Capitulo XII

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Quería aprovechar que ya terminé exámenes para dormir un poco el fin de semana, al fin y al cabo, no tenía planes con nadie, ni con mi familia, por lo que podía aprovecharlo al máximo.

No escuchaba ruidos de mis padres en la parte de abajo así que supuse que habían salido, no sé para qué exactamente, pero espero que no ha desayunar. Es obligatorio para todos comer juntos, sobre todo ahora que Henry no estaba y las pláticas en la mesa eran más silenciosas.

Henry siempre nos hacía reír con algo, sin embargo, en poco tiempo, eso podía cambiar un poco.

La verdadera razón por la que me desperté fue por el hambre, olvide cenar ayer por que en cuanto llegue a casa me acosté, ya no quería pensar en nada.

Revise mi teléfono y eran las 10 de la mañana del domingo, un buen horario para despertar, supongo. Me levanté, fui al baño a arreglar un poco mi cabello, el cual ya necesita un retoque y corte de puntas, lavarme los dientes y finalmente bajar a la sala.

Seguía sin haber nadie, así que opte por tomar un refrigerio en lo que esperaba a mis padres. Me hice unas tostadas de pan, una dulce y otra salada, con un jugo de naranja natural.

Mientras cocinaba admiraba un poco del clima de Houston. Estaba un poco nublado con presencia del sol, aunque sabía que haría frío, aun así. En menos de dos semanas sabía que ya empezaría a caer nieve, ya llegaría navidad y año nuevo, ya llegaría Henry.

Que no se note que no lo extraño demasiado.

El año paso tan rápido casi como un abrir y cerrar de ojos, es como si apenas ayer mi hermano se graduó de la preparatoria o me pedía ayudar para no perder a Teresa.

Teresa...

Recordé que mi hermano me dijo una vez que su cumpleaños era en noviembre, sobre todo porque lo invito a su celebración. Noviembre... ¡noviembre trece!, ¡justo hoy!

Por supuesto, por qué no lo pensé antes, ¿por qué no llamar a la única persona más cercana que tiene Henry en estos momentos?, además, Teresa es una linda chica y pourquoi non? No somos las mejores amigas, pero somos familia, así que tenía una excusa para llamarla más allá de buscar información.

Si mal no me fallaban los cálculos, en Francia son las 5 de la tarde, supongo yo, una buena hora.

Cuando termine de servir mi desayuno y me senté en la isla de la cocina, le escribí a Ricardo para que me pasara su contacto, platicándome también que ya le había marcado. No pregunte por eso, quería yo hablar con ella por mi cuenta y saber todo.

Comí rápidamente y en lo que reposaba decidí marcarle. Fueron tan sólo dos tonos que tuve que esperar.

—¿Hola? —Sonreí inconscientemente.

—Hola Teresa.

—Oh Paula, hola, tanto tiempo sin.... oírte—rio nerviosa.

—Lo sé yo...—también reí—he estado un poco ocupada con la universidad y eso, además no tenía tu número.

—Henry te lo paso, ¿cierto? —Apreté un poco los labios.

—De hecho, fue tu hermano.

Oh, bueno.... eh, ¿qué cuentas?

—Solo llamaba para felicitarte por tu cumpleaños.

Lo recordaste—murmuro. Sabía que sonreía por el tono de voz que uso, no había necesidad de verla, y yo también lo hice.

—Claro que lo hice, somos familia, ¿recuerdas?, además no todos los días cumples 19 años.

—¡Dios! —rio—, qué rápido pasa el tiempo, es como si a penas ayer cumpliera 18.

—Créeme que entiendo el sentimiento y va a hacer así de ahora en adelanta hasta que sin darte cuenta estás cumpliendo 21. En fin, espero que lo hayas pasado bien en tu día, ¿qué hiciste?

Escuche que soltó un suspiro antes de responder. —Pues no mucho, ¿sabes?, es raro estar celebrando mi cumpleaños prácticamente sola, a excepción de mis nuevos amigos de aquí. No es lo mismo con mis amigos de allá y mi familia que aquí, pero estuvo bien.

—¿Hablaste con mi hermano para hacer algo? —La línea quedó en silencio unos instantes que pensé que se había cortado la llamada.

Alejé el teléfono para mirar si seguía en línea, regresándolo a mi oído en cuanto comprobé que la llamada continuaba.

Sí, sí hablé con él me felicito y tuvo que cortar porque estaba en el trabajo, qué distraído—sentí su ironía y su tristeza en su último comentario y no sabía si preguntar más sobre eso.

—¿Tú has hablado con él? —Preguntó antes de que yo pudiera decir algo.

—Bueno...—¿valía la pena ser honesta con Teresa? Por supuesto—, sólo una vez el mes pasado, creo, no fue gran cosa realmente.

