Capítulo 35: Común acuerdo.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


El contemplar me era una tarea complicada dado mi historial clínico.

Pero la atención e interés que tenía por algunas cosas, por esa realidad en la que existían personas a quienes apreciaba, me hacían aferrarme a la idea de apreciar con detenimiento, con suma atención, los pequeños detalles de mis seres queridos.

Contemplarlos, aunque fuesen sólo segundos de lucidez.

DesDes.

Exin combinaba tres cosas a las perfección: Carisma, gentileza e imbecilidad.

Mi hermano menor, que por alguna razón estaba encariñado con Exin como todos en mi familia, me pidió que le enviara saludos de su parte. Yo esperaba encontrarme con mi cita del baile en la entrada, pero no fue así.

El pinche perro de mi amigo, también mi crush, estaba bailando con alguna chica desconocida, posiblemente de Savant. Permanecí en la entrada pensando si en realidad soñé sus insinuaciones y sería un baile como los anteriores; en plan de compas.

Mis sospechas se confirmaron cuando al terminar de bailar, otra persona tiró de él para echarse otra rola.

—Ni me voy a estresar. —Suspiré, buscando mi mesa asignada.

Algunos amigos estaban asignados en el mismo sitio que yo así que me puse cómodo con rapidez.

—Alaaaa, tirando facha, pay —gritó Waar, haciéndome señas al otro extremo de la mesa. Anemia, del equipo me dijo que diera media vuelta para verme mejor.

—Siempre llevas tu cabello atado, ¿no? Suéltatelo un rato o ya córtalo. —Me recomendó.

—Le da cierta informalidad al traje, ese es el chiste, amigo. —Me defendí, tomando asiento junto a ellos.

Comenzaron los chistes sobre ser la mesa sin parejas. Se estaban organizando para bailar entre ellos, algunos en los extremos dijeron que preferían quedarse con el papel de "los que solo vienen a comer" o joder al DJ lo suficiente para que les ponga una canción que les guste.

Hipocondríaco estaba bailando, bastante sorprendente.

Pero anda pisando al albino, mi rey.

Hey, hey, vine medicado. No andes hablando.

¿No debiste tomar más, Des?

No sé. ¿No hace calor?

A lidel vit.

Me dio hambre, perro.

—¿Entonces también viniste solo? Te saco a bailar, wey. —Anemia apoyó su brazo en mí. El chico pálido pasaba más tiempo con nosotros, sobre todo con el resto de compañeros de equipo, después de su pelea con Bipolar. No se habían vuelto a hablar desde entonces.

—No en realidad, vine con Exin —comenté, estirando mi mano para alcanzar un vaso de refresco. Waar me hizo señas para saber si escuchó bien, aunque bueno, él nunca escuchaba bien—. Sí, Ex me invitó al baile.

—¿Y dónde vergas está? —Anemia me hizo un SAID AY.

—Sepa. —Me encogí de hombros.

Está bien que baile el perro ese.

Oye, se me olvidaba la investigación del incidente.

¿En qué habían quedado?

Creo que lo investigarían a partir de mañana. Nada iba a arruinarles el baile.

Cagado.

Nos sirvieron bolas de queso crema tapizadas de arándanos, con algunas galletas y mermeladas sin azúcar añadida. Medallones de platillo principal. Me limité a probar solo un poco del queso porque si comía antes de bailar payaso de rodeo seguro me wakareaba.

Mi estómago no soportaba ese nivel de vueltas.

Exin se abrió paso entre la multitud, casi arrancándose la corbata mientras peinaba algunos de sus cabellos hacia atrás. Lucía hastiado, se quitó el saco pero no remangó su camisa blanca, solo abrió algunos botones cerca de su cuello y pidió agua con urgencia a quien sea que estuviera cerca.

El capitán de nuestro equipo de básquet se estiró para darle un vaso. Ex se apoyó en el respaldo de mi silla, sin siquiera mirarme o darse cuenta de que estaba detrás de mí.

Comenzó a quejarse de la noche.

—No dejan de pedirme que baile. No mamen, yo también me canso, soy humano —expresó, lanzando algunos golpes a su pecho. Sentí cómo se tambaleó la silla en que estaba sentado, pero mantuve la cabeza baja mientras mordisqueaba una galleta con queso—. Estoy a nada de irme. Al menos en un antro bailas con una misma persona y te retiras temprano...

