ꗃ xxiii. pets must learn to respect their owners.

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written by 𝗆𝗂𝗄𝖺𝗌𝖺𝗆𝗎𝗇
♯🥊 ‧₊⋆ CAPÍTULO VEINTITRÉS ❜🗞️ೃ∗
today we present: Las mascotas deben aprender a respetar a sus dueños.
MARATÓN 2/3

—¿Por qué hiciste eso? Es asqueroso...

Limpié cada extremo de mis labios, para hacer lo mismo con la mesa que ensucie al escupir el vino tinto de la sorpresa que me generó al escuchar sus últimas palabras. Es que, ¿cómo más debería de reaccionar ante sus frases inesperadas? Miré al presidente Bang con muchísima vergüenza ante mi torpeza.

—Perdón por eso, es solo que... ¿Castigarme?

—Ya te mencioné que se estará cumpliendo cada parte del trato—comenzó a conversar, depositando más vino a su copa elegante.—sin esperanzas de tener alguna devolución. Tú me puedes entregar el cheque si es lo que quieres, pero seguiré con el acuerdo de todos modos, Sasaki Miharu.

—Mi herman...

—Jung Kook ya tomó una decisión.

Intenté mantener la cordura, porque cada vez que él es tema de conversación las cosas salen demasiado mal conmigo debido a que Jeon ocasionaba muchísimo mal humor en mi sistemas. Por demás de que tenía que recordar con quién me encontraba manteniendo una serena charla sobre negocios y tratos.

—Una «mala» decisión.

—¿Eso importa ahora?—dejó la copa en la mesa. Echándome un breve vistazo.—Tu hermano adoptivo es lo suficientemente grande como para tomar una decisión que lo beneficiará en el futuro.

—Fue usted.

Rápidamente, contesté, sin poder creer que por su culpa mi mejor amigo está a punto de terminar dentro de un cajón por seguir con las peleas ilegales. En cambio, mi superior no parecía estar ofendido por mi acusación, si no todo lo contrario, lucía muy feliz de que me pueda dar cuenta de aquello.

—Ni porque le entregara los 2 millones de dólares iba a lograr mantener su libertad, Sasaki.

—Y si usted lo sabía, ¿por qué no me lo dijo? No entiendo por qué usted querría verme mendigar por que me pueda prestar ese dinero, condenándome a seguir trabajando con usted por más años de lo que dice el contrato, sabiendo que cada que tiene la chance me expresa lo terrible asistente que soy.

Sin embargo, por dentro sabía muy bien porqué me estaba haciendo para un mal momento como este. Únicamente que él sonríe de costado, juntando sus manos encima de la mesa para unirlas en una, otra vez parecía que ocasionó que sepa las respuestas de mis propias preguntas. Olvidándome que él me prometió hacerme la vida miserable, simplemente, por hacer una sola cosa mal contra él y hacer lo que nadie hizo: Expresarle mis pensamientos sobre lo inhumano que se comportaba con todos sus empleados, hasta diría que personas cotidianas del día a día.

—Demonios...—cerré mis ojos.

—Así es, Sasaki, es lo mismo que tú estás pensando.

—El dinero—saqué el cheque de mi bolso, porque lo había puesto dentro de la billetera para que no se me pierda en el camino.—que me dio el viernes, ¿tiene siquiera crédito? ¿O es una mentira?

—¿Tú qué piensas?

—Qué absurdo.

Expresé riéndome con ironía, dejando que el papel se vaya volando para caer en alguna parte de la mesa. Entre que yo no podía creer en el terrible juego que mi superior hizo para mí.

—No, Sasaki, absurdo es que creas que sería capaz de darte 2 millones de dólares por tu ineficacia dentro de mi empresa. ¿Estás loca acaso? Esto ya ni se trata de que seas una inútil siendo una secretaria, si no de que no eres capaz de pensar dos veces antes de hacer una estupidez como esa. ¿Jung Kook pensó siquiera en que le has conseguido esa cantidad de dinero para que pueda salirse de las peleas ilegales? La respuesta es sencilla, Miharu. Es un rotundo no.

—No comprendo su punto.

—¿Lo ves? Ni para pensar sirves.

—Carajos...—murmuré intolerante.

—Mi punto es que tú serías capaz de hacer cualquier cosa por tu mejor amiguito, mientras que él no es capaz de arruinar su vida por ti. Tienes que entender que JK prefiere el dinero, la fama y el reconocimiento antes que su propia familia, Sasaki. Porque si no fuese de ese modo hubiera aceptado el dinero, pero no fue así, solamente prefirió seguir peleando.

—Jung Kook no sería cap...

—Soy su amigo, fui el primero en darme cuenta de que tenía problemas económicos.—interrumpió a darme su punto de vista. Fruncí mis cejas ante ese comentario inesperado. Infló sus pulmones de aire y exhaló.—Le propuse dinero, ¿te gustaría adivinar qué respondió? Cuando alguien tiene una pasión profunda por el fútbol, aunque vengan jugadores de otros deportes e intenten persuadirlo para que se una a ellos, no lograrán hacerle cambiar de opinión. ¿Me sigues ahora, Sasaki?

Entonces, comprendí su punto.

Agaché mi cabeza a mis piernas desnudas, creyendo que Jeon no sería competente en pensar primero en el dinero y después en su familia. Porque así no era la persona que yo conocía desde que éramos unos niños pequeños, no obstante, la forma en que se comportó hoy con nosotros tres me tiene que decir algo más, ¿no? Tal vez fue la manera de notificarme que ya no es más la misma persona que conocía en algún tiempo de nuestra vida y que debía dejarlo ser.

—El cheque no tiene valor.

—Ajá.

—El trato que hicimos tampoco.

—¿Estás diciéndome que quieres que te pague para seguir con el trato?—el CEO Bang mencionó entre risas incrédulas.—No te estás riendo y eso me alarma.

—Quizá porque...

—¿Estás loca, mujer?

—No comprendo por qué me invitó aquí entonces. ¿Por qué hacerme vestir de este modo? ¿Por qué hablarme de castigos y tratos?

—Sasaki...

—Está más que claro que usted quiere algo a cambio y yo no soy estúpida como usted cree.

—Ya basta.

—Usted quiere cogerme y no me lo está dic...

—¡¡Sasaki!!—alzó su tono de voz, parándose de la silla de inmediato. En su faz se notaba la molestia.—Te dije que vengas vestida así porque hoy tengo un evento importante de la empresa, tú me acompañarás porque Choi Soo Byeol está de 7 meses de embarazo y apenas puede ver sus manos. Respecto con el castigo es porque vives cometiendo faltas, empezando por tener sexo con un familiar mío, encima ni siquiera estando consciente de aquello.

¿Alguien me puede mandar a asesinar, por favor? ¿De verdad le acabo de decir a mi jefe que me quiere coger? ¡Ahora sí que estoy desempleada, estoy demasiado segura de aquello! La puta madre, tenía que seguir el consejo de mi madre Park Hekima, a veces es mejor mantener silencio y no decir absolutamente nada a las personas que no piden tu opinión.

En mi cara se veía la vergüenza.

—Yo... de verdad lo lamento.

—Quiero verte en el auto enseguida.

—Sí, seño... Presidente.

Me levanté de la silla rápido, sujetando mi bolso con muchísima fuerza, dispuesta en abandonar esa casa para siempre—si fuese posible.—y salir del corredor elegante. Cuando estuve en la calle pude ver que el chófer se encontraba abriéndome la puerta a que pueda meterme antes que mi jefe, empero, antes de hacer aquello mis fanales se concentran en la mujer que está parada frente a la limusina negra. Los pasos que sentí detrás mío me sacan de mi inspección para meterme velozmente al auto, segundos después el CEO Bang se metió a la limusina, únicamente que mis ojos están en la figura de esa mujer.

El auto arrancó.

Sábado por la noche.

Debía admitir que mentí en el segundo en que ella descubrió mis verdaderas intenciones, me llama muchísimo la atención que mi asistente sea tan imbécil, tenga fetiches extraños y que haya aceptado mi petición con tal de que Jung Kook pueda salvarse, sin embargo, no iba a dejar que piense que la veía con ojos morbosos en estos instantes. Por lo que tuve que comportarme con ella al igual que todos los días, ante de subirme al auto con Sasaki para irnos a un evento empresarial, pude ver a una persona frente a mi casa.

Dirigí mis luceros a uno de mis guardias, dándole la indicación de que la saquen de ahí.

Mientras que nos acercábamos al establecimiento en donde sería el evento, recordé el comentario que me dijo Sasaki sobre que una mujer la estuvo siguiendo. No dude en sacar mi celular a enviarle un mensaje de texto a uno de mis amigos más íntimos, pidiéndole que me entregara cierta información sobre una antigua empleada de mi empresa automotriz.

—Ve por algo de beber.

—Sí, presidente.

Ella confirmó, marchándose de mi lado. Minutos más tarde aparecieron unos socios de la empresa con quién me mantuve en conjunto para tener una conversación de lo más normal, tomé la copa de champagne que me trajo Sasaki a tener tiempo con esos hombres que no veía hace bastante meses, tal vez desde que nuestras empresas se unieron en una misma.

—Oí que JK seguirá peleando.

—Ve por algo de comer.

—Bien...—arrastró las palabras, yéndose de mi lado. Porque se dio cuenta de que lo he hecho a propósito.

—Así es.

—¿No qué ya había terminado su contrato?

—Sí, pero decidió seguir peleando.

—Qué niño más estúpido.

—Me recuerda a alguien familiar.

Arrugue mi cara cuando escuché una voz demasiado familiar detrás de mí, por lo que me giré a verificar que no me estaba volviendo loco y que de verdad ella tomó la decisión de hacerse presente en un evento que no le consernia en lo absoluto.

Me sonríe sarcásticamente, mostrándome los genes que sacó de nuestro padre y el mal carácter de nuestra madre que, seguramente, está en alguna parte de todo el océano pacífico.

—¿La conoces?

—Lastimosamente...

—¿Por qué me ves así? ¿No estás feliz?

—No entiendo qué haces aquí, no es un evento que tenga relevancia con las leyes, Bang Min Ye.

—Es verdad, solamente viene a verte a ti, hermanito.

—¿Qué es lo que quieres de mí?

—Qué te vayas preparando con tu abogado de cuarta.—desplegó una hoja frente a mí.—Porque voy a hacer que pagues por cada segundo de tu maldito comportamiento con todos tus empleados.

—¿Me estás demandando?

—No, me encantaría poder hacerlo. Seré la voz de tus ex empleados, Bang Chan. Ellos son los que te están demandando.

—¿Qué?

Apreté mis dientes, sacándole la hoja bruscamente. Leyendo cada párrafo de esa maldita notificación que me llegó mediante la bruja de mi hermana menor. Por lo tanto, comprendía que todos esos empleados que tuve se unieron a demandarme por negligencia laboral y mierda que me están haciendo enojar de una forma que no tenía explicación.

Min Ye me sonrió, marchándose de mi lado.

—Aquí está su com...

—Nos vamos, Sasaki.

—Pe...

—No me hagas repetirlo.—me acerque rápidamente a su cara, dándole a entender que no era el momento de contradecirme.—Llama a Lee Yong Bok de inmediato. Tenemos un problema.

Lunes por la tarde.

No pude dormir en los siguientes días gracias a que tenía que estar recorriendo cada casa de los antiguos empleados del presidente Bang para ofrecerles cierta cantidad de dinero a cambio de su silencio, tenía que admitir que no era algo que me hubiese gustado hacer presencialmente, lo menos que necesitaba era tener que ver los rostros de esas personas que han sufrido mucho en manos de mi jefe. Empero, no tenía otra opción más que seguir las órdenes de mi superior si es que quería seguir manteniendo mi puesto como primer asistente del Director General de NG Jadongcha. Eché un largo suspiro cuando tomé asiento en mi escritorio de elegantes decoraciones.

Soo Byeol estaba con una media sonrisa, mientras que acariciaba de su propia panza con amor.

—¿Día agitado?

—Así es, compañera.

—Te voy a extrañar, Miharu.

—¿Por qué lo dices así?—reí, acomodándome en la silla negra de rueditas.—Después de que tengas al bebé vas a volver, unnie.

—No.

—¿Cómo?

Dejé de sonreír cuando escuché su respuesta rápida. Debido a que lucía muy decepcionada al verme la expresión cuando la oí.

—Yo también seré parte de la denuncia, Miharu.

—No es gracioso, unnie.

—Sé que tú lo entenderás, Mimi, y qué harás que todos aquí se sientan mucho mejor. Hoy vendrá una chica más o menos de tu edad que la convoqué para que sea mi remplazo dentro de esta oficina.

—No veo la gracia en tus palabras...—murmuré más que asustada. Me levanté de la silla, acercándome a su escritorio a escucharla mejor.

—Aunque si es por mí les diría que es una mala idea que estén trabajando aquí, pero estuve por muchos años en esta empresa que no puedo dejar al CEO sin una segunda asistente.

—Parece ser el Síndrome de Estocolmo eso.

—Lo sé.—río con sus ojos cristalizados. Todavía con sus manos sobre su panza.—No debería de estar haciendo esto, es más, debería de estar en una reunión con mi abogada para charlar sobre los siguientes pasos que se darán dentro de unos meses. Pero mírame, estoy aquí, esperando a que venga la nueva mujer que será mi reemplazo.

—Unnie... ¿Por qué no me lo contaste?

—No quería molestarte, sabía que estabas teniendo problemas con Jung Kook. No quería decirte que dentro de poco me iría, por eso me asusté mucho cuando supe que le pediste un préstamo al jefe.

—Bueno, quédate tranquila por eso.

—¿Por qué?

—Mi hermano lo rechazó y el CEO me dijo en mil idiomas que soy una estúpida por pensar que sería capaz de prestarme esa cantidad de dinero.

Ambos reímos por eso.

Choi Soo Byeol y yo estuvimos conversando por unos minutos más hasta que llegó el presidente a decirme que ingresara a su oficina con la presencia del abogado Lee, el cual no dudó un solo segundo en decirme lo honrado que se sentiría si yo no estuviese presente en esa pequeña reunión. Obvio que dejé saberle que el honor de irme se lo daría con muchísimo gusto si no fuese porque su amigo era mi jefe y no podía desobedecerlo en ningún momento.

—Antes de que empecemos, quiero decirte un par de cosas, Sasaki.—asentí ante la voz del jefe.—La señorita Choi hoy se va de la empresa y viene una nueva asistente, quiero que le des la información necesaria que debe de saber sobre la empresa, los horarios de descansos y almuerzo, también necesito que le digas la manera en la cual me gusta trabajar. Ah, no te preocupes en notificarle que debe de tener cuidado conmigo y con mi humor. Ya que tú te has encargado de que ese mal trato vaya únicamente hacia tu persona.

—Sí, presidente.

Respondí demasiado molesta por tener que escuchar las risillas del imbécil de su amigo. Por lo tanto, el señor Bang Chan dio la orden al abogado a que diga las cosas que le quería informar sobre la denuncia que se hizo en su contra, aunque yo no sabía que tenía que ver en la conversación hasta que mencionó el nombre de un sujeto que conocía bien debido a que era uno de los amigos de Jeon.

Yong Bok me miró atentamente, logrando que mi superior haga exactamente lo mismo.

—No entiendo qué tengo que ver...

—Park Ji Min fue uno de los mejores amigos de tu hermano adoptivo, Jeon Jung Kook, está más que claro que tienes un vínculo con él, ¿no?

—Bueno, sí. Somos amigos.

—Y se filtró una conversación que puede poner en peligro todo, Miharu.—por primera vez desde que me encuentro trabajando aquí y desde que conocí al abogado del CEO, Lee Yong Bok me estaba hablando muy calmado.—Qué para tu mala suerte estás metida en esa conversación.

—¿Qué conversación...?

Sentía que cada vez me estoy haciendo más pequeña, quizá, porque sentía los ojos del mayor en mi cuerpo en todo instante.

—Una charla donde te pedían información sobre el trato que estaba dando Bang Chan a sus empleados. ¿No lo recuerdas?—preguntó preocupado.

—Sí, pero me mantuve callada en todo momento. Sabía que si decía algo más podría estar en problemas, además de que estoy cuidando este trabajo lo más que puedo, abogado.

—De acuerdo, seguiré manteniéndote en contacto en todo momento si sé algo más. Pero con respecto a la información que se filtró—él me miró atentamente.—también voy a tratar de que nadie diga nada más al respecto, aunque tú me ayudarías bastante si tienes una charla con el señor Park.

—Está bien.

—Gracias, Bokkie.

—Adiós.

Se despidió, encaminándose a la salida de la oficina de su amigo. Desde aquí podía oír las voces de dos mujeres detrás de la puerta, por lo que de igual modo me quería ir de la oficina antes de que el superior me lo ordenara, sencillamente que la voz del presidente de la empresa se hizo escuchar de inmediato.

—Tú te quedas aquí, Sasaki.

En el minuto en que nuestros ojos chocaron me puede dar cuenta de que ya me encontraba en total peligro, pero no sabía exactamente las razones de aquello, todo lo que se supo sobre la data filtrada era verdad, jamás sería capaz de andar divulgando una información como esa, yo no era de esas mujeres y muchísimo menos era una desempleada con ganas de venganza.

—Presidente Bang, creo que debo de irme porque la nueva ha llegado.

—¿Sabes una cosa?—se apoyó de brazos cruzados en su enorme escritorio.—Tú más que nadie sabe la forma en la cual adoro a los animales, pero mucho más a los perros, ¿no?

—Sí, presidente.

—Sabes que Berry es alguien muy importante para mí.

—También lo sé.

—Pero Berry tuvo su etapa rebelde, no nació sabiendo lo que está bien o mal. Hubo numerosas ocasiones en las que tuvimos que reprenderlo, hubo días en que se llevaba las pantuflas y las destrozaba, una vez tomó una prenda muy valiosa para mí y no tuve otra opción que enseñarle a respetarme—recordó, mirando a un punto fijo. —, porque no podía morder la mano que le daba de comer.

—Creo que entiendo...

—¿En serio lo haces, Sasaki?—me observó con mucho odio en sus ojos oscuros. Mantenía la mandíbula tensa.—Porque siento que en estos momentos tengo que enseñarte a saber respetarme de una maldita vez.

—Presiden...

—¡Cállate!

Gritó eufórico, se levantó bruscamente de donde se encontraba acercándose a mi cuerpo, sentía mi cuerpo temblar de una forma que jamás en mi vida hubiese imaginado. Tanto que acabé estampada contra la puerta, la anatomía de mi jefe está cada vez más cerca de la mía, podía sentir el olor a su perfume fuerte ingresando a mis fosas nasales.

Su mano fue a mi rostro, haciéndome girar a verlo. No obstante, podía observar sus fanales, observando una parte de mi cara y no eran mis ojos exactamente. Si no que mis labios, ocasionando que mi fisionomía se haga una imaginación terrible sobre la forma en la cual me trata con normalidad y la manera en que me está viendo en estos instantes.

—Las mascotas deben aprender a respetar a sus dueños.

—¿A su-sus dueños...?—titubeé.

—Eres mi maldita perra, Sasaki, no mentía cuando te decía que no hay devoluciones. Eres mi animal favorito con quién me quiero divertir desde ahora en más. Pero para poder divertirme primero tengo que hacerme respetar.—pasó uno de sus dedos por mi melena, corriendo mi flequillo de mi faz que impedía vernos a los luceros.—¿No crees lo mismo?

—S-sí, presidente.

✂️¡! WRITER'S SPACE ”

Admito que me puse bastante nerviosa escribiendo el último párrafo, también tenía pensado dejarlo ahí pero después de tanto sufrimiento me dije que no es una buena idea dejar el maratón en dos capítulos, así que voy por la tercera.

Espero que les guste.

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