VIII. Nothing Really Matters

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CAPÍTULO OCHO
NADA IMPORTA EN REALIDAD

"We'll be a perfect family. When you walk away It's when we really play. You don't hear me when I say. Mom, please, wake up, dad's with a slut. And your son is smoking cannabis. No one ever listens, this wallpaper glistens. Don't let them see what goes down in the kitchen"


—¡No os podéis perder Acción de Amigos!—exclama Elena a través teléfono—Matt y Jeremy están ocupados por lo de Tripp y la madre de Caroline trabaja. Ya andamos bastante escasos de amigos.

—Lo siento. Nuestro Acción de Gracias será a base de comida rápida—suspira Alaric en respuesta—

Stefan frunce el ceño, apoyándose en el coche.

—¿Vosotros estabais invitados a Acción de Amigos?—inquiere hacia sus dos hermanos mayores—

—Claro—responde Damon, agarrando una mochila del maletero—Caroline me encargó las judías verdes.

—A mi me dijo que si iba que llevara algo de Nueva Orleans—recuerda Arielle a su lado—Oh, espera, ¿tú no estabas invitado?

—No—admite—

—Has herido los sentimientos de la chica equivocada—señala Damon con una sonrisa—

—¿Cómo que Bonnie está en un Mundo Prisión?—la voz de Elena en el teléfono de Ric atrae la atención de los tres Salvatore—Damon dijo que no estaba allí, que... había encontrado la paz con... ¿por qué no me contó esto?

—¿Que por qué no te confíe algo que podría afectar radicalmente tu vida?—cuestiona Damon—¿Por qué será?

—No quería darte esperanzas—le explica Alaric a Elena—Pensó que había muerto al liberarlo. Pero si ha enviado su osito de peluche, podría significar que...

—Bonnie sigue viva—completa Elena con felicidad—¡Dios mío!

—Y estamos en Portland, intentando localizar no se qué de los Géminis.

—Ascendente—señala Damon—

—¡Es increíble!—exclama Elena—

—Alaric, no te precipites—le pide Stefan—Seguí está pista hace meses y fue un callejón sin salida.

—Stefan manda recuerdos—declara Alaric con una sonrisa antes de colgar la llamada—Por cierto, hablando de Acción de Amigos. Ahora entiendo porque Caroline quería que me encargara del pavo y los arándanos. Porque Stefan no estaba invitado.

—Y nos toca apechugar a nosotros—se queja Damon—Espero que lo soluciones para Navidad.

—Si. Me alegro de que os parezca tan divertido—Stefan rueda los ojos—

—Pídele una cita. No nos cargues tus marrones.

—Es que para mí Caroline es una amiga.

—Y sería una gran novia—asegura su hermano—Mira. Uno: está buena, objetivamente.

—Dos: te soporta—añade Arielle—

—Cierto—coincide Damon con ella—Tres: es muy, muy organizada.

—¿He de tener en cuenta eso?—Stefan frunce el ceño, confuso—

—Esa mujer no tiene ninguna pega, Stefan.

—Se acostó contigo—recuerda Arielle con una mueca—

—¿Ves? Más a su favor.

—Mirad, hemos llegado—Stefan cambia de tema, señalando la explanada frente a ellos—Contemplad el aquelarre Géminis. Tal y como estaba hace cuatro meses.

Arielle, Damon y Alaric frenan sus pasos a su lado, observando la gran y vacía explanada con confusión.

—No tiene sentido—se queja Arielle, confusa—Mi madre era del aquelarre. Ellos existen.

—Eso fue hace casi 200 años—señala su hermano pequeño—Como he dicho hace cinco mil kilómetros, no están aquí. ¿Nos podemos ir ya, por favor?

—Comprueba el GPS otra vez—le pide Alaric—Que no lo veamos no quiere decir que no exista.

—Como los sentimientos de Caroline por Stefan—comenta Damon, sacando el osito de peluche de Bonnie de su mochila—

—Que gracioso—se queja el aludido—Sigue así.

Damon sonríe y comienza a hablar con una voz aguda, haciendo como si el que hablara fuera el oso de Bonnie, al que mueve como si estuviera vivo.

Oh, no. Stefan está susceptible porque Caroline ya no quiere ser su amiga. A ella le gustaba, le rompió el corazón.

¿Ves, Stefan?—habla Arielle con diversión—Hasta la osa lo sabía.

Lo vi a kilómetros y mi cerebro está hecho de algodón.

—Dame eso—se queja Stefan, quitándole el oso de peluche de las manos para pegarle una patada y lanzarlo lejos—

El peluche cae al suelo, pero en ese momento una casa aparece ante sus ojos. Los cuatro observan esto con confusión. Damon sonríe victorioso, agarrando al oso y subiéndose al porche de la casa.

—Osa mimosa, uno. Aterradora mansión, cero.

