Prólogo

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—¡Feliz cumpleaños!

Leylah se despertó sobresaltada y con el corazón latiendo fuertemente contra su pecho. Se levantó rápido y fijo su vista al frente.

Ahí estaban todos.

Percy, sostenía un pastel con velas, a su lado estaba Nico con un regalo en sus manos. Detrás de ambos, Remus, Sirius y los Weasley sonreían mientras empezaban a cantar el feliz cumpleaños. Charlie se encontraba a un costado de la habitación meciendo a Oliver entre sus brazos y sonriendo. Incluso se encontraba Mikael

Percy se acercó con cuidado para que soplara las velas

—¡No te olvides de pedir los deseos! — le dijo Ron. Leylah solo pensó en una cosa que quería que se cumpliera. Sopló.

—¡Feliz cumpleaños! — el niño saltó a sus brazos cuando todos terminaron de cantar y aplaudir — Te extrañe

—Yo también — Le dijo abrazándolo y se separó un momento después, le acomodó los pequeños rizos que caían en su frente —¿Te divertiste con Leo?

Asintió —Si, su madre nos hizo galletas — Pareció recordar algo porque se bajó de la cama —¡Te traeré tu regalo!

Pasó por entremedio de los adultos, pidiendo perdón por pisarlos y empujarlos. Leylah rio y se acomodó un poco

—¿Por qué no dejan que me arregle un poco y comemos el pastel?

—Claro — Asintió Remus, empezando a echarlos de la habitación. Molly tomó entre sus brazos a su primer nieto.

Los únicos que quedaron fueron Charlie y ella. La puerta se cerró y Leylah lo miró esperando que digiera algo. El pelirrojo se sentó

—Felices diecisiete, Leylah — Fue todo lo que dijo y Leylah frunció el ceño

—¿Solo dirás eso? Porque creo que me prometiste algo para este día

—Estoy tratando de buscar las palabras adecuadas...

La semidiosa se destapo, y se acercó más a Charlie

—¿Es necesario hablar? — Se subió a su regazo, pasando una pierna de cada lado, mirándolo a los ojos. El Weasley rápidamente puso sus manos en su cadera, mirándola un poco sorprendido— ¿Por qué no mejor me demuestras lo que significa que ya sea mayor?

Charlie la beso. No como la había besado antes, lento y con suavidad. Dioses, no. Era un beso totalmente necesitado y ella no se quedó atrás.

Movió levemente sus caderas hacia adelante, pero el agarre que tenía sobre ella, la frenó. Charlie se separó para poder respirar un poco

—No creo que sea el momento para hacer esto. No con toda mi familia en mi sala, esperándote para poder festejar

Ella intentó pensar con claridad, ese beso la dejó media atontada. Terminó asintiendo, pero no hizo el intento de bajarse de él

— Hablaste con Apolo, ¿Cierto? Sobre nosotros tres

—Si

Leylah lo miró detenidamente, tratando de buscar algún signo de desacuerdo, pero lo único que encontró fue lujuria

—¿Y te parece bien? Quiero decir, ¿Estás de acuerdo con esto?

— ¿Estas preguntándome si estoy de acuerdo con una relación compartida? Cariño, estoy a favor de cualquier cosa que tú quieras. Y creo que mereces el doble de amor, felicidad y.... placer

Al decir lo último, Charlie la meció suavemente en su regazo, sacándole inconscientemente un gemido

—Ly, ¿puedo enseñarte mi regalo? — la pequeña voz de Mikael los devolvió a la realidad

—¡Dame un segundo! — Le respondió, se bajó de él y empezó a buscar algo para cambiarse. Escuchó la risa de Charlie a sus espaldas

Entró al baño que estaba en la habitación para poder ducharse y hacer sus necesidades.

Escuchó como la puerta fue abierta y luego cerrada nuevamente, probablemente era el pelirrojo yendo con los demás.

Abrió la ducha, tomó un baño rápido y comenzó a cambiarse

Una vez que terminó de ponerse el vestido que había elegido, dado que ya hacía más calor, sintió unas manos en su cintura. Al principio se sobresaltó, pero luego cayó en cuenta de quien era

Sintió su respiración sobre su cuello y luego un leve beso en la zona. Su piel se erizo y su respiración se entrecortó.

¿Qué clase de poder tenían ellos sobre Leylah que la ponían tan nerviosa?

—Feliz cumpleaños, Amore — le susurró y el voltio para darle un beso. Leylah le correspondió al instante, derritiéndose contra él. Esto le ocasiono una sonrisa divertida al Dios —¿Me extrañaste?

—Tal vez — Se escapo de él para poder salir del baño. Escuchó el quejido de Apolo al abandonarlo en el baño. Ahora ella sonrió burlona

Miró buscando sus zapatos alrededor de su cuarto, que en realidad era de Charlie, pero el pelirrojo se lo había cedido para que estuviera cómoda mientras planeaba la construcción de su nueva casa en el terreno de sus padres.

Los encontró debajo de la cama y se los puso. Caminó hacia la puerta, donde fue detenida por el rubio. La pegó a la pared, para besarla.

Tocaron la puerta, pero ninguno le prestó atención. Entonces se abrió.

Unos carraspeos, todos casi a destiempo, los hicieron separarse. En la puerta se encontraban Remus, Sirius, Percy y Nico, mirándolos con disgusto. Sobre todo, al Dios

— Veníamos a ver porque tardabas tanto — Le dijo el hombre lobo, luego se dirigió a él, que para ese momento estaba a varios metros de la semidiosa. A decir verdad, se encontraba un poco intimidado por los cuatro —¿Porque no vienes con nosotros para que hablemos?

—Lunático tiene razón —Asiente Sirius —Estoy seguro de que será una charla interesante

—Bueno, yo... —Carraspeo buscando la ayuda de ella, pero no la encontró en su lugar, si no más bien caminando a la salida. Pronto quedó solo con ellos. Les sonrió nervioso —Me encantaría

Leylah llegó al lado de Mikael

—¿Papá se siente mal? —Le preguntó al verlo llegar un poco pálido

La Riddle soltó una carcajada tomando al bebé que le tendía Molly en sus brazos— No, no lo creo — Se agachó a la altura del niño — ¿Ya conociste a Oliver?  

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