyung—. Me saqué la lotería contigo.

Taehyung tiró de sus cabellos. —Recuérdame más nunca darte de beber, pulga.

—Aburrido~ —se quejó—. No me has dado ni un beso desde que nos vimos. Si ya no me quieres, dímelo de una vez.

—Tienes tanto alcohol encima que si te beso podría darme un coma etílico. Aprecio mi vida, gracias.

—¡Taehyung!

Entre quejas y bromas, Jungkook terminó de comer, y pronto ambos se encontraban abrazados debajo de las sábanas, con sus piernas entrelazadas y disfrutando de la calidez que sus cuerpos emanaban.

—¿En serio no me vas a dar ni un besito? —murmuró Jungkook con pesar, abultando sus labios—. ¿Dejarás a este pobre niño rogando por un besito? A los chicos bonitos no se les niega nada, Taehyungie.

El mayor rió, y con delicadeza tomó los labios de Jungkook en su suave beso. Escuchó al menor suspirar, y encontró el acto sumamente adorable. Movió sus labios con cuidado, delineando el superior con su lengua y profundizando el beso. No había lujuria de por medio, solo el amor que ambos sentían, y las ganas de estar juntos.

Taehyung se separó, dejando un último casto beso en los labios de su novio, y acarició su mejilla. —¿Complacido?

—Sí, pero sigue besándome —dejó un corto besito en los labios de Taehyung—. Hay que casarnos. Cásate conmigo, Kim Taehyung.

—¿Me estás proponiendo matrimonio? —preguntó con diversión, pero con el corazón acelerado.

—No, te estoy diciendo que me compres un anillo y nos casemos. Quiero dejar de ser novios para ser esposos —sonrió—. ¿Te imaginas que me presente como "el esposo de Kim Taehyung"? Joder, que bueno.

Taehyung mordió su mejilla. —No digas groserías... pero a mí también me gustaría, que te presente a alguien diciendo "mi esposo". Me estoy emocionando, amor~

Jungkook rió, con las mejillas sonrojadas. Él también se estaba emocionando con la idea. Se abrazó a Taehyung, repartiendo besos por todo su rostro, sintiendo el corazón rebosante de alegría. —¡Ya cómprame mi anillo!

—Lo haré —aseguró, ganándose un pequeño grito de alegría por parte de Jungkook—, pero nos casaremos el año que viene después que te gradúes.

El menor asintió, y se abrazó a Taehyung, suspirando gustoso de tenerlo cerca. La idea de casarse había emocionado tanto a sus corazones que ambos tenían unas sonrisas algo tontas en sus rostros.

—Y pensar que estuvimos a nada de terminar...

Taehyung tarareó una respuesta afirmativa, y tomó de la barbilla a Jungkook, besando sus labios. —Pero por suerte no sucedió, y si soy sincero, una parte de mi sabía que estaríamos juntos de nuevo, porque yo te amo y tú me amas, y saldríamos adelante. Jungkook, sé que siempre lo digo, pero me gusta que sepas que eres el amor de mi vida, y que quiero estar a tu lado hasta el último día de mi existencia.

—Tú también eres el amor de mi vida, Tae, y me tendrás que soportar hasta que mueras porque de mi no te salvas.

Taehyung rió bajo, sintiendo a Jungkook aferrarse a él. —Con gusto te soportaré siempre, amor.

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