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| 𖥸 |
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AMBOS SE OBSERVABAN FIJAMENTE. Tenían las mejillas húmedas y lo cierto era que no se avergonzaban de ello. No cuando aquella no era la principal preocupación que embargaba en sus mentes.

—Lo siento.

La voz de la castaña salió como un bajo susurro. Sabía que derecho tenía poco en ese momento pero le dolía.

—¿Qué sientes? ¿Por qué me dejas?

Cada pregunta que Grant hacía solo incrementaba el nivel de lágrimas en ambos.

—Grant, por favor —pidió Lidia.

—Creo que lo mínimo que merezco son respuestas —murmuró.

—No puedes dejar algo que nunca tuviste, Grant —respondió en voz baja.

—Solo porque no quisiste. Porque pudimos tenerlo todo.

Lidia suspiró y pasó el dorso de su mano por sus mejillas, limpiando el rastro de agua salada que corría por estas.

—No se sentía justo tenerte cuando no tengo todas las capacidades de darte lo que mereces, Grant —confesó—. Eres alguien increíble. Eres gracioso, carismático, comprensivo, encantador, guapo, bueno en lo que haces. Eres tanto, que mereces alguien que esté a tu nivel y alguien que pueda amarte de la forma en que amas. No soy esa persona, créeme que me hubiera encantado serla, pero no puedo.

—¿Cómo puedes saberlo si ni siquiera lo intentas? —inquirió incrédulo.

Estaba intentando con todas sus fuerzas que ella se quedara, porque no quería dejarla ir, no quería darle tiempo, no quería empezar de cero con otra persona cuando sabía, cuando quería que fuera ella.

—Hay cosas que simplemente las sabes, Grant. No quiero intentarlo y haber fracasado, eso te dolería mucho más.

—No lo sabes —negó.

—Sí lo sé —asintió—. No hagas esto más complicado, no me hagas lastimarte más de lo que ya lo he hecho.

¿Por qué no podía amarlo? ¿Por qué no podía por una vez en su vida estar lista para una relación con alguien? ¿Por qué siempre lastimaba a los chicos buenos? Lidia no lo comprendía y nunca lo haría.

—Si me lastimas es porque quieres hacerlo, Lidia —murmuró—. Si sabías que no me amarías, ¿por qué seguiste con esto?

—Porque soy una idiota.

Grant dejó escapar una risa despectiva y escasa de gracia.

—Esa no es una respuesta.

—No tengo otra para darte —negó avergonzada.

—Pudiste haber terminado con esto antes.

—¡Lo intenté! —protestó—. ¡Te envié cientos de indirectas!

—¿Y no pudiste...? no lo sé, ¿¡Simplemente decirlo!? —cuestionó.

—¡Lo siento!

—¡Deja de decir lo siento!

—¡Entonces déjame ir!

Grant la observó unos segundos en silencio. Su mente maquinaba a toda velocidad y como un golpe a la realidad un pensamiento le inundo.

—¿Era para mí?

—¿Qué cosa?

—La canción que escribiste con Hailee "Let Me Go"... ¿Era para mí? —su voz era un bajo susurro.

Era tan bajo y suave que solo lograba detonar el dolor.

—Grant, detente —ordenó.

Una sonrisa amarga se formó en los labios del actor. Se reprochaba lo ciego que había sido.

—Dilo.

—Grant...

—¡Dilo! —gritó.

Lidia ni siquiera se movió de su lugar. No brincó, no gritó, ni se sorprendió. Esperaba una reacción así. Se odiaba tanto porque supo desde hacía meses atrás que las cosas no terminarían bien y aún así se vió incapaz de detenerse. Pero aquello... aquel estúpido desliz había sido el causante de todo. Tal vez... que más daba.

—Lo es —murmuró desviando la mirada.

Joder, si tan solo supiera.

—¿Tuviste el descaro de escribir una canción y publicarla, pero no pudiste dejarme las cosas claras desde un principio?

Ella guardó silencio.

—¿Y sabes que es lo peor? —Grant dió unos pasos cerca de ella.

Lidia negó. Ya no quería escucharlo, no quería seguir viendo y oyendo aquel dolor que había causado.

—Que aún sigo queriendo que te quedes. ¿No soy un idiota acaso? —inquirió lamentoso.

—No... —negó—. Solo te vuelve la víctima de un corazón roto, Grant.

—Luces muy orgullosa de ello.

—Créeme. No lo estoy.

Se mantuvieron allí en silencio, quien sabe por cuanto tiempo, observándose el uno al otro. Ambos aunque no lo pareciera esperaban por una reacción que les hiciera retractarse de el camino por el que iban. Pero se negaron a hacerlo.

Grant esperó con el corazón latiéndole a una velocidad increíble a que Lidia le dijera que todo era un broma. O que tal vez, se había equivocado al creer que iban por el camino correcto.

Realmente no quería que se fuera y que todo se acabara.

Y Lidia se maldecía por todos los pasos que le habían llevado allí. Al lugar y momento en dónde le rompía el corazón a alguien a quien no deseaba lastimar. A alguien que realmente... a esas alturas ya daba igual.

—Espero que... —inspiró profundamente—. Espero que encuentres a alguien que realmente te merezca Grant.

Él solo se mantuvo en silencio viendo como ella tomaba su bolsa, y se encaminaba a la salida hasta perderse en esta.

Tal vez debió haberle hecho caso a los rumores.

« Los escritores solo buscan historias para una buena canción de corazones rotos. »

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AUTOR'S NOTE

siempre ando haciendo
relaciones tristes jajan't

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