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08. Pettigrew y confrontación

Pasar las fiestas con sus amigos había traído paz a Leylah. Se sentía más positiva, alegre y la sensación de vacío que estuvo sintiendo desapareció, sabía que no duraría para siempre, pero lo aprovecharía al máximo.

Volvió a su rutina rápidamente. Estudiar, clases, cena con Sirius y charlas con Remus. De hecho, en ese momento volvía del bosque y paseaba por los pasillos de Hogwarts para llegar a su casa, a pesar de que era riesgoso caminar sin más por la noche, no tenía fuerzas para viajar en las sombras así que solo camino. Si alguien llegaba a detenerla, tenía un justificativo de la enfermera... bueno, era falsificado, pero le serviría.

Pasó por el pasillo del aula de música y sintió muchas ganas de cantar como no hacía hace mucho. Sacudió la cabeza, aunque pudiera entrar allí no tendría las fuerzas para hacerlo sin llamar la atención de algún prefecto.

Siguió avanzando por los corredores totalmente oscuros, tenía suerte de que pudiera ver mejor en la oscuridad que otras personas. Estaba tan distraída que no se di cuenta de que el profesor Lupin y Snape la miraban seriamente, además de que Harry también se encontraba ahí.

— Esto... Hola— dijo un poco nerviosa

— ¿Se puede saber, señorita Riddle, que hacía vagando por estas horas en el castillo? — Preguntó Severus con voz antipática

— Por supuesto — saco el papel falsificado de la enfermería — Tengo justificativo

Lo tomo y leyó con cuidado, tratando de encontrar algún error en el papel, pero todo parecía perfecto ante sus ojos. Se lo devolvió inseguro, todavía desconfiado.

— Harry, Leylah, vengan acá — Habló por primera vez Remus desde que la chica estaba presente — Buenas noches. Vengan

Empezó a caminar esperando que lo siguieran. Llegaron al salón de defensa contra las artes oscuras.

— Pasen — todos entraron a salón, pero el profesor solo se dirigió a Harry — No tengo la mínima idea de cómo conseguiste este mapa, Harry, pero me sorprende que no lo entregaras...

¿Mapa?, Leylah miro rápidamente lo que sostenía el profesor. Sirius le conto acerca del mapa del merodeador y de lo útil que le era en sus años como estudiante, pero también le dijo que se lo habían confiscado. Aquel no podía ser ese mapa, ¿o sí?

— ... ¿No se te ocurrió pensar que esto en manos de Sirius Black es un mapa para encontrarte?

— No, señor— susurro Harry, Lupin se acercó a él

— Tu padre tampoco obedecía las reglas, pero él y tu madre dieron su vida para salvar la tuya. ¡Y tu desprecias su sacrificio rondando sin protección donde hay un asesino suelto, me parece que les correspondes muy mal! — se exalto un poco — Y no volveré a encubrirte, ¿Escuchaste bien?

— Si, señor

— Quiero que regreses tu dormitorio y te quedes ahí— El chico asintió — Y no tomes ningún atajo porque lo sabré

Potter empezó a caminar y se detuvo— ¿Profesor? creo que ese mapa no siempre funciona — Leylah lo volteo a ver interesada — Apareció alguien en el mapa, alguien que está muerto

— ¿Enserio? ¿Y quién fue?

— Peter Pettigrew — Remus lo miro conmocionado

— Es imposible

— Eso fue lo que vi — se dio la vuelta, murmurando unas buenas noches y se fue.

Leylah camino hacia su profesor — Si sabes lo que significa, ¿verdad? El mapa nunca miente

— ¿Tu como sabes del mapa?

Ella abrió los ojos dándose cuenta de su error

— Eh... lo escuche por ahí — desvió a mirada

— Estas mintiendo — le dijo el mayor y espero una respuesta la cual no llego — ¿Por qué fuiste a la enfermería?

— Dolor de cabeza — Mintió nuevamente sin mirarlo porque sabía que le terminaría confesando todo si lo miraba a los ojos

— Vuelves a mentir. — dijo mirándola con desconfianza

— ¿Por qué estamos hablando de esto? ¡Pettigrew está vivo! — se exalto ella alejándose unos pasos de él

— ¿Por qué te importa tanto Sirius Black? — Pregunto con un deje de enojo — Cuando me preguntaste sobre él no le tome importancia, creía que era simple curiosidad, pero ahora...

— ¿Qué tratas de decir? — se terminó por alejar unos pasos más, sabiendo que no le gustaría la respuesta

— ¿Sabes dónde está Black? — fue directo y sin rodeos

— ¿Y por qué lo sabría? — contesto con otra pregunta

— ¿Y por qué no? Eres un misterio, Leylah. Entras al tercer año sin ninguna formación anterior, eres realmente buena en todas tus clases, haces esas cosas raras con las sombras y eres hija de ... — se calló abruptamente

— Hija de Voldemort — completo ella. Sintió lagrimas inundar sus ojos. La única persona que no la había juzgado, aunque si se había sorprendido, por quien era su padre, estaba de pie delante suya diciendo todas esas cosas sobre ella. Sabía que el tema de Sirius Black era un tema difícil para Remus, pero no esperaba que desconfiara de ella como toda la escuela lo hacía.

— No... no es lo que quiero decir...

— ¿Sabe qué, profesor? Sí, tengo secretos y tengo derecho a tenerlos. Soy mucho más que la hija de Voldemort y de todas las personas en esta escuela creía que usted lo sabía más que nadie.

Se fue de ahí dolida.

Ya no le quedaba nadie en esa escuela que confiara en ella, bueno, Draco Malfoy si le hablaba e invitaba a todos lados, pero ella sabía que era porque su padre lo estaba obligando a hacerlo. Pero si ya no podía contar con Remus ¿Quién le quedaba? Leylah por fin estaba entendiendo el peso de su apellido.

[...]

Los días pasaron y no volvió a hablar con su profesor excepto en las clases, por el resto todo seguía igual. Aunque ahora le gustaba estudiar en el bosque en vez de la biblioteca con la compañía de Black.

— No puedo creer que hayas elegido runas antiguas antes que adivinación — Le dijo él un día

— La adivinación es incierta

— Sí, pero puedes dormir en su clase — Se rio

— Seguro que tú lo hacías todo el tiempo — bromeó ella

— Por supuesto — Sonrió nostálgico — James y yo siempre nos quedábamos dormidos en alguna clase y Remus se engarba de despertarnos o pasarnos los apuntes.

— Adivino, era el inteligente del grupo, tú el mujeriego y James el bromista — le dijo ella dejando de escribir— Un trio explosivo

— Sí, los mejores amigos que pudiera pedir — Suspiró— ¿Para qué trajiste una guitarra?

— Estaba practicando en la sala de música antes de venir aquí, pero los del coro llegaron y necesitaban el salón— Se encogió de hombros — no tenía ganas de volver a mi cuarto a dejarla

— Podrías practicar aquí — le dijo repentinamente emocionado — De hecho, me encantaría escuchar un poco de música, hace mucho no lo hago

— ¿Enserio? — él asintió — De acuerdo, pero no esperes que me salga bien — Tomo su guitarra y el saco de su estuche. — La canción se llama Imagination

empezó a tocar los primeros acordes sintiendo como la música la llenaba por completo, Sirius se quedó callado escuchando atentamente, cerrando los ojos y apoyándose sobre el tronco del árbol. Y cuando comenzó a cantar se quedó maravillado con su voz.

La música significaba mucho para Leylah. Por mucho tiempo había sido su única manera de desahogarse y expresarse cuando no podía hacerlo.

Termino de cantar y miro al mayor con un poco de vergüenza, pero el solo se encontraba acostado con los ojos cerrados, parecía relajado y tranquilo

— Toca otra — le pidió sin abrir sus ojos

Y así pasaron casi toda la tarde, ella cantando y explicándole un poco como se tocaba la guitarra

— Algún día te enseñare a tocarla — le dijo — Lo prometo 

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