Sentí los ojos de Anemia sobre mí apenas unos segundos, antes de ver cómo su zapato salió debajo del mantel para patear la rodilla de Ex.

El chico de gran tamaño, pegó un gritillo del dolor.

—¿POR QUÉ PUTAS ME PATEA...? —Se calló de golpe.

Supuse por las señas de Waar que todos en la mesa le pedían que se callara, pero los imbeciles me seguían viendo como si les pagaran por ser obvios.

Suspiré.

Esto me da más vergüenza que cuando me rechazaron en el kínder.

Bueno, fue tu culpa. ¿A quién rayos se le ocurre pedirle a una mamá que te reserve a su hijo para casarte?

No lo pensé bien. Son mejor los matrimonios arreglados.

—Des... —Giré la cabeza, volviendo a mis propio cuerpo y ojos, encontrándome con la sonrisa de Exin. Sus cejas estaban en su mayor parte cubiertas por los mechones de su cabello.

Estiré la mano para peinarle, pero sostuvo mi muñeca.

—No, estoy sudado. —Agregó.

Nuestro equipo lucía incómodo, aunque curioso sobre la relación entre ambos. Exin propuso que le acompañara a los baños para arreglar "su apariencia."

Camino al sitio, solo se detuvo en un pasillo que se apartaba de las mesas y la pista, al final se encontraban los baños así que ocasionalmente pasaba alguien por ahí. Fue más íntimo.

—Te estuve esperando para bailar, lo juro, pero salieron chicas de todos lados pidiéndome bailar.

Me gusta mucho.

—Sucede que hoy en día no hay mucha gente que le sepa al baile o dirija bien —comenzó a darme explicaciones, mientras se apoyaba en la pared, sin querer acorralarme. Me mantuve de brazos cruzados, asintiendo—. Pero ya no voy a bailar con nadie, solo te voy a sacar a ti. Aunque si no te gusta mucho bailar igual no hacemos nada, no tengo problema.

Achis, habló hasta más formal.

—Te juro que pareceré iglesia —explicó, quitando algunas pelusas de mi saco mientras se acercaba más a mi rostro. Mantuve la vista en otra dirección—. Tendrán que rogarme y rogarme aunque haya otros mejores.

Ex estaba nervioso por mi silencio al evadir su mirada.

Realmente no me molestaba verlo bailar con otras personas; en primer lugar, yo estaba acostumbrado a verlo con ligues, en segundo, me gustaba verlo bailar independientemente de con quién lo hiciera. Era guapísimo, o me prendía, no sé.

—¿Quieres algo de beber? ¿Te traigo algo? —Me ofreció ponche como si fuera alcohol.

—No, así estoy bien. —Mi respuesta lo mantuvo quieto unos instantes.

Él, ansioso, giró solo para tomar un pequeño vaso de la charola de un mesero. La medida era pequeña, el contenido rosa, me ofreció pero también me negué así que se lo bebió de golpe.

—Ugh, ¿seguro que no sirven alcohol? —Se retorció, mostrándome la lengua—. Este sabor está fuerte.

—Es paracetamol, Exin.

—¿Qué?

—Lo andan repartiendo para los que se sienten mal. —Fingí seriedad.

La neta, a mí me pasó primero.

Pero él no lo sabe.

—Te ves lindo. —Su halago me hizo carcajear—, ¿te hice olvidar que bebí paracetamol? Súper. Ahora necesito agua, o mi boca sabrá a eso. ¿Quieres probarme?

—Ve por un poco, de agua. Agua.

—No, si cruzo la pista de nuevo voy a terminar bailando.

Le dije que no me molestaba, al contrario, disfrutaba verle bailar. Si alguien se lo pedía, estaba bien por mí. Eso lo hizo muy feliz, no dudó en ir por su agua.

Ya lo pescaron.

Se va a poner a bailar.

Anduve alrededor de la pista, con un vaso de refresco que tomé de nuestra mesa. Reconocí a muchos alumnos, tanto de Savant como de L.A, gringos con los que había coincidido en fiestas, compañeros de clase, amigos de amigos, a Estocolmo, quien parecía más bailar con su propia cabeza que con su pareja.

