• Step 5 | is when i left those tears in your eyes.

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El primero en abrir los ojos fue YoonGi, un ligero dolor de cabeza lo golpeó. Se sentó lentamente en la cama sin muchas ganas realmente, y fue cuando vio al menor a su lado sintió como la culpa azotó en su contra como una gran ola; JiMin dormía tranquilamente abrazado a una almohada, lucía tan inocente con sus ojos cerrados que dentro suyo sintió como la culpa empezaba a comerlo vivo.

Se suponía que él no debía besarlo, mucho menos haberlo disfrutado tanto.

Se sintió horrible y más aún porque sabía que JiMin no estaba plenamente consciente de lo que hacía, habían bebido, claramente el chico no haría algo así estando en sus cinco sentidos completos. Seguramente incluso sólo tenía una ligera curiosidad por besar a YoonGi porque anteriormente se habían besado.

Pero Min no quería que algo como eso pasara, no quería que Park se metiera más en su corazón simplemente para luego salir con algo como "lo siento, no soy gay".

De hecho sabía que terminaría así, porque él era débil cuando se trataba de JiMin, él simplemente no podía pensar con claridad cuando estaba cerca suyo y por ende simplemente se levantó de la cama dejándolo sólo, huyendo, esperando que olvidara lo de la noche anterior o que al menos lo dejara pasar.

Salió lo más rápido que pudo de la habitación hacia el comedor en donde se encontraban algunos dormidos en el sofá y otros conversando tenuemente mientras tomaban algo caliente. En otras circunstancia hubiese sido diferente, seguro se sentaría al lado de NamJoon a escucharlo hablar de lo que sea mientras esperaba al menor, para que cuando este llegara empezaran a desayunar todos juntos, fastidiándolo con comentarios sobre lo feo que era recién despierto cuando en realidad le parecía la persona más linda del mundo.

Pero no se sentía lo suficientemente valiente como para actuar normal frente a todos, como si nada, como si no le hubiese afectado más de la cuenta haber dormido abrazado al pelinegro después de una sesión de besos suyos que lo hicieron sentir como si fuera al cielo y lamentablemente también como si lo lanzaran de vuelta al suelo.

Tampoco quería ver cuando JiMin se levantara y le sonriera, que le dijera "buenos días" y que continuara con su vida como si nada, simplemente no estaba dispuesto a verlo en ese momento porque si no su corazón se rompería más de lo que estaba, lanzando a la mierda todo ese tiempo que le tomó superar el hecho de jamás tener al menor para él, seguramente empezaría a llorar como lo había hecho en su habitación años antes y ciertamente no quería hacer eso frente a todos.

—Ah, YoonGi ¿a dónde vas? —escuchó la voz tranquilizadora de SeokJin y se detuvo, estaba a punto de tomar el picaporte de la puerta principal—. Hicimos un poco de té, ¿quieres?

Si JiMin se levantaba no sabría con qué cara mirarlo a los ojos, tenía que salir de ahí lo antes posible.

—No —dijo sin girarse, suspirando y finalmente lanzándole una mirada que a gritos pedía ayuda a Jin, este último frunció un poco el ceño—. Creo que mi casa está sola y... necesito ducharme.

En ese momento vio como TaeHyung despegó rápidamente el rostro del sofá, empujando a HoSeok al suelo sin darse cuenta. Jung se sentó en el suelo, mirando alrededor como si estuviese en otro planeta.

—Te puedes duchar aquí —dijo Kim mirándolo con un ojo medio cerrado por el sueño y con una de sus mejillas rojas por haber dormido sobre ella. Al menor no le gustaba sus amigos se fuesen temprano.

—No, lo siento —fue lo único que dijo y salió por la puerta.

Todos sus amigos se miraron con muecas de confusión.

Min caminó con algo de prisa por las calles, tenía un ligero pánico alimentado por la idea de que el menor se levantara y saliera de la casa a buscarlo, porque lo conocía y sabía que JiMin era capaz de hacerlo; era impulsivo en ocasiones.

Se detuvo en una parada de autobús y revisó sus bolsillos, recordando al instante que había dejado su billetera en casa de Tae. Con resignación siguió caminando, esperando que su cabeza se despejara mientras recorría las cuadras restantes.

Mientras avanzaba las imágenes de la noche anterior se repetían como una película dispuesta a atormentarlo, de tan sólo pensar en los húmedos labios ajenos el calor subía a sus mejillas y su corazón golpeaba fuerte contra su pecho como respuesta. Tantos años imaginando a JiMin y a él en la misma situación... pero no era el misma contexto.

«Maldición» sabía que había sido un error aceptar el reto de TaeHyung en un principio, pero no se resistió a la idea de poder besar los labios ajenos y aunque quiso aguantar la tentación de volver a hacerlo esa misma noche, dentro del argumento de "soy mejor que tú" que JiMin había usado para retarlo concluyó que no sería tan malo, aunque le doliese, Park no se daría cuenta y él podría disfrutar un poco el momento.

Su corazón claramente se emocionó como nunca cuando el pelinegro le pidió repetirlo casi un mes después, su cerebro le gritó que no lo hiciera pero sus impulsos fueron más fuertes, sus deseos de que fuese suyo de alguna manera no pudieron quedar más tiempo bajo llave. Casi le quitó la camiseta, casi mordió su cuello en deseo, casi le susurró sus sentimientos pero JiMin lo llamó con su dulce voz temblorosa, JiMin lo despertó y le reventó su burbuja sin darse cuenta.

Se sentía horrible, como si fuese una mala persona, él no debería tener pensamientos que sobrepasaran de la amistad con Park JiMin pero aun así lo había besado, lo había tocado y extrañaba el contacto, aun así se había puesto celoso de su primera novia al punto de odiarla, aun así lo abrazaba y mimaba con la esperanza que este se diese cuenta de sus sentimientos.

Pero JiMin siempre decía lo mismo: "eres mi mejor amigo" y a pesar de que la hubiese dolido como un bala justo en el pecho en su momento, ahora estaba completamente claro y consciente de que el menor jamás lo verá de otra manera, lo había aceptado, Park jamás tomará en otro sentido sus abrazos y mucho menos pensará que está mal que se toquen curiosamente de vez en cuando.

Tal vez JiMin se volvería ese tipo de persona curiosa por experimentar después de esto, pero YoonGi no estaba dispuesto a apostar su estabilidad emocional para ser un muñeco de prueba.

Cuando llegó a su casa ignoró al hombre que veía televisión sobre el sofá y subió las escaleras rápidamente, encerrándose en su habitación durante todo el fin de semana restante. Ignorando a todo y a todos. Su padre ni siquiera se había molestado en preguntarle si se encontraba bien o si había comido, igualmente, él estaba acostumbrado.

Dudó sobre si ir o no a clases el lunes, el miedo a lo desconocido era algo con lo que había aprendido a vivir igualmente, era común que dudara en ocasiones de las cosas porque JiMin era algo así como una montaña de emociones para Min, y aun no podía controlarlo del todo. Sin embargo, cuando escuchó a su progenitor tocar fuertemente su puerta para que se largara de la casa, no tuvo más opción que vestirse e ir.

Evitó todo lo que pudo caminar por los lugares que sabía que JiMin frecuentaría y si tenía suerte el menor no lo estaría buscando, de hecho, si tenía suerte a JiMin quizás ni le importaba el tema.

«¿Eso si quiera sería algo bueno?» pensó y automáticamente negó con la cabeza, evitando lamentarse con eso.

—YoonGi.

Sintió una mano sobre su hombro y pegó un brinco, girándose al instante. El rostro confuso de Nam se mostró frente a él y se dio el lujo de dejar salir el aire acumulado.

—Estás un poco tenso... —dijo con una ceja alzada, Min asintió en derrota mientras se masajeaba detrás del cuello; no había dormido nada anoche—. ¿Te encuentras bien? No respondiste ninguno de nuestros mensajes y te fuiste de la nada.

—Mi celular es muy idiota, ya sabes —mintió, aunque de hecho su viejo Smartphone sí fallaba constantemente—. Ahora, hm, tengo que irme —señaló hacia el pasillo, dando unos cuantos pasos como si quisiera salir corriendo.

—Te acompaño —sonrió, Min simplemente dejó que lo hiciera—. Por cierto, JiMin ha estado preguntando mucho por ti, creo que quiere hablar contigo.

Sintió su cuerpo helarse cuando oyó eso.

—¿Ah sí? —tragó saliva, intentando actuar natural mientras caminaban hacia su primera clase—. ¿L-Lucia molesto?

—No realmente —dijo sin mucho interés—, sólo un poco decepcionado cuando se enteró que te fuiste —su pecho se oprimió luego de eso—. Ah, lucia tan adorable cuando se levantó, tenía toda la cara roja y llena de marcas de la sábana —se colocó una mano en el pecho mientras sonreía y YoonGi lamentó no haberlo visto.

