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Haerin le tenía mucho miedo a las tijeras, y a cualquier objeto puntiagudo capaz de cortar o herir.

Y eso era con lo que un idiota la estaba molestando una ocasión en la que la perdí de vista porque iría al baño, amenazándola con que cortaría su cabello y su ropa.

Le hablaba acerca de las cosas que habían leído en su cuaderno, el que le habían arrebatado y no le habían regresado.

"¿De quién dices que son los ojos bonitos, eh? ¿A quién dices amar tanto, rara de mierda? Además de inadaptada social resultaste ser lesbiana, que vergüenza..."

La gente era tan cruel con ella, no entendía el porqué, no podía hacerlo.

Odié ese momento. Lo odié tanto porque me hizo sentir como si todo lo bueno que era se hubiese muerto para crear a alguien nuevo y malo. Lo odié hasta el punto de golpear con todas mis fuerzas al sujeto que amenazaba a Haerin, lo iba a odiar hasta el punto de encajarle las malditas tijeras entre los ojos de no ser por el llanto de Haerin, asustada.

Obligué al sujeto a irse, abandonando el baño mixto con rapidez, como el cobarde que era. Estaba demasiado molesta. Quería ir por él, y por todos los que alguna vez se atrevieron a insultar o lastimar a Haerin para golpearlos y hacerlos pagar por su ignorancia.

Busqué a Haerin, pero no la encontré, podía escucharla, pero no podía verla. La busqué hasta encontrarla encerrada en el mismo cubículo en el que nos conocimos.

"No me gusta..." repetía entre lágrimas largas. Verla así era algo que podía partir mi corazón. Porque ella menos que nadie más en el mundo merecía estar triste, porque joder, ella no era culpable de la miserable clase de mierda que podía llegar a alojarse en el mundo, capaz de lastimarla "No me gustan los golpes, Danielle..."

Me senté frente a ella en el suelo, y a penas lo hice, buscó mi mano, murmuró mi nombre entre sollozos, apretó mis dedos con los suyos en su pecho.

"Lo siento. No pude evitarlo, no podía dejar que siguiera molestándote... No es justo" Haerin limpió sus lágrimas con su brazo.

"Casa..." habló. "Quiero ir a casa".

Yo no entendía porqué la molestaban, pero no era necesario que lo entendiera si la protegía.

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