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Seok Jin tenía un dolor de cabeza de los mil demonios y esto era gracias a su padre quien sabía que, eran las últimas setenta y dos horas del castaño en Corea, antes de su viaje a Japón. Lo había atosigado por teléfono, por email y por teléfono otra vez. Al menos agradecía no tenerlo frente a él, pero su jodido capricho de que este estuviera mirando de cerca las entrevistas a los jóvenes fotógrafos, lo tenía moviendo todos sus pendientes y reorganizando todo para hacerse un jodido tiempo para aquello, porque, sabía muy bien que si no estaba en aquellas entrevistas, su padre se lo remarcaria luego.

"Si eres tan responsable y competente, podrás ser parte de la entrevista. ¿No que eras mejor que yo?. No quiero un fotógrafo mediocre como la última vez. Te lo dije, tú tienes la última palabra"

Miraba su reloj cada diez minutos y había tomado una pastilla para aplacar el maldito dolor. No había almorzado aún y estaba seguro que no diría absolutamente nada en la entrevista. Solo estaría ocupando su lugar y verificando a los chicos que serán parte de la misma. Obviamente el currículum de Taehyung había sido añadido por su asistente, el joven Choi Yeonjun, quien había cambiado los acontecimientos de sus últimos días para que Seokjin tuviera el tiempo de sentarse en el centro de la mesa larga y estudiar a los postulantes.

Claramente, su asistente tenía ordenes de no decir quién era Taehyung—ni siquiera él lo sabia—Seokjin había mencionado que era el hermano de un amigo, y eso había sido todo. De todas formas, no sería la primera vez que Seokjin metía al hijo, primo o hermano de alguien, o algún amigo de Beomgyu por un trabajo momentáneo en la empresa. Hasta su padre lo había hecho en algún que otro momento, cuando solía estar más activo. El castaño daría, al fin y al cabo, la decisión final de quién iría con él a Japón. Así que, para no levantar sospechas con, particularmente su padre, haría que Taehyung fuera parte del proceso como el resto.

Su puerta sonaba minutos después de que había decidido relajarse en su silla especial—cortesia de Jennie—maldecía por lo bajo mientras daba la orden de pase.

—Adelante —suspiraba, presionando su sien.

Su asistente, cabello negro, pómulos pronunciados y con cara de niño le hacía una reverencia con su tablet en mano y su esmoquin negro de saco a cuadros.

—Señor Kim, es hora de las entrevistas —mencionaba.

Seokjin saltaba de la silla, tomaba su teléfono y veía que Taehyung le había escrito hacia unos minutos atrás y él no había respondido debido a todo el trabajo.

—Mierda... —susurraba, saliendo detrás de su escritorio.

Se paraba frente a un espejo que tenía en el rincón y revisaba su esmoquin color azul Francia y su camisa blanca. Tenía su cabello negro hacia un lado Y había acomodado las hebras de la parte posterior de su cabeza. Su asistente carraspeaba su garganta a su lado y llamaba su atención.

— ¿Qué?

—Se ve bien, serán solo diez aspirantes. No le llevará mucho tiempo —mencionaba sonriente—. Luego de eso, tiene el almuerzo con Jennie, le reserve un lugar donde siempre. Si nos movemos hará todo acordé al itinerario de hoy.

Seokjin suspiraba, volvía a mirarse y girando sobre sus talones, señalaba su puerta para dejarle a Yeonjun, salir primero. Luego recordaba...

—Choi —llamaba, llegando detrás del chico que era poco más bajo que él—. Te pedí un té hel-...

El chico giraba y tomaba del mostrador el té helado que Jin le había pedido minutos atrás.

—Suyo, señor Kim —respondía sonriendo.

Seokjin reía ladino y tomaba el vaso de plástico transparente con dicha bebida y asentía con su cabeza—. Te has vuelto más engreido los últimos meses.

El joven acomodaba sus lentes y sonreía para caminar detrás del empresario, llamaba el ascensor y luego de estar dentro, camino al piso correspondiente donde serían llevadas a cabo las entrevistas, Seokjin tomaba su teléfono y tecleaba rápidamente, para responder el mensaje de Taehyung, quien tenía un nuevo apodo en su agenda luego de días y charlas reveladoras.

Bebé Kim: Amor, estoy aquí.

Bebé Kim: Este lugar es muy grande y los otros chicos se ven más profesionales que yo... Lo siento injusto 😔

Yo: Lamento responder tarde, para nada es injusto. Deja de pensar así. Te amo.

Seokjin guardaba su teléfono como si nada mientras Yeonjun le pasaba las buenas nuevas y no paraba su parloteo típico de asistente con todos sus pendientes al día.

—Al finalizar aquí, me encargaré de llevarme los currículums con los cinco chicos que seleccionarán al finalizar todo. Me aseguraré de poner el de su chico recomendado, por si las dudas.

Seokjin reía y Yeonjun lo miraba sorprendido—. Tranquilo, Tae quedará entre los cinco, luego daré la orden para que lo llamen

— ¿Tan seguro está? —cuestionaba el jóven. Seokjin asentía con una sonrisa pacífica—. De acuerdo, sobre las habitaciones en el hotel, en Japón, lo pondré conmigo como me lo pidió, así que eso ya está organizado, solo me faltaría dar su nombre a último momento...

—Bien, Choi —Seokjin palmeaba su hombro y el joven sonreía, luego le preguntaba—. Este chico es bueno, ví su trabajo. Mi amigo me lo mostró, sin embargo cree que es injusto que esté entre los que serán entrevistados hoy solo porque se siente acomodado... —miraba a Choi—. Me recordó a tí.

Yeonjun se enrojecia—. Bueno, no debería pensar así, yo también fui acomodado para la entrevista gracias a que mi madre conoce a la suya, pero nigueme que hago un excelente trabajo como su asistente.

Seokjin reía y lo miraba, con mano en hombro del chico, exclamaba—. Mi pequeño Choi. Luego de Jennie, mi madre —...»y Taehyung«— Eres tú quien sigue en la lista de las personas que mantienen mi vida en constante paz y orden. Eres muy bueno y engreído.

Ambos comenzaban a reír, ya que no era la primera vez que le decía aquello y solo afirmaba que el chico era un excelente asistente que lograba hasta último momento arreglar sus pendientes o reacomodarlos acordé a su capricho. Las puertas del ascensor se abrían justo en ese instante y diez pares de ojos contemplaban la escena del empresario y su asistente. De inmediato notaba al final de todos los ojos de Tae. Soltaba a su asistente y acomodaba su saco, todos los presentes incluyendo su Tae, se ponían de pie y se inclinaban en forma de saludo.

—Buenas tardes —Seokjin caminaba como si fuera una maldita pasarela—. Tengan suerte, los veré en unos momentos.

En ese instante llegaba a pasar por al lado de un Taehyung que estaba con esmoquin negro y polera del mismo color. Sus rizos estaban tan prolijos y sus ojos marrones lo inspeccionaban con timidez, mientras que él había dado una mirada demasiado ardiente al universitario. Seguía de largo y se metía en la sala en cuestión con su asistente pisándole los talones.

[30 minutos antes de la entrevista]

TaeHyung había tomado el subte para llegar a la empresa que, jamás de los jamases hubiera creído pisar algún día. Kim Enterprises se vislumbraba frente a él, increíble y jodidamente intimidante. Ya sabía muy bien dónde quedaba dicho lugar, había pasado más de una vez solo para ver si lograba ver a Kim Seokjin salir o entrar y quizás pedirle un autógrafo o tomarse una foto con él, pero la verdad era que, jamás lo había visto. Pero había pasado más veces de las que quisiera admitir.

Ahora se sentía ridículo y aquello jamás, jamás se lo contaría a Seokjin. No, señor. Acomodaba su traje y llevaba su bolso de cuero negro. Había optado por un simple esmoquin y una polera de cuello largo que, aunque él quisiera admitir que no estaba despampanante, lo estaba. Había notificado a Seokjin y había entrado con paso decidido, luego había retrocedido y vuelto avanzar, para detenerse una vez más y dar la espalda a la entrada.

— ¡Aish! mierda, esto no está bien... No es justo —pensaba, rascando su cabeza, pero no quieriendo despeinar sus rizos—. De acuerdo, Seokjin está arriesgando bastante dándome una simple oportunidad de trabajo y... Dios, quiero ir con él a Japón y... ¡Si, puedo hacerlo! —se giraba para entrar y se llevaba puesto a un grupo de hombres y mujeres de treinta y cinco a cuarenta—. ¡Lo siento!

—Tranquilo... —mencionaba una de las mujeres y se abrían paso siguiéndolo de largo.

Suspiraba negando por ser tan torpe y se metía, bloqueando todos sus pensamientos y presentadose en recepción. Una de las tantas personas le informaba el piso y le daba una credencial para ultilizarla en el momento. Con paso acelerado e intentando recordar que piso le había mencionado el de recepción, entraba al lujoso elevador y lo detenía cuando una chica y chico, más o menos de su edad, entraban junto con él.

— ¿Piso? —preguntaba amablemente.

Ambos chicos respondían el ocho, pero ya lo veían marcado en el tablero.

— ¿Vas a la entrevista? —preguntaba la amable chica. Taehyung asentía sin muchas ganas de hablar con jóvenes que, habían logrado entrar por si solos y no por el hecho de estar follando al CEO.

Suspiraba y veía su teléfono, no tenía ningún mensaje. Sus hombros caían y pensaba que seguramente Seokjin estaba ocupado, pero su lado egoísta quería recibir al menos un mísero mensaje para dejar de sentirse tan fuera de lugar. Al llegar al piso, notaba que él y los otros dos chicos, eran los últimos. Ya que contando rápidamente eran diez en total y Seokjin le había mencionado que solo entrevistarían a dicha cantidad de aspirantes, ya que era una adición de último momento.

Se acomodaba en el último asiento y se disponía a esperar. Sus manos sudaban y se preguntaba si aquello chicos tendrían un portafolio más presentable que el suyo. Sus piernas subían y bajaban nerviosas, sentía que haberse puesto una polera había sido una jodida mala idea, porque le costaba respirar y Seokjin no respondía su mensaje, por lo que decidía mandarle otro. Estaba con ganas de ponerse de pie y marcharse, pero Seokjin lo regañaría luego si llegaba a escaparse.

Con dos de sus dedos peinaba su flequillo hacia arriba y luego limpiaba el sudor de su frente, estaba demasiado inquieto y sabía que se sentiría intimidado—doblemente intimidadopor culpa del emperario frente a él. Con una cabeza revolucionada y sus pensamientos por doquier, su teléfono finalmente sonaba con un solo mensaje de Seokjin.

Amor,: Lamento responder tarde, para nada es injusto. Deja de pensar así. Te amo.

Taehyung quedaba petrificado con teléfono en mano y golpe seco que su corazón había dado contra su pecho, miraba su pantalla y no podía creer ni asimilar lo que veía... Kim Seokjin le había dicho Te amo y parecía que lo había hecho como si nada, como si ni siquiera estuviera consciente de la jodida frase que había tirado por jodida primera vez y por jodido mensaje de texto. Como si ya lo hubieran hecho en persona ¡pero no! Maldita sea, no se lo había dicho en persona, no lo había escuchado con su voz y mientras lo miraba a los ojos de esa forma tan dulce e intensa que el empresario tenía y maldita se-...

El ascensor se abría y Taehyung vislumbraba al empresario con un chico bonito, de la misma estatura que la suya, cabello negro, labios carnosos y lentes que lo hacían ver jodidamente adorablemente. Mientras le sonreía de la misma forma y tenía la mano de Seokjin presionando en su hombro. No podía decir que estaba celoso, pero tampoco odia asegurar que no lo estaba. Ambos salían y de inmediato Seokjin lo encontraba. Todos los presentes se levantaban para inclinarse en forma de saludo y él lo hacía de forma torpe. Seokjin iba sonriendo al resto, con su té helado en mano y finalizando con él. Esos ojos casi oscuros que, lo veían con esa intensidad, pero si poder tocarlo y mucho menos él, estaba muy intimidado y sin importar cuántas veces lo viera desnudo ese hombre era simplemente...

Inalcanzable, pensaba nuevamente.

Lo saludaba con una voz débil que abandonaba sus labios y lo veía caminar en ese traje azul Francia que le quedaba pintado y perfecto en todos los músculos de su cuerpo. Su pelo negro hacia un lado y su porte relajado con una caminata que lo hacía ver tan imponente. Cuando pasaba por su lado sentía su perfume y eso había funcionado para calentar su piel, el chico que pisaba los talones de Seokjin, saludaba amablemente y miraba su tablet. De inmediato había notado que era su asistente, aunque no sabía que el chico era jodidamente atractivo.

Cuando ambos hombres desaparecían, entrando a la sala de entrevistas luego de las palabras alentadoras del empresario, Taehyung suspiraba. La chica a su lado, hablaba con la otra que se había subido en el mismo ascensor que él.

—Su perfume, dios. Dios... Es extremadamente apuesto —mencionaba la que estaba junto a él.

— ¿Viste sus hombros, piernas y sus labios? es perfecto —decía la chica del ascensor—. Jennie Kim es malditamente afortunada.

Taehyung reía para si mismo mientas acomodaba su cabello y olvidaba la frase que lo había desestabilizado emocionalmente recién, para suplantarla por otra sensación de satisfacción y pensar: Jennie Kim no es la afortunada. Y esos hombros, piernas y labios, son míos.

Si tan solo hubiera mirado un poco más a mis ojos... —dramatizaba la chica.

—Mio... —susurraba Taehyung, mientras tamborileaba sus dedos sobre su portafolio, felizmente.

La chica a su lado volteaba—. ¿Disculpa?

— ¿Mmm? —fingía desentendido.

—Oh, lo siento creí que me habías dicho algo —soltaba la chica y se disculpaba.

—Ah, no, no. Lo siento —sonreía amablemente y luego exageradamente formando esa sonrisa rectangular tan peculiar suya.

La puerta a su lado se abría y una mujer alta y esbelta anunciaba—. Comenzaremos las entrevistas, pasarán de dos en dos. Min KiHuan y Park SoJin. Adelante por favor.

La chica a su lado se levantaba junto con el chico frente a él. Sabía que no solo se trataba de una simple entrevista, sino que la competencia con la persona a su lado, también era parte del show. Eso lo volvía muchísimo más ansioso, pero no sería su primera entrevista laboral. Habia pasado por varias de este tipo, intentando trabajar de algo que tuviera que ver con lo que estaba terminando de estudiar. Algo que le daría una pizca de lo que sería vivir de la fotografía, era entonces cuando volvía a mirar el mensaje de Seokjin—no había uno nuevo—era el mismo y recalcaba que no era una injusticia que estuviera allí... Y que lo amaba.

Suspiraba y echaba su cabeza hacia atrás para ponerse en modo Tigre, como MinHo le decía en estas ocasiones. Quizás nunca hubiera llegado ahí si no hubiera conocido a Seokjin, pero ahí estaba. Y él sacaría provecho de eso. A fin de cuentas, su plan era dedicarse a ello, así que tomaría la oportunidad que se le había dado, y se luciría si o si. Aunque tuviera el lugar asegurado, daría lo mejor de él en la entrevista.

Feliz 2021!!!!

Por más Bangtan, por más TaeJin y ojalá tengamos Seokjin actor este 2021.

*C VA*

Con amor niñita Nany 💜

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