Ya veo...—respondió más apagada de lo que en un principio me respondió.

—¿Y qué tal la vida allá? —Cuestione intentando sacarle tema.

Es muy diferente a lo que imagine no solo Francia sino el modo de vida, a pesar de que yo no pago nada, yo soy la encargada de tener limpia mi habitación ya que sólo la limpian una vez a la semana. Además, me he acostumbrado a salir sola...

—¿¡Completamente sola?! —Abrí mis ojos en sorpresa.

Más o menos, es decir, sí, están mis amigos, pero no van a estar ahí todo el tiempo.

—¿Estas con ellos ahorita?

No, tiene poco que se fueron porque están cansados, la próxima semana todavía tenemos clases y hasta la que sigue salimos; en teoría el 2 diciembre empiezan las vacaciones.

No pude evitar emocionarme ante aquello último—¿Y cuándo viajan de regreso?

No estoy segura, mi universidad me ofreció el viaje del 10 de diciembre, pero a Henry el 17 y necesitamos ver cual podemos tomar por lo tiempos, eso sí, los dos son para regresar el 4 de enero.

—Claro... ¿por qué no viajan el 10? —Entre más pronto mejor, ¿no? Podían aprovechar el tiempo con sus amigos y con la familia.

Es... complicado tengo que hablarlo con él, de todos modos, nosotros les avisaremos para que nos recojan.

—De acuerdo, bueno... espero que puedan viajar antes, ya sabes para verlos—sonreí de lado.

—Yo también lo espero.

—Te dejo, ¿sí? Dijiste que tienes escuela mañana y supongo que allá ya es tarde.

Son las seis apenas, aunque sí tengo algunos pendientes que hacer. Gracias por llamar.

—No hay de qué, cualquier cosa sabes que puedes contar conmigo también.

Claro, lo tendré en cuenta—y antes de que pudiera colgar, le pedí un último favor.

—Oye y Teresa, cuando veas a Henry, ¿le dices que me llame, por favor? —Y por alguna razón se tardó en contestar, como la primera vez que le pregunte de él.

Si lo haré... nos vemos pronto.

—Nos vemos.

Colgué la llamada, quedándome pensativa en lo que había pasado.

Desde que tenía 13 años se me ha facilitado un poco el entender las emociones de los demás con sólo observarlos, o en este caso, escucharlos, pues al principio solo era yo en la escuela y no hablaba con casi nadie, por ende, me limitaba a observar y analizar a los demás y por eso, sabía que Teresa guardaba algo, algo respecto a mi hermano.

Fue evidente el cambio del tono de voz en cuanto mencione si lo había visto o le había felicitado por su cumpleaños, tengo mis sospechas de que pudo haber sido, pero no quiero creerlas realmente.

Solo espero que Teresa no me haya mentido respecto a eso porque significaría que algo le está pasando a mi hermano y no tengo nada de información como para ayudarlo. Y si realmente lo hizo, espero que sepa lo que hace.

Rick también menciono en algún punto que a Teresa la cuesta pedir ayuda, como a todos, ¿no? Pero llegamos a un punto en el que perdemos el control de las cosas y todo se vuelve un desastre. Entramos en pánico y desesperación, sin saber qué hacer, sobre todo cuando ellos dos son muy jóvenes aún y Teresa paso por algo difícil hace un año.

Necesitan ayuda, así como todos nosotros, que, a pesar de ser mayores, seguimos aprendiendo.

Tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando mis padres llegaron finalmente a casa para almorzar.

—Vamos Pau, dinos que vas a cantar—insistía mucho Hannah al siguiente día en el descanso.

—Quiero que sea sorpresa, es la primera vez que hago algo así, déjenme emocionarme.

—Tú, nos tienes emocionados a nosotros, ¿no es así Der? —Él asintió con la cabeza sonriendo de lado.

—¿Y cuándo vas a empezar con los ensayos y eso? —Me pregunto él.

Hice un puchero con mis labios, al mismo tiempo que rascaba mi nuca.

—Posiblemente en enero, necesito aprovechar las vacaciones.

—No eres la única—Hannah soltó un bostezo que se me hizo adorable y dejo caer su cabeza en mi hombro. Le acaricie el cabello por inercia.

—¿No haz dormido bien últimamente? —Ella sonrió sin abrir los ojos en cuanto mis dedos tocaron sus suaves cabellos rubios.

—No tanto, estuve estudiando todo el fin de semana para el examen de esta mañana.

—¿Y cómo te fue? —Intervino Derek.

—Creo que bien, pero dormí poco tiempo.

—Deberías descansar ahora que ya se calmaron las clases, además solo es esta semana y somos libres—suspire feliz por eso.

—Es lo único que me mantiene alegre—movió su cabeza en mi hombro y mi estómago no perdió oportunidad en hacerme sentir mariposas.

Siento que incluso me sonroje y por suerte, ni ella ni Derek no lo notaron.

—¿Y para vacaciones tienen planes? —Volvió a cuestionar Derek.

—Dormir—dijo divertida Hannah contagiándome a mí y a Der—. No de hecho no, deberíamos hacer algo.

—Yo... bueno viene mi hermano y me gustaría estar con él, son casi 6 meses que no lo he visto y.....

—Pero haz hablando con él, ¿no? —Volteé a ver a Derek y supe que mi mirada se apagó.

—No realmente—respondí.

Hannah se enderezó y me volteó a ver, sin embargo, yo baje la mirada evitando verlos a ambos y comenzando a jugar con mis manos.

—¿No has hablado con él desde la última vez que nos dijiste? —Negué con la cabeza—¡Paula¡, ¿por qué...?

—No he podido contactar con él, no soy yo—la interrumpí.

—¿He intentaste con tu tía o Teresa? —Miré de reojo a Derek.

—Mi tía tampoco sabe de él y ayer hable con Teresa, sobre todo para felicitarla por su cumpleaños.

—¿Y no te dijo nada de él? —Hablo Hannah, sentí sus manos recorrer mi espalda y un escalofrío me invadió.

—Solo que le hablo igual para felicitarla y que pronto van a ver sobre el viaje de regreso, pero siento que hay algo más que no me contó.

—Es solo un mal presentimiento Pau, es evidente por que no sabes nada de él—comentó Derek y está vez si levante mi mirada.

—No es un mal presentimiento, escuche el cambio de voz que tuvo cuando lo mencione, no era muy alegre como uno pensaría.

—A veces tenemos días pesados Pau—esta vez dijo Hannah llamando mi atención—y es difícil sobrellevarlos cuando estas de pareja porque también tienen sus cosas—suspiró, dejando los movimientos en mi espalda, pero sin apartar el contacto.

Me preocupe notablemente por ella, creo que ya no era el hecho de que estaba cansada por la universidad, sino de algo más y no sabía si preguntarle al respecto puesto que si fuera serio ya me hubiera dicho, sin embargo, no quise quedarme con la duda.

—Eso me sonó un poco personal Hannah—fui sincera—, ¿pasó algo que no sepamos?

La vi dudar por un instante, desviando la mirada de nosotros y regresándola inmediatamente empezando a sonreír suavemente.

—No, nada grave—negó con la cabeza—, lo prometo, simplemente Evans y yo estamos por momentos difíciles.

—Difíciles en....—menciono Derek dejando la pregunta abierta.

—Dice que no he ido a ninguno de sus partidos de estos últimos dos meses y ya saben—hizo un movimiento con su mano restándole importancia—, cree que hago otras cosas.

Derek y yo compartimos miradas.

Evans es tan celoso que tanto Derek como yo lo hemos notado, pero nunca podemos decir algo al respecto porque Hannah no lo cree; piensa que son normales en una relación o intenta justificarlos porque según ella "todos los hemos sentido alguna vez", y aunque estaba de acuerdo con esa parte, tener celos es un signo de inseguridad.

Hasta el chico más atractivo, deportista y popular de la universidad podía tener miedo a los demás o más bien, miedo al fracaso.

—¿Y han hablado? —Hablo Derek cuando yo no pude reaccionar. Me estaba llenando de molestia.

—De hecho, hoy vamos a salir para hablarlo—nos sonrió a ambos.

Cuando estaba a punto de hablar, como siempre pasa, su teléfono sonó y ni siquiera me moleste en preguntar quién podía ser.

—Hablando de...—miró su teléfono escribiendo algo rápidamente, luego lo guardo en su bolso y empezó a juntar sus cosas—. Me tengo que ir, nos vemos mañana, los amo.

Se despidió de ambos con el beso en la mejilla y se fue del lugar. Solo quedamos Derek y yo en las bancas cerca del patio.

—Hannah es tan dulce que a veces no ve las verdaderas intenciones de los demás—murmure sin apartar la mirada de donde se había ido Hannah, a pesar de ya haberla perdido de vista.

—Mira quién lo dice, y sobre quién—mire de reojo a Derek, cruce mis brazos al igual que mis piernas.

—No empieces Der, es mi manera de evadir mis sentimientos—aunque sabemos que están perfectamente invadidos por él.

—Si tú lo dices—se encogió de hombros—¿Cómo vas con las canciones?

Voltee finalmente a verlo—. Sigo aprendiendo las letras, pero todo bien.

Y no mencionó más del tema anterior.

Nos quedamos platicado de otras cosas hasta que uno de nosotros tuvo que irse, en este caso, yo. Ricardo iba a pasar por mi porque quería pasar la tarde conmigo y quería contarle lo que me inquietaba, investigar si sabía algo que yo no.

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