POV. Alec.

- Anna! Con un carajo por favor responde el teléfono.— dije, fastidiado casi arrojando el teléfono.

Había sido tan estúpido hacer eso, dejar la carta en mis pantalones. Debí de haberme desecho de eso.

Que estúpido había sido realmente, había embarazado a esa Stripper y ni si quiera recordaba su rostro.

Pero yo amaba Magnus, sobre todas las cosas.

Había estado durmiendo en el departamento de soltera de Anna, era un lugar muy elegante pero era muy frío y solitario, tan triste. Traía viejos recuerdos.

Ya llevaba una semana que no volvía a casa, ni siquiera me había molestado en hablarle a Máx y mi niña pequeña Lana. Quería hablar con ellos, decirles que no se preocuparan, pero Magnus contestaría y no quería que me hablará horrendo, escucharía a mi corazón partirse en pedazos. Dentro de nueve años nunca habíamos discutido y ahora todo estaba hecho cenizas.

Pero necesitaba a Anna, ella sabría que hacer. Pero no estaba. Tenía que arreglar mi matrimonio. Comencé por el principio. Fuí a ver a Serena.

Vivía en una casa pequeña cerca del bosque. Toque el timbre un poco nervioso. Apareció una mujer mucho más joven que el, estaba tan palida y sus ojos parecían estar hundidos, llevaba un pañuelo en la cabeza. Me sentí tan mal.

— Alexander Lightwood!— me abrazo como si nos conociéramos.

Me invitó a pasar. Había fotos de un niño pegada en las paredes. Parecía tan idéntico a mi cuando era niño.

— Recibí tu carta, vine a conocer a Raphael!— dije.

— El ahora está en la escuela, Pero en una hora ya estará aquí.—

— Lamento que todo esto sea tan repentino. Es solo que tengo cáncer de mama, estoy en la fase terminal y el doctor dijo que sólo me quedaba un mes.— las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Me sentí  tan mal. — Creí que lo superaría. Que me curaria y sólo estoy a unos cuantos días de morir, es por eso que te ruego que cuídes a Rafa! El es un niño grandioso.— La puerta se abrió.

— Ya llegue Mamá!— Se escucho la voz de un niño.

Comencé a ponerme nervioso, esto era un mala idea.

Por el umbral aparición un niño un poco más grande que Máx. Tenía el cabello de un Café oscuro y sus ojos eran azules como zafiros. Se parecía tanto a mi.

— Rafa! El es Alexander Lightwood! Ya te había contado sobre el– dijo con dificultad la chica.

— El abandona niños!— dijo Raphael de una manera tan seca que me hizo sentir mal.

— Yo pensé que tal vez podríamos ir a comer un helado o ir a cualquier otro lado!— dije nervioso.

— Me abandonadas en la Heladeria?— dijo sarcástico. Y se fue. Serena fue tras el.

—Por favor, haslo por mi Rafa!— pidió Serena. Rafa espetó y salió. — Traelo en dos horas!— dijo y se perdió en la cocina.

Salí detrás de Raphael.

— Que te parece hacer algo como padre e hijo.— sugerí aunque sonó extraño.

— No eres mi padre y no soy tu hijo, solo por que tengo tu ADN de mierda no significa que me agradas o que puedas formar parte de mi vida.— vaya que era muy rudo y sería difícil.