Aún confusos, Stefan, Arielle y Alaric siguen sus pasos hasta la puerta principal de la casa. Y mientras Damon llama al timbre, ellos intentan ver algo a través de las ventanas.

—¿Alguna idea sobre cómo la osita de Bonnie ha anulado lo que mantenía oculto este lugar?—cuestiona Stefan, rompiendo el silencio—

—Y lo ha dicho sin reírse—señala Damon, sorprendido—

—Jo me explicó que se deshizo de su magia, pero que la había guardado a buen recaudo—señala Alaric, agarrando el peluche—Tal vez Bonnie pusiera su magia en esto.

—¿Por qué iba a poner su magia en esa osa mimosa?—cuestiona Arielle, confusa—

—Para que Kai no la usara para salir—asume Damon—

Molesto porque nadie contestará al timbre, abre la puerta de la casa y se dispone a entrar. Sin embrago, la barrera invisible se lo impide informándole de que la casa tenía dueño y él no estaba invitado.

—A mi ya no me pasa—sonríe Alaric—

Damon, Stefan y Arielle se giran hacia él, mirándole con seriedad.

—Toda tuya, colega—le anima Damon, haciéndose a un lado para que Alaric pueda entrar—

No fue mucho el tiempo que Alaric tardó en volver a salir, con un montón de fotos entre sus manos.

—Jo vivió aquí—anuncia Alaric, enseñándoles estas fotos—Dentro hay un cajón lleno de cosas. Recortes de periódico sobre la pinza médica de Jo, fotos de cuando era pequeña, fotos de adolescente...

—Un momento—le interrumpe Damon, señalando una de las fotos—Rebobina. Es Kai, del planeta 1994.

—Espera, ¿Jo es su hermana?—cuestiona Stefan con confusión—

—O eso o a los dos les gustan los mismos jerséis.

—Tengo invitados.

La voz de un hombre les obliga a darse la vuelta. Era mayor que ellos, pero se conservaba bastante bien. Parecía claro que con ayuda de magia. A Arielle le pareció raro que no se hubieran dado cuenta de su presencia antes, pero este pensamiento abandonó su cabeza cuando el hombre volvió a hablar.

—¿Has conocido a Kai?—pregunta, su mirada puesta en Damon—

—Bueno. Le he visto morir y le he visto resucitar—explica el ojiazul, acercándose a él—

—¿Por qué? ¿Le conoces?—cuestiona Arielle, caminando a su lado—

—Si. Es mi hijo—admite el hombre, quitándose los guantes de jardinería—Soy Joshua Parker.

Estira su mano hacia ellos.

—Arielle y Damon Salvatore—se presenta ella, estrechándole la mano—

Invisiqüe—murmura el hombre cuando sus manos se tocan—

—¿Qué narices a pasado?—cuestiona Stefan detrás de ellos—

—No lo sé—responde Alaric a su lado—

Arielle y Damon se dan la vuelta hacia ellos, confusos por sus palabras.

—¿Qué os pasa, chicos?—cuestiona Damon, frunciendo el ceño—

—Ya no pueden veros—les explica Joshua, atrayendo de nuevo su atención hacia él—Ni tampoco esto.

Extiende su mano hacia ellos, provocándoles un profundo dolor de cabeza que no tarda en dejarles inconscientes sin que Alaric y Stefan lo sepan.


Al despertarse, Arielle se queja de dolor, llevándose una mano a su cabeza con confusión. Se encontraba sentada en un sofá, en el interior de la casa en la que previamente no había podido entrar. Damon se encontraba frente a ella, tumbado en otro sofá, aún inconsciente.

—Toma—Joshua aparece a su lado, entregándole una taza de chocolate caliente—Siento las maneras de haceros entrar a mi casa.

Arielle eleva su mirada hacia él, agarrando la taza entre sus manos con confusión.

—Mi hermano...

—Está bien—le asegura, sentándose a su lado—Le despertare cuando tú y yo hayamos hablado.

—¿De qué quiere hablar conmigo?—frunce el ceño, tomando un trago de chocolate—

—Sabes perfectamente de quiero hablar. Ryan.

Oír su verdadero nombre salir de sus labios provocó que un escalofrío recorriera el cuerpo de Arielle. Pocas personas la habían llamado así. Y la que más recordaba era la voz de Raven Bluemoon el día que la había atacado.

—¿Sabe quien soy?—cuestiona, sorprendida—

—Todos en el aquelarre Géminis sabemos quién eres—asegura él—La hermana de tu madre se aseguró de que nadie olvidara vuestra historia. Creímos que habías muerto en 1864, hasta que Lucas y Olivia conocieron a tus hermanos.

—Morí. Pero no del todo—señala, encogiéndose de hombros—

—Si, me he dado cuenta—sonríe levemente—Lo siento.

Se pone en pie, acercándose a Damon, para comprobar que continuaba inconsciente.

—Creo que has conocido a uno de mis hijos en la universidad de Whitmore.

