PRÓLOGO

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¡Jeon Jungkook!

El recién nombrado sonrió y abrazó a la chica que había dicho su nombre con tanta emoción. Le pareció sumamente tierno de que a penas y llegara a su pecho, pero Son Chaeyoung siempre había sido de baja estatura.

—Chae, también te extrañé —la alzó levemente, ganándose unas risas por parte de ella—. Sigues igual de enana. No creciste nada desde secundaria.

Chaeyoung rodó los ojos, y se alejó de Jungkook para darle un golpe en el pecho. —Y tú sigues siendo el mismo idiota de siempre. Los demás están adentro, así que vamos.

Siguiendo los pasos de la contraria, Jungkook se adentró a la casa de la misma, sonriendo en grande, y siendo abrumado por la sensación de nostalgia y añoranza. En esa pequeña reunión se encontraban todos sus amigos de secundaria, que con el paso del tiempo, —y entrada la nueva etapa de la universidad— sus caminos fueron tomando rumbos distintos. Sin embargo, seguían manteniendo contacto entre ellos y siendo incondicionales.

Había recibido cariñosos abrazos por parte de las chicas, quienes se mostraban felices con su presencia, y abrazos más amistosos y juguetones por parte de los hombres, quienes de inmediato bromeaban acerca de todo. 

—¿Por qué no vino Taehyung? —le preguntó Jackson—. Sabes que no nos molesta que vengan juntos.

—Ha estado agotado con el trabajo. En el buffet le han llegado varios casos y anda con la cabeza metida en ellos —explicó al tiempo en que recibía un vaso con lo que parecía ser Vodka con jugo de naranja—. Además de que Tae no es de estar en este tipo de reunión.

—Tu novio ya es un anciano, acéptalo. Somos unos niños para él —intervino Eunwoo a modo de burla.

Jungkook rodó los ojos, golpeando su brazo. —No es un anciano, tiene veintiséis. ¿Qué son seis años de diferencia?

—Seis años no son nada comparado con los quince de Momo —dijo Jackson—. Heechul posiblemente se estaba matando a pajas cuando Momo nació. Turbio.

—Jackson, eres un asqueroso —se quejó Jungkook, mientras que Eunwoo se moría de risa por el comentario del contrario—. Si Momo te escucha, te mata.

—¿Si escucho qué, a quién tengo que matar? —hizo acto de presencia la chica, mirando curiosa al trío.

—Se estaban burlando de ti y de Heechul —dijo Kook con burla—. Ahí te los dejo.

—¡Traidor! —se quejó el chino, y miró a Momo con miedo—. ¡Mi lindo melocotón japonés! ¿Ya te dije que estás más bonita que nunca?

Jungkook se alejó de ahí, riendo a carcajadas por ver a Momo tirar de la oreja a Jackson. Ese era su grupo de amigos; chicos algo extraños que se divertían con lo más mínimo.

El tiempo había pasado entre risas, bromas, juegos absurdos y relatos de sus vidas para ponerse al día. Cuando el reloj marcó las dos de la mañana, varios ya se encontraban adentro de la casa, ya sea durmiendo o viendo esa terrible película de miedo que habían escogido. Jungkook, por otro lado, en conjunto con otros de sus amigos, habían decidido quedarse en la terraza de la casa para seguir charlando.

Las dos botellas de vodka se habían acabado, y luego de ir a la tienda a comprar más alcohol se decidieron por tomar cerveza. El líquido etílico corría por sus venas, pero no llegaba a descontrolarlos. Se sentían alegres, pero no estaban ni cerca de estar ebrios.

—Miren lo que me encontré —dijo Jihyo mostrando el Jenga de Chaeyoung—. Juguemos con él.

Dejó el juego en el piso, y los demás se acercaron hasta formar un círculo alrededor de la caja. Jungkook, Jihyo, Bambam, Sana y Jackson eran los que se encontraban ahí, mirando espectantes el Jenga.

—"Beso de tres" —leyó Sana en una de las maderitas—. ¿Qué clase de retos son estos?

—Oh, eso era cuando éramos adolescentes hormonales —dijo Bambam—. Reforzando la amistad siempre.

—¿Vamos a cumplir esos retos? No quiero.

