Querido tú:

No busco ser leída, no necesito que lo hagas, sólo... déjame que escriba esto que llevo atorado aquí dentro.

Recuerdo cada segundo en que pedí saber de ti, conocer tu rostro, tu aroma, simplemente saber quién eras y qué papel cumplirías en mi vida.

Confieso que fuiste el más importante.

Miento si digo que no disfruté todo lo que compartí a tu lado, sin embargo, me arrepiento de todo lo que no compartiré, de no verte levantarte de cada caída, de no ser tu soporte, tu guía y compañera fiel.

Y me desgarra el alma saber que no te veré, que no estaré ahí para ti cuando me necesites, que no te tendré cuando me invadan los recuerdos, que estaré sola en un rincón soñando con volver a encontrarte.

No te he perdido definitivamente, pero me duele, quería estar ahí, presente en cada etapa y de más grande, cuando rememores todo lo acontecido en tu vida, no estaré ahí.

No soy quién te vio en cada momento, pero sí la que más te ama con todo su ser.

Sé que aún te veré, pero no sé cuándo, ni dónde, o si recordarás quién soy y quién fui para ti.

Y a veces, es necesaria un poco de locura en nuestras vidas, y tú, eras la mía.

Con mucho amor y cariño.

*~*~*~♡~*~*~*

Esta carta va dirigida para cualquier persona en particular, puede ser un padre, una madre, un hermano o hermana, para un hijo o una hija, inclusive hasta a un primo, pero es para aquella que no está aquí y que quisieras abrazar, para esa que está a kilómetros tuyo y aún así está tan conectada a tu alma.

Pueden no ser las mejores palabras, o las que mejor se expresen, sólo quise ser yo.

Me reservo el nombre, simplemente sé para quién va dirigida y eso me es más que suficiente.