—Luke—recuerda Arielle, observando sus movimientos con atención—Si, le conocí.

—Es un buen chico. Siempre estuvo muy interesado en tu historia. Para ellos eran como cuentos, leyendas. Las típicas historias que los padres cuentan a sus hijos.

Arielle no sabía que responder a eso, así que se limitó a quedar en silencio, esperando que el hombre continuara hablando.

—Años después de que te entregaran a tu padre, el aquelarre quiso encontrarte—le explica—La noticia de tu muerte fue lo único que consiguieron sacar de esa búsqueda. Alguien muy poderoso te protegía por lo que veo.

—Ellos me echaron, no creo que mi madre tuviera que dar ninguna explicación sobre por qué no quería que me encontraran de nuevo—señala con molestia—

—Cierto. Pero tu abuela, la madre de tu madre, escucho sobre una profecía que te involucraba. Un bebé milagroso junto al primer hibrido de lobo y vampiro.

La mención de su hija puso a Arielle aún más alerta. Esther Mikaelson ya iba tras ella, amenazando con acabar con su vida, no iba a dejar que otro grupo de brujas hiciera lo mismo.

—El bebé murió—le informa rápidamente. Joshua la observa sorprendido—

—Lo siento—le responde—

Arielle le mira a los ojos, confusa, pues en ellos no pudo encontrar ningún rastro de sinceridad al pronunciar aquellas dos palabras. De echo, parecía que Joshua Parker estaba aliviado de saber que su bebé ya no vivía.

—A sido un placer—declara él entonces, volviendo a dormirla con un rápido hechizo—

Cuando Arielle volvió a despertarse minutos después, sus ojos no tardaron en encontrase a su hermano mayor, quien se retorcía de dolor en el suelo de la casa. Sus ojos entonces viajaron hacia Joshua, viendo como este rompía una silla de madera, para usar la pata de esta para matarle. Pero antes de que pudiera hacerlo, Arielle uso su velocidad vampírica contra él, alejándole de su hermano.

Joshua entonces intentó matarla a ella, pero Stefan apareció entonces, alejándole de ella. Al verse en desventaja, Joshua volvió a usar su hechizo de invisibilidad.

—Supongo que lo de desparecer es su mejor truco—se queja Stefan, acercándose a su hermana con preocupación—

Damon se queja de dolor, poniéndose en pie.


—A ver si lo entiendo—suspira Damon con frustración—Fuimos al aeropuerto donde nos hicieron desnudarnos para venir aquí y que papá Kai nos revolviera a Arielle y a mi el cerebro, quien, por cierto, desparece. ¡Puf! Y todo por un cuchillo que Jo llenó de magia.

—Y para descubrir que el Ascendente, la razón que nos hizo venir aquí desde un principio, lo tenia Jo en Whitmore, que era nuestro punto de partida—añade Stefan—Genial.

—Jo lo escondió para asegurarse de que Kai nunca fuera liberado—les explica Alaric—

—Muy ingeniosa. Que guay—se queja Damon con sarcasmo—¿Nos vamos a casa ya?

—Chicos, no podemos hacer esto, ¿vale? Hay que encontrar una manera de que mi novia no termine muerta.

—¿Novia?—cuestiona Damon con incredulidad—Habéis tenido tres citas.

—Vale, Damon—le pide Stefan—

—Solo digo que apenas la conoce, y su gemelo malvado ahora mismo está por ahí con Bonnie.

—Ayudaré en todo lo que pueda, pero no liberaremos a su hermano—declara Ric con firmeza—Con el Ascendente no se negocia.

Damon se gira hacia sus hermanos, mirándoles con frustración, y le entrega la mochila con el peluche de Bonnie a Arielle, quien tenía la mirada perdida desde que se había despertado.

—Vale—suspira Damon, acercándose a su mejor amigo para sujetarle de los hombros y usar la compulsión con él—Coge el Ascendente de Jo. Haz lo que sea para conseguirlo ¿Entendido?

—Entendido—responde Alaric—

—¿Qué estás haciendo?—se queja Stefan, incrédulo—

—¿Qué? ¿Tienes una idea mejor?—inquiere su hermano mayor—

Stefan se mantiene en silencio, observándole con seriedad. Entonces sus ojos viajan hasta Arielle.

—Elle, se que estás enfadada conmigo, pero ¿estás bien?—le pregunta, preocupado—

—Si... solo... Necesito pensar. Y el número de teléfono de Luke Parker—declara, adentrándose en el coche—

—Vale, se ha vuelto loca—señala Damon, siguiéndola con la mirada—¡Es gay, Arielle! Y creía que te iba los británicos.

—¡Cállate!—exclama ella—Es por mi madre.

—Genial, se ha vuelto loca—suspira, adentradose en el asiento del copiloto—

Stefan rueda los ojos, sentándose en el coche junto a su hermana mientras Alaric se sube al asiento del conductor





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