Capitulo 14.- Grito Volátil

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Lincoln terminó de ponerse las botas mientras veía las noticias matutinas en la televisión de la sala y al mismo tiempo tomaba un taza de café.

Se notaba preocupado, no sabía si sus hijas estarían de acuerdo en pasar tiempo en casa de sus padres porque estarían constantemente apretados y tenían que hacer fila para el baño, no era algo que estaban acostumbradas, pero el hombre se mantuvo positivo ante su desición de pasar tiempo con su familia. 

Cuando terminó su taza café, fue a la cocina a lavar los platos que ensució, sin embargo, no se enteró que Lupa venía detrás suya. La niña caminó detrás de su padre mientras se quitaba las lagañas de los ojos y dió un largo bostezo dejando sus colmillos expuestos por unos segundos.

La albina había bajado por un vaso de agua, tenía la garganta seca porque normalmente ronca por las noches, pero no esperó encontrarse su padre despierto tan temprano, eso no le agradó para nada.

— ¿A dónde vas apá? — preguntó en tono serio y un tanto molesta.

— Voy a un compromiso — decía lavando los platos.

— ¿A qué?

— Tengo que pasar por alguien quien me comprometí a cuidar por una semana.

— ¿A dónde irás? ¿Cuando volverás? — exigió la niña.

Lo que dijo la albina no le gustó para nada a Lincoln, era su hija y todo, pero no puedes exigirle respuestas a tus padres por puro capricho.

El hombre dejó lo que hacía molesto por la actitud de su hija y miró la muy enfadado.

— Cuida tu tono niña ¿Por qué tengo que darte explicación?

— No quiero que me abandones como si fuera un maldito perro.

Eso sí dolió, sabía que era una pésima figura paterna y no podía pedirle a Lupa que pensara así de él, después de todo llevaba un día de conocerlo.

— Prometo que no tardaré toda la mañana.

— Bien, si no regresas, le diré a mi amá, que te arroje una maldición... — habló sin dejar de verlo a los ojos. — Y también un cosita más, quiero que me lleves a una tienda donde venden herramientas de taxidermia en el centro comercial.

— Seguro.

La niña bajó su mirada al suelo, realmente no quería que se fuera y que pasara más tiempo con ella, pero sería muy egoísta.

— Te quiero apá.

— Y yo a ti mi pequeña abejita...

Lincoln terminó de lavar los platos, antes de irse, le acarició tiernamente la cabeza a su hija. Seguido, Lupa cerró sus lindos ojos amarillos y su padre le dió un suave beso en la frente para que dejara de sentirse enojada, pero no funcionó. Cuando el hombre se fue, aún seguía enojada y también avergonzada porque la llamó abejita y la besó en la frente con mucho afecto.

~{•}~

Lincoln fumaba un cigarro afuera de la casa de Maggie recargado en su auto. Se estaba preparando para los chingasos que tal vez recibiría, metafóricamente hablando claro. 

La preparación antes de ver a Maggie era tediosa, no sabia que podía esperar de una maestra de matemáticas avanzadas de una preparatoria. Primero tenía que relajarse de alguna manera, normalmente no fumaba porque ella odiaba el olor a tabaco y más si lo hacía delante de Gloom, pero este día era especial porque tenía que cuidar a sus tres chamacas de madres totalmente opuestas una de la otra. Y la segunda, tenía que improvisar.

— Ahora que lo pienso bien, ¿Por qué no usé condón? — se dijo así mismo mirando al cielo.

Maggie lo detesta desde el día que lo conoció, siempre fue lo peor y lo más sínico de su vida porque fue el imbécil que casi arruinó cumpleaños, el padre de su hija y el amor de su vida. Algo que juntos no le agradaba nada.

Cuando terminó el cigarro, lo dejó caer y lo pisó. Dió un largo suspiro, se acercó al hogar y tocó el timbre de la residencia Foresters.

Abrieron la puerta desde dentro, la madre de Gloom se molestó por el olor a cigarro de Lincoln.

Maggie tan solo llevaba puesto una bata de baño sin nada de abajo dejando mucho a la imaginación, hace unos minutos había salido de la ducha y las gotas de agua que aún seguían en su tersa piel, se escurrían lentamente por su todo cuerpo. Además tenía un escote lo suficientemente abierto como para que se mostrara un poco su abdomen y sus senos poseían una lindas pecas con un lunar muy sexy.

Lincoln usaba toda la maldita fuerza de voluntad en su cuerpo para no verle sus atributos que una vez tocó porque sabía que recibiría a un puñetazo en la nariz.

— Se está alistando — dijo Maggie observándolo a los ojos.

— Está bien.

De pronto, Maggie rodeó con sus brazos el cuello del albino y le plantó un apasionado beso en lo labios, sintieron como se juntaban sus lenguas y el aliento desaparecía lentamente de sus cuerpos. Un tiempo después se apartaron de golpe por la falta de aire.

— Se supone... que no te agrada que fume.

— Solo si lo haces delante de Gloom... pasa... ¿Un café?

— Ya tome uno, pero me encantaría.

Lincoln entró en la casa detrás de Maggie, se sentó en un sillón delante de una televisión, veía como ella le servía café de una cafetera en la cocina con una tranquila mirada.

Maggie llegó con dos tazas de café en ambas manos y se dejó caer sobre sus piernas en el sillón mientras le entregaba el café. El albino le dió un sorbo al café y estaba agrió porque la gótica no consume azúcar, pero Lincoln se acostumbró debido a sus múltiples visitas.

— Mmm... Y a todo esto, ¿Por qué quieres que la cuide una semana?

— Mañana iré con mis papás al cumpleaños de mi abuela, pero también irá mi tía abuela y mi tía, ellas son muy léperas, no quiero Gloom aprenda a decir groserías.

— Lo comprendo, sabes estoy pasando un tiempo en la casa de mis padres.

— ¿Volviste a quemar tu casa?

— Esta vez no fue mi culpa, fue una falla eléctrica la que provocó el incendio.

— Y a todo eso ¿Qué no tenías un departamento?, Ya sabes, el que me llevaste hace años — dijo un sorbo a su café.

— Si, pero... es muy frío.

— En eso tienes razón, cuando pasamos varios días por la tormenta en invierno, teníamos que beber tequila y abrazarnos sin ropa para poder calentarnos.

— Y usar una cobija mientras veíamos tu película favorita, ¿Cuál era?

— "El Hombre Manos de Tijera"

— Unas semanas después te enojaste conmigo porque estabas esperando a Gloom.

— Si me enojé contigo, pero no me arrepentí...

Hubo un pequeño silencio, tan solo podían escuchar las respiración y los latidos del corazón. Maggie quería hacer algo que no la dejó dormir bien toda la noche.

Lentamente acercó su mano a la de Lincoln, y este, por simple inercia, la tomó con mucha delicadeza a como ella estaba acostumbrada a las pocas veces que decidía tocar al padre de su hija. Seguido, la gótica dejó caer su cabeza sobre el hombro de Lincoln con mucho cariño recordando la vez veces que compartieron un sillón, deseaba que sucediera otra vez, pero se mantenía firme y dura con él.

De pronto una niña lanzó una pesada maleta por las escaleras provocando un fuerte golpe en la sala y bajo con una sonrisa en la cara.

— ¡Papi! — la niña se lanzó su padre dándole un fuerte abrazo.

— Hola cariño, ¿Ya estás lista?

— Si, tengo... — arrastró la pesada maleta. — Mucho trucos de magia que mostrarte.

— De acuerdo.

Antes que se levantara del sillón, Maggie lo tomó de la camiseta y le dió un besito rápido en la mejilla, luego lo hizo a un lado como la basura que es y se acercó a maternalmente a su hija y se despidió de ella con un fuerte abrazo y le hizo prometer que se portaría bien.

Padre e hija salieron de la casa, mientras que Lincoln subía las pesadas maletas de su hija a la camioneta, esta decidió hacer una pregunta:

— Papi, ¿Mami te odia?.

— Te soy honesto... — cerró la cajuela del auto y miró a Gloom a su lado. — No tengo idea.

~{•}~

Lincoln llegó a la residencia Sharp muy confiado porque sabía que la dueña de la casa y él son muy buenos amigos.

Tocó la puerta tendiendo detrás de él a Gloom un poco confundida porque sabía perfectamente en donde estaba parada. En unos segundos, una rubia alta vestida con una camisa de rayas azul y unos Jean un poco rotos abrió la puerta.

— Socio — Sam le dió un fuerte apretón de manos seguido abrazo como si fuera su amigo más no su Bro, ese puesto le pertenecía a alguien más.

— ¿Está lista? Vengo apurado.

— Descuida, ya bajará... ¡¡LINA TU PADRE ESTA AQUÍ, BAJA YA!! — avisó manera correcta tal como una madre lo haría, después de unos segundos, Sam se dió cuenta que la amiguita de su hija estaba detrás de Lincoln. — ¿Qué haces aquí Gloom?

— ¡Hola señora Sharp!, voy a pasar una semana con mi papi.

— Lincoln... — le hizo una seña para que se acercara un poco. — ¿Por qué no me contaste que tú eras su maldito padre? — susurró.

— Nunca se me ocurrió que la conocías — también susurró.

— ¡Porque nunca me lo preguntaste!

— ¡Según tu nos contábamos todo con respecto a Lina!

Siguieron hablandosé en voz baja para que se diera cuenta Gloom de lo que se decían hasta que fueron interrumpidos por Lina con una mochila en su espalda, su patineta y una maleta a su lado.

— Hola viejo — le dijo Lina a su padre y ambos chocaron los puños después de un saludo especial que tenía. — Ya nos vamos... ¿Gloom que haces aquí?

— Lina... ¡Somos hermanas! — Gloom sonrió. — abacho, abacho, abacho... — decia repetidas veces mientras abrazaba a su hermana y mejor amiga.

Y Lina estaba feliz porque dejó de pensar que era hija única y ahora podía compartir a su papá, pero no sabía que tendría que pelear a punta de chingasos por la atención de su padre contra trece hermanas distintas a excepción de uno porque era su único varón y casi no importaba.

~{•}~

— Como te decía, ya tengo todas mis vacunas — dijo Lina a Lincoln mientras abrían y enteraban el consultorio de la doctora Santiago.

— A tu edad yo no las tenía, no seas presumida que no venimos a eso.

Una niña morena estaba sentada en el escritorio de su madre mientras revisaba su celular vídeos de aves escuchando heavy metal. Se acomodó los lentes haciendo su cabeza hacia atrás, pero sintió que se caía apesar de estar sentada en una silla de oficina, recuperó el equilibrio sujetándose del escritorio.

Esta niña notó que su padre y unas niñas cercanas a su edad la miraban con una sonrisa medio incómoda, sin embargo, ella se alegró por ver a su padre después de un largo mes.

— Hola apá... — se levantó de la silla y se acercó para darle un fuerte abrazo a Lincoln. — ¿Cómo se encuentra?

— Muy bien Reina, ¿Dónde está tu madre?

En eso, Ronnie Anne entró abruptamente al consultorio y cerró detrás suya. Aliviada, se recargó en la puerta porque terminando su turno tendría su descanso de una semana por el congreso.

— Lo siento Lincoln, tenía planeado en recibirte, pero una señora mayor no se quería dejar le midieran el azúcar así que tuve que sedarla.. varias veces.

— Disculpe, señora — habló Gloom.

La doctora bajó la mirada y le dió una sonrisa.

— ¿Qué pasa mi cielo?

— ¿Reina es nuestra hermana también? — la señaló con el dedo m de

Ronnie Anne vió a Lincoln y este levantó los hombros en señal de aprobación, total ya no le importaba que todos lo supieran.

— Si cariño... ¿Lincoln me das un momento?

Ambos adultos se separaron un poco de las niñas. Y Gloom abrazó a Reina con mucha alegría e incluyendo a Lina en la ecuación.

— ¡Sabes que te matarán si las llevas a casa de tus padres! — susurró la doctora.

— Pero tengo un As bajo la manga, pienso en comprar choco... — cuando estaba apunto de terminar esa palabra, Ronnie Anne le tapó la boca tan fuerte que pareció un golpe en la cara. — ¿Y eso por qué fue? — preguntó sobandose el hocico.

— Esas tres niñas tienen tus genes idiota, si mencionas esa palabra lo destruirán todo, créeme, ya no me dejan entrar a la feria — habló con melancolía.

Lincoln volteó a ver a sus hijas y vió como tenían los ojos abiertos como platos, no dejaban de verlo por lo que casi decía enfrente de ellas.

— Dijiste algo apá/viejo/papi — hablaron las tres niñas casi en perfecta sincronía.

— Dije que se me antoja un chai latte.

Esas tres dejaron de darle atención y siguieron hablando entre sí como dina hubiera pasado.

— Buena suerte perdedor, la necesitarás — la doctora dió un golpe en el brazo como de costumbre.

— ¡Ouch! — se quejó.

~{•}~

Lincoln conduce su auto mientras bebía un chai latte grande con los nervios alterados por tanta cafeína que ingirió su cuerpo desde la mañana.

Gloom, Lina y Reina conversaban y reían en el asiento detrás mientras comían yogurt congelado de diferentes sabores.

— Bueno niñas, falta unas calles para llegar a casa de sus abuelos ¿Tienen alguna duda? — habló Lincoln dejando el chai latte en un portavasos.

— Si, ¿Cuantos hermanos dijo que tenemos? — preguntó Reina.

— Tienen doce.

— Vaya no perdiste el tiempo viejo... — dijo Lina.

— ¿Y cuántas tías sin incluir a nuestras mamás claro? — preguntó Gloom.

— Díez.

— ¿Ósea que las diez están en casa de los abuelos? — dijo Lina y su padre se lo confirmo. — ¿No se estarán matando ahora mismo?

— No están todas y aparte son hermanas.

— Wow... ¿Enserio toda una familia? — dijo Gloom.

— ¿Tiene hermanos apá? — preguntó Reina.

— No y no lo vuelvas a preguntar jamás en tu vida — mintió porque no le podías decir casualmente a unas niñas que las mamás de sus medios hermanos son también hermanas de su papá.

~{•}~

Entraron a la casa Loud, Lincoln notó algo raro que nunca pasa en esa casa, era silencio. Revisó su reloj y todavía son las diez de la mañana.

— Todavía siguen dormidos, no hagan mucho ruido si.

Las tres niñas le dijeron que simón y fueron a conocer la casa cada una por separado mientras que el albino dejó las pesadas maletas a un lado del sillón de la sala.

Laika tenía la costumbre de levantarse temprano y hacer ejercicio en el patio trasero desde que llegó a la antíguo hogar de Lincoln. Se asomó por la ventana al patio trasero y la pelirroja estaba ahí haciendo sentadillas con un tronco en sus hombros.

Dentro de poco daría inicio el caos matutino...

Luna salió de la ducha poniéndose una bata de baño y una toalla en su cabeza. Salió del baño y antes que pudiera entrar a su habitación, notó a una niña bajaba las escaleras del ático con una de sus antiguas guitarras acústicas en sus brazos.

La rockera le encontró un enorme parecido a su amor de su juventud, Sam y por el cabello blanco diría que también de Lincoln.

— Buenos días — dijo Lina mientras cerraba las puerta ático.

Luna saludó a la pequeña aún sin asimilar lo que pasaba, tenía en su mente a su hermano menor y a Sam teniendo relaciones como ella lo hizo hace unos días en la cochera. Miró como esa niña bajaba las escaleras afinando la guitarra.

Molesta, entró a su habitación a cambiarse para hablar seriamente con su hermano menor...

En otro lugar de la casa, Lynn y su hija salieron con mucha energía de la casa al patio trasero. Vieron como Laika practicaba su lanzamiento de cáber tal cual en los highland games que vió ayer por la televisión.

Laika volvió a levantar el tronco y lo colocó en posición para que su tía practicara también.

Cuando Lynn estaba a punto de sujetar el tronco, se percató que había una niña morenita trepada en el árbol del patio tomando una foto a una lagartija luchando con una araña.

— Oye Laika ¿Quién es esa niña? — Lynn dijo sin dejar de verla en el árbol.

— Su nombre es Reina, otra hermana, hija de mi Pa', le pregunté si quería practicar conmigo a lanzar cáber, pero no logró levantar el tronco, así que subió al árbol para tomar una fotografías.

Reina bajó del árbol a saludar a su tía y a su media hermana.

— Hola, mucho gusto en conocerla, usted debe ser unas mis tía, me llamo Reina — se limpió la mano de polvo y le estrechó a su tía.

Lynn inmediatamente se dió cuenta el parecido entre Lincoln y Ronnie Anne.

No tenía nada malas intenciones con Reina, pero con su madre era otro pinché pedo porque la Santiago era muchísimo más manipuladora de lo que era ella con Lincoln, ella podría chasquear lo dedos y ya tendría a su hermano comiendo en la palma de su mano.

Intentó tomársela con calma, respiró dos veces y se enfureció tanto que levantó el tronco como si fuera una ramita y lo lanzó a una distancia de casi 70 metros fuera de los límites de la propiedad.

No fue suficiente batir el récord mundial para saciar su ira, quería más pero no sabía con qué. La imagen de Lincoln rebotaba en su cabeza.

