Prólogo

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— ¡Leylah! 

La chica escucho como alguien la llamaba y al darse vuelta se encontró con su amigo Percy Jackson. Sonrió al verlo, luego de haber pasado casi todo el verano junto a su madre, Nix, en el inframundo, por fin había venido la campamento. A pesar de que solo faltaba una semana para que se terminasen la vacaciones, ella se encontraba bastante feliz por pasar lo que quedaba junto a sus amigos.

Prácticamente se lanzó a los brazos de Percy en cuanto estuvo delante de ella y lo abrazó fuerte. Él se lo devolvió de igual manera

— Parece que alguien me extraño – le comentó divertido

— Y no tienes idea de cuanto

Se quedaron así un poco más hasta que ella se separo y, preguntándole como estuvo su verano, agarró su mochila y siguió caminando hacia su cabaña que era a donde se dirigía antes de que la llamase. Percy antes de contestar le quitó la mochila para llevársela él. Leylah solo rodó los ojos porque a pesar de llevarse solo algunos años él la trataba como una niña pequeña.

—Fue bastante bueno, Anni y yo fuimos de viaje juntos y pasamos la mayor parte del verano allí, se sintió raro tener un verano tranquilo. Esperaba verte antes de irnos para poder obligarte a venir con nosotros o secuestrarte – la chica rio un poco imaginándose la escena – pero Nico dijo que no vendrías hasta hoy

— Si, esta vez fui directo al inframundo. Lamento haber arruinado tu magnifico y tan elaborado plan - bromeó

— Descuida tenemos toda una semana para recuperar el tiempo perdido, he estado practicando unas nuevas técnicas que quiero enseñarte. 

En ese momento llegaron a la cabaña de la chica, que era la número 21,  y se despidieron prometiéndose ver en el almuerzo.

Percy camino unos pasos antes de girarse  de nuevo – Olvide decirte, Quirón te espera en la casa grande dijo que era urgente

— De acuerdo Percy, me daré prisa – le dio una sonrisa sincera que correspondió de inmediato. 

Entro a la cabaña e inmediatamente dejo todo sobre su cama y salió directo a la casa grande.
En el camino se cruzó con muchos campistas que la saludaban alegres. Pensó en todo lo que había hecho en los últimos meses para que el centauro la llamase nada más entrar al campamento. Esperaba que no sea por que hizo explotar los baños el verano pasado justo antes de irse, de cualquier manera negaría todo y le echaría la culpa a los Stoll, como siempre. 

Toco la puerta y le abrió Quirón en su silla de ruedas, la chica lo abrazó inmediatamente y habló rápidamente

— ¿Alguna vez te he dicho lo mucho que te quiero? Porque te quiero muchísimo

— No estás aquí para recibir un castigo, Leylah — le dijo el centauro un tanto divertido por la actitud de la muchacha, ella se soltó igual de rápido y lo miro sonriente — Hay alguien que quiere conocerte 

La dejo pasar a la casa donde se encontró con un señor de edad avanzada, una larga barba blanca y que a simple vista parecía demasiado feliz y amable. Lo miró confundida y con un poco de desconfianza, no había muchas personas que no fueran dioses o campistas que supieran de su existencia.

— Mucho gusto soy Albus Dumbledore Director del colegio Hogwarts de magia y hechicera — le extendió la mano

—  Leylah Riddle, pero supongo que usted ya lo sabe — dijo mientras estrechaba su mano con la de él — ¿Para qué quería verme? 

- Para entregarle esto personalmente - dijo. Le tendió un sobre sellado que tenia su nombre en él.  Se sentó en una silla del lugar y  al abrirlo se encontró con dos hojas, la primera decía lo siguiente: 

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.

Querida señorita: Riddle, Leylah 

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Muy cordialmente,
Minerva McGonagall
Subdirectora

Lo leyó tres veces sin terminar de entender por que estaba dirigida a ella. En la segunda hoja se encontraba toda una lista de materiales como libros y calderos.

— No lo entiendo — dijo finalmente — Yo ya asisto a una escuela — o al menos esperaba que no la hayan expulsado por casi prender fuego la oficina del director

— Hogwarts no es un colegio normal, allí podrás desarrollar tus habilidades como hechicera

— Creo que se confunde, yo no soy hija de Hécate

— No hay ningún error, tu padre fue un mago excepcional y tu podrás serlo, si vienes al colegio

Miró a Quirón preguntándole con la mirada que tan ciertas eran esas palabras a lo que el asintió. Suspiró. Nunca conoció a su padre y su madre nunca lo mencionaba así que sí había muchas posibilidades de que sea verdad, además si Quirón confiaba en que aquello era cierto, entonces ella también.

— Lo siento, pero no quiero tener nada que ver con mi padre y suficiente tengo ya con ser una semidiosa — declaró — y le agradezco la oferta pero tendré que rechazarla.

El centauro, quien se había mantenido apartado de la conversación, habló por primera vez

— Su madre ha venido el día de hoy y me ha dejado claro que quiere que vayas a este colegio, además de que no tendrás que preocuparte por los monstruos, ellos no pueden atravesar los límites de Hogwarts.

— Estuve con ella todo el verano y no me comento nada...

Aunque realmente no sabia de que se sorprendía porque pese haber pasado casi tres meses juntas en un mismo lugar, eran pocas las veces que realmente hablaban, pero lo comprendía, ser una diosa primordial seguro que no era fácil. 

Quirón se movió por la sala en su silla de ruedas hasta llegar a la mesa del centro donde agarró un paquete alargado y se lo tendió a la semidiosa

— Lo ha dejado para ti - dijo incentivándola a abrirlo

Dentro se encontraba un "palito", aunque estaba segura de que no se llamaba así, de color negro con una pequeña piedra en forma de luna llena. Era realmente hermosa 

Al tomarla sintió como un calor le recorría por todo el cuerpo, se fijo de nuevo en la caja para encontrarse una pequeña nota que decía: 

"Cuerno de basilisco, tejo, 27.5 cm, semiflexible " 

y un poco más abajo ponía: 

" Esto también es parte de ti y, al igual que hiciste con tus dones, tienes que aprender a controlarlo "

Esa era la manera sutil de su madre para decirle que tenia que ir quiera o no. «También te amo mamá », pensó sarcásticamente 

— De acuerdo, al parecer estoy dentro 

Ambos sonrieron y aunque nunca lo admitiera, estaba un poco ansiosa por saber de lo que era capaz.

Ahora lo complicado seria explicarles a sus amigos, sobre todo a Percy que era bastante lento para muchas cosas 

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