12. ¿Perfecta navidad?
Leylah y Mikael se habían aparecido en el Gramud Place.
— Me siento mareado — expresó el niño poniendo su mano en su frente
— Lo sé, lo siento — se agachó a su altura y saco un pequeño chocolate de su bolsillo — Toma
El rubio lo tomo con una sonrisa y lo abrió rápidamente.
— ¡Leylah! — Exclamó Siruis caminando por el pasillo — Me pareció escuchar tu voz
Se acerco a saludarla con un abrazo y fue cuando reparó en el niño que se había escondido detrás de ella con vergüenza
Pasos apresurados bajaban por oas escaleras y pronto apareció Harry, seguidos de sus dos inseparables amigos, Ginny y los gemelos.
Por la puerta de la cocina apareció Remus.
Todos la saludaron alegres y repararon en la presencia del niño
— El es Mikael
- Tu mejor amigo - Le susurró para que completara la frase
Leylah sonrió divertida - Mi mejor amigo
— Bueno, pues bienvenido. Te prepararemos una cama en la habitación de los chicos
El niño negó con su cabeza y volvió a susurrar — Quiero dormir contigo
— Él dormirá conmigo — Sentenció
— Bien. Leylah, ¿podemos hablar unos minutos? Mientras Harry le enseña a Mikael donde dormirá
— Claro. Mike, ve con Harry, te alcanzaré luego.
El niño dudo, pero termino asintiendo y siguiendo al de lentes.
Leylah avanzo junto a Remus y Sirius hasta el escritorio del Black. Al entrar, ambos le dijeron que se sentara, de modo que ella quedo delante de los dos.
— Dumbledore nos comentó como te esta llendo en las clases — Comenzó Remus — Y dijo que faltas a la mayoría de ellas
— He estado ocupada en otras cosas, pero aprobaré los TIMOS
— Nadie aquí duda de que los aprobaras, lo que nos preocupa es el hecho de que no te ves bien
— ¿Estas comiendo tus vegetales? — Sirius toma la palabra — ¿Duermes tus ocho horas? No contestes, es obvio que no lo haces
— Le preguntamos a Harry y dijo que estas distraída y te la pasas en la biblioteca, ¿Por qué? Queremos ayudarte
— Es algo personal...
— Puedes confiar en nosotros
— Confío en ustedes, de verdad lo hago — suspiró — Pero esto es algo que debo resolver por mi cuenta. No tiene nada que ver con lo que esta pasando ahora
O al menos eso era lo que creía, todavía lo estaba investigando.
Ambos adultos se miraron unos segundos antes de que Remus retomara la palabra
— De acuerdo, lo entendemos — le sonrió con compasión — Ahora, ¿Puedes explicarnos por qué Umbrige pido un informe completo sobre ti?
— Bueno... — Sonrió nerviosa — Puede que le haya declarado la guerra o algo así
— ¿Algo así? — El hombre lobo la miró serio — ¿Que paso exactamente?
— Tal vez mencione algo de arruinar al ministerio si volvía a tratar de dañar a mis amigos
Sirius se río — Debió haber sido geni...— Remus le dio un codazo que lo hizo carraspear — Quiero decir, mal. Lo que hiciste estuvo mal
— Exacto, no busques motivos para que te expulsen
— No me expulsara. Incluso si lo hiciera, no me alejaría de Hogwarts
Sirius tomó asiento delante de ella ya dejando su sonrisa de lado y tomando una actitud seria, al igual que Remus
- Se que te he dicho que protegieras a Harry, pero no quiero que te arriesgues más, ¿De acuerdo?
- Encontraremos una manera de mantenerlos a todos a salvo - afirmo Lupin
Leylah entrecerró los ojos en su dirección
- ¿Es por el ataque en el ministerio? - preguntó - Solo fue un rasguño, no me paso nada
- Solo no queremos que te arriesgues más de lo necesario
Bueno, un poco tarde para eso - Pensó
- He estado en peligro toda mi vida y voy a seguir en peligro sin importar si derrotamos a Voldemort o no
Así era la vida de un semidiós, no importaba si no buscabas los problemas, siempre te terminaban encontrando. Pero no podía decirles eso, porque no podía contarles lo que era, no sin dejar al descubierto a otros como ella
Quizás algún día se los diría, pero no hoy
- Solo prométenos que no te descuidaras por nadie. Te conocemos, enana, y no queremos que te pase nada solo por proteger a alguien más
Los miró durante unos segundos antes de suspirar
- Bien, lo prometo
[...]
- ¡Ly!
- ¿Qué paso Mike? - le preguntó cuando lo vio bajar corriendo por las escaleras
- Me olvide de dejar un regalo en el campamento - dijo preocupado - Y mañana ya es navidad
- Volveremos mañana en la tarde, no te preocupes se lo darás personalmente
- ¡No! - exclamo y sus mejillas se sonrojaron fuerte - Quiero que decir ¿No es mejor que lo habrá en la mañana de navidad? ¿Solo? - termino murmurando
Ella se cruzó de brazos y lo miró divertida por su reacción
- ¿Para quien es el regalo? - el se volvió más bordó y jugó con sus manos
- Es para Leo - le contestó luego de evadir su mirada
Frunció el ceño y se agachó a su altura - ¿El hijo de Ares? ¿Él que te empujó en la arena en tu primer entrenamiento?
- Tal vez - susurró, la abrazó escondiendo su rostro rojo en su pecho y sintiéndolo vibrar ante su risa- ¡No te reías!
- Ya, lo siento- lo quitó de su pecho para mirarle la cara — Bien, lo solucionaremos
— ¿Como?
— Solo traelo y lo enviaré por las sombras hasta el.arbol del campamento
Él despejó su cara de su pecho — ¿Puedo escribirle una carta antes de que se lo mandes?
— No veo por qué no —Se encogió de hombros y besó su frente — Ve, búscame cuando termines. Hay papel y bolígrafos en mi mochila
—No tardaré, lo prometo — salió corriendo escaleras arribas ignorandola cuando le dijo que tuviera cuidado
— ¿Es tu hermano? — Como cada vez que escuchaba esa voz, su piel se erizó
Se dió la vuelta
—No, aunque lo quiero como a uno — le sonrio — ¿Cuando llegaste?
Charlie le devolvio la sonrisa
—hace una hora, más o menos. Estabas con Sirius y Remus por eso no me viste
— Ah sí, me estaban regañando — Se encogio hombros — ¿Y tu novia?
— Bell vendrá mañana a comer — contestó — A mi padre le darán el alta mañana, también
— Me alegro que ya se encuentre mejor
Él carraspeo y se sonrojo levemente
— De hecho, te estaba buscando para darte las gracias, por salvarlo
— No tienes nada que agradecerme
— Bueno, aun así te he he comprado un obsequio — saca una pequeña caja aterciopelada roja
— ¿Vas a pedirme matrimonio? No tengo edad para casarme — Bromeo ella — Todavía
Charlie rio y luego abrió la caja, revelando un collar plateado con su nombre grabada en el y decorado con algunas piedras
— Por los dioses, es preciosa — la tomó entre sus dedos para observarla detenidamente
Se rascó el cuello nervioso — ¿Te gusta?
— Me encanta, no tenias que haberte molestado — por un impulso lo terminó abrazando — Gracias
Le correspondió el abrazo — no fue nada — Ella se separó y lo saco de la caja — ¿Te ayudo?
Asintio— Por favor — Se lo pasó y se dio la vuelta, corriendo su cabello a un lado
Sintió su respiracion cerca de su oído haciendo que la piel del cuello se le erizara nuevamente. Una vez escucho el pequeño clic se voltio nuevamente
Se encontraron cara a cara, separados por unos centímetros
Se humedecido los labios, sintiéndonos repentinamente secos
—Charlie...
— ¡Termine! ¡Ya puedes mandarlo! — la voz de Mikael bajando las escaleras sacó a ambos de la burbuja en la que estaban. — ¿Y tu quien eres ? ¿También eres amigo de Ly?
El pelirrojo corrió la mirada de la semidiosa y le sonrió al niño
— Si, somos amigos, ¿Cómo te llamas, pequeño?
— Mikael, pero Leylah me dice Mike
—Pues yo me llamo Charlie — Le dirigió una última sonrisa y luego volvió su vista a la chica — Debo ir a ayudar a mamá con la cena, nos vemos despues, Ly
La manera en la que dijo su apodo había sonado demasiado melodiosa para los oídos de ella
— Claro, nos vemos en la cena — Se despidió tontamente y una vez se fue, la Riddle voltio al menor — Arruinaré tu primer beso con Leo — Murmuró más para ella que para él
— ¿Qué? — Preguntó confundido y luego se encogio de hombros — No importa, ya podemos enviarlo
Movió las sombras y las acercó al chico, quien tiró el paquete dentro. Cuando hubo terminado Leylah lo miró divertida
— Así que Leo, ¿Eh? — le molestó — De todos los chicos, te tiene que gustar uno difícil
Se puso rojo — Él también gusta de mí... salvo que no se dio cuenta todavía. Quiero decir, ¿A quien no le gustaría yo? — Se cruzó de brazos egocéntrico dejando de lado su timidez
—Y me pregunto a quien saliste con esa actitud
— A papá, por supuesto. Él dijo que esta en mi sangre gustarles a todos
Leylah se río — Por supuesto que dijo eso
Varias horas más tarde, después de cenar y platicar con el trío dorado y demás, ambos semidioses se encontraban durmiendo en la cama de la chica ansiosos por la navidad
[...]
