Like Snow White #20

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— ¿Estás mejor? — escucho apenas abro mis ojos.

Me acomodo para sentarme en la cama y siento una fuerte punzada en la cabeza —joder.

—Espera, tomate esto, te ayudará con la resaca— ¿resaca? Oh, es cierto, ayer bebí de más.

Miró a Handong, agarro la pastilla y el vaso de agua, sin esperar mucho me la trago, bebo y le devuelvo el vaso.

— Espera, ¿cómo llegué a acá? — pregunté confundida.

Seguro Sua me trajo, pero pensé que despertaría en mi casa. Odio no recordar las cosas cuando bebo demasiado.

— ¿No recuerdas nada? — le niego con un movimiento de cabeza.

— Bora me trajo, ¿cierto? — ella asiente —¿No te contó nada, ya sabes, sobre si hice algo vergonzoso? — pregunto esperando lo peor.

—Nada, en la mañana la vi irse y me pidió que cuidase de ti— se sienta en la esquina de la cama.

—Por alguna razón siento que hice algo estúpido— confieso y estoy atenta a su expresión calmada y pensativa hasta que dirige su mano a la planta de mi pie para rozarla haciéndome brincar por las cosquillas que me provoco.

—Ey, ¿a qué vino eso? — mis mejillas arden.

—Venga bella durmiente, debes desayunar, tienes una empresa que dirigir— maldición, hoy es martes.

Dejo caer mi cuerpo sobre la cama una vez más.

—Singnie— joder Yoohyeon.

Me siento de nuevo en la cama totalmente aturdida por su grito al abrir la puerta.

— Yoohyeon— su hermana la regaña.

— Perdón, perdón— muerde su lengua traviesamente.

—¿No tendrías que estar en la escuela? — pregunto curiosa.

—La profesora dijo que hoy serían clases no presenciales así que acá estoy, toda una estrella, ¿no lo creen? — resalta su delgada silueta en modo dramático y Handong me hace una expresión como si ella estuviera loca.

—Oye, que poca fe en mi encanto— bromea —A lo que venía—, me mira y de un tirón cae en la cama justo a la derecha de donde estoy.

—¿Qué sucede? — pregunto intrigada por su mirada.

—¿Puedo ir contigo a la empresa hoy? — ¿Qué?

—¿Qué? — gracias Handong —¿Cómo que ir a la empresa chiquilla? ellas estarán trabajando— la regaña otra vez.

—Es que quiero ver como es el lugar, estaré aburrida en casa, anda, quiero ir— hablo primero para Handong y luego en mi dirección haciendo ojitos.

—No hay problema Handong, ella puede venir conmigo— el brillo en Yoohyeon se ve tierno.

—Está bien, pero si se porta mal no duden en mandarla de regreso eh— Yoohyeon brinca de la cama celebrando con un baile raro y nos reímos de eso.

[...]

— Por favor no hagas mucho caos— comento bajo y Yoohyeon asiente muy sonriente.

No creo que en serio haya entendido mi petición, pero bueno, ya luego tendrá que lidiar con su hermana mayor.

—Oh, mira, es el pitufo con complejo de príncipe— abro mis ojos sorprendida por lo que Yoohyeon acaba de hacer.

Aquello lo exclamó a los cuatro vientos señalando hacia Keon Hee, quien estaba pasando justo a su lado por lo que al estirar su mano le estaba apuntando justo a su rostro y por lo exclamado todos miraron en nuestra dirección.

—Yoohyeon— la regañé y agarro su mano para retirarla del rostro de Keon Hee quien sonreía, pero sé que estaba irritado.

— Hola princesa, ¿quién es esta molesta jirafa? — no deja de sonreír mientras pregunta, algo que hace el ambiente más incómodo.

—Keon Hee, hola— fue lo único que tenía ganas de decir —ella no es molesta y menos una jirafa—, pero debía defender a mi cuñada, espera ¿qué?

—Ohh, ya te recuerdo niñata, eres una de las hermanas de Kim, la chiquilla de aquel día— dijo parándose recto justo frente a Yoohyeon, quien imito su acción como aquella vez en la mansión.

— Oe imbe...

— Yoohyeon— es interrumpida y en seguida reconozco su voz.

— Hermana— y como un cachorro la pequeña Yoo mete la cola entre las patas, te comprendo totalmente.

—¿Cuál es el problema con mi hermana Keon hee? — da unos cuantos pasos para unirse a la conversación y yo por instinto a parto a Yoohyeon, quien obedece rápidamente y se sitúa junto a mí.

Hay algo mal en ella, es muy leve, pero sé que no está del todo bien.

—Solo nos estábamos presentando Borita — dice lleno de autosuficiencia.

—Ahora tienes miedo de hablar ¿eh? — interviene Yoohyeon, pero rápidamente se arrepiente por la mirada que recibe de su hermana.

—Tú hermana es muy atrevida, debería tomarme en serio lo que te dije ayer— ¿hablaron ayer?

Me percato como Bora se tensa aún más, su mandíbula esta apretada al igual que los puños.

—Bor...

—Vamos, tenemos trabajo pendiente— me interrumpe y toma mi mano entrelazando nuestros dedos, se sintió especial ese simple gesto, el cual no pasó desapercibido por Keon Hee, quien arrugo la frente al notarlo.

—Ten cuidado, no sabemos qué pueda suceder mañana— escucho lo que le dice a Yoohyeon cuando esta le pasa por el lado.

—Yoohyeon, sigue caminando— Bora intervino sin siquiera dejar de caminar y su hermana acato la orden —Pitufo estúpido— no sin antes ofenderlo.

[...]

—¿Qué haces aquí Yoohyeon? — pregunta algo irritada desde su escritorio.

Subimos y nos dirigió directamente a su oficina. Ahora la menor y yo nos encontramos justo frente a su mesa, como si estuviéramos siendo regañadas.

—Yo le permití venir Bora— intervine porque Yoohyeon, aunque es muy rebelde, le tiene mucho respeto a su hermana, sobre todo cuando está irritada.

—No pregunté quién la dejó venir, le estoy preguntando qué hace aquí— se cruza de brazos.

No entiendo por qué está tan irritada.

—Yo quería saber dónde trabajaban tú y la señorita Siyeon— ¿señorita Siyeon?, eso es nuevo.

—Sua, por favor— suplico, creo que está estresándose demasiado por gusto.

Ella me observa y sabe que me siento mal por cómo se encuentra ahora, y su mirada me refleja esto al relajar los hombros y dar un largo suspiro.

—Por favor, espera afuera, debo hablar algo con Siyeon— su hermana me mira nerviosa para luego asentir en dirección de ella, al pasarme por el lado para acatar la orden de Sua, me brinda una pequeña sonrisa y le susurro un —descuida.

—¿Estás bien? — es lo primero que pregunto a penas la menor sale de la oficina y he dado en el clavo.

Bora se inclina hacia atrás en su silla y pasa las manos por su rostro para despejar la mente. Preocupada me acerco a ella rodeando el escritorio, y le toco el hombro para que se percaté de que estoy ahí para ella.

—¿Qué recuerdas de anoche? — oh no.

—Yo...amm— ¿cómo le digo que no recuerdo nada? Siento vergüenza.

Toma mis manos al girar la silla en mi dirección —No hay problema si no recuerdas, habías bebido mucho— suspiro y me delato, le acababa de confirmar su sospecha.

—Ven— ella tira levemente de mi mano para acercarme a ella y por moverme hipnotizada reaccionó cuando ya estoy sentada de lado en sus piernas, con el hombro derecho pegado a su pecho, su mano izquierda en mi espalda evitando cualquier accidente y la otra en mis muslos, pero tomando mis dedos y entrelazándolos con los suyos. Una mueca de dolor se dibuja en su rostro, pero la disimula rápidamente.

—B-bora— digo nerviosa.

—Sua.

—¿Qué? — pregunto confundida.

—Casi nunca me llamas por mi apodo, es como si me mantuvieras cerca de ti— esto lo dice acariciando mi rostro —pero me alejas con formalidad— estoy nerviosa, lo admito.

—Sua.

—Bien.

—Anoche, lo que sucedió anoche, no es nada de lo que debas preocuparte— confiesa y yo suspiro de alivio.

—Me encantaría que recordaras, pero no depende de ti.

—En serio quiero recordar, ¿qué?... ¿qué debo hacer? — confieso nerviosa e inquieta.

—Perdóname— ¿qué?

—¿Por qu...

Dios, dios, dios, esto es un sueño. Kim Bo...Sua me está besando, ella...

Cierro mis ojos conforme ella lo hace también. Inclino en su dirección el torso para estar más cómoda sobre todo con sus manos en mi cintura.