Mientras que Lynn tenía su ataque de celos, Lacy se encontraba contenta de tener una hermana nueva con quién jugar y le dió un fuerte abrazo a Reina, siendo totalmente la opuesta a su madre.

Dentro de la alocada casa Loud, Liby buscaba su maldito libro"The Grand Gastby" por todo el hogar porque en ese libro se acordó que tenía un billete de veinte dólares entre las hojas y perder dinero en esa casa era como un duelo del viejo oeste, el más rápido gana dinero.

Cuando subió las escaleras, vió a una niña sentada en el corredor leyendo su libro mientras tardeada "Hallelujah la versión de Shrek".

Liby no la conocía, pero tenía su libro en sus manos y tenía que actuar con naturalidad para no delatar su intención codiciosa.

— Oye, ¿Cómo te llamas? — se acercó Liby con una sonrisa nerviosa.

— ¡Oh! — se levantó de suelo y sacudió su vestido. — Me llamo Gloom y tú debes de ser mi hermana mayor.

Gloom le dió un fuerte abrazo, pero Liby sintió un golpe en el abdomen, lo cual la agüito un chingo ya que, esa niña tenía más busto apesar de ser unos años menor que ella.

— ¿Hermana?

— Si... — se apartó de Liby. — Mi papi me dijo que somos más bien medias hermanas, pero yo quiero las quiero a todas y el que todavía no conozco.

— Gloom ¿En donde encontraste ese libro?

— Lo encontré detrás del librero del comedor.

— ¿Y de casualidad no encontraste algo más?

— Te refieres al dinero — abrió el libro y sacó el billete de veinte dólares. — Toma... — le extendió el brazo con el dinero en la mano.

— ¿Enserio me lo das? — preguntó sorprendida.

— Es tuyo no... Además no me pertenece.

— Creo que te volviste en mi hermana favorita — dijo con una lágrima cayendo por su mejilla.

Gloom volvió a sonreír y le volvió a dar otro abrazo.

Mientras que Liby abrazaba a Gloom, Luan salió del baño de repente y vió la escena entre esas dos. Se acercó a ver quién era y respondió con su nombre, pero además la comediante le preguntó como se llamaba su madre lo cuál respondió que era Maggie.

Luan recordó a esa mujer porque Lincoln casi arruinó su cumpleaños y su negocio hace muchos años.

Una furia combinada con engaño, se hizo presente en la comediante que quería desquitarse con el culpable de está situación, Lincoln.

~{•}~

Lincoln fumaba en el porche a un lado de una ventana de la casa mientras contemplaba a la vieja confiable "Vanzilla", recordó que algún día sería suya por boca de su padre, no pudo evitar sonreír.

De pronto en la ventana de la casa se abrió y Lincoln se dió la vuelta para encontraste a Lucy recargada en el marco de la ventana con una simple sonrisa.

— Hola Lincoln.

— Hola Lucy, ¿Pasa algo?

— Solo quería hablar contigo... ¿Conoces a la niña de cabellera negra que sacó un libro detrás del librero hace unos minutos?

— Se llama Gloom... Es mi hija.

— Oh... Entonces tienes más hijas...

— Si, lo siento, lo siento por no contarte lo que pasó.

— ...

En eso Lucy, le hizo una seña para que se acercara un poco más a la ventana para decirle algo privado.

— ¿Quieres volver a intentarlo?

— ¿A qué te refieres?

— Tu sabes... Intentar ser una familia, tu, lupa y yo.

— No lo sé Lucy, después de lo que pasó no podría arriesgarte a qué una de nuestras hermanas me hiciera lo mismo que me hizo Lynn.

— Ni siquiera un pasamos un mes juntos — su voz empezó a quebrarse. — Solo quería que fuéramos una familia.

— Lo lamento Lucy, no merezco que me quieras.

La gótica volvió hacer una seña para que se acercara lo suficiente para tocarlo.

Lucy rodeó con sus brazos el cuello de Lincoln abrazándolo desde la ventana. El albino perdió el equilibrio y cayó sobre su espalda al concreto llevándose la gótica sin que ella lo dejara de abrazar. Cuando se dieron cuenta de lo que pasó, ambos se rieron por la infantil acción de Lucy.

La menor se acercó al oído de Lincoln y le susurró una palabra que dejó de buen humor al padre de su hija Lupa.

"Te amo Linc"




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro