Navidad

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Pasaron los días y me encontraba más feliz que nunca. Me gustaba el ambiente navideño que se respiraba en el castillo. Siempre había pasado las fiestas ahí, no me gustaba compartirlas con mi familia y como el castillo siempre estaba más vacío tenía libertad para disfrutar del tiempo y de mí misma sin interrupciones. Además, Angelina y Cho no estaban, se fueron después de la fiesta navideña de los alumnos, por lo que no tenía que soportar sus risas y comentarios en la sala de profesores ni por los pasillos. Pansy y Draco también se fueron a pasar las navidades con los Malfoy. No veía a Draco muy convencido, pero su novia insistió en que no era propio de su linaje evitar los eventos de sociedad, que tendrían muchos de ellos. 

La gala navideña de los alumnos había salido genial. Se notaba que todo el mundo tenía muchas ganas de relajarse después de los tiempos tan oscuros que habíamos pasado. Mi plan para integrar a los alumnos de Slytherin estaba surtiendo bastante efecto. Había mucha gente que seguía reticente a este acercamiento, de todas las casa, pero sabía que poco a poco lo conseguiríamos. Herms me estaba ayudando mucho con eso y Ron hacía lo que podía. Se notaba lo mucho que había cambiado y, aunque su gesto se torcía de vez en cuando y seguía haciendo sus payasadas, se esforzaba por Hermione para ser mejor profesor y persona cada día. Estaba muy agradecida por hacer que me sintiese aceptada, sobre todo porque no tenía a Draco esos días para ayudarme. 

George seguía evitándome pero, al menos, no me atacaba. La noche de nuestro encuentro queda un poco borrosa en mi mente: por el alcohol y porque mi cabeza siempre tendía a desechar los malos recuerdos. Pero creía que había marcado un antes y un después en nuestra relación. Tampoco pensaba mucho en ello. O eso creía.

Llegó el día de Navidad y me sentí muy contenta al ver en mi habitación regalos de mis amigos. Hermione y Ron me habían mandado un libro de pociones actualizado que sabían que me haría mucha ilusión. Draco, como era típico en él, me había enviado un collar con una correa de cuero negra muy fina y una bolita color esmeralda. Me encantó y me lo puse al instante. A cualquier otra persona le hubiese parecido poco, pero a mí me hizo muchísima ilusión. Bajé con una sonrisa y mi ropa informal, unos vaqueros, un jersey de lana con el cuello alto de color negro y mis botas de nieve. Ese día había muy pocos alumnos en la escuela y nos habían dejado libertad para pasar el día tranquilamente. 

—Buenos días, Black. ¡Qué madrugadora!

Miré al sofá desde donde venía la voz. Blaise Zabini, con su sonrisa tan fría y encantadora, me miraba fijamente. Llevaba unos chinos negros junto a una camisa del mismo color. Estaba tan guapo como siempre.

—Blaise, sabes que no me gusta que me llamen así —respondí acercándome a abrazarlo. 

—Perdona, Marta. Es una manía que tengo. Me gusta tu apellido. 

Se quedó mirándome fijamente a los ojos. Siempre había considerado a Zabini muy atractivo y era de los pocos amigos de Draco que me trataba bien. No habíamos sido grandes compañeros, pero tampoco se había metido nunca conmigo de forma desagradable. Así había sido mi vida, apreciando las migajitas de cariño que la gente me daba. 

— ¿Qué haces aquí? Draco está de vacaciones. 

—He venido con Theo para hablar con la directora. Queremos montar un pequeño torneo para final del curso. 

—¿Qué? ¿No será el torneo de los tres magos? —pregunté, un poco asustada.

—No, no. Es muy pronto para eso. Hemos hablado con compañeros de Durnstrang y Beauxbatons para que traigan a algunos alumnos y realizar una especie de gymkana mágica, pero todo muy tranquilo y seguro.

—¿Y qué ganáis vosotros con eso? —Era muy sospechoso.

—Pués... —comenzó a responder, colocándose la mano detrás de la cabeza, un poco avergonzado—. Sabes que estamos en el equipo de Quidditch de los Chudley Cannons y estamos bastantes cortos de personal. La última prueba será un torneo rápido y podremos intentar fichar a algún jugador.

—Ya imaginaba que habría algo oculto —contesté riéndome—. Espero que tengáis suerte y avisadme si necesitáis ayuda.

—Ahora que lo dices, no ha habido en Hogwarts mejor golpeadora que tú en los últimos años. Si te apetece cambiar de profesión...

—Yo prefiero a las Arpías. 

Le guiñé un ojo y salí de la habitación. Me quedé en la puerta pensando en donde podrían estar Ron y Hermione, cuando escuché que alguien salía detrás de mí. 

—Marta —dijo Blaise divertido.

—Dime —contesté mientras pensaba en otras cosas y no le miraba a los ojos.

Me di cuenta al momento de que estaba señalando una rama de muérdago que flotaba encima de nosotros. La manejaba disimuladamente con su varita. Mis mejillas se encendieron y antes de que pudiese darme cuenta, Blaise me estaba besando. Sentí sus manos en mi mejilla y sus labios posándose suavemente en los míos. Fueron pocos segundos, pero sentí un calor que llegaba hasta las puntas de mis dedos. Cuando se separó de mí, yo seguía con los ojos cerrados y paralizada. Colocó un mechón de pelo detrás de mi oreja y cuando lo miré estaba alejándose con cara divertida. 

No fui consciente de donde estaba hasta que vi a George plantado delante y me di cuenta de que estaba bloqueando la entrada a la sala. Me estaba mirando, impasible, esperando a que me moviese. Antes de que pudiese hacerlo puso una mueca y dijo:

—Al menos ahora vas a por uno que no tiene novia y dejarás en paz a mi hermano.

No sabía qué me pasó por la cabeza en ese momento, pero estaba furiosa por su comentario. Había estropeado un momento especial para mí y, sin pensarlo mucho, le golpee fuerte en la mejilla. Cuando volvió a mirarme a los ojos, vi que sus pupilas estaban negras de rabia y me di cuenta del error que había cometido. Con una de sus grandes manos atrapó las dos mías y me empujo bruscamente a la pared, colocándolas por encima de mi cabeza. Su otra mano sujetaba fuertemente mi cintura, sus dedos se clavaban en la piel. Tenía que haber sentido miedo, pero estando atrapada y con el cuerpo del pelirrojo tan cerca, me excité. Me avergoncé de ello, lo que hizo que girara mi cara para no mirarle a los ojos.

—Quiero que me mires a los ojos —dijo con voz grave y autoritaria—. Nunca vuelvas a ponerme la mano encima. ¿Está claro?

Acompañó sus palabras con un leve empujón que hizo que su cuerpo de pegase contra el mío. No sabía si había sido mi imaginación, pero me pareció notar que sus ojos reflejaban algo mas que rabia y la mano que tenía en mi cintura había subido levemente durante un instante, llegando a rozar la parte baja de mis pechos por encima de la ropa.

—Lo siento —contesté con la voz entrecortada y con mis ojos vueltos hacia él, levantando levemente la cabeza para poder salvar la diferencia de altura—. No volveré a hacerlo.

Me soltó bruscamente y siguió mirándome mientras colocaba mi ropa. Sin mediar palabra entró en la sala común, dejándome fuera intentando tranquilizarme. El incidente debería haberme dejado echa polvo y llorando, pero era extraño, pues al contrario: una sonrisa se dibujó en mi rostro. Si le hubiese contado a la Marta del pasado que iba a ser besada por Blaise y al momento el gemelo pelirrojo la iba a empotrar con furia contra la pared no se lo habría creído.

Riéndome de mi propio pensamiento, me acordé de que tenía que buscar a mis amigos para agradecerles y mandarle una carta a Draco. Sin poder evitar que una sonrisa culpable adornase mi cara. 

***************************

¡Hola a todis! Gracias por llegar hasta aquí. En los siguientes capítulos va a empezar lo bueno (ya sabéis a lo que me refiero... eje eje je)

Aviso que se describirán varias escenas sexuales, algunas más explicitas que otras e incluso temas más espinosos, por si no quieres seguir leyendo o en caso de que sí, cualquier duda u opinión que tengas sobre ello puedes comentarlo conmigo. ¡Adoro las interacciones!

Así es que ya sabéis, espero que lo disfrutéis.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro