Hoy todo se siente diferente, vacío; las palabras quedan ausentes, pendiendo de un hilo sin ninguna conexión, ya nada nos une, todo se reduce a monosílabos que hace tiempo eran reemplazadas por largas horas de conversaciones en las que nos contábamos todo.

¿Qué fue lo que sucedió? No lo sé, tal vez ya no tengamos nada en común cuando antes solíamos ser pares iguales, ahora solo somos piezas incompatibles.

Somos cenizas de un recuerdo que quedará en la memoria de quienes nos vieron sonreír, porque no sé si tengas tiempo de recordarme, de recordar quién soy, y quiénes fuimos alguna ocasión.

La nada nos tomó por completo, "la nada", eso en lo que juramos no convertirnos.

Pero, ¿sabes? No importa qué tanto tiempo pase, porque te llevaste una parte importante de mí, una parte que se supone, tú cuidarías, no que la olvidarías a la primera oportunidad que se te presentara.

Lo lamento por mí, que quise intentarlo aun cuando veía nuestro fin aproximándose; lo veía, sin embargo, por sobre todo eso seguí insistiendo en rescatar lo poco que nos quedaba, porque yo siempre fui la única que creía que aunque ya no tengamos "nada" en común, seguiríamos siendo ese "todo" que una vez nos unió.

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Dedicada a una persona muy especial que aunque no tengamos ya nada en común, siempre seguirá siendo importante para mí.

A ti, que tal vez no leas esto, a ti, que compartiste horas conversando conmigo, a ti que luego de haber pasado tanto con mi compañía, olvidas lo que una vez fui para ti.