Sleeping with Sirens - IF I'm James Dean, You're Audrey Hepburn

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They say that love is forever
Your forever is all that I need (it's all that I need)
Please stay as long as you need
Can't promise that things won't be broken
But I swear that I will never leave (I will never leave)
Please stay forever with me 

—Cálmate Michael está desarreglando tú corbata —decía Fernanda.

Estaban en la casa de las Lancaster preparándose para la ceremonia de la boda del baterista de Beyond the Light, ya que Amanda había dicho que, si a su proposición de matrimonio y por obviedad Michael estaba en las nubes, muy feliz de que ella haya aceptado.

—Lo intento amigos, pero estoy muy nervioso —se tronaba los dedos.

Esto les causaba cierta risa a ellos, ya que él siempre ha sido un chico muy seguro de sí mismo en todo aspecto, sin embargo, en al pedirle que se casaran, había estado muy nervioso y Fer le había señalado que no tenía nada que temer, y dicho y hecho Amanda no había dudo en darle el si.

Ahora su nerviosismo era por la boda, quería que todo fuera perfecto para él y su futura esposa y por supuesto sus dos hermosos hijos, quienes estaban en ese momento con Danna y Mandy, quienes junto con su banda se iban hacer cargo ese día de los niños mientras los demás se arreglaban y por obviedad con ayuda de la ama de llaves de las Lancaster, Miriam, para que también tuvieran oportunidad de arreglarse.

—¿Ahora que te pasa? —preguntaba Robert.

—Es que, y si nos va mal ya estando casados, estuve leyendo que muchas relaciones se van al carajo cuando después de tantos años de novios se casan y no quiero que pase eso —en su rostro se notaba la angustia.

—¿De dónde sacas eso? —lo veía con la ceja alzada esta Isthar.

—Pues lo vi en internet —señalaba.

Todos rodaban los ojos y se reían.

—Amigo, ya te pareces a los Boomers, que cualquier cosa que ven en la web piensan que es ley —señalaba Erick.

—Michael, tu y Amanda estan destinado a estar juntos, eso lo sabes mejor que nadie, llevan casi trece años juntos y tienen dos hijos, ha estado en las buenas y en las malas el uno por el otro y ¿de verdad crees qué un artículo de internet es una ley de la vida? ¡No seas ridículo! —exclamaba Fernanda rodando los ojos.

—Si amigo, Amanda está muy enamorada de ti, es feliz con su familia, ella jamás te dejará y lo sabes mejor que nadie —señalaba Robert poniendo su mano en el hombro de su amigo.

El rubio dejaba salir un suspiro, él sabía que sus miedos eran tontos y que nadie en este mundo lo separaría de su amada, como bien había dicho su mejor amiga, Fernanda, los dos estaban destinado a estar juntos por el resto de sus vidas, y era algo que él no pensaba cambiar por nada en el mundo.

—¡Tienen razón!, Amanda y yo siempre estaremos juntos.

Todos al escuchar la seguridad de nuevo en su voz, se sentían tranquilos, sabían que él sólo tenía un poco de nervios y era normal, cualquiera que se casa iba a tenerlos, una conducta humana común en la vida.

En ese momento iban entrando los chicos Sk8, habían ido a checar que lo del salón ya estuviera puesto y en orden para el festejo que tendrían después de la ceremonia.

—Todo está en orden hermano —decía Cris con una sonrisa para Michael.

—Si, los adornos, los chefs ya estaban haciendo la comida y el equipo de meseros iba llegando —señalaba Fabian.

—¡Perfecto!

—El área para los niños también ya estaba lista —puntualizaba Ashton mientras le daba un beso en sus labios a su amada esposa, Sayumi.

—De hecho, me dio envidia que yo podré estar en ella, ¡se veía genial! —decía Alexander con una autentica cara de decepción.

Esto ocasionaba que todos los presentes soltaran una gran carcajada.

El traje de Michael era simple, color negro con corbata roja y camisa blanca, con zapatos, y todos los presentes iban así a excepción de Sayumi, quien traía un vestido de noche negro strapless.

Fernanda checaba la hora y veía que ya faltaba una hora para ceremonia.

—Si ya todos estamos listos vámonos, si llegan tarde el novio y la madrina no quiero decirles cómo nos mataría Amanda —reía nerviosa Fernanda.

Daban las siete y media de la noche, que era la hora en que tenían la cita en el registro civil, y gracias a unos contactos de Jenny habían podido tener un juez disponible para ello.

Michael estaba esperando a Amanda en la entrada del lugar, a lado de ella estaba Fernanda Erick y Robert que serían sus testigos.

En ese momento veían llegando una limosina, la habían rentado ellos para que pudiera llegar Amanda en ella, era algo que siempre quiso hacer la chica si se casaba y por obviedad Michael se lo había cumplido, cómo cualquier cosa que siempre le pidiera.

Primero bajaban las chicas, siendo lidereadas por Astrid saliendo primero, seguida por Emily, Jenny, Anna, y Maila, todas de vestidos azules, los había elegido de ese color esta Amanda por los ojos de su amado.

Al final estaba ella, con un vestido abajo de la rodilla de color blanco, y unos tacones abiertos del mismo color, su cabello arreglado en un acola de caballo con arreglos de estrellas brillando en ella, mientras que su maquillaje era de sombra azul y negro.

Al verla Michael se le escapaba el aire de los pulmones, para él siempre ha sido hermosa Amanda, pero verla caminar hacia él, en ese atuendo se veía como si miles de lunas se hubieran posado en su cielo, todo estaba iluminado, ella era la luz más hermosa de su vida juntos a sus hijos.

Las chicas caminaban hacia donde estaban los chicos esperándolas, todos con una sonrisa en sus visajes.

Cuando Amanda estaba frente a Michael, él sonreía.

—¡Hola bravucón! —se hundía en su cálida mirada azul.

—Hola reina, te extrañe.

Todos los veían, observaban cómo a pesar de Amanda ser alta, un poco más chaparra que Fer, Michael, le sacaba mínimo dos cabezas, pero la sincronía entre ambos era perfecta.

Tomados de la mano se dirigían adentro del registro civil seguidos por sus amigos, quienes amaban ver cómo estaban tan extasiados y felices, mientras que los niños estaban siendo cuidados por las chicas SkullCats ahora ya ayudadas por los chicos de Sk8.

Estaban enfrente del juez quien empezaba a hablar explicándoles todo lo que conllevaba casarse y cómo sería, lo hacían por vienes mancomunados ya que los dos confiaban ciegamente el uno en el otro.

Llegaba el momento para firmar y lo hacían para ser declarados marido y mujer.

Michael tomaba el rostro de su amada y la besaba de manera tierna, sintiendo gran éxtasis como la primera vez que lo hizo, ella era todo lo que amaba en este mundo.

Saliendo del sitio ellos se iban en la limosina hacia el salón de fiesta junto con sus hijos.

—Ahora eres Amanda Ross —sonreía Michael.

—El sueño que siempre tuve —besaba su mejilla su ahora esposa.

—Y tú siempre serás el amor de mi vida.

Al llegar al salón de fiestas ya los estaban esperando sus amigos, todos aguardando para poder entrar junto con ellos, y mientras intentaban bajar, Erick y Ashton ayudaban con los niños para que después entraran al sitio.

En la mesa principal estaban las tres bandas mientras que en las demás los invitados, chicos de los trabajos, personas de la disquera y alguna que otra banda amiga de Beyond the Light.

El salón, estaba adornado de azul y blanco, los colores favoritos de Amanda, con flores y adornos de dichos colores.

Todos tomaban su lugar e interactuaban entre ellos, los niños estaban muy divertidos.

La hermana de Michael se había acercado a ellos, ya con su pequeño, Larry, de la misma edad que Ronnie, sólo separados por uno o dos meses.

En ese momento se levantaba Fernanda y con su bastón caminaba hacia la pantalla donde tenían ella y Jenny algo preparado para sus mejores amigos.

Tomando el micrófono se limpiaba la garganta primero Jenny.

—Bueno, primero que nada, muchas gracias por acompañar a Amanda y a Michael en este día tan especial, no sólo para ellos sino para todos nosotros, por fin uniéndose en matrimonio.

Todos aplaudían mientras que se iniciaban mostrando fotos de Amanda desde bebé, siendo una niña, y pasando adolescencia y demás.

—Amanda y yo siempre nos hemos considerado hermanas, a pesar de que un tiempo estuvimos separadas por diferentes cosas, sin embargo, pudimos encontrarnos de nuevo y siento que nuestra amistad es más sólida que nunca, pudiendo decir que puedo confiar en ella ciegamente.

Amanda escuchaba a su amiga y se sentía muy feliz por sus palabras, ellas siempre fueron muy unidas a pesar de todo y sabía que el mismo sentimiento que tenía Jenny hacia su amistad y era lo mismo que ella pensaba.

—Hoy la veo junto a uno de los hombres que más admiro en toda mi vida, y sé que ella y sus pequeños siempre estarán protegidos por esa gran persona llamada Michael, aquel gran amigo de todos nosotros, gracias por estar en nuestras vidas.

Todos sonreían mientras seguían viendo la presentación de las fotos de Amanda y algunas con Michael.

Era cuando la emperatriz tomaba el micrófono.

—Michael, es mi mejor amigo, lo saben todo mundo, nos conocemos hace ya treinta y dos años, y seguimos siendo muy unidos, y sé que confió ciegamente en el en todo aspecto, siempre ha sido esa persona que me mantuvo cuerda y fue mi cimiento a lo largo de mi vida, sin esperar nada a cambio.

Todo mundo escuchaba las palabras de Fernanda, sabían que en el mundo no había una amistad más pura que la de ellos dos.

—Hemos pasado tantas cosas juntos, tantos momentos hermosos, pero también difíciles y tristes, él ha visto mis mejores momentos y mis peores, el entiende muchas cosas que otras personas no, y sé que, si algún día llego a faltar en este mundo, el cuidará de mi hermosa familia, porque el es el hombre más perfecto de todo el universo, es aquel ser que pone a todos antes que él y que jamás te deja caer, que jamás suelta tu mano por más pantanoso que se el terreno, es ese rayo de luz en la oscuridad, y doy gracias que puedo llamarlo mi mejor amigo, y también a Amanda, por cuidar de él tan bien, porque tiene oro puro a su lado.

Alzaba su copa con jugo de naranja con una sonrisa.

—Por Michael y Amanda.

Todos acompañaba el brindis de la emperatriz, por sus mejores amigos. 

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