depertó gracias al sol que entraba por la ventana y le molestaba en la cara
Se removió en la cama antes de abrir los ojos y acostumbrarse a la luz
El cuarto estaba completamente vacío y las camas estaban tendidas.
Se enderezo y se preguntó cuanto tiempo había dormido dado que la habitación estaba demasiado iluminada para ser temprano.
Se quitó las sabanas de encima y pasó directamente te al baño, no si. Antes agarrar ropa para poder tomar una ducha rápida
Una vez aseada se detuvo a mirarse en el espejo. Las ojeras debajo de sus ojos habían desaparecido casi en su totalidad, parecía menos cansada de lo que se había visto en las ultimas semanas y también se sentía con energías.
Ya vestida, bajo las escaleras y se guio por las risas que escuchaba de Mikael.
Lo encontró junto a Sirius y un perro cachorro.
Después de haber leído su carta a Santa, y darse cuenta de que tendría que improvisar dado que él realmente no había pedido nada material, se le ocurrió que una mascota era posiblemente la mejor idea
Después de todo ella y Apolo no estaban todo el tiempo con él y temía que se sintiera solo. Incluso cuando sabía que tenía algunos amigos en el campamento
Por lo que le pidió a Remus un poco de ayuda mientras hablaban ayer.
—¡Leylah, despertaste! — Exclamó el niño cuando la vio parada en la puerta del comedor
Se alejó del su perro y saltó a los brazos de ella
— ¡Feliz navidad! ¡Tienes que buscar tus regalos en el arbol! — tiroteo de mano hasta el gran arbol — Quería abrir mis regalos contigo, pero tu papá dijo que te dejara dormir
— ¿Mi papá? — preguntó desconcertada
— Si, Remus — Contestó y le tendió un paquete amarillo con su nombre en él — Primero el mio
Lo tomó y rasgó el papel cuidado. Dentro había un cuadro con un dibujo de ellos dos y Apolo sentados en el porche de su cabaña. No le sorprendía la cantidad de detalles que tenía el dibujo, puesto que al ser hijo de quien era, el arte prácticamente corría por sus venas
Lo abrazó y agradeció mientras los demás, entraban al comedor junto al señor Weasley
El cachorro le ladró a las nuevas personas
Todos la saludaron y bromeado sobre lo mucho que había dormido ya que era casi la hora del almuerzo
Abrió unos pocos regalos más, que pertenecían a Sirius, Remus y Harry.
Media hora después se sentaron en la mesa, y brindaron
—¡Por Harry y Leylah! Sin ellos yo no estaría aquí — Arthur alzó su copa y sonrio
— Hora de sus regalos, niños — Molly tomó algunos y los paso.
Ella se sorprendió al recibir uno de su parte
—no debía de molestarse, Molly — mo abrio y sacó un sueter violeta con su inicial en el en dorado — Es perfecto, gracias
Se lo puso arriba de lo que llevaba puesto y la matriarca de la familia sonrió feliz
— Buenos dias, lamento llegar tarde — Bell Mckinnon entro y Leylah se esforzó por no rodar los ojos cuando detras de ella Charlie aparecio para tomar su abrigo
— Leylah, había un paquete en la entrada, para ti — el pelirrojo le dio un pequeño paquete negro con un gran moño rojo
Leylah lo agarro pensando que quizás seria de Luna ya que la niña le había dicho que le regalaría un collar contra Nargles como el suyo
Así que lo abrió feliz
Felicidad que murió apenas vio el contenido del paquete
Dentro se encontraba el collar que ella le había regalado a Percy, el mismo que había notado que no estaba en su cuello cuando fue a su apartamento
Bajo el collar; una nota
"Sigue vivo, ¿Cierto?
¿Por cuanto tiempo, Leylah?
Tick, Tack. El tiempo corre"
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