—Tranquilo, Kookie, le seguirás siendo fiel a Taehyung —habló Jackson y tomó otra de las piezas—. "Veinte shots", mierda, éramos unos salvajes.

—Lo peor es que sí nos lo tomábamos —rió Jihyo, terminando de armar la torre—. Bien, esos retos son muy extremos, así que el que derribe la torre debe responder a la pregunta que se le haga.

Todos asintieron de acuerdo, y comenzaron el juego, dejando como base una sola pieza y la torre tambaleante. Entre risas, bromas, y bebidas, la torre cayó a manos de Jihyo.

—¡Yo tengo una pregunta! —dijo Bambam—. ¿Alguna vez te has aprovechado de tu gran personalidad?

—Bambam sigue obsesionado con el pecho de Jihyo —dijo Jungkook y todos rieron.

—¡Es mentira! —se quejó el tailandés—. Ya superé mi crush con Jihyo.

—Aún me amas, Bambam, no lo niegues —Jihyo le guiñó un ojo al chico y rió—. Y obvio me he aprovechado de mi cuerpo. Los hombres son tan tontos que se dejan engañar con una cara bonita y un par de senos. Sería un desperdicio si no sacara provecho.

—Y es por eso que soy gay —terminó Jungkook, y dio un sorbo a su cerveza—. Las mujeres son muy astutas.

—¿Qué hablas? Tú eres gay porque te gusta comer pene, no porque las mujeres seamos más inteligentes que ustedes —dijo Sana—. Excusas tontas.

Jackson, Bambam y Jihyo comenzaron a reírse por lo dicho, mientras que Jungkook sarandeaba a Sana a modo de venganza.

Volvieron a armar la torre, y el juego dio inicio. Pieza tras pieza fue sacada, y en un mal movimiento la torre cayó luego de que Jackson sacara una de las tablitas.

—¿Dónde ha sido el lugar más loco en dónde lo has hecho? —preguntó Sana.

Jackson pensó un poco la respuesta, para luego chasquear los dedos. —En el baño de la casa de mis abuelos.

—¿En un baño? Te creía más arriesgado.

—Es que lo arriesgado no es el lugar, sino la situación —explicó el chico—. Llevé a mi novia de ese entonces a la casa de mis abuelos a modo de vacaciones, y mi mamá estaba al pendiente de nosotros para que no hiciéramos nada. Se los juro, a cada lugar que íbamos, mi mamá estaba ahí vigilando. Pero bueno, lo hicimos unas cinco veces en el baño y ella nunca se enteró —finalizó la historia, tomando de su cerveza con una sonrisa de autosuficiencia.

Jihyo negó decepcionada. —La señora Wang falló en su misión de evitar que su hijo hiciera las relaciones.

—¿Y qué novia fue esa? ¿Solar? —Jackson asintió—. Oh, y tu mamá encantada con ella. Siempre decía que era la mejor novia que habías tenido.

—Mi mamá le decía a todas mis novias lo mismo —sinceró el chino, ganándose las risas de los demás.

Nuevamente la torre fue armada, y esta vez quien la derrumbó fue Jungkook.

—A ver, mi querido Jeon —Bambam sobó sus manos y miró al chico con interés—. Taehyung y tú son la definición del amor verdadero. Todos los envidian y básicamente están a nada de casarse por lo perfectos que son.

—Me encantan —intervino Jihyo.

—Las fotos que postean en Instagram son muy lindas~ —le siguió Sana, chillando en conjunto con Jackson.

—Sí, sí, lo que digan. Todos queremos tener algo como ustedes, pero no todo es perfecto en esta vida, así que tengo la curiosidad de saber si han tenido alguna discusión tan grande en la que estuvieron a punto de terminar.

Jungkook sonrió de lado, y bebió lo que le quedaba de su cerveza, tomando otra en el proceso. —Sí hubo una vez en la que casi terminamos. Fue una discusión en la que ambos tuvimos la culpa; yo por no hablar, y él por dar las cosas por sentado.

—¿Dar las cosas por sentado? ¿A qué te refieres?

—Pensar que estoy bien solo por el hecho de no decir ni hacer nada, aún cuando es lógico que me molestaré.

—Yo opino que dejemos el juego a un lado, y que Jungkook nos cuente esa vez, porque en mi cabeza no cabe aún que mi pareja favorita también discute como las parejas comunes.

Los tres chicos asintieron a lo dicho por Sana, y miraron a Jungkook con interés.

—La historia es algo larga y-

—No importa —cortó Jackson—. Tú tómate tu tiempo para contarnos todo.

Jungkook se encongió de hombros. —Sí así quieren, entonces no tengo problema. Todo ocurrió hace un año atrás más o menos...

El autobús hizo su parada en el lugar correspondiente, y Jungkook bajó de este para encaminarse hasta el conjunto de lujosos departamentos en donde vivía su novio. Taehyung gozaba de un buen puesto en un reconocido buffet de abogados, así que se podía dar el lujo de vivir en un lugar como aquel.

El joven había conocido al que actualmente era su pareja en la universidad, en donde casualmente este había sido egresado. Taehyung había sido llamado para ser profesor suplente de una materia para los nuevos; «Introducción al derecho». Fue ahí donde tuvo su primer contacto con Jungkook, aquel chiquillo de apenas dieciocho años que mostraba verdadero amor e interés por la materia.

Taehyung sabía que a esa edad muchos no saben realmente a lo que quieren dedicarse, y estudian carreras exigidas por sus padres o que al final terminan abandonando, pero Jungkook sí parecía gustoso con esa profesión, y eso llamó la atención del, —en aquel entonces— recién graduado Taehyung de veintitrés años.

El interés fue mutuo, y la química que había en ambos los hizo quedarse hasta tarde en la biblioteca de la universidad en donde Jungkook escuchaba atento las lecciones, consejos y anécdotas que le decía Taehyung con respeto a su profesión como abogado. Luego de un par de meses saliendo y conociéndose, Taehyung le pidió a Jungkook que fuese su novio, quien aceptó encantado. Ya casi cumpliendo los dos años de relación, ambos se sienten aún en la etapa de Luna de Miel, siendo envidiados, —de manera sana— por muchos por lo bonita e ideal que eran.

Jeon Jungkook y Kim Taehyung; hasta sus nombres combinaban a la perfección.

Saludó al portero, quien ya sabía quién era y tenía registro de él, y tomó el ascensor hasta el piso siete en donde vivía Taehyung. Una vez llegó, introdujo la clave de la puerta y entró, descalzándose en el lugar correspondiente y adentrándose a la espaciosa sala, encontrándose con la sorpresa de ver a su novio riendo en compañía de una joven alta y de cuerpo fino, con cabellera castaña clara y con un rostro que deslumbraba belleza.

A pesar de sus inmaculadas facciones que la hacían parecer una chica de apenas dieciocho años, por su vestimenta semi formal podía asegurar de que era mayor que él.

—¡Oh, Jungkook! —exclamó Taehyung al verlo sacándolo de sus pensamientos, con su mirada iluminándose al mirar a su bonito novio. Se acercó hasta el menor para dejar un suave beso en su frente—. No sabía que vendrías hoy.

—Sí, mhm, tuve un poco de tiempo libre de mis clases y vine a visitarte, pero no sabía que ya tenías compañía —hizo una mueca con los labios—. Disculpa si fui imprudente.

Taehyung negó, sonriendo con adoración. —Tu visita siempre es agradable, y no me molesta tenerte aquí —un débil carraspeo se escuchó, y ambos se giraron a mirar a la chica que ahí se encontraba. Taehyung tomó a Jungkook por la cintura y lo acercó hasta ella—. Te presento a Chou Tzuyu, una amiga de años.

La recién nombrada extendió su mano hacia Jungkook, sonriendo. —Un gusto en conocerte...

—Jungkook —se apresuró en responder, tomando la mano extendida—. Jeon Jungkook.

—Jungkook es mi novio —aclaró Taehyung con orgullo, logrando que el más joven se sintiera importante.

Tzuyu abrió los ojos con sopresa por dicha información. —¿Novio?

—Sí, ¿Te presenta algún tipo de incomodidad?

—Oh, no, no —negó con efusividad—. Es solo que siempre te conocí "novias" y esto es algo... nuevo.

Jungkook mordió su labio. Si bien Tzuyu no parecía molesta, lo miraba detalladamente, logrando que se sintiera extraño. Se sentía estudiado, como si lo analizaran para ver si era bueno o no.

—Jungkook llamó mi atención desde el primer momento, así que no me compliqué tanto con ese tema de mis antiguas parejas —miró a Jungkook, y dejó un beso en su mejilla—. Y no me arrepiento de estar con él.

Tzuyu miró a Jungkook unos instantes antes de sonreír. —Mientras seas feliz, yo me sentiré satisfecha. Aunque no sabía que tenías pareja, así que no sé si él se sienta cómodo con la idea de quedarme aquí.

Este último detalle llamó la atención de Jungkook. ¿Quedarse? ¿Cómo que quedarse? Miró a Taehyung interrogante, queriendo que este respondiera sus incógnitas.

—Tzuyu acaba de llegar de Taiwán, y no tiene donde quedarse hasta conseguir un lugar para vivir, y me pidió quedarse aquí hasta entonces —explicó Taehyung, y se rascó la nuca avergonzado—. Le había dicho que sí, ya que conozco a Tzu desde hace años, y el departamento es lo suficientemente grande para ambos, pero si tú no estás de acuerdo lo aceptaremos.

Un remolino de pensamientos y sensaciones se asentaron en Jungkook, quien en ese momento no sabía qué responder. Por una parte, si decía que no, quedaría como un insensible y desconsiderado, además de un inmaduro. Si decía que sí, debía aguantar la situación de su novio, —quien tuvo novias toda su vida— viviendo en conjunto con una mujer sumamente bella que lo miraba como si evaluara todo de él.

Celoso, Jungkook se consideraba un celoso sin remedio, y no tenía problema con aceptarlo. Era un defecto que siempre había tenido y que, aunque había intentado no serlo, era imposible para él. Le gustaba adueñarse de las cosas y/o personas, siendo receloso con ellas. Sin embargo, con Taehyung en muy pocas ocasiones había sido así, y es que el mayor nunca le había dado motivos. Incluso ahora, no había motivos para sentirse celoso, porque desde que llegó, Taehyung le ha dado su atención por completo.

Pero había algo en aquella mujer que le causaba cierta incertidumbre y desconfianza.

Miró a Taehyung, sabiendo que su novio nunca lo defraudaría, y confiaba ciegamente en él. ¿Por qué no hacerlo ahora? Además, si su novio confiaba en Tzuyu, entonces él también podría hacerlo.

—No tengo problema, Tae —dijo finalmente.

Taehyung sonrió y miró a Tzuyu. —No hay problema entonces.

—Gracias, Jungkook —agradeció Tzuyu, haciendo una reverencia hacia el menor—. Te prometo que me iré lo más pronto de aquí y no seré una molestia para ambos.

—... en aquel momento se veía sincera, y aunque no me sentía cómodo a su lado le creí a sus palabras —hizo una pequeña pausa a su relato—. La llegada de Chou Tzuyu era una amenaza constante a nuestra relación, pero en aquel entonces no lo sabía. Mi yo de veinte años hubiese hablado a parte con Taehyung, pero mi yo de diecinueve tenía miedo de quedar como un inmaduro, así que no dijo lo que sentía y dejó que aquella mujer entrara en nuestras vidas.

—Taehyung es alguien admirable, imagino que luchas siempre con estar a su altura —dijo Jihyo.

Jungkook analizó sus palabras y negó. —No tanto con estar a su altura, es más bien con el hecho de ser lo que Taehyung necesita. Ahora no me sucede mucho esto, ya que Tae me deja vivir mi vida con respecto a mi edad. Es consciente de que soy menor y no quiere privarme nada, pero al principio de nuestra relación me sentía muy inseguro, y trataba en lo posible de no abrumarlo con mis cosas.

Respiró profundo. Ahora que recordaba esa situación le daba un poco de gracia, pero en ese entonces su relación peligró notoriamente. Chou Tzuyu, ese nombre le traía un mal sabor de boca.

—Supongo que su llegada no fue lo único.

—Supones bien, Jackson. La llegada de ella solo fue el inicio.

Sus amigos los miraron interesados, y así fue como decidieron que aquella noche entre amigos se dedicarían solamente a recordar la vez en que casi terminan Jungkook y Taehyung.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro