BlessTheFall - 40 days...

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Let's start at one and count the days
Let's hope to God that time flies like they say
'Cause this instance can't distance
My heart from yours tonight
But I'm lying awake now
And I'm holding your picture

Cuatro años después,

Seis meses después de que se fue Fernanda.

Michael estaba en su estudio, donde tenía su batería y una laptop, junto a varias torres de discos de sus gustos, al igual que un estante de libros y posters de artes marciales, cosas que siempre le han gustado.

De igual manera estaba un sillón con una gran pantalla, y en el estante de la pantalla, la foto de la que siempre será su mejor amiga, con aquella sonrisa y sus risueños ojos avellana que la caracterizaban.

Su corazón se encogía, le dolía el pecho por la ausencia de ella, y muy pocos entendían estos sentimientos, no eran románticos, no veía a Fernanda de otra forma más que lo que era, su mejor amiga y su hermana.

Era un vacío que el chico no podía comprender, le mataba la incertidumbre de saber si estaba bien, si se estaba alimentando bien, si se tomaba sus pastillas a tiempo o si se encontraba a salvo, todas esas incógnitas lo estaban matando y le apachurraban su pecho, se sentía inútil.

Escuchaba como tocaban la puerta de su estudio y suspiraba.

—Está abierto.

Entraba Amanda con un vestido de flores largo, con su toga de graduación en su mano y la de Michael, hoy iban a tener la ceremonia de graduación de las facultades de música, la de arquitectura y la de artes, todos estaban listos para ello.

Aún que faltaba Fernanda.

—¿Cómo te sientes cariño? —preguntaba Amanda acercándose a él.

—Pues, he estado mejor, para que te miento —le intentaba sonreír el chico.

—Lo sé Michael, yo también me siento...mal —decía la capitana.

La chica tomaba el rostro de su novio, lo veía a esos ojos azules de electricidad, su cabello largo y su barba bien arreglada le fascinaba a Amanda, a menudo se preguntaba cómo era tan suertuda de haber captado la atención de Michael, e incluso más de que él estuviera tan enamorado de ella.

Ya tenían tres años de ser pareja y estaban felices el uno con el otro.

—¿Sabes que ella está bien verdad? —volteaba de reojo a la foto de Fernanda.

—Espero que sí, creo que me duele que todos nos graduaremos hoy, pero ella no —susurraba el rubio.

—Ella podrá hacerlo, sabes que Fer es una chica muy capaz, puede que donde fuera le validaran materias y sólo tenga que pasar un año más —señalaba Amanda con una sonrisa. —Aparte ella es inteligente, por algo estaba en Kínder a los tres años ¿no?

Esto hacía sonreír al joven, si algo sabían en el grupo es que Fernanda a pesar de sus problemas con la esquizofrenia y enfermedades, era una chica brillante, de hecho, se acordaba de cuando hicieron las pruebas de IQ en la secundaria, los chicos y el estaban entre los cien y ciento nueve, sólo el estando en ciento doce, pero a Fernanda se las hicieron dos veces por que pensaron que la primera había salido mal, con un IQ de ciento y treinta y nueve, en ambas saco esa calificación.

Fernanda se catalogó como niña genio, y era cierto, a los doce años ella tocaba ya tres el bajo, la guitarra y el piano, y resolvía problemas matemáticos de preparatoria.

—Espero que algún día nos perdone...

—Ella lo hará corazón, lo sabes, sólo necesita su tiempo —acariciaba su mejilla Amanda.

Con ello los chicos salían del estudio de Michael y este se iba a cambiar a su traje para la graduación, sus papás iban a estar ahí sólo un rato porque tenían que salir de viaje, los dos eran investigadores muy reconocidos en el campo de la física y astro física.

Al bajar su hermana ya los estaba esperando en la sala, estaba cambiada en un vestido igual, iría con ellos y verían a sus padres allá.

—¿Ya estas lista Lily? —preguntaba Michael con una sonrisa.

—Si gigantón —le respondía con el apodo que le había dado desde hace ya más de doce años.

Amanda amaba cómo se llevaban su cuñada y su novio, eran muy unidos y eso hablaba muy bien de ambos, sobre todo la confianza que se tenían entre ellos.

Salían de la casa y este Michael le abría la puerta primero a su hermana y después a Amanda, para posteriormente entrar a la del piloto.

En el camino iban platicando que estaban felices de acabar ya la universidad y de hecho él y Amanda se planeaban ir a vivir juntos en unos meses, y que por fortuna tanto ella, cómo el ya tenían un trabajo asegurado.

Amanda seguiría en la misma empresa de arquitectura donde hizo sus pasantías, entraría ya cómo una secretaria, de algo se iniciaba y eso le gustaba a ella.

Michael por su lado había sido contratado para el próximo ciclo escolar como profesor de música en una escuela de paga en de la ciudad, y todo por sus excelentes notas y recomendaciones de dos de sus maestros.

Al llegar al campus veían que estaba muy lleno y apenas y encontraban lugar para estacionarse, por suerte.

Caminaban hacia el teatro de la escuela donde se llevaría todo acabo encontrándose en el camino con los demás.

—¡Hola, chicos! —decía Erick al verlos.

Amanda abrazaba de manera fraternal a su mejor amigo mientras que Michael saludaba a Robert y después a Emily, después pasándose a darle un abrazo a Isthar quien los venía a apoyar junto con Kiba y posteriormente Erick que era acompañado por Jenny, ella no era de esa escuela, la cosplayer estudiaba en Harvard.

Dejando al último aquella gótica de pelo azul.

Se veían y se sonreían, mientras que el chico se acercaba y se ponía de cuclillas, acariciando su vientre de ya seis meses.

—¿Cómo estan? —preguntaba el rubio.

—Estamos bien Michael, un poco cansadas, pero bien —sonreía Astrid.

Hace unas semanas ya le habían dicho a los chicos que sería el retoño que traía en su vientre la gótica.

Una niña.

—¿Te has tomado el ácido fólico? ¿Aún tienen? ¿Cuándo es la siguiente cita con el doctor?

Astrid se reía, los chicos la estaban cuidando mucho, querían que la niña naciera bien y se desvivían para ayudarla, más aparte del apoyo de los papás de Emily que jamás la dejaron de apoyar y menos cuando sus padres le dieron la espalda.

—Todo está bien amigo, las dos estamos en perfectas condiciones y la cita es en dos semanas, cuando cumpla los siete meses —sonreía la ojigris.

—Me avisas para llevarte, ¿Entendido? —la veía Michael.

Ella asentía con una sonrisa en sus labios.

A pesar de todo lo que había pasado y del odio que le tuvo al principio Michael a Astrid por lo de Fer, él pudo perdonarla y entendía por lo que pasaba la chica, sabía que eventualmente ella y su mejor amiga estarían juntas de nuevo.

—¿Tú has comido bien? —preguntaba el chico, —me comento Emily que habías tenido problemas para dormir.

—Todo bien, sólo las pesadillas, ya sabes —su voz era muy triste.

—Te entiendo, las sigo teniendo yo igual, pero debemos ser fuertes, sabes que ella regresará —sonreía el baterista.

La gótica asentía sonriendo.

Con ello los chicos se trasladaban a donde iban a ser las graduaciones, habían hecho este evento entre las tres facultades, siendo la de arte e ingeniería musical de las que menos estudiantes tenían, ya que de la primera sólo se graduarían ese semestre cinco personas, mientras que, del segundo alrededor de veinte, de arquitectura eran otros cincuenta.

Era una manera de ahorrar tiempo y recursos y nadie se oponía a eso.

Ya todo estaba arreglado, las familias sentadas en el auditorio, a la expectativa de todo, la familia de Michael estaba junto a la de Amanda, pero algo que notaba era que el señor Lancaster estaba ahí, se notaba cansado, pero con una amplia sonrisa en su rostro.

La ceremonia iniciaba, cada uno ya tenía su toga puesta y sus amigos y seres queridos estaban emocionados.

El director nombraba a cada alumno hasta que llegaban en arquitectura a nombre de Amanda.

—Amanda Stuart —decía el superior.

Con una gran sonrisa en sus labios caminaba al podio y era aplaudida sobre todo por la familia de Michael y la suya.

El director la felicitaba y pasaba a su lugar con los demás graduados.

Después de un rato continuaban con los de Arte que fue rápido, pasando en primer lugar Emily donde estaban aplaudiendo sus padres y los de Robert.

Posteriormente Astrid donde los padres de Emily aplaudían y alguien que no esperaba lo hacía también, el señor Lancaster.

Esto la confundía, pero alcanzaba a ver una sonrisa en sus labios, cómo si la felicitara.

Ella sentía mucha nostalgia y de cierta manera se sentía realizada era algo raro, le sonreía a su exsuegro.

Él le regresaba el gesto.

Llegaban al de Ingeniería musical.

Cada chico pasaba, primero Erick, donde todas las familias aplaudían y, sobre todo, Jenny, seguido por Michael y al final Robert.

Lo habían logrado por fin, al ser el último el guitarrista, o al menos eso pensaban.

Él director se limpiaba la garganta.

—En esta escuela siempre amaremos a cada uno de nuestros alumnos a pesar de no estar físicamente con nosotros —decía el señor.

Esto captaba la atención de todos los chicos.

—En esta escuela estuvo estudiando siete semestre y medio a la que podemos considerar la estudiante más brillante de la última década, una músico excelente, una gran matemática, en pocas palabras una chica genio, —sonreía mientras daba click en un botón y salía una foto de Fernanda robándole el aliento a todos sus amigos, —Fernanda Lancaster se gradúa hoy con ustedes habiéndose graduado con honores al tener el promedio más alto de la generación, con un promedio perfecto de "A+" en cada una de sus materias.

Mucha gente aplaudía al escuchar todo eso.

Con ello el señor Lancaster se había levantado y pasaba por el diploma y título de su hija, dejando a todos confundidos, pero a la vez felices al saber que se había graduado.

Pasaba todo rápido y estaban afuera ya listos para irse todos juntos, irían a la guarida a celebrar, pero el padre de Fer se acercaba a ellos.

—Está orgullosa de todos ustedes, felicidades chicos y Astrid discúlpala.

Si darles tiempo a reaccionar.

Sin embargo, las sonrisas se dibujaban en sus rostros.

—Fersita lo logro —decía Michael.

—Ella siempre lo hará, es la mejor —sonreía Astrid.

Estaban felices. 

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