Incluso reconocí a las ex parejas de Exin, era fácil encontrarles, siempre el grupo de cabellos negros que murmuraban cerca de él. Su última pareja me saludó, pidiendo que me acercara al círculo bajo las luces púrpuras.

Todas lucían cabellos negros, ojos negros, vestimentas poco coloridas. Parecían sacadas de una misma historia.

—Si no topaban a este wero, es el amigo de Ex, mi ex —rió la misma que me llamó, palpando mi espalda mientras me presentaba al grupo.

—Oh, sí, Ex a mí me dejó en pleno acto porque "su amigo le hablaba." —Bufó la gótica a mi costado. La única que vestía de rosa estuvo de acuerdo.

Tus ex parejas me asustan.

Parecen la misma persona en el multiverso.

—Ser pareja de Exin es estar en segundo lugar, aunque ya sabía que él antepone la amistad al romance. —La aferrada a mí siguió sobre mis hombros, encogiéndome y haciéndome reír de la incomodidad—, me imagino que es muy buen amigo, ¿no?

Me está aplastando.

—Sí, bastante... —Sonreí, dando un sorbo al refresco en mis manos.

Su cuerpo seguía encogiéndome pero traté de pretender indiferencia a ello. Estaban en todo su derecho de estar molestas.

—Yo nunca había visto al Hipo así que pensé que era un misterio. —Escupió un chico detrás de la de rosa, inclinándose para verme mejor.

Vi mis zapatos por un momento, perdiéndome en ellos tras congelarme. Las luces bañaron mejor mi rostro, quizás haciéndoles dudar de si era Hipocondríaco.

—Soy Des. —Comenté, a secas.

Pensé que hablaban de los amigos de Ex.

Pero hablaban de solo su mejor amigo.

—Ah, sí te topo, a veces te mencionaba de forma aleatoria. Recuerdo ver tus mensajes en su teléfono. —Fueron amables, pero sus críticas se detuvieron de pronto. Parecían tener más recelo a la idea de Hipocondríaco.

Entiendo bien ese sentimiento.

Continuaron hablando, compartiendo anécdotas, las advertencias mutuas sobre no responderle si les volvía a escribir. Sobre todo jamás hablar mal de sus amigos, en especial Hipo; atacarlo significaba ser borrados de la vida de Exin.

Pero si le agradabas a Hipocondríaco, tenías el pase seguro. Debías jugar bien tus cartas, pero jamás apostar a estar en el mismo nivel.

Yo lloro y lloro al saber que no estás. Con mis labios mira, mami, yo te quiero besar. Y trato y trato por no sentirme así. Pero es malo saber que ya no eres para mí.

En algún punto dejé de escucharles. La bebida en mi vaso estaba viajando por mi garganta, pero no parecía llegar a ningún lado, los sorbos lentos se sintieron eternos. Mis ojos se desviaron hacia Exin, quien bailaba bachata con una mujer, de forma muy íntima.

Mira, cómo estoy sufriendo. Me quemo por dentro. —La canción, que parecía tararear el chico que me gustaba, mientras sostenía los brazos de la otra persona para guiarle.

Sus partes íntimas rozaban. Él mantenía su mano en la cintura de ella, a veces llevándola detrás de su nuca cuando acababa de realizarle una vuelta; solo para atraerla más, como si estuviesen atados.

Siempre me sorprendía lo bueno que era bailando ritmos latinos, pero jamás me acostumbraba a verlo. Me habría gustado aprender para ser quien baila con él.

Por sentir tu amor.

Me sumergí tanto en las parejas, en la música, en los sonidos, que cuando me acabé mi refresco ya tenía a Exin tratando de hablarme. Yo asentí, fingiendo que entendía lo que decía.

—¡¿Quieres bailar?! —Me gritó, tratando de escucharse entre el bullicio.

Debo aumentar la dosis de mis medicamentos.

Solo empeorarás.

—No sé bailar esta música —grité, aferrándome al vaso entre mis manos.

—¡No te preocupes, después de dos canciones para bailar ponen una para solo escuchar! —Explicó, esperando pacientemente la canción.

Se paró junto a mí con sus manos sosteniéndose entre ellas, con la cabeza gacha y moviéndose al frente y hacia atrás. Todo su cuerpo demostraba su emoción al igual que su energía.

Verlo así me despreocupaba, me hacía sentir que con verlo sonreír él jamás tendría alguna mala idea de mí, ni siquiera si sus amigos más cercanos se lo decían.

—¿Ya viste al gall...? —Suspiró, corrigiéndose—. ¿A Estocolmo? Anda por ahí como si nada con otro wey.

Los señaló.

—Pensé que le gustaba Hipo. Nah, le gusta, no solo lo pensé. Puedo sentir cuando dos personas se atraen.

Me reí, apartando su rostro lejos del mío. Su cabello siempre rígido se apartó, quedándose tieso en el sitio donde lo aplasté. Exin parecía haber sido atacado por pájaros, pero siguió hablando como si nada acerca de su sexto sentido.

—No creo que seas tan bueno eso.

Está hablando de un bully y una víctima.

—¿Por qué lo dices? —Sonó confundido.

Suspiré.

Él no era realmente bueno entendiendo ciertas emociones, mucho menos las mías; o quizás yo era muy bueno ocultando el hecho de que él me gustaba. Así como era bueno pretendiendo que estuve presente toda la noche, cuando en realidad, mi cabeza solo mantenía pequeños fragmentos de hoy; los suficientes para no aterrarme.

Si tuviese menos recuerdos, estaría horrorizado.

Verga, imagínate de repente darte cuenta de que estás en el baile. No sabrías si ya bailaste el payaso de rodeo o aún no.

Imagínate perderte eso, Des. Qué tortura.

Mira, cómo estoy sufriendoooooo.

—Eres realmente malo leyendo a las personas, más si son cercanas a ti, no puedes notar incluso si te aman tanto. —Bufé, peinando algunos de mis cabellos rubios detrás de la oreja.

Hubo un silencio breve entre ambos. Un corte mortal, silencioso, como un cambio de escena que fue marcado por la canción que comenzó abruptamente.

Yo sé que soy poco superficial. Y que me manejo en la promiscuidad.

Le miré de reojo. No lucía imbécil, tonto, coqueto, ni ninguna de esas cosas que tanto me gustaban de él.

Sé que quieres, yo también. Te pongo a sudar y lo finges bien.

Era, más bien, como alguien que se dio cuenta de algo, muy tarde, a pesar de tenerlo frente a él todo este tiempo.

Si quieres prudencia a nadie le diré y con elegancia yo te lo daré.

Mi rostro enrojeció al darme cuenta de lo que dije, y el cómo pudo interpretarlo. Quise explicarle lo que dije, pero me agarró con fuerza de los hombros, arrastrándome el centro de la pista donde entre tanto bullicio y rostros nos perderíamos.

—YO TE GUSTO, ¿VERDAD? —Escupió, casi tan alto como la música.

ABORTA MISIÓN.

¿ESO SIGNIFICA SUICIDIO O QUÉ PEDO?

SÍ, ¿QUÉ MÁS, PENDEJO?

—¡Yo te gusto! ¡¿Por qué no me lo dijiste antes?! —Insistió, sacudiendo mis hombros aunque mi cabeza se derretía dentro del traje para ocultarme de él. Tiró de mi saco para evitar que cubriera mi cara—. DES, estoy hablando contigo. Estas cosas se deben hablar.

—¿Y QUÉ VOY A DECIR, PERRO? Sí, al chile, sí me gustas. Pero soy como tu hermano, NO PODEMOS GUSTARNOS.

—Qué puto asco, no me gustan mis hermanos. ¡¿A ti sí?! —Apreté los párpados al oír eso. Agradecí a la música y la gente alrededor por ahogar el sonido.

—¡No, imbécil! Jamás te he visto como un hermano. Solo me gustas y ya.

—No pues, ni yo. Jamás te he visto así. O sea, me gustas, no como hermanos.

—Pues, seim.

Parpadeamos varias veces antes de continuar hablando.

—Creo que ahora estoy bastante tranquilo. —Se carcajeó, apoyándose en mis hombros como si su fuerza vital hubiese sido drenada. Dijo que llevaba semanas preocupado acerca de algo, sobre muchas cosas.

Fui su soporte mientras me explicaba.

Aparentemente, era un consuelo para él que me gustara su persona. Siempre pensó que era difícil que yo le quisiera pues sabía todo sobre él, incluso las cosas que más trataba de ocultar. Sus heridas, su miedo al compromiso, incluso pequeñas cosas como que no le gustaba bañarse a veces, o la mayor parte del tiempo. Si se bañaba, era porque iba a salir con nosotros o tenía una cita.

De resto, era algo difícil que se metiera bajo agua.

—Mi padre me dijo que yo era tan idiota, que si alguien me quería en esta vida, era un pendejo igual. —Rió de aquellas palabras, como si fuesen casuales, sin crueldad alguna, sin dobles intenciones. Como si fuesen la verdad. Exin se reía con tanto cinismo de esas cosas.

Sus manos en mis hombros, su vida sobre mi cuerpo. Alguien aparentemente violento como él, me pareció tan frágil al apoyarse en mí, el eslabón más débil de la cadena.

—Así que me hace tan feliz, pff —su carcajada, junto a algunas palmadas para aligerar el ambiente—, saber que te gusto incluso sabiendo cómo soy.

¿Podría perdonarme si sabe cómo soy yo?

No te arriesgues.

¿Debo alejarme de él?

Uy, le romperías el corazón.

Es lo justo.

Haz lo que quieras.

—Lo haré. —Me respondí, quitando sus manos fuera de mi camino. Todo él me estorbaba si se trataba de besarle.

Oh, pero no llegué a su altura. Traté de ponerme de puntillas pero no me dejó las cosas fáciles. Exin solo me miró confundido.

—¿Por qué me empujaste? —Preguntó curioso.

Su sonrisita no era de alguien inocente. Esperaba mi respuesta, provocándome al tomar mi corbata entre sus manos.

Insistió en saber lo que intentaba.

Tengo que advertirte tienes que saber que igual y no estaré al amanecer.

Volvió a preguntar, agachando la cabeza sin inclinarse al frente.

Crees que solo te quiero para una vez, pero sabes que dos estaría bien.

—Déjame molestarte un poco, esto es por fingir que no te gustaba todo este tiempo. —Pidió sonriente, como un lunático.

Se que me quieres tener. Y yo te prometo, prometo no hablarte de amor.

Aún continuaba murmurando cosas cuando me atrajo hacia él, clavándome un beso.

Te podías dar una idea de cómo besaba Exin con solo verlo, con un simple coqueteo de su parte, con cruzar miradas y recibir una sonrisa suya; pero no era nada comparado a lo que imaginé. Pensé que estaba loco, aunque no estaba seguro de cuál de los dos estaba peor.

Sus manos que apretaron mi cabeza mientras me besaba, su fuerza al tirar de mí para que estuviéramos a la altura, y el empujón que le dio a alguien que estorbaba su posición. Me habría dado vergüenza que quien sea me besara en el centro de una pista de baile, pero me borró cualquier pensamiento de golpe.

Fue como si me noquearan. Así se sentía besarlo; estar complemente en blanco. Lo demás, dejaba de existir, quizás por la fuerza en sus manos o la intensidad de sus emociones.

Aunque solo fue un instante.

Exin se disculpó para después solo darme un beso de piquito, tratando de remediar la brusquedad de sus movimientos. Prometió ser cuidadoso, lento, que habláramos más de lo que sentíamos y sobre lo que queríamos.

—Podemos hablarlo después de hoy, para que así igual no te arruine la noche y te vayas con un lindo recuer...

—Vuelve a besarme así, por favor. —Supliqué, aferrándome a su saco.

• • •

Hola, gente gay. Feliz mes gay.

ALAMECHA. El perro de Exin le dio solo un beso al Des y el wero ya se olvidó de cualquier preocupación que pudo llegar a tener.

Bachata y PXNDX, Justo como me gusta.

Ya tenía rato sin poder traerles un capítulo. He estado muy ocupada, pero decidí volver por el mes de junio ya que necesitaba festejarlo de alguna forma.

¿Cómo han estado?

¿Qué tal el capítulo? ¿Teorías de lo que se viene?

¿Comentarios sobre Des? ¿Exin? Ya se habían tardado.

Imagen de la Saram en Insta solo para presumir al novio:

ESPERO TENGAN UN GRAN MES Y LA PASEN SÚPER, BANDITA. ¡Me despido!

~MMIvens.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro