Capítulo 3

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[[ Tres años antes ]]

Moonbyul caminaba apresurada por los pasillos de la preparatoria, su primer día de segundo año e iba a llegar tarde, afortunadamente no era la única que contaba con esa suerte.

Una chica de pelirosa pasaba justo en la esquina por la que iba a voltear, apenas se detuvo para no chocar con ella, pero fue inevitable, el encuentro provoco que la chica cayera al suelo, seguida de Moonbyul a su lado — Lo siento —, dijo una apenada mujer.

La rubia se arrodillo sobando su codo que había sufrido el impacto — No te preo... —. Sus palabras apenas salieron cuando observó la muñeca de la joven, la cual era adornada por una bonita pulsera que reconocía, su corazón golpeteaba como loco y sus manos empezaron a temblar, alzó su rostro para encontrar el contrario, quedando embobada ante la vista.

Su respiración se cortó al sentir la gentil mano de la joven que acariciaba su mejilla —¿Estás bien? —, preguntó preocupada al ver la reacción de la contraria —¿Vamos a enfermería? —. Sus ojos se encontraron, al decir verdad, la chica estaba casi igual, no podía creer que la chica popular había chocado con ella, secretamente la miraba, tenía una atracción inexplicable con ella desde hace tiempo.

Había pasado un año, a pesar no haberla visto su recuerdo se mantenía intacto, sus labios, nariz, mejillas, ojos, todo lo que alguna vez cautivado su vista en el mundo celestial estaba frente a ella, sabía que la extrañaba, pero ahora confirmaba que tanto lo hacía —¿Solar? —. El nombre escapo de los labios de la rubia. Su rostro se tornó pálido al escucharse, "¡Idiota!" se reprendió internamente.

La pelirosa la miro confundida, escuchar ese nombre hizo que un escalofrió recorriera su cuerpo y una picazón en el lado izquierdo de abdomen — Lo siento, me confundes, mi nombre es Yongsun —, dijo con un cierto tono de tristeza, esperaba que al menos aquella chica supiera su nombre — No has respondido mi pregunta, ¿Estás bien?

Byul trato de cambiar su semblante, un poco consciente "Claro que no utilizaría el mismo nombre" se incorporó abandonando el calor de la palma de Yongsun en su mejilla — Estoy bien, gracias ¿Tú lo estás? —, dijo extendiendo la mano para que la chica la tomara, así fue, un leve cosquilleo pasó por su palma, como lo sospechaba. Las manos de la rubia eran suaves.

— También, gracias — Dijo con cortesía. Observó como la rubia volteaba con suavidad su mano para detallar mejor la pulsera confirmando con una sonrisa en su rostro que era la misma que le había dado a Solar en el mundo celestial — Linda ¿No? —. Asintió — La tengo desde niña... o eso creo, mi prima Dami me dijo que es de buena suerte y protección — "¿Dami?" Byul entrecerró los ojos al escuchar su nombre, suponiendo de inmediato que era el espíritu de Piscis.

La rubia quería seguir el interrogatorio, pero el sonido del timbre las asusto — Mierda, llegaré tarde —, dijo Moonbyul aterrorizada, logro ver como una risita salía de Yongsun al escucharla, apenándola por unos segundos.

— No te distraigo más, hasta luego Moonbyul — Dijo ella separando sus manos para caminar a su destino dejando a una confundida rubia que la miraba desde lejos.

— Sabe mi nombre... — Dijo en un susurró con una sonrisa.

(...)

El sonido de las espadas chocando retumbada por la habitación, la respiración agitada de Xion y Byul era audible en esas cuatro paredes, los dos sonrieron al empuñar sus respectivas espadas para luego atacar con firmeza.

El espíritu de capricornio notaba la fuerza que había ganado su protegida con tan solo unos meses de entrenamiento aun sin estar él ahí para vigilar su entrenamiento; al estrellar las espadas cada uno hacia fuerza hacia el lado contrario causando este chirrido conocido por el metal, la princesa aplico fuerza en sus talones para hacer retroceder a su entrenador.

Xion retrocedió unos cuantos pasos, en un movimiento rápido, Byul inclino su espada hacia abajo para así golpear la de su espíritu cerca al mango y hacer que dicha arma terminara en el piso.

Sonrió de medio lado al saber que al fin ganaría — No creas que un buen movimiento gana la batalla —, dijo el espíritu en el momento que dio la espalda para estrellarla contra ella, sostuvo con sus dos manos la muñeca de Byul, ella liberó la espada por la presión ejercida, antes de que cayera Xion la tomó, para al final tumbar a la contraria con un movimiento de pie hacia su tobillo no firme.

— Al final lo que importa es el resultado — dijo al sostener la punta de la espada contra la yugular de la princesa. Pateo con cuidado el tobillo que había lastimado — Necesitas más firmeza, si te tumban tan rápido serás presa fácil —, Byul bufó al escucharlo, inmóvil por la espada que apuntaba hacia ella.

— Vale, vale, no me confiaré tanto, ya entendí — Dijo con un tono desesperado, no le gustaba estar perdiendo contra él.

Xion sonrió, quito la espada para luego levantarla con ayuda de su mano — No te enojes, es por tu bien —, dijo más tranquilo caminando a uno a de los bancos del lugar, tomo dos botellas de agua que estaban en el suelo para tirar una a Byul. Ella la atrapo.

— Lo sé, pero no entiendo por qué aprendo tan lento — Dijo frustrada sentándose al lado del espíritu, la miraba de reojo evitando una risa.

—¿Lento? — Pregunto divertido — Me tomo doce años perfeccionar las habilidades — Moonbyul casi escupió el agua al escucharlo.

—¿¡Doce años!? — Gritó asustada — Si espero todo eso no tendremos reino a que salvar —, dijo sujetando su cabeza angustiada. Mientras su Xion seguía riendo y tomando tranquilamente agua —¿Qué es tan gracioso? —. Preguntó mirándolo con enojo.

Trago el agua para hablar — Eres de la realeza, no tardarás tanto tiempo —, explicó, Moonbyul pudo relajarse por su comentario — Por tu sangre corre el poder de Capricornio, lo que has aprendido durante este tiempo ha sido rápido, dentro de poco lo perfeccionaras —. Tomó la espada que descansaba a un costado y la volteo varias veces — Y por encima de todo, confía en tu espada, trátala como si fuera una de tus extremidades —. Moonbyul lo miró con confusión, si sabía que en su reino el arma más importante eran las espadas, que había leyendas de espadas fantásticas y que eran conocidos por ser guerreros formidables, pero tratarla como algo tan sagrado, le causaba gracia.

Xion noto el silencio tras sus comentarios, miro a Moonbyul que trataba de reprimir una risa, una vena de la cabeza del espíritu hizo aparición. Molesto.

Sin previo aviso golpeo la cabeza de Moonbyul causando un chillido y luego una mirada feroz de reprocho — Te hablo muy en serio Moonbyul — Dijo con un tono alto, suspiro para tranquilizarse esperando quizás un golpe de vuelta de su protegida. No sucedió.

— Lo siento — Esas palabras tomaron desprevenido a Xion, volteo su cuerpo hacia la izquierda para inspeccionar mejor el costado de Moonbyul. Se sentó cruzando las piernas.

—¿Tú? ¿Te acabas de disculpar? — Dijo incrédulo, la rubia asintió con timidez.

Lamio sus labios antes de hablar — Sé que tengo que ser muy fuerte, ahora más que nunca —. Xion volvió a inspeccionar su cuerpo notando el leve temblor.

Junto sus cejas —¿Sucedió algo? —, preguntó sospechando que algo había detrás de las palabras de Moonbyul. Ella sonrió —¿Es sobre la escuela?

— Sí, o bueno no, sucedió allí — La rubia bajo la cabeza mirando el piso, mordió su labio inferior, su rostro se tornó rojo al recordar a la joven pelirosa que enloquecía sus días de niñez.

El sonrojo no pasó desapercibido por su espíritu quien sonrió de inmediato —¡La encontraste! —, dijo emocionado.

Moonbyul alzo la vista con un sonrojo más grande asintiendo con una sonrisa en sus labios — Se llama Yongsun en este mundo, aun lleva la pulsera que le regale —, dijo moviendo sus manos nerviosa.

Ahora entendía porque el comportamiento de Moonbyul, no solo se veía más consciente, también feliz por haber encontrado a Solar — Así que... —. Sonrío con malicia — Encontraste a tu primer amor, a la niña de tus ojos —, dijo con toda la intención de molestarla, logrando ver su rostro más rojo y avergonzado.

En cuestión de segundos el espíritu vio todo negro al sentir los brazos de Moonbyul rodeando su cuello, le hacía una especia de llave causada por la vergüenza que él había ocasionado —¡Idiota! —. Grita a su amigo, este golpea sus brazos dando entender que lo está ahorcando ferozmente.

A regañadientes lo suelta, aun fastidiada por el comentario — No te pongas así, solo era una broma —, dice mientras sobaba su cuello adolorido, cuando quería la princesa tenía mucha fuerza — Eso dolió... ¿Y qué tal? —. Moonbyul se cruzó de brazos esperando otro estúpido comentario —¿Hablaron?

Ella negó con la cabeza — No exactamente... Fue complicado —, dijo recordando el incidente de ella chocando contra Solar, sintiéndose un poco idiota de lo torpe que había sido por causa de los nervios —, pero creo que es mejor mantener la distancia —. Xion la miró sorprendido.

—¿Distancia? ¿Por qué?

Moonbyul seguía nerviosa jugando con la palma de su mano ­— No lo sé —. Mintió, lo sabía, temía que Solar, o, mejor dicho, Yongsun no la aceptará, este mundo era tan diferente, ¿Qué pasaba si no sentía lo mismo? El no recordar provocaba que todo fuera confuso — Prefiero cuidarla desde lejos, si se acerca a mí quiero que sea su decisión —, dijo dejando escapar un suspiro sonoro por la habitación.

[[ Presente ]]

Moonbyul se miró al espejo por última vez comprobando su apariencia, tenía una fama de girl crush que ganó a través de los años, aunque hoy vestía casual, se veía elegante con solo una camisa blanca y pantalones negro, llevaba una chaqueta de cuero en su mano por si el clima cambiaba.

Con 19 años logró varias metas mundanas, por ejemplo, entrar en la universidad y gracias a su espíritu que lograba conseguir dinero de la nada, tenía auto y moto.

Esta vez escogió la moto, le resultaba más cómodo y liberador viajar en ella, además hoy no tenía que transportar a nadie, Wheein y Hyejin irían a pie a su escuela que no quedaba muy lejos de su hogar.

Hoy era un día especial, sus dos pequeñas se graduarían, a pesar que era un logro poco valido en su mundo, para el mundo humano era importante y ellas ignoraran parte de su origen.

Aunque lo anunciado por Xion rondaba en su cabeza, — Es hora, la princesa Libra las buscará — haciéndole cuestionarse si era seguro celebrar cuando pronto tendrían que ir de vuelta a su mundo, no les fastidiaría este día a ellas.

Bajó al estacionamiento para subirse en su moto, colocó su casco con cuidado de no despeinarse demasiado, acomodó la chaqueta enrollándola en su cintura y encendió el vehículo para luego salir del lugar. Aprovecharía el tiempo para recorrer su antigua escuela.

(...)

En la casa de las princesas Leo y Aries, que ignoraban que lo eran, se escuchaban pisadas apresuradas, también quejas audibles por no encontrar las brochas para maquillarse.

Hyejin, el nombre humano de Hwasa, se removió en la cama intentando ignorar todo, cubrió todo su cuerpo con la cobija pensando que así sería fácil dormir de nuevo —¡Hyejin! —. Llamó Wheein desde la otra habitación, ella era la ruidosa —¡Levántate! —. La chica sintió el grito próximo a ella — Llegaremos tarde —, dijo la castaña cerca de su cama, al no ver reacción alguna movió el bulto enrollado que suponía era su compañera.

Se escuchó una queja de Hyejin — Ven, duerme conmigo —, dijo ella sacando una mano de las cobijas para agarrar a Wheein.

Logró escapar del agarre — Sabes que mamá se enojará si llegamos tarde —. Por mamá se refería a Dahee, la noble mujer que las había adoptado después de perder la memoria.

Las dos niñas estaban muy agradecidas con la mujer que había cuidado de ellas desde entonces, no les ha faltado nada y se encargaba de su seguridad. Cuando tenían 16 años decidieron preguntar por sus padres y por qué no los recordaban.

Lograron detectar el nerviosismo en Dahee, pues les dijo que sus padres eran amigos, pero debido a un accidente ellos murieron, las dos niñas se sintieron afligidas por tal información devastadora, al final les dijo que su amnesia era a causa del trauma, ellas estaban en dicho accidente.