NamJoon tenía una notoria debilidad por la ternura del pelinegro pero nunca había sido más, Min lo envidiaba porque él podía apretarle las mejillas y hacerle cosquillas sin sentir nada por él, sin sufrir. Un vago recuerdo donde, al momento de conocerse, le hizo un interrogatorio preguntando si tenía algún interés en su amigo y Kim sólo contestó con un "Hombre, soy hetero", lo hizo sonreír momentáneamente.

Ambos se separaron luego de caminar un poco; a pesar de cursar en el mismo año estudiaban en distintas aulas y fue la primera vez que YoonGi agradeció eso.

Realmente lo intentó, pero no podía concentrarse por completo en la clase, el rostro inocente de JiMin siempre se metía en sus pensamientos y junto con la frase de "no soy gay" hacían una especie de tortura personal.

Cuando la campana sonó iniciando la hora de descanso Min fue el último en salir del aula, no tenía muchas ganas de sentarse con el resto de su grupo en el almuerzo y como había estado haciendo desde que besó al menor por primera vez: se fue a esconder en la parte trasera de la escuela.

Desde que tuvo su primer contacto con Park, las ganas de esconderse impulsadas por el miedo de que al momento de verlo se sonrojara fueron demasiado fuertes, por lo que simplemente buscó un lugar para pasar las horas. Recuerda con culpa como le mintió al menor diciéndole que tenía mucha tarea, pero si lo tuviera que hacer de nuevo, lo haría. No dudaría si eso significaba dejar a JiMin en la dulce ignorancia.

Sin embargo, cuando estaba a punto de cruzar por unos pasillos que daban la salida del recinto, unas pequeñas manos se cerraron sobre su muñeca y lo hicieron detenerse, incluso retroceder.

Sintió su corazón dar un vuelco cuando los ojos brillantes de JiMin lo miraban fijamente con un sentimiento entre curiosidad y miedo, o al menos algo parecido al miedo que no logró distinguir.

—Hyung, ¿a dónde iba? —pocas veces Park lo llamaba con honoríficos por lo que su corazón no estuvo listo para eso, el menor era simplemente la cosa más adorable del mundo, aunque lo negara siempre.

«No es momento para ponerte a pensar en lo lindo que es» se regañó a sí mismo, mirando fijamente las pequeñas manos ajenas que tomaban con firmeza su brazo. Siempre había querido entrelazar sus dedos entre esas pequeñas manos de manera romántica...

Pasó por su garganta la saliva que se había acumulado en su boca y miró hacia diferentes direcciones sin saber bien qué hacer. ¿Qué quería JiMin? ¿Quería ir y dejarle en claro que no pensara que sentía algo por él? ¿Quería decirle que le dejara de hablar por haberse aprovechado?

No, no quería que JiMin se alejara, era un cobarde para decirle lo que sentía pero no soportaría no poder estar cerca suyo.

—Lo siento... —fue lo único que logró decir, JiMin frunció ligeramente el ceño—. Lo siento por lo del otro día, no sabía si tu...

—No, espere —tembló un poco—. Sobre eso quería hablarle.

—Fue un error JiMin —dijo rápido—, por favor no me alejes por eso, ¿sí? No debí b-besarte, lo siento mucho, perdóname —casi sonó como si estuviese rogando y es que al menos, dentro de su corazón, lo estaba haciendo.

El pelinegro mantuvo sus ojos fijos en los suyos, por un segundo pensó que no haría nada hasta que sintió como su brazo era liberado.

—¿Un error?

YoonGi asintió, bajando un poco la mirada hacia el suelo mientras sentía como su estómago se oprimía por la gran mentira. Simplemente quería salir de ese problema, no quería arriesgarse a ser odiado.

—Sí, lo fue, lo siento tanto, no quise hacerlo —negó con la cabeza, casi sintiendo su corazón salirse de su pecho.

—Uh... sí... yo... —su voz sonó extraña y se obligó a sí mismo a levantar la mirada, topándose la instante con los ojos llorosos y a punto de desbordarse de su mejor amigo.

Dio un paso hacia adelante con preocupación pero JiMin dio uno hacia atrás con algo parecido al miedo.

—¿JiMin?

—T-Tengo que irme.

Y sólo se quedó ahí estático, viendo como el cuerpo del pelinegro se alejaba rápidamente.

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