—Ríndete, no tienes a donde huir— indica Bora con el arma en mano.

—No hagas algo de lo que te puedas arrepentir Bora— responde Siyeon retrocediendo lentamente.

—No tengo otra opción, me ordenaron hacerlo, y es mi familia— agarra bien su arma, y apunta al pecho de Siyeon.

—Entonces hazlo— Siyeon abre sus brazos y cierra sus ojos — ¡dispara ahora antes de que sea demasiado tarde! — le exclamó.

—Adiós Siyeon— y disparó el chorro de agua más potente que podía haber disparado aquella arma de juguete provocando que Siyeon comenzara a dramatizar exageradamente.

*aplausos* — Ni Shakespeare pudo haber escrito algo tan dramático— se burla Yoohyeon quien estaba empapada en agua luego de que Siyeon la atrapara con la guardia baja burlándose de Dami a quien acababa de mojar.

En su último deseo teatral le suplicó a gritos a su hermana mayor que la vengara, y eso fue lo que acababan de presenciar todas.

—Calla— dijo Dami disparándole con su pistola de agua justo en la nariz, llevando a Yoohyeon a retroceder presionándose un lado de la nariz para que agua saliera por el otro.

—Eso es asqueroso— dijo Gahyeon al ver a su hermana soltando no solo agua por la nariz.

El día en que Keon Hee apareció sin aviso alguno había vuelto la tarde incomoda, y luego de que se retirara Handong les indicó a las menores que tomarán un baño para la cena ya que Minji venía en camino.

Cuando más tarde Yoohyeon exploró la casa junto a una supuesta desinteresada Dami y alegre Gahyeon, encontraron la habitación donde estaban los antiguos juguetes de Siyeon, según ella su padre nunca los botó o donó porque le recordaban a una muy energética rubia correteando por la casa mojando a la jefa de mucamas de la mansión.

Siyeon les prometió que un día tendrían una tarde de juegos de agua y así fue. El fin de semana próximo todas menos Minji quien tenía trabajo en el hospital, y Handong que tenía que estudiar para un examen que tendría pronto, así que los cinco restantes se fueron juntas a un parque de agua fuera de la ciudad y obviamente llevaron las pistolas de agua, aunque la rubia dijo que allí podrían comprar unas nuevas, Bora se opuso diciendo que era un gasto innecesario.

—¿Estás bien? — preguntó Bora a Siyeon luego de que las menores se habían ido al tobogán de agua más grande del parque.

—¿Eh?, ¿por qué preguntas? — preguntó de vuelta la rubia para luego beber su coctel.

Por un momento Bora se pierde en el cuerpo de Siyeon, quien portaba un trikini colorido y muy sensual en opinión de la peli roja que a cada rato su mirada se desviaba para ver a la rubia y su hermoso cuerpo, volviendo su cabeza un caos.

—¿Bora?

—Oh, esto, amm, preguntaba por, pues— atrapada infraganti se pone nerviosa y no sabe que decir.

Siyeon comienza a reír, sabía que este trikini le gustaría a Bora, de hecho, Handong la ayudó a escogerlo, bendita sea, ojalá y salga genial en el examen de la semana próxima.

—¿Te gusta lo que ves? — la rubia está decidida a jugar y Bora se da cuenta.

Se acomoda e inclina hacia adelante. Estaban sentadas en una mesa lejos del sol, por lo que mueve su silla cerca de Siyeon y al inclinarse sus rostros estan muy justos frente al otro.

Esta cercanía hace cambiar el juego y ahora la nerviosa es la rubia, quien no esperaba esa cercanía.

—Si me gusta, y mucho— le da su respuesta, pero ya Siyeon no está en juego.

Desde que Bora se aproximó su sistema se puso nervioso.

—¿El trikini?

Bora ríe y su vista deja los ojos de Siyeon por un momento, pero a penas su risa se detiene vuelve a mirarlos.

—Pensé que te referías a ti— ¿escuchan eso?, es el corazón de Siyeon.

—¿Ah sí?

—Sí, de hecho, siempre me ha gustado mirarte.

Siyeon se obliga a recomponerse, debe jugar bien esto.

—¿Esta es la parte en que una salvaje Yoohyeon aparece a interrumpirnos? — dijo a broma atrapando a Bora fuera de ritmo lo que la llevó a procesar lo escuchado y luego de unos segundos comenzar a reírse.

Ciertamente cada vez que hablan tan cerca Yoohyeon aparece y las hace separarse del susto.

—Al parecer hoy no sucederá— dijo con gracia, apoyada en su mano con el codo en mesa y señalando con la vista hacia el tobogán a unos metros de ellas donde Yoohyeon estaban por lazarse en caída acuática.

—A que grita el nombre de nuestra doctora favorita— apostó la peli roja.

—Hecho— una traviesa risa se escuchó, seguida de un grito de susto a lo lejos.

Al mirar Yoohyeon se acababa de lanzar y más claro que el agua se escuchó el nombre de Minji seguido por un "te a..." más la frase no se pudo completar ya que al parecer durante la caída el agua se metió en la boca de la joven o al menos eso supuso Bora.

—Al parecer gané la apuesta, me debes algo— dijo Bora a juego, o tal vez no.

—Yo no aposte lo contrario, así que no le debo nada señorita Kim— y continua el juego.

—Estaba pensando en qué tal si usted señorita Lee...

Era tanta la tensión sexual en esa mesa que algunos de los visitantes del parque pasaban y no podían evitar mirar hacia ellas.

—...tiene una cita conmigo.

Siyeon no podía creer lo que escuchaba, Kim Bora, la mujer que fingió una boda con su padre para desde dentro de la familia protegerlo a él y a ella, y a quien desde que empezó a conocerla bien comenzó a sentir un crush hacia la más baja, ¿le está pidiendo una cita?

—¿Hablas en serio? — genial Siyeon.

—Obvio es broma— Bora se alejó de ella riendo un poco y Siyeon se llevó una gran decepción.

—Entonces te la pediré yo— la peli roja la miro confundida —ten una cita conmigo.

—De acuerdo— la peli roja no espero mucho para darle una respuesta, y eso le había devuelto la felicidad a Siyeon —con una condición—. Oh.

—¿Cuál?

—Invitó yo.

—¿Qué?, no, eso es trampa, la cita la pedí yo.

—Técnicamente la pedí yo antes, a juego, pero la pedí yo, así que, ¿está bien? — esto último lo pregunta poniéndose de pie indicándole a Siyeon luego que le diera la mano, el que se la tomará sería señal de que acertaba.

Siyeon se lo pensó un momento. Si no acertaba seguro Bora no iba a querer tener la cita, pero si acertaba tenía que hacer algo para la peli roja, un detalle lindo que sea pagado o hecho por ella y así sería justo el trato. Bien, era justo, obvio esa parte no se lo dirá.

—Está bien— tomó su mano y también se puso de pie.

—Venga, ahora vayamos a disfrutar del parque.

Bora jaló de la mano a Siyeon y la cargo como un saco en su hombro haciendo a Siyeon exclamar del susto. Con ella bien agarrada fue hacia la cascada. Una parte del parque donde un balde de muy gran tamaño se inclinaba y les dejaría caer mucha agua encima. La coloca en el suelo y como Siyeon iba casi cabeza hacia abajo no vio bien donde la había dejado.

—¿A qué vino eso? — preguntó riendo.

Bora no respondió y solo señaló con el dedo hacía arriba. Al mirar en esa dirección el balde estaba girándose dejando caer toda el agua chocando con el rostro de Siyeon.

—Kim Bora te mataré— dijo ella tosiendo el agua que le había entrado al exclamar de la sorpresa al ver el agua que le caería encima, si, algo muy tonto.

La peli roja no podía evitar reír mientras que huía de la más alta, el día iba por buen camino

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