Dahee odiaba mentirles, pero necesitaba una historia creíble, además de utilizar esa información para crear una vida financiera estable, excusándolo como una herencia de sus padres empresarios.

A pesar de los acontecimientos, su estilo de vida y el amor que le tomaron a Dahee hizo que las dos chicas se acercaran, como imanes, ignorando algo importante.

El cuerpo tiene memoria.

Antes de que se vieran por primera vez en el mundo humano, ellas ya sabían que eran cercanas, que no se alejarían la una de la otra.

Wheein frustrado comenzó a sacudir a su perezosa amiga provocando irritarla —¡Wheein deja de sacudir! —, dijo Hyejin con una falsa voz de molestia, esta vez fue más rápida y agarró las dos manos de su compañera provocando que cayera encima de ella, la castaña se intentó zafar del agarre inútilmente, jadeando dejo que sus manos descansaran sobre la almohada a cada lado de la cabeza de la pelinegra, en ese momento se percató de su posición, estaba sentada en el estómago de la chica con la mirada fija en sus ojos.

Ahora tenían 18 años, vivieron su pubertad juntas, muchas experiencias que recordaban con alegría, sin embargo, esa maldita energía que emanaban cuando estaban así, sabía que sus latidos eran veloces por motivos que no querían revelar, en algún punto estas dos jóvenes comenzaron sentirse atraídas, era como si un imán quisiera que esa pequeña brecha entre sus labios se cerrara y al fin aceptaran sus sentimientos, pero eran demasiado tercas para ello. Negando siempre a sí mismas.

—¿Puedes sentirlo? — La voz profunda de Hyejin hizo temblar a Wheein.

Sus pechos comenzaron a subir y bajar con rapidez, la castaña no creía sus palabras, "¿Es posible?" Pensó antes de abrir su boca —¿El qué? —. La voz le tembló.

Hyejin no dijo nada. Los ojos de la pelinegra la miraban con tanta devoción, como si fuera lo más hermoso que había presenciado en su vida.

Wheein se desesperó por el silencio, el lugar se sentía caliente —¿Sentir qué, Hyejin? —, preguntó una vez más, su cuerpo les exigía acercamiento, las dos morían porque alguna cediera, ese momento donde todo cambiaria, era tan arriesgado, no podían vivir con un rechazo, no quería que nada destrozara la vida que llevaban.

— Mi estómago, ¿Qué crees que puedo sentir? Si tengo hambre y sigues sentada allí — Dijo Hyejin evitando escuchar las suplicas de su corazón — Levántate debemos ir a la prepa, nuestra mayor se va a enojar y sabes cómo se pone —, soltó las manos de su compañera para que se quitara de encima, no pudo ignorar el rostro de molestia de Wheein.

— Eres una idiota — Dijo susurrando, se levantó con rapidez para salir, fue seguida de Hyejin que de nuevo la detuvo sujetando su muñeca.

Hizo que se volteara, la pelinegra solo era unos centímetros más alta, las dos tenían una pelea de miradas — Eh, ¿Qué sucedió? ¿Por qué te enojaste?

Wheein sabía que Hyejin no tenía la culpa, no sabía de sus sentimientos, pensaba que era una idiota por siquiera pensar un segundo que era correspondida — Descuida, solo fue un berrinche —, dijo con la mirada baja para luego soltarse, se marchó mientras sentía la mirada preocupada de Hyejin en su espalda.

La castaña respiró hondo al llegar a la sala, colocó sus dos manos sobre el respaldo del sillón, odiaba esta situación, ya había fingido lo suficiente que estaba bien, cuando le preguntaba a la castaña que pasaba, se le hacía un nudo en la garganta solo pensando que era ella justamente lo que pasaba.

Mientras la pelinegra se sentaba en su cama con los ojos cristalizado, deseando que sus sentimientos no fueran leídos por la contraria, ella fingiría con tal de mantener su amistad.

Difícil situación, pero sencilla solución.


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Admito que estoy feliz por tantas lecturas ( /^ω^)/♪♪ pero las pocas estrellitas me dejan pensando en que no les gustó (。ŏ﹏ŏ)
Gracias por leer ♥

Sé que no les interesa pero bue..su escritora está en este tiempo en la beca de su universidad. La provincia cerró por tantos casos y aún así seguimos dando clases 😅

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