[...]

— Perdóname—

— ¿Por qu'..?

Ella elimina la distancia entre nuestros labios, todo es muy borroso, pero el beso se siente muy bien, tanto que abrazo su cuello para apegarla a mí, está sensación es deliciosa, el cosquilleo en mi abdomen hace que desee más de este beso.

Nos separamos y aunque casi no distingo bien, amo verla sonreír, ¿cómo evitar hacer lo mismo? — Perdón por robarte un beso.

— Te quiero Lee Siyeon

[...]

—Tú— exclamé sorprendida al recordar lo que había sucedido ayer en la noche.

Dios mío, le hice un escándalo. Me siento hirviendo, el calor en mis mejillas por la vergüenza.

—Te ves muy linda cuando te sonrojas— su sonrisa me cautiva.

—Siento mucho lo de ayer— dije apenada.

—No tienes por qué hacerlo, me diste valor— toma mi mano y le da un tierno beso —¿recuerdas eso también?

—Yo, sí...creo — si lo recordaba maldición, pero no sé cómo procesar todo esto, Kim Bora me había besado y confesado que me quiere.

—Te quiero Siyeon — y lo repite.

Cubro mi rostro por la pena, no sé cómo responder, sé que la quiero, y lo hago maldición, pero tengo miedo.

—Yo...yo— digo sin quitar las manos de mi cara.

POV Bora

[El día anterior.]

Acomode a Siyeon en los asientos de atrás del auto para ir al asiento del piloto y llevarla a casa. Luego de besarla ella sonrió a todo lo ancho y se desmayó del cansancio en mis brazos.

—Eso fue todo un espectáculo — me pongo en guardia al escuchar una voz que reconozco.

—Ahora nos espías imbécil— Keon Hee se aproxima en mi dirección.

Se ve algo diferente, su aura, no, es diferente, solo está mostrando sus verdaderos colores, los que me hacen estar atenta a todos sus movimientos.

—Siyeon es mía Bora, se buena chica y aléjate.

—¿Quién te crees que eres para amenazarme? — pregunto y busco con la vista mi arma escondida bajo el timón en el auto.

— Borita mis ojos están aquí— habla y chasquea sus dedos.

De la dirección contraria donde está él veo venir a tres hombres con bates que se ven realmente amenazantes. Mi entrenamiento me permite pelear con ellos, pero no con Siyeon en ese estado, temo que se la lleven si bajo la guardia.

—Escucha bien Kim, mis amigos acá han recibido muy buen dinero para hacer lo que les pida— maldito — así que, tienes dos días para desaparecer de la empresa y dejar la herencia de los Lee, o si no— un fuerte golpe en el cajón del auto provocó que la adrenalina se activara en mi cuerpo, habían roto los focos traseros.

—Tu familia lo pagará caro— la ira se apodera de mí, pero gracias a mi entrenamiento me controlo para no hacer algo de lo que me arrepienta.

—Procura no acercarte a mi familia— presiono mi agarre de la puerta del auto y muerdo mi labio, el dolor hace que controle mis ganas de golpearlo.

—Estas advertida, pero para que veas que voy en serio, chicos— maldición.

Veo a los tres tipos venir hacia mí y cierro la puerta del auto. Con la mirada busco una zona con cámaras. Pero el bar está al doblar la esquina, no debí parquear acá.

—Aghhhh— me quejo al recibir el primer golpe en mi muslo con el bate.

Me cubro y pongo duro mis músculos para evitar daños mayores.

—No toquen su carita chicos, de algo tendrá que vivir— hijo de puta, me las pagaras.

Recibí varios golpes más hasta llegar a terminar en el suelo, adolorida y mojada por la lluvia, pero era obvio que se estaban limitando, sino ya estaría inconsciente.

—Estas advertida— es lo último que escuchó, me dejaron junto al auto y se largaron hasta desaparecer de mi plano visual completamente.

—Mi celular— digo y me quejo por el dolor al correrme para abrir la puerta del auto.

Como puedo me subo al asiento de piloto, pero así no puedo conducir, debo llamar a Minji.

—Al menos tú estás bien princesa— digo al mirar el espejo retrovisor y verla allí dormida.

Debo hacer algo, no puedo alejarme de ella, y no estoy dispuesta a poner en riesgo a mi familia, maldita sea.

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