Capítulo 1

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—¡No, no, no! ¿¡Qué parte de que eso va a la izquierda no me entendiste!? ¡Eres una buena para nada!— El grito era uno claro de furia. Sus ojos negros irradiaban irritación e impaciencia.  

Sasuke se encontraba en una sala sentado mientras observaba a la chica de cabellos castaños. La chica estaba en frente de una repisa con un jarrón en sus manos.

—¡¡P-Perdóneme por favor, Sasuke-sama!!— Exclamó la joven de no más de 20 años. Se inclinó levemente como forma de disculpa, y luego colocó el jarrón que traía en sus manos a donde pertenecía; en la parte izquierda de una repisa.

—Hmp, mujer incompetente.— Murmuró con enojo. 

La joven solo bajó su mirada con tristeza. Apretó sus ojos con fuerza y luego lo volteó a ver con el ceño fruncido.

—¡¡Es todo!! ¡No te soporto más! ¡Renuncio!— La chica tiró el jarrón al suelo, y seguidamente salió de la mansión Uchiha con paso apresurado. Sasuke se enojó mucho, se levantó de golpe de su asiento y le gritó.

—¡¡Hey, vuelve aquí!! ¿¡Cómo te atreves a romper mi maldito jarrón!? ¡¡Vuelve y arréglalo o juro que-... !!

—Ya se fue, Sasuke. Deja de gritar, vas a despertar al abuelo Madara, y no creo que lo quieras ver de malas.

—Hmp, cállate, Itachi.— Desvió su mirada con molestia mientras sacaba su celular. Marcó un par de números, pero no llegó a pulsar el botón de llamar.

—Sasuke, no vamos a demandar a esa pobre chica.— Dijo Itachi mientras sostenía la muñeca de su hermano menor; impidiendo que llamara.

—¡Pero rompió algo que es mío y me grito!

—Sasuke, fue solo un mísero jarrón, vas a encontrar 30 iguales en cada maldita tienda de cada maldito país. No seas exagerado.

—Tsk.— Soltó con molestia, posteriormente, se sentó en uno de los suaves y cómodos sofás de su casa. Itachi soltó un suspiro y se sentó en otro sillón que estaba en frente de él.

—Sasuke, no puedes seguir así. Es la decima chica que renuncia. Honestamente pensé que duraría, pues su mirada era muy decidida, pero tu maldita conducta es tan pésima que puedes hasta quebrantar algo así. Felicidades, Sasuke.— Su tono de voz estaba lleno de sarcasmo y enojo. Se cruzó de brazos y piernas. No solo Itachi, toda la familia Uchiha estaba harta de la actitud de Sasuke.

—Hmp. Si tanto les molesto échenme a la calle. ¡Ah, espera! No pueden ya que soy alguien importante en esta familia.— Sonrió con arrogancia. Amaba presumir su supuesta importancia ante todos.

Itachi solo contuvo sus ganas de golpearlo. Tomó un poco de aire, y luego lo expulso; relajándose para así poder hablar con su hermano.— Escucha, Sasuke, si sigues así no podrás heredar toda la fortuna familiar, ni las empresa, ni los hoteles, nada. ¿Entiendes eso, tonto hermano menor? Los Uchihas no queremos que alguien así se haga cargo de todo lo que nuestra familia ha logrado con tanto esfuerzo. Y tú eres el heredero solo, SOLO, porque yo no quiero hacerme cargo de todo. Pero a este paso tendré que sacrificarme y tomar las riendas de la empresa, los hoteles y el dinero sería mío. Además de que nunca podrás conseguir novia ni proporcionar herederos.

—Hmp, no necesito una novia. Estoy bien así. Todas hace fila para estar conmigo, si le tengo que dejar herederos solo elegiré a cualquier chica que se me cruce. O adopto a algún mocoso, como lo hizo el tío Obito.— Sasuke había ignorado por completo todo lo relacionado a su conducta. A su parecer, solo era otro sermón de su hermano. Lo que si lo molestó fue el que le dijera que podía quitarle la fortuna. Que se atreva, si es que puede.

—Sasuke, ¿si escuchaste todo lo que dije? Tu actitud no-...

—Sí, sí, sí. Mi actitud bla bla bla la empresa bla bla bla heredar. Tienes mucha palabrería inútil en tu boca, Itachi.— El azabache menor estaba haciendo unas ceñas con sus manos; claramente en forma de burlarse del mayor.

A Itachi le salió una vena en su frente. Sí, Itachi apreciaba a su hermanito, pero su boca era tan filosa y su actitud tan asquerosa, que a veces todo ese amor se iba a la basura y le daban ganas de matarlo. Y esta vez, era uno de esos momentos. Itachi se levantó de golpe de su asiento; listo para darle una lección o dos a su hermano. Sasuke, al ver que su hermano iba a atacarlo, se levantó también; listo para defenderse y atacar.

—¡Alto ahí! ¿¡Qué les he dicho sobre pelearse, Itachi, Sasuke!?

Ambos voltearon a ver a la entrada de la sala, y ahí lograron divisar a una hermosa mujer de piel blanca, cabello negro y ojos del mismo color. La mujer se acercó con el ceño ligeramente fruncido a los dos varones, y luego los tomó de sus orejas.

—¡Mamá, eso duele!— Se quejó Sasuke ante tal agarre.

—Les he dicho que no deben pelearse. Son hermanos por el amor a Dios, quiéranse como tal.

—¡Pero mamá! Sasuke es tan... Sasuke. Cualquiera querría golpearlo por lo menos una vez en la cara.— Dijo Itachi mientras cerraba un ojo por el dolor.

—¡Oye!

—¡Ya estuvo bueno! Itachi, tu ve a tu habitación, y tú, Sasuke, ve a comprar algo para el almuerzo e iras a pie, nada de autos ni limusinas.— Les ordenó Mikoto con un tono autoritario. Pareciera ser que estaba regañando a un par de niños pequeños.

—¡Mamá, ya tengo 17! / No nos trates como a unos niños.— Dijeron Sasuke e Itachi.

—Pues con su actitud tan inmadura es normal que los confunda con niños. Y me importa muy poco que ya tengan 17, 23 o hasta 40 años, siempre serán mis hijos. Ahora háganme caso o me veré en la obligación de castigarlos. 

Ninguno de los hermanos dijo algo. Mikoto soltó sus, actualmente, rojas orejas y se dio media vuelta. Luego de que se fuera, Itachi imitó a su madre y comenzó a caminar hacía su cuarto. Tenía que cumplir con varias responsabilidades. Puede que él no fuera el líder de la empresa ni fuera a heredar toda la fortuna Uchiha, pero era parte clave en los negocios de la empresa, en la administración y en el manejamiento de los hoteles.

—Sasuke, será mejor que le hagas caso a mamá. La última vez que la desobedeciste casi te arranca la oreja. Y aunque no lo creas, si te aprecio como hermano y no quiero ver de nuevo sangre saliendo de tu oído, gracias.— Le aconsejó el de ojeras, para posteriormente irse del lugar.

Sasuke desvió su mirada y se cruzó de brazos. Seguidamente se fue del lugar a regañadientes. Estaba a punto de ir al garaje por su auto, pero luego recordó lo que su madre le dijo. Gruñó con enojo y se dirigió a la salida de la gran mansión. La estructura estaba un poco alejada de la ciudad, por lo que caminaría un poco, pero no mucho; llegó en 10 minutos.

La ciudad estaba muy ajetreada. Varias personas iban de un lado a otro, los automóviles pitaban en el trafico, y en los puestos de ropa o artículos variados había demasiadas personas. A pesar de ser lunes, todo era un gran relajo. Sasuke le agradecía a su madre de haberle prohibido venir con su auto; se hubiera quedado atascado en el trafico y eso lo hubiera desesperado aun más. 

Comenzó a caminar con tranquilidad. Antes de ir a comprar algo para el almuerzo, tenía planeado ir al parque. Su enojo se disipaba cada que iba y se sentaba en su banca especial; una banca blanca situada debajo de un árbol de cerezos. Cerró sus ojos con algo de cansancio. Debido a eso, no se dio cuenta que alguien venía adelante de él; terminando inevitablemente en un choque entre ambos.

El azabache logró mantenerse en pie, teniendo solo un leve dolor en el área de su pecho; que es el lugar en el cual la otra persona chocó. En cambio, la joven que se chocó con el Uchiha se había caído al suelo. El bastón blanco que traía había rodado hasta los pies del Uchiha.

—¡M-Mi bastón!— Exclamó la chica mientras comenzaba a buscar con desesperación su bastón.

Sasuke no dijo ni hizo nada, solo se quedó observando a la chica pelirrosa que buscaba con desesperación su bastón. Se cruzó de brazos; esperando que la chica notara su presencia y se dignara en disculparse, pero nada. La joven seguía buscando con desespero su bastón, lo buscaba muy lejos de donde estaba el Uchiha.

A Sasuke le salió una vena en su frente. ¿Qué acaso no puede ver que el maldito bastón está justo en frente de ella? Apretó sus puños con claro enojo, y entonces pateó el bastón hacía ella. El objeto golpeó el brazo de la muchacha, quien soltó un ligero "auch" al sentir el golpe. 

—¡Ah, mi bastón!— Soltó con una bella sonrisa y gran felicidad.

Se levantó del suelo con ayuda de su bastón, y se limpió parte de su vestido. Seguidamente se fue del lugar. Sasuke se enojó mucho. ¿Se iría así sin más? ¿Quién demonios se creía que era esa chica? ¿Si sabía quien era él? Estaba por seguirla y reclamarle, pero su teléfono vibró. Era un mensaje de Itachi.

El imbécil de mi hermano (Itachi)

-Oye Sasuke, apresúrate con la comida. El abuelo Madara acaba de despertar con hambre y tiene un humor de perros.

Hmp, ya voy para allá. No mueras.-

-Lo intentaré.

Sasuke guardó su celular, y solo volteó a ver a aquella chica. Su largo cabello rosado era lo único que se veía. Eso junto con un gran sombrero de playa crema; algo que le pareció extraño ya que también llevaba lentes oscuros.

—Hmp, tal vez va a la playa.— Fue lo que pensó, para luego irse del lugar. Todavía se sentía muy enojado con esa chica, pero calmar el hambre de su abuelo era la prioridad en esos momentos. Pero juraba que la haría pagar.

Continuará...

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