Dudas

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Los días que siguieron fueron mucho mejores. Gracias a Blaise y Hermione olvidé todos mis problemas y pude centrarme más en las clases. Marzo se iba acercando, los días eran un poco más largos y el ambiente en el colegio era mucho más dulce y revolucionado. Tras las vacaciones de primavera se celebraría el Torneo de la Concordia (no estaba muy de acuerdo con el nombre, pero Herms no dio su brazo a torcer con ese tema) y a pesar de que queríamos mantenerlo en privado, el rumor se había extendido. Todos pensaban que iba a ser súper emocionante e incluso algunos padres contactaron asustados con el colegio. Pero nada más lejos de la verdad. Las pruebas serían muy tranquilas, lo más emocionante sería el torneo de Quidditch. Aún así, seguro que todo el mundo lo pasaría en grande.

Herms estaba nerviosa porque Viktor vendría. No lo había visto desde hacía años y, como subdirectora, tendría que tratar mucho con él. Decía que era porque no quería lidiar con todo el jaleo y con Ron enfadado en cada esquina, mirando a Krum con cara de odio. Pero se que en el fondo también sentía ese cosquilleo de ver a una persona por la que alguna vez sentiste algo después de mucho tiempo. Aunque es demasiado orgullosa para decirlo, siempre que se lo insinuaba decía "Marta, bastante tengo con las tonterías de Harry. Pensaba que tu me entenderías mejor", pero nunca se enfadaba. Lo decía con una sonrisa coqueta, como si su mente estuviese en otro sitio.

Había pasado una semana desde que había tenido mis "pequeños percances" y en todo ese tiempo había conseguido evitar a Draco y a George. El rubio siempre estaba con Pansy, la cual me miraba desde hacia unos días con furia. Más aún de lo normal. No se que se le pasaba por la cabeza, creía que el distanciamiento entre su novio y yo le habría encantado. Y con George, bueno, ni si quiera le había mirado. Estaba demasiado dolida con lo que había pasado. 

- ¿Estás lista, Black? - dijo Blaise mientras se acercaba.

- ¿Para qué? - dije mientras levantaba la cabeza del libro que estaba leyendo.

Me encontraba en la biblioteca leyendo unos libros sobre plantas exóticas. Estaba investigando unas nuevas pociones con utilidades curativas, basándome en unas notas que me había dejado el profesor Snape. Quería aprovechar las tardes libres para seguir investigando. No sabía cuanto tiempo conservaría este trabajo, si Mcgonagall querría continuar con este experimento o el año siguiente estaríamos todos en la calle, sustituidos por profesores más profesionales y formados, así es que la investigación sería un buen camino que seguir. Draco (si conseguíamos arreglar las cosas) podría ayudarme a buscar un buen trabajo. Sin ayuda... Bueno, digamos que mi apellido no era muy bien visto después de la guerra mágica. 

- Para nuestra cita.

- ¿Qué? - respondí frotándome los ojos - Ya es muy tarde y mañana tengo el día completo de clases, no estoy para juegos Zabinni.

- No es un juego - contestó con una sonrisa, tendiéndome la mano - Solo vamos a relajarnos un rato. Mucho trabajo por hoy.

Cogió mis apuntes y los levantó por encima de su cabeza. Salté intentando cogerlos, pero era demasiado alto para mi. Acabé subiéndome en la silla y entre risas me lancé sobre él, agarrándome en su cuello. Pensaba que no iba a poder sostener todo mi peso, pero con su mano libre cogió mi cintura y la apretó contra él. 

- Shhhhh!

Nos quedamos en silencio, aguantándonos la risa. Era Ginny la que nos había mandado callar. Era normal, estábamos en la biblioteca. Delante de ella se encontraba Ernie, que me dirigió una sonrisa que no me gusto nada. Desde el incidente de la reunión había intentando acercarse a mi, pero siempre conseguí esquivarlo. Aunque siempre notaba un escalofrío recorriéndome el cuerpo cuando lo tenía cerca, como si me mirase demasiado. 

Blaise tomó mi mano y me saco casi a rastras de la biblioteca. Con un gesto de varita conseguí guardar los libros en la bolsa antes de que saliésemos del lugar. Llegamos a la sala común de los profesores, donde no había nadie. Seguramente estarían durmiendo todos, en la biblioteca o haciendo guardia por la noche. Me llevó en frente de la chimenea, donde había colocada una manta negra, de esas mullidas y suaves. Nos sentamos el uno junto al otro, mirando el fuego. Aparecieron unas cervezas delante de nosotros.

- ¿De donde has sacado el alcohol muggle? 

- Tengo mis trucos - respondió dándole un trago - Es mucho más ligero y fácil de conseguir que el nuestro.

Bebimos tranquilamente, charlando de nuestras cosas. Llevaba ya tres cervezas e iba un poco afectada, por lo que me costaba modular mi tono de voz y mi risa. No se si pasó gente por allí, no me di cuenta de nada. Me gustaban esos momentos, sentía que podía relajarme y ser yo misma. Cuando pasó un tiempo, noté que el cansancio me vencía. 

- Voy a la cama, lo he pasado bien Zabinni. Pero, de verdad, mañana tengo mucho lio...

- No digas más -dijo mientras me miraba - no quiero ser el culpable de que mañana estallé el castillo con alguna de tus pociones.

- Muy gracioso.

Mientras me levantaba, Blaise tomó mi mano, lo que hizo que trastabillase y acabé sentada en su regazo. No sabía si esa había sido su intención, pero la situación, sumada al alcohol, hizo que me partiese de la risa. Hasta que, para callarme, me besó.

Ya había sentido sus labios, pero no tan intensamente. Con una mano tomó mi cuello mientras subía la intensidad de sus besos. Comenzó a subir por mi cintura, llegando a la línea de mis pechos. Empecé a sentirme incómoda, que me faltaba el aire. Estábamos allí, en mitad de la sala común, donde cualquiera podría vernos. Reuní la poca fuerza de voluntad que me quedaba para separarme de él, que se resistió un poco. Con los ojos brillantes por el deseo, me dijo con voz ronca:

- Vamos a mi habitación.

- No - respondí, luchando contra mis instintos - No puedo, lo siento.

- ¿Por qué? - preguntó, sonando demasiado dolido - Es que... ¿No te gusto?

- Si me gustas - dije mientras le acariciaba la mejilla - Pero no quiero ir demasiado rápido. Es... bueno, espero que lo entiendas.

- Claro, no te preocupes - Aunque su voz sonaba un poco decepcionada - cuando estés preparada.

- Gracias - dije dándole un beso en la mejilla, que él correspondió - Nos vemos mañana.

- Que duermas bien, preciosa.

Subí a mi habitación contenta, chispada y un poco mareada. No me esperaba para nada esto. Creía que Blaise solo tonteaba conmigo porque era lo que hacía con todo el mundo, su forma de ser. Incluso el beso de navidades pensé que formaba parte de esto. Pero parece que le gustaba de verdad y yo tenía aun demasiado reciente lo del pelirrojo. No quería meterme en más líos, tenía que centrarme. Estos días habían sido muy buenos, pero podría estropearlo todo si iba otra vez demasiado rápido. Sonreí mientras tocaba mis labios y me metía en la cama. Cuando le contase a Hermione, se iba a volver loca.

***

- No se por qué me presté a esto.

- Porque te encantan los desafíos. Y la Black es uno de ellos.

- Para mí no lo va a ser. Y, por cierto, ¿qué ganas tu con esto?

- Tu dinero. Y, si lo consigues, ver a una Black humillada.

- Shhh... creo que viene alguien. 

- No creo, esta todo el mundo durmiendo.

- Bueno, todavía tengo tiempo. Dijiste que antes de las vacaciones.

- Exacto. Si no, no hay trato. 

- Perfecto


.....

Vuelve el drama! No le dejo un segundo de descanso a nuestra amiga, eh?  Bueno, este fin de semana estoy más libre. Si llegamos mañana por la tarde a las 300 visitas en la historia subo la parte siguiente. Gracias a todos y todas por vuestro cariño!


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