Like Snow White #12

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Aquel día fue inolvidable, aun después de un mes recuerdo cada uno de los gestos de vergüenza de Bora cuando Yoohyeon dejo caer sobre ella su gaseosa y según la menor parecía que había hecho encima.

Bora enrojeció tanto y me miraba tan nerviosa, que la risa de Yoohyeon estalló contagiando a las demás, yo, aunque quería reír me aguante, no por la idea de Bora haciéndose pis encima, sino por lo roja que se había puesto. Sentí aún más ternura luego de que algún modo pensé que aquel día en el parque de diversiones no pudo haber terminado mejor que viendo a Bora haciendo pucheros por la vergüenza.

Luego de que se levantó para ir al baño con Handong a limpiar un poco su ropa sin antes amenazar con amarrar a Yoohyeon con una correa, no sin evitarlo y comenzaron a reír una vez más y esta vez sí me uní a ellas.

En este mes tuve muchas tareas importantes en la empresa, Bora me ayudó mucho y en mi corazón le agradezco tanto que este ahí para mí siempre. Sus palabras en aquella casa de espejos se me pegaron en el alma.

"Yo Kim Bora te protegeré de todo sin importar lo que venga"

Mi corazón había enloquecido luego de escucharla, verla tan segura de sus palabras, como no dejaba de mirarme mientras que cada una de las palabras dejaba sus labios atrás y llegaba a mi pecho, dándole la sensación de estar segura cerca de ella.

Bora no es la mujer que yo creía, estuve todo ese tiempo equivocada, alguien que ama tanto a su familia, que lucha tanto por ellas, y que cuando me mira a los ojos veo los suyos brillar, ella no me mentiría, no ese día y sentí que nunca.

En este mes hemos salido a almorzar juntas, de hecho, solo una vez no sucedió y ese día juraría que ella se enojó, pero yo debía cumplir con un compromiso. Keon Hee aquella vez me pidió que dejáramos entonces el almuerzo para otro día y yo soy una mujer de palabra, y aunque cancele la primera vez ya una segunda vez se vería muy mal de mi parte.

Como dije fui a aquel almuerzo con Keon Hee, pero no significa que estuve hasta el final. Fue cuatro días después del parque de diversiones y no había pasado mucho tiempo de que nos habían servido el almuerzo cuando recibo una llamada. Recuerdo que al inicio quise ignorarla un poco por educación, pero luego insistía mucho y Keon Hee, quien se había pasado todo el tiempo que llevábamos ahí haciendo un interrogatorio sobre cosas que me gustaban, mis estudios en Estados Unidos, etc.; me dijo que contestara que tal vez era importante y sí que lo era.

— ¿Siyeon?, Minji por aquí — aquella voz era la de Minji, a quien aún no tenía registrado su número, pero por suerte para mi reconocí su voz además de que se presentó.

—Sí, dime Minji, ¿qué sucedió? — pregunto preocupada y Keon Hee bebía de su copa de vino.

—¿Estás almorzando con Bora?, sabemos que almuerzan todos los días juntas y estamos tratando de contactarla, pero su número está fuera de cobertura— me explicó y sentí algo de preocupación.

—No, hoy tuve que cumplir con un compromiso y Bora me dijo que no almorzaría hoy, ¿necesitas que vaya a la empresa a ver si doy con ella? — pregunte, porque por el tono de Minji era urgente.

—Verás, Yoohyeon está acá en el hospital conmigo, iba en su bici y se estrelló contra un auto que no frenó cuando debía y ahora el hombre dice que no pagará porque no fue su culpa, que Yoohyeon debe pagarle a él por daños a su persona— ¿pero qué lógica es esa?

—Y aunque yo puedo tratar con idiotas como él— de pronto escucho a lo lejos la voz de Yoohyeon diciendo más ofensas de las que puedo contar.

— Él está dispuesto a contar con un abogado, solo porque Yoohyeon dejo una abolladura en su auto— odio a los tipos que por tener dinero se creen que tienen a Dios cogido por la barba.

— Descuida Minji, mándame la dirección del hospital, iré a la empresa a buscar a Bora y al abogado amigo de mi padre para que nos ayude, dile al estup...— respira Siyeon, estas en un restaurante y estás levantando demasiado el tono —dile a ese señor que rece porque su abogado esté ahí para traducirle todo lo que voy a decirle— dije intentando sonar calmada.

Nadie lastima a una de mis niñas y saldrá bien. Porque sí, ya las hermanas de Bora se han ganado un pedacito de mi corazón, Yoohyeon podrá ser muy traviesa pero no merece ser atropellada por un imbécil.

Luego de aquello tuve que despedirme de Keon Hee, le dije que lo lamentaba, pero realmente me estaba aburriendo en aquel almuerzo. Ya que mi auto lo había dejado en la empresa él mismo me llevo a la puerta de esta y subí rápido a buscar a Bora quien estaba meditando cuando entre, según su secretaria estaba controlando sus demonios internos, no entendí muy bien aquello. Cuando le conté sobre lo que había sucedido se podría decir que tal vez entendí un poco lo de los demonios.

Bora salió de la empresa como diablo que se lleva un alma y junto al abogado llegamos al hospital donde no pudo humillar más al hombre que lloriqueaba por su auto mientras que Yoohyeon tenía una minerva puesta en el cuello por la caída.

Al final del día ni se le pago el daño del auto, ni se le permitió pagar los gastos del hospital, las palabras de Bora fueron bien claras.

— Mi hermana no necesita el dinero de un miserable sin alma como tú, ve a cuidar tu auto, tal vez el día de mañana termine dentro de una trituradora de metal accidentalmente.

Recuerdo haber admirado a Bora por controlarse, cuando se veía que tenía ganas de abofetearlo luego de haber dicho que por perros revoltosos como Yoohyeon la sociedad estaba como estaba, yo misma quise saltar a hablar, pero Minji me advirtió que me quedará fuera de esa discusión, Bora podía ser muy cruel por sí misma.

Ya luego en casa Bora se giró a Yoohyeon y la regaño por su torpeza, según ella tantos años montando bici y por distraerse viene un idiota y la choca... vi llorar a Yoohyeon por primera vez, ciertamente Bora estaba siendo cruel, aunque al final termino mimando a su hermana todo lo que quedaba de semana, llevándole pasteles deliciosos, dulces, incluso le permitió adoptar un cachorro.

Un Pomerania y se enamoró totalmente cuando vio al cachorro morderle las orejitas a sus hermanos en el corral donde los tenían a todos metidos. Ella dijo que era tan traviesa como ella, además era niña, ya tenían muchas cosas en común. Y así fue, la nombro Pie, su pequeño Angel.

En estas semanas junto a Gahyeon la entrenó para hacer trucos pequeños, uno fue para agradecerle a Bora el dejarla tener un cachorro. La pequeña Pomerania le llevo a Bora una flor de papel que había hecho Yoohyeon donde tenía escrito "Gracias por ser la mejor".

En cuanto al presente le prometí a las chicas que las llevaría a la mansión, he estado yendo pocas veces, me siento más en casa con las chicas, que, aunque su casa no sea ni la mitad de grande que la que me heredo mi padre, aun así, me siento cómoda con ellas.

Sabiendo que vendrían y que tanto Gahyeon y Yoohyeon tienen el cuerpo de chicas de diecisiete años, tienen mentalidad de once, me encargue de prepararles una sorpresa. Con ayuda de Bora conseguimos hacer un convenio con una empresa que se encarga de hacer las piscinas de pelotas para los parques bajo techo, y con esto nos pusieron cerca del patio de la mansión una piscina de pelotas de 10.7 metros de largo con 5 de ancho, con tobogán incluido.

El brillo en los ojos de Gahyeon fue tan tierno, al igual que Yoohyeon quien sin esperar mucho se subió al tobogán y terminar en lo que según ella misma era un paraíso.


— No sabes lo feliz que las has hecho— me comenta Handong sentándose en la silla junto a mí.

Bora por una reunión de última hora con los directores ejecutivos no está acá con nosotras y Minji tenía guardia en el hospital hasta la noche, pero prometió que se uniría a nosotras para cenar. En cuanto a Dami está metida en la biblioteca de mi padre, sabía que le gustaría más estar ahí, tiene no solo libro sino esquemas de proyectos que tenía mi padre inspirado en grandes científicos como Nicolás Tesla.

—¿Sabes si la reunión de Bora demorará mucho? — le pregunto a Handong algo distraída, ciertamente me gustaría mucho que estuviera acá con nosotras.

—Pues tu trabajas con ella Signie, no yo— la respuesta de Handong la dio tan casual y con tono en broma que me demoré en procesar sus palabras.

Siento mis mejillas enrojecer, que torpeza la mía, obvio que si yo no sé qué tanto se demora la reunión que soy una de las CEO, Handong no lo sabrá.

—¿Mantienes tu forma de pensar con respecto a Sua? — cierto que las chicas le llaman Sua pero estoy acostumbrada a Bora, además no espere esa pregunta.

—Yo...no— no estoy mirando a Handong, pero algo me dice que está sonriendo, mi vista apunto a mis manos que juegan entre dedos nerviosa.

—¿Qué piensas de ella ahora? — sé que en estas últimas semanas Bora ha encontrado el modo de apropiarse de mis pensamientos.

Paso de ser alguien a quien odiaba a muerte por pensar que era la responsable de la muerte de mi padre, a luego de saber que ella siempre estuvo de nuestro lado, que aún no se ha ido del país con su familia por cumplir el último deseo de mi padre de protegerme, no puedo evitar sentir mi corazón agitarse en mi pecho.

¿Qué pienso de Bora? Que es una mujer maravillosa, totalmente genial y capaz de hacer grandes y difíciles tareas para alguien tan joven como ella.

— Bora es...

Es alguien que se está robando mi corazón.

—Señorita Siyeon, tiene otra visita— Handong me mira y yo sonrió emocionada, seguramente es ella.

—Con permiso— me dirijo a Handong y aunque al salir del patio lo hice caminando, ya dentro de la mansión me apresuré.

Al llegar me llevé una sorpresa no tan grata como me hubiera gustado.


—Keon Hee— digo su nombre ya que no esperaba verlo allí, de hecho, a quien esperaba era mucho más baja